Evangelista Cotto, tío y ex entrenador del campeón mundial welter Miguel Angel Cotto, comentó brevemente esta semana sobre la próxima pelea de su ex pupilo ante el filipino Manny Pacquiao. Para sorpresa de muchos, vaticinó una victoria de su sobrino.

"Miguel no deberá tener problemas con Pacquiao, ya que el filipino no podrá con la fortaleza de Cotto en 147 libras", dijo.

No obstante, entre líneas, notó que esa victoria está garantizada si el boricua llega en plenitud de condiciones. Precisamente la condición física en que pueda llegar el monarca welter de la Organización Mundial de Boxeo, es la única duda de quienes lo consideran favorito para ganar el 14 de noviembre.

Por cierto, personalmente me inclino por vaticinar también la victoria de Cotto, algo sobre lo cual escribiré en una de mis próximas crónicas.

PROBLEMAS PARA MÁRQUEZ
En estos días, el entrenador de Juan Manuel Márquez, Ignacio Nacho Beristáin, abrió nuevamente el paraguas en lo que parece ser una estrategia destinada a deslindar responsabilidades en caso de una victoria inobjetable de Floyd Mayweather Jr., el próximo 19 de septiembre.

Don Nacho dijo en en el programa A los Golpes, de ESPN Deportes Radio, que Márquez está muy fuerte, pero "me inquieta mucho porque se ve muy lento, muy duro y empecé a desesperarme un poquito", dijo, agregando que el principal problema que genera esa lentitud es la falta de precisión.

Sostuvo que ha sido demasiado tiempo trabajando fuerza, y ahora cuesta entrar en el ritmo normal. Beristain admitió que confía en que la velocidad llegue, pero no ocultó que mientras eso no ocurra se siente "un poco desesperado".

Es evidente que sin velocidad, ante un hombre como Mayweather no hay contragolpe efectivo que le rinda al campeón mexicano, pero considero que estos comentarios no están en consonancia con la expectativa que ha despertado la batalla.

Recuerdo que pocos días después de anunciarse la pelea Marquez-Mayweather, la reacción de Don Nacho fue considerar que se trataría de una pelea muy difícil para su pupilo. Ahora marca la existencia de un problema que podría afectar su desempeño: el exceso de fuerza.

Si tomamos en cuenta que Beristáin estaba en la esquina de Oscar de la Hoya el día de su debacle ante Manny Pacquiao, es posible que ahora Don Nacho esté tomando las dos aspirinas, mucho antes del dolor de cabeza.