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Conor McGregor confía en ajuste para revancha contra Nate Diaz

LOS ANGELES -- Antes que la revancha contra Nate Diaz fuera retirada del UFC 200 y estallara la batalla contra la empresa, la gran interrogante para Conor McGregor era si su confianza y actitud que lo hicieron famoso permanecerían intactas luego de una dolorosa derrota en UFC 196 en marzo.

Las primeras señales sugieren que la respuesta es sí.

Además de sus dos grandes talentos (pelear y hablar), algo que ha llegado a definir a McGregor (19-3) es que asume riesgos. Ha aceptado múltiples cambios de rival en el último minuto, eso incluso cuando ya no estaba un título en juego. Antes de su derrota por sumisión ante Diaz, McGregor aceptó pelear en 170 libras a pesar de entrenar para un combate en las 155 libras contra el campeón Rafael dos Anjos.

Esa mentalidad al parecer no ha cambiado. McGregor indicó a ESPN.com que estaba firme en que la revancha contra Diaz fuera en las 170 libras. McGregor es el campeón actual de las 145 libras, peso pluma, y Diaz es un peso ligero de 170 libras, así que 170 parece innecesariamente alto en este momento. Sin embargo, McGregor quería la misma pelea que perdió.

"Qué clase de peleador sería si dijera, 'No te quiero en 170, déjame probar contigo en las 155", declaró McGregor. "Haré mis ajustes. Estuve comiendo [para llegar al peso]. Esta vez no haré eso".

La condición actual de la revancha contra Diaz es incierta, ya que UFC no pudo llegar a un acuerdo con Diaz en una reunión reciente. Existe la posibilidad que la revancha pudiese encabezar UFC 202 el 20 de agosto en Las Vegas.

McGregor, quien vio cortada en marzo una racha de 15 victorias consecutivas, tiene tanta confianza como siente en que tendrá éxito contra Diaz, un zurdo más grande y de mayor alcance que había peleado en peso wélter antes de su combate. Diaz aceptó pelear con 11 días de notificación y ganó con un estrangulamiento por la espalda en el segundo round.

Cuando esa primera pelea fue cambiada de 155 a 170 libras, McGregor dijo que dejó de trabajar con el nutriólogo George Lockhart. Las últimas dos semanas previas a la pelea, comió lo que quería y se encontró con más energía de lo normal; generalmente solía cortar a 145 libras. Ese exceso de energía lo hizo tomar algunas decisiones que ahora cuestiona.

"Los primeros ocho minutos de la pelea fueron sencillos", expresó McGregor. "Seamos honestos, golpee su cabeza. Una vez que se vació el tanque, se acabó. Me ahogué. Él conectó el único golpe que tocó la campana y caí. Estoy de vuelta. Él estuvo a punto de caer. Un golpe más o dos y habría estado acabado.

"Hacer los aros de gimnasia durante la semana de la pelea no fue lo mejor. Por lo general, termino en una burbuja y sólo hago cosas específicas de pelea. Estaba haciendo mucho trabajo de pies, las plantas de mis pies estaban irritadas. Fue ridículo. No sé en qué estaba pensando".

McGregor, de 29 años de edad, indicó que ha contratado expertos para vigilar sus resultados cardiovasculares. Está trabajando con Lockhart, incluso para una pelea de 170 libras en la que no cortará peso. Y mientras McGregor realiza la entrevista, sin ninguna pelea programada, comía una pequeña porción de pescado con verduras.

"Véanme en este momento", sentenció McGregor. "Pescado, col roja, espárragos, no estoy cerca de pelear y estoy a punto con la nutrición".

A medida que se resuelve su situación con Diaz, la división pluma coronará un nuevo campeón en UFC 200 el 9 de julio. El ex monarca Jose Aldo, quien fue noqueado por McGregor en diciembre, está programado para pelear contra Frankie Edgar.

Ha habido especulación sobre si McGregor tiene siquiera la intención de defender su título de 145 libras. Aunque admitió que el corte de peso es difícil, indicó que es manejable y que no ha descartado un regreso a la división.

"Fue mi idea", indicó McGregor respecto a la introducción de un título interino. "Quería tener mi revancha en 170 libras y están llorando y quejándose por el cinturón de las 145 libras, que gané hace tres meses. Esa división estaba aniquilada, estaba muerta. José cayó en 13 segundos. ¿Qué más puedo hacer? Viajé por el mundo con ese hombre. Finalmente me lo encontré en el octágono y sólo duró 13 segundos.

"Ya no veo un reto ahí. Así que quería generar interés desde la perspectiva de los aficionados y desde mi perspectiva. Quería verlos a ambos luchar, con un título interino en juego. Después veré gente caminando por mi división con un cinturón y esto me intrigará. Hará que quiera ese cinturón de nuevo".