Imago 7Tigres humilló al Rebaño con un triunfo por marcador de 3-1.

LOS ÁNGELES — Algunos, pocos, lo intentan. Alexis Vega es un león rodeado de hienas. Roberto Alvarado puja. El Conejito Brizuela se desespera. Fernando Beltrán se asfixia.

¿El resto? Parásitos del salario, rémoras de la quincena, chacales bajo sueldo. Eso es Chivas.

1-3, humillados ante unos Tigres que pasaron de implacables e impecables en el primer tiempo, a perezosos, piadosos, y ninguneando a su adversario en el complemento.

Pero, la ridiculización del Guadalajara no es culpa sólo de los jugadores. Ellos son, apenas, los artesanos de estupideces ajenas.

Cito, de nuevo, a Juan Rulfo en su bellísimo cuento Diles que no me Maten: “Es algo difícil crecer sabiendo que la cosa de donde podemos agarrarnos para enraizar, está muerta”.

Sí, Chivas tiene las raíces podridas, purulentas, putrefactas. No hay tierra fértil entre sus dirigentes, acaso páramos agusanados, donde sólo crece la desgracia y una eventual mentira, como ante Juárez y su catálogo de la decrepitud táctica de Ricardo Ferretti.

Y después, en su entorno, sólo se generan contaminantes, bufidos tóxicos, con los humos, el hollín que escupe el embaucador parlanchín que en las conferencias de prensa recita de memoria frases clásicas del futbol. Las guacamayas también vomitan lo que no entienden, pero, al menos, ornamentan con su plumaje.

Amo de la locuacidad y la cháchara, Marcelo Michel Leaño, con un léxico perogrullesco que compite con merolicos de alta escuela de Tepito, monta Castillos en el Aire, invadiendo y contaminando las frágiles, pizpiretas y bobaliconas cabecitas de algunos #ChillaHermanos.

En tanto, el equipo se colapsa entre la confusión, el desorden, la improvisación, la demencia táctica de su entrenador, y mientras quedan pasmados durante los primeros tiempos, en los complementos, a pura desesperación, arrepentimiento y chiripazos, intentan recomponer el caos de los 45 minutos iniciales.

Cierto, los jugadores tienen un pobre rendimiento. La mayoría se apega a ese estándar, a ese estigma, a esa clasificación peyorativa que eternizó Jorge Vergara alguna vez para colgarles como una piedra al cuello: “¡Niños caguengues!”. Y sí, ya se dijo, que, seguramente, experimentó con esa expresión, empezando en su casa. ¿O no Amaury?

Dicho está que muchos de estos jugadores no son dignos de vestir la camiseta del Guadalajara. La deshonran, la humillan, la percuden con la indignidad de su pachorra y pusilanimidad, eso sí, generosa, puntual y millonariamente pagadas.

Lo de Alexis Vega, queda claro, es un grito de auxilio, es un grito desesperado, para que alguien lo rescate entre la podredumbre emocional de la mayoría de sus compañeros. Teme que el pantano se lo trague y sin permitirle el último trago de vodka con tamarindo.

¿Tigres? Decepcionó. De un primer tiempo soberbio, dominante, a pesar de un Judas infiltrado en su área (Diego Reyes), pasó después a la modorra, a jugar de perdonavidas y a desinteresarse del adversario.

El mayor insulto de Tigres a Chivas no fue el marcador, fue el menospreciarlo, porque ni siquiera alcanzó para el desprecio. Terminó exhibiendo flojera, porque el adversario rojiblanco fue menos complicado que un interescuadras.

Imagínese que dos de los jugadores felinos más cuestionados, brillaron con sendos pases, como Florian Thauvin y Sebastián Córdova, entrando de cambio. El golazo de media tijera o casi chilena de André Pierre Gignac merecía un mejor marco, un mejor rival y un mejor escenario que el tristón Estadio Akron.

¿Mejores noticias para el Guadalajara? No las hay. A menos que Ricardo Peláez está aplicándole a Amaury y a Leaño aquello de “dale al tonto una cuerda, que con ella se ahorca solo…”. Tal vez ya tiene un Plan B y un tractor, por aquello de que “el tractor sustituye a los…”.

