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Momentos de la Final: El triple sublime de Robert Horry

El Estado de Maryland ha contado con varias figuras de renombre en el deporte durante sus 228 años de historia: De un campeón legendario del boxeo como Sugar Ray Leonard a los Super Bowls de Bill Belichick, pasando por la huella dejada por Kevin Durant y Carmelo Anthony en la NBA actualmente y las hazañas de Jimmy Foxx en el diamante.

Sin embargo, ninguno de ellos cuenta con una historia tan peculiar como la de Robert Horry, el francotirador que salió campeón de la NBA en siete ocasiones distintas con cada equipo para el que jugó entre 1992 y el 2008: Los Houston Rockets, los Los Angeles Lakers y los San Antonio Spurs.

Fue justamente con los Spurs cuando Horry, quien cuenta con siete tiros ganadores en su carrera a pesar de nunca haber sido una estrella, quedó inmortalizado como leyenda de los Spurs con un triple tan improbable como mágico en un partido para el infarto durante el quinto juego de las Finales de la NBA del 2005 contra los Detroit Pistons.

Antes de adentrarnos en aquel momento específico, permíteme darte algo de contexto sobre aquella serie: Los Pistons eran los campeones defensores y habían empatado la serie 2-2 con sendas victorias en casa gracias a las proezas de Chauncey Billups y Ben Wallace. Los Spurs, por su parte, habían ascendido al trono en el 2003 y contaban con Tim Duncan, Manu Ginobili y Tony Parker en su plenitud.

Horry ya había contado con una volcada espectacular cuando quedaba un minuto y medio por jugar en la prórroga. 18 puntos, siete rebotes y cuatro triples en 32 minutos asumiendo su rol como sexto hombre a la perfección. ¿Qué más se le podía pedir?

Bueno, con eso dicho, quedaban 9,4 segundos en el tiempo suplementario en Detroit y los locales ganaban por 95-93. El ruido del público era ensordecedor y todos los ojos estaban puestos en el "Súper Trio" tejano mientras Horry era el encargado de pasar el balón desde afuera de la cancha.'

Lo que sucedería a partir de ese preciso momento se convertiría en parte de la leyenda del escenario más grande de la mejor liga del básquetbol del planeta.

Horry asesoró los marcajes y decidió pasarle el balón a Manu detrás de la línea de triples a la izquierda. Lo bueno de ese pase: Manu es zurdo, así que su perfil era el correcto. Lo malo: Fue de pique al suelo y el escolta argentino recibió la pelota prácticamente de espaldas al aro y con Rasheed Wallace acosándolo prácticamente de inmediato.

Ginóbili no dudó y, en vez de intentar dar la vuelta y ser el héroe con un tiro improbable, le devolvió casi de inmediato el balón a Horry con un pase atrás. El veterano de mil batallas no se vio sorprendido y estaba listo para recibirlo.

"Cuando das un pase de aire no te preocupas en mirar, pero cuando lo das de pique al suelo ya instintivamente estás enfocado (en la jugada) mirando para abajo" , diría Horry años después desandando el camino de la nostalgia.

La cara de Tayshaun Prince, el Piston encargado de marcarlo, era una de puro y abyecto terror. Horry tomó un paso hacia adelante, lanzó el tiro y...swish. Adentro.

"¡Increíble! ¡Este tipo es fenomenal!", esas fueron las palabras de un Mike Tirico incrédulo mientras él relataba ese partido.

San Antonio ganaba por 96-95 con 8 segundos por jugar. Silencio sepulcral en el Palacio de Auburn Hills y Duncan fue el primero en darle un abrazo de oso a "Big Shot Bob".

No sé qué le habrá dicho, pero debió haber sido algo como "nos salvaste, y has quedado en la historia, amigo".

Los Spurs se consagrarían eventualmente por tercera vez en su historia en siete juegos, pero eso no hubiese sido posible sin la ayuda del sexto hombre que se convirtió en salvador por una noche.