De no ser así, disfruten a Juan Rulfo: “Es algo difícil crecer sabiendo que la cosa de donde podemos agarrarnos para enraizar, está muerta”.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


Get ADOBE® FLASH® PLAYER
Sacudida directiva en Cruz Azul

LOS ÁNGELES — Las medias verdades son tan peligrosas como las medias mentiras. Detrás del misterio, siempre hay emboscadas, rostros ocultos e intereses obscenos.

¿Por qué se retira –o lo retiran— Álvaro Dávila de la presidencia ejecutiva de Cruz Azul? Una verdad que oculta las grandes verdades.

Entiéndase que no es un problema de incompetencia. Ni tampoco de deshonestidad. Menos aún de irresponsabilidad o deslealtad.

Él argumenta “problemas personales”. Pero, Álvaro Dávila está sano, lúcido, activo, vigente. Al igual que su matrimonio de casi 45 años, con Paty Chapoy.

Recuérdese que él renuncia al Morelia cuando el equipo estaba en Liguilla, con perfil de finalista, jugando bien al futbol. Desavenencias profundas lo llevan a separarse del Grupo Salinas, entre ellas, la mudanza abrupta, desleal y polémica a Mazatlán.

Álvaro Dávila incide poderosamente en el Cruz Azul campeón, ése que pone fin a una sequía de casi 24 años. Y eso, precisamente, agusana de rumores los motivos de su salida.

1.- ¿SUICIDIO?

La directiva de Cruz Azul no puede equivocarse tanto. Para este torneo Clausura 2022, Dávila reforzó al equipo con un 20 por ciento menos del presupuesto asignado. Además, las cartas de los jugadores se pagarán en un plazo de dos años. Paguitos fáciles, como de abonero de tianguis.

Por otro lado, no contrató por catálogo, sino por consenso con el entrenador Juan Reynoso. Recuérdese que con Dávila ya no hubo turbias negociaciones, ni Maranhaos ni Lizarazos, ni Biancucchis, entre tantos otros bodrios en calzoncillos, apadrinados desde Miami.

¿Despediría Cruz Azul a un hombre que ofrece soluciones después de años de desfalcos con el aún misteriosamente desaparecido Billy Álvarez Cuevas, del que dicen que ni la Interpol puede encontrar?

2.- POLITIQUERÍAS…

El futbol mexicano siempre ha tenido cánceres políticos. Ha sido enquistado con diferentes sindicatos como el petrolero, el azucarero, entre otros, y ha sido usado para contubernios políticos en diferentes municipios de estados como Veracruz, Puebla, Tamaulipas, Michoacán, Hidalgo, entre otros.

A Álvaro Dávila se le vincula con Julio Scherer Ibarra, quien es recomendado a la Cooperativa Cruz Azul para reconstruir entre los vestigios dejados por Álvarez Cuevas. La sugerencia habría llegado del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Scherer Ibarra, ex consejero jurídico de la presidencia de México, es presa de investigaciones por presuntos actos ilícitos, y ha caído de la gracia de su mecenas en Palacio Nacional. Al separarse de Cruz Azul, para evitar daños morales al equipo y a la Cooperativa, Dávila se ve obligado a desvincularse también.

3.- REGENERACIÓN

Otra versión asegura que es un movimiento general en Cruz Azul. Se pretende que nuevos puestos en el equipo y en la Cooperativa sean ocupados por gente de la misma corporación para fortalecer este formato de empresa basado, técnicamente, en democracia, productividad y bienestar civil de los asociados.

Sin embargo, parece arriesgado que aún bajo el poderoso modelo de cooperativa se convierta en laboratorio un equipo de futbol, aunque, ciertamente, la herencia de Álvaro Dávila es de un equipo competitivo para tres o cuatro años, con pequeños reajustes semestrales.

Y esto coincide, coyunturalmente, con la separación de Scherer como figura asesora de Cruz Azul, nicho desde el cual, según investigan, pudo, presuntamente, operar transacciones a espaldas del club.

4.- ¿CONTRAOFENSIVA?

Se habla de que la salida de Álvaro Dávila tenía una semana en la incubadora. Un anticipo llegó aisladamente a través de un artículo en las páginas de El Sol de México el 4 de febrero. Bajo la firma de Hiroshi Takahashi, y con el encabezado de “Sin Billy, detectan saqueo en Cooperativa Cruz Azul”.

En el artículo, se afirma que, desde la Secretaría de Hacienda, se investigan acciones dudosas de José Antonio Marín, Víctor Manuel Velázquez, Laura Alicia Velázquez Rangel, Julián Luis Velázquez Rangel, María Alejandra Velázquez Paredes y Juan Manuel Briseño González.

Textualmente, el columnista asegura que “hablamos de por lo menos 195 millones de pesos que se facturaron a la llegada de los nuevos directivos, pero que nunca se reflejaron como ingresos en las cuentas bancarias (BBVA y Banorte) de la compañía receptora”.

En la Cooperativa estas revelaciones han sido catalogadas como un movimiento de Álvarez Cuevas, filtrando información que pueda allanar su regreso a Cruz Azul.

Por lo tanto, en la suma de los cuatro factores mencionados, más otros que circulan con menor peso, podría encontrarse el hilo de la madeja en la separación de Álvaro Dávila en medio de una lucha en gestación, y que no le concierne.

Sin duda, llama la atención el regreso de Jaime Ordiales. Mientras Billy Álvarez Cuevas estaba en fuga, aseguró que, para él, seguía siendo su jefe. Además, sus nexos con Carlos Hurtado seguían vigentes.

Curiosamente, al anunciar su regreso, Cruz Azul lo presenta como “el que nos llevó a la novena”, marginando del mérito al mismísimo Dávila.

Regresando al tema deportivo, ¿qué espera a Álvaro Dávila? Probablemente tomarse unos meses de higiene mental, pero, seguramente, su gestión con La Máquina despierte la atención en otros lugares.

En un sondeo rápido –y poco representativo--, a través de Twitter, entre las opciones de asociar a Dávila con Chivas, América, Monterrey o la mismísima Selección Mexicana, la preferencia estaba dividida.

Un 32.3 por ciento lo quiere en el Guadalajara (por Ricardo Peláez); un 30.4por ciento, lo desea en El Nido (para suplir a Santiago Baños); un 24.3 por ciento lo anhela en el Tri (en lugar de Gerardo Torrado), y un 13.1 por ciento le abre las puertas en Rayados (en sustitución de Duilio Davino).

Pero, al final, insisto, los misterios en el futbol mexicano, son como las camas de moteles de paso: cuentan más tragedias y dramas que fábulas de fe y esperanza.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES — Alexis Vega no perdona en la 'vodka' del gol y lidera a Chivas a humillar (1-3) a un Juárez con el que Ricardo Ferretti reitera sus viejas pesadillas: jugar contra diez adversarios.

El desenlace ratifica lo misérrimo del equipo de Tuca Ferretti y permite ver los segundos mejores 45 minutos del Rebaño desde que Marcelo Michel Leaño se hizo cargo. ¿Los otros 45 minutos agradables? Aquel primer tiempo ante el América.

Expulsado a los 52’ el Tiba Sepúlveda, el Guadalajara debió jugar, con el alargue incluido, 45 minutos con un hombre menos. Elogiable que Leaño no se agazapó tras la desventaja numérica, sólo reajustó para invocar el milagro del contragolpe.

En noche de homenaje a Juan Gabriel, con pleno control de Juárez, Fernando Arce hace el 1-0 (7'), pero Alejandro Arribas, con un absurdo autogol (44'), resucitó a Chivas.

Tras la expulsión de Sepúlveda, por una artera plancha, Juárez se vio afectado por el eterno virus Tuca. Su incapacidad para resolver un partido con un hombre más, ante un adversario que replegó, pero sin modificar la alineación buscando rescatistas en la banca.

En un juego trasquilado por consultas al VAR, Juárez nunca se acomodó con un hombre más. Su cuerpo técnico le prohijó, le inculcó el mostrarse negligente, piadoso, timorato, y sus jugadores se dedicaron a pasear la pelota, con poca fortuna, en la ilusa esperanza de que el segundo gol caería con la ayuda de Juan Gabriel y una ouija, porque los fronterizos manifestaron una indecente y obscena actitud de perdonavidas.

Y mientras Ferretti se desgañitaba y hacía cambios con más precauciones que el mismo Leaño, Chivas se fue sintiendo cómodo en la cancha ante la parsimonia y desdén del adversario que empezó a caer en precipitaciones e imprecisiones.

Y apareció el mejor hombre del juego, Alexis Vega, demostrando que el divorcio etílico forzoso y forzado de Uriel Antuna, les ha sentado maravilla a los dos.

Al minuto 83, tras conexión con El Piojo Alvarado, Alexis Vega se limpia el terreno y con disparo cruzado, con efecto al segundo poste, y en la 'vodka' del gol, marca el 1-2, y le pone sabor agridulce, muy a lo tamarindo. Soberbio gol que retribuía al Guadalajara la audacia de perderle el temor a un equipo apocado y ñoño, que, necesario reiterarlo, recibía más gritos que indicaciones sabias del colérico basilisco Ferretti.

Con la voltereta, Juárez pujó más, pero no jugó mejor. Ferretti habría sido cómplice del despertar rojiblanco. Terminó contagiando con sus cambios, con sus intentos de reposicionamiento, con su histeria táctica, a sus jugadores, que fueron de la desesperación, al desorden, la confusión y el ofuscamiento.

No hay duda. Chango viejo no aprende maromas nuevas. El circo de Ferretti en Juárez sigue ratificando sus mismos traumas, sus mismas taras.

Así, Chivas encontraría el 1-3 al 87'. Un balón que se pasea por el área, ante los artríticos juarenses, y Canelo Angulo llega a segundo poste. De fondo, la voz del homenajeado: “No vale la pena…”.

La mentira de Bravos se vuelve una verdad bochornosa. Le habían ganado a los dos occisos del torneo: San Luis y Necaxa, ambos rivales víctimas de una expulsión. Curioso que las tres tarjetas rojas a favor de Juárez, en el torneo, han ocurrido a los minutos cincuentas.

¿Chivas? Se le acaban sus vacaciones. Ya no hay adversarios desahuciados, luego de encarar a Mazatlán, Pachuca, Querétaro y Juárez, y sacar siete puntos de 12 posibles, y ubicarse como quinto en la Tabla de Posiciones. Lo visita Tigres este sábado, viaja a León y después reciba a Puebla.

Como siempre, el exitismo exacerbado de Leaño, tras este 3-1 ante los anquilosados de Ferretti. “Quiero resaltar lo que es tener un equipo donde todos quieren figurar, todo eso hace que podamos triunfar en un terreno complicado”, dijo.

Lo más saludable, al final, es Alexis Vega, tal vez, el mejor delantero mexicano en la 'vodka' del gol, con sus tres goles en el torneo.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES — América, el punto neurálgico. Porque es catarsis para unos y consuelo para otros. América, porque se fragiliza, se tambalea. El #ÓdiameMás petulante incita las bajas pasiones.

América hace de su Purgatorio un Infierno propio y un Paraíso ajeno. Claro, la grandeza, polemizada o no, alerta y regocija a los subyugados. Hoy se habla más de El Nido en llamas, que de los inusuales líderes del torneo (Puebla, Atlas y Cruz Azul).

Incluso, la hecatombe de Rayados, preñada del ridículo, y estercolada aún más por los deslices de Javier Aguirre (“Monterrey ha venido cinco veces [al Mundial de Clubes] y no lo ha ganado nunca”), no distrae ante el traspiés de América ante San Luis, que de un escandaloso 0-3, se frotó con el bálsamo del patético consuelo, por el 2-3 final.

Y, ¿qué pasa en el América? Ocho juegos sin ganar, cinco de ellos, derrota; doce goles en contra, tres a favor, y cuatro expulsiones en tres juegos de este torneo. La burocracia aritmética de 2021, esa de ser el más dominante en fase regular, se hace añicos.

Partamos de una ecuación simplista. En 2021 América jugaba feo y aburrido, pero con un alto grado de eficiencia y de efectividad, honrando el librito de Santiago Solari. Hoy, juega igual de feo y aburrido, pero además lo hace mal respecto al guion del técnico.

Con un punto de nueve posibles enfrenta en sus juegos inmediatos a dos equipos más menesterosos aún que él: Santos y Mazatlán, penúltimo y último en la Tabla General. Parece una piadosa doble oportunidad para erguirse. Sin embargo, lo mismo se pensaba de San Luis.

1.- INTENSIDAD

Tres partidos en los que la única intensidad ha sido para trasgredir el reglamento y el quisquilloso criterio arbitral. Roger Martínez y El Indiecito Solari pierden la cabeza ante Puebla; Federico Viñas dura 13 minutos en la cancha ante Atlas, y Miguel Layún machaca una pantorrilla ante los potosinos.

Pero, esa rabia, esa enjundia habitual para hacer el dos a uno o el tres a uno, sobre el adversario, ha desaparecido este torneo. Hoy, marca mal y reacciona peor. El librito de Solari se deshoja si un solo jugador pierde marca, concentración, soporte, relevo y solidaridad atrás al frente.

En este plantel, de voluntades alquiladas, pocos jugadores palpan, palpitan y paladean el ADN del americanismo. No es fácil, sólo Guillermo Ochoa brotó de la incubadora de Coapa, y al resto hay que pagarles por su voluntad y su devoción.

2.- DE MEDIO PELO…

Salvo las expectativas puestas en Diego Valdés, de jornadas brillantes con Santos, el resto del plantel vive en la indigencia individual como futbolista. Colectivamente, se fortalecen, si se mantienen bajo el rigor táctico del equipo: presión, posesión, relevo, dinámica e intensidad.

Hagamos de nuevo el ejercicio: ¿cuántos jugadores de América serían titulares en Puebla o en Atlas o en Cruz Azul o en Tigres o hasta en los lastimeros y lastimosos Rayados? ¿Cuántos de sus jugadores mexicanos serían apetecibles para Chivas?

Tal vez ni Guillermo Ochoa podría ser tan codiciable. ¿Pedro Aquino, que se lesiona en momentos clave? ¿Richard Sánchez? Todos los mencionados tienen uno igual o mejor en su puesto. Fidalgo es un jugador cumplidor, nada excepcional, pero es el mejor solista de esta orquesta inarmónica y afónica.

3.- COMPRAS DE PÁNICO…

Entendiendo que la presencia de Jonathan dos Santos es una imposición del dueño, como en su momento lo fue la llegada del hermano, Giovani, es inevitable cuestionar la adquisición de Juan Otero, de quien se explicó en su momento que no estaba a la altura ni siquiera de un plantel como Santos.

Cierto que Santiago Naveda da sus primeros pasos, tras la grave lesión, pero está, sin duda, más comprometido que Jonathan, quien estaría sin equipo, a no ser por la caridad afectuosa de Emilio Azcárraga Jean.

Con todos sus defectos, con todos sus desenfrenos, pero Miguel Herrera marcaba una cercanía exigente con el futbolista para comprometerlo con la responsabilidad de militar en el América. Solari, en cambio, guarda distancia del jugador, y aún no percibe la urgencia de generar esa lealtad a los colores en el día a día. El Indiecito asume que es un valor adquirido incluido en la firma del contrato.

4.- INCOHERENCIAS…

Mientras a Diego Valdés lo mantiene entre algodones, da más reposo a Richard Sánchez, Solari envía al matadero a Jonathan y a Otero, a sabiendas de que no tienen ni calidad, ni ritmo, ni entendimiento de lo que necesita de cada uno de ellos.

Ante San Luis, el desajuste absoluto de Jonathan, trasladó a Fidalgo y a Salvador Reyes, trabajos extras de recuperación, apoyo en defensa, y los obligaba a trayectos que complicaban su salida al frente. De Otero, se esperaban recorridos para que Alejandro Zendejas y Miguel Layún, redujeran el desgaste, y organizaran entre ellos y Fidalgo salidas.

Entonces, visto así, América perdió cordura. Cuando juegas con dos que despedazan la partitura como Jonathan y Otero ante San Luis, en un equipo de alta exigencia en disciplina táctica, ímpetu, compromiso y concentración, terminas jugando, genuinamente con nueve y esos dos que perdiste, te estorban tanto que colaboran con el contrario.

En la medida en que Solari incorpore a sus jugadores importantes, en especial Pedro Aquino y Richard Sánchez, el equipo recuperará la solidez, para seguir jugando feo, aburrido, pero volver a sumar puntos y goleando por 1-0. Sin embargo, entre la inconsistencia de Roger y Henry Martín, le sigue urgiendo un aniquilador en el área, más allá de que en segunda línea, resuelvan jugadas sus mediocampistas.

Ojo: no se trata de si Dos Santos quitó dos o tres balones, sino de que lo hizo, saliéndose del plan colectivo de juego. Sus victorias individuales fueron derrotas en el esquema global del equipo. ¿Otero? Tiene tanta movilidad que sus videos parecen selfies.

¿Todo esto es irreversible? Sin duda. Solari deberá trabajar en verdad con un plantel de medio pelo, al que no se le puede exigir espectacularidad, algo que sólo ha manifestado una sola vez, y en momentos álgidos de desesperación: en aquellos Cuartos de Final ante Pachuca, en el Juego de Vuelta.

Ya hace meses se habló del problema del América para reclutar jugadores. Desde que Yon de Luisa quiso poner un freno a la perniciosa injerencia de promotores de jugadores en los equipos de la Liga Mx, hay un bloqueo de representantes contra Coapa. Recuérdese que también entre estos mercenarios hay un pacto: primero negocian entre ellos y después con los clubes. Y en esta red participan a veces hasta tres intermediarios.

Por eso, la insistencia de América por Brian Ocampo, Pablo Solari, Paul Arriola y Joaquín Montecinos, entre otros, quedó trunca. Es cierto, ante semejante confabulación, faltó también audacia y habilidad de gestión de Santiago Baños, más entretenido en censurar comentaristas que en cerrar adquisiciones relevantes.

Por cierto, el 31 de marzo, en el Congreso de FIFA, se presentará un proyecto para reglamentar las facultades de los representantes de jugadores, y en especial marginar a aquellos que no tienen licencia del organismo.

¿Sabe Usted quién aportó lo medular de este nuevo ordenamiento para promotores? Sí, la FMF y la Liga Mx, bajo la supervisión de Yon de Luisa. Todo esto despertó entre los promotores, la misma reacción que entre las aficiones antagónicas, sí, eso del #ÓdiameMás. Y se lo están cumpliendo.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES -- América tenía atenuantes: jugaba feo y aburrido, pero sumaba puntos. Vaya, hasta goleaba 1-0. Y Coapa era un mundo feliz.

Hoy, es tragicomedia. América 2-3 San Luis. Le asaltaron El Nido. Le irrespetaron la alcurnia. Lo más grave, los potosinos se apiadaron hasta en cuatro ocasiones de gol.

Hoy, en El Nido de la Pureza, desde donde Santiago Baños reclama disculpas, mientras aumenta sus culpas, América entra en una crisis.

1.- No gana desde el 23 de octubre del año pasado. Impotencia senil.

2.- Suma ocho juegos sin victoria, con cinco derrotas, 12 goles en contra y cinco anotados. La aritmética de la mediocridad.

3.- Acumula tres tarjetas rojas en tres juegos de este Clausura 2022.

4.- Y ha perdido la brújula. El equipo ya no marca, no asfixia, no presiona, no recupera y no desdobla, como sí lo hacía, por momentos, en 2021.

5.- Lo más grave, le han amputado la intensidad, el coraje, la mística del americanismo. Sólo tuvo esos cromosomas de su estirpe en los últimos siete minutos del juego.

En casi cuatro meses, América ha pasado del #ÓdiameMás al #CompadéceteMás.

Recuérdese que el capataz del equipo acudió a Coapa. Emilio Azcárraga Jean, el jueves, le metió una regañiza a los jugadores, con endoso a Santiago Solari y estercolando los zapatitos de Santiago Baños.

La pregunta es obligada: ¿Qué provocó esa reprimenda airada de Emilio a sus jugadores? ¿Temor? ¿Respeto? ¿Burla? ¿Desdén? Por lo visto este sábado, ante San Luis, los jugadores se pitorrearon de la presunta arenga de su patrón.

Porque, más allá de que el América se vio desordenado, desconcentrado, perezoso, timorato, fue también evidente su blandengue espíritu. Y esa actitud, esa negligencia, es un claro desafío, un ninguneo, al sermón con el que les tupió Azcárraga Jean.

Cierto, San Luis se decidió por lavarse la percudida y chamagosa cara con el mejor detergente posible: ganarle al América. La sangre de Coapa purifica a todos los pecadores, hasta a estos potosinos.

Ha sido el mejor juego del San Luis desde su regreso a Primera División. Y seguramente, cuando la próxima semana reciba a Toluca volverá a su habitual pusilanimidad que tanto solaza a Alberto Marrero, el hijastro incómodo de Gil Marín.

Grave que El Indiecito Solari no aprenda. Con el Toluca, el veteranazo Rubens Sambueza (38 años), los desquició y los goleó. Ahora, de nuevo se convirtió en el artífice del holocausto americanista. Seguramente, el técnico que sufre de dislexia con el verbo embalar, no entendió que Sambueza siempre se embala ante su equipo.

Nadie se salva en el caos americanista. Acaso Guillermo Ochoa con un par de atajadas, pero fue una presentación desastrosa de Jonathan Dos Santos, ratificando porque al Galaxy le urgía deshacerse de él. Claro, su llegada –como la de Giovani, en su momento--, es capricho de Emilio, no petición de Solari.

Y entre los errores de Sebastián Cáceres mientras estuvo en la cancha, y el perfil timorato de Juan Otero y del mismo Jonathan, América jugaba con nueve y Álvaro Fidalgo se hacia pedazos, dentro de sus limitaciones evidentes, para tratar de contener el insospechado alud potosino.

Los ingresos de Richard Sánchez y Henry Martín, por los dos sonámbulos mencionados, Otero y Jonathan, le permitieron al América reajustar, poco a poco, no sólo para contener, sino para intentar generar.

Irónicamente, la expulsión del más pundonoroso, pero ya casi caduco Miguel Layún (‘85), termina siendo el detonante de las Águilas. Aunque Solari lo minimiza, lo segrega, lo descalifica, pero con Henry Martín al frente había una referencia más clara que con Roger Martínez.

De hecho, son estos dos, Martín y Roger, quienes se confabulan para, a los minutos 90 y 94, marcar los dos goles que hacen menos bochornoso y escandaloso el cataclismo americanista. Aquello pudo ser una desvergüenza absoluta, pero Abel Hernández se conformó con un solo gol y desperdició otros dos.

Y al América se le vienen Santos, Mazatlán y Pachuca, que en 2021 habrían sido bocadillos. Pero, hoy, a este equipo al que ya todos le faltan al respeto, termina siendo el plato principal de sus rivales.

¿Qué hará Emilio ahora? ¿Irá nuevamente a vilipendiar a sus jugadores? Ya quedó claro que no lo toman en serio. Casi, casi, se burlan de él.

Y otra pregunta obligada: ¿el que interpela disculpas a narradores, estará en condiciones de ofrecerlas él mismo al americanismo?

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ANGELES -- Una victoria sucia, percudida. México vence 1-0 a Panamá con la limosna, con la dádiva gangrenada y generosa del arbitraje.

Iván Bartón decreta penalti sobre Diego Láinez. Sólo él y los corifeos serviles del Tri vieron la falta.

México no mejora, pero la victoria tiene esa faceta falaz y prostituida de ocultar los defectos y maquillar las deformaciones. Claro, los bobalicones y los groupies del Tri harán la alharaca festiva de convertir lo burdo en memorable.

Gerardo Martino salva el pellejo. Le llena el buche a los lloriqueos de Yon de Luisa (“siete de nueve puntos”) y de paso, mantiene vigente su contrato para tratar de llegar a Catar con las aduanas de Estados Unidos, Honduras y El Salvador en la última ronda del Octagonal Final de Concacaf.

La mejor lección para Gerardo Martino, si quiere verla, si sabe leerla, si puede entenderla, es que hay jugadores que reclaman la titularidad y que su obscena terquedad es puesta en evidencia.

Como antes, colocó dos boquetes suicidas en media cancha. Andrés Guardado, de nuevo, para corroborar que llega tarde a las coberturas, no anticipa y es despojado de balones y Héctor Herrera perdió de nuevo otra docena de pelotas, algunas de ellas de alto riesgo, y lo más grave, en entregas cómodas, naturales, de no más de 10 metros de distancia, pero, eso sí, la guapura artificial de quirófano y las lucecitas en el pelo no pierden su apostura.

Es evidente que Martino es alcahuete de ambos. Sostiene a Guardado y a Herrera, porque ellos le evitan una sublevación de los jugadores inconformes con él y con su capricho por Rogelio Funes Mori, al cual esta vez recluyó en la banca. Es un pacto pérfido de protección mutua.

Un primer tiempo de control total de Panamá. La Marea Roja aprovechaba las prótesis metales y físicas de Guardado y Herrera para, con cuatro o cinco hombres, posesionarse en la media cancha.

De nuevo, el jugador clave fue Guillermo Ochoa. Un par de atajadas y un par de disparos desviados permitieron a México sobrevivir en la primera mitad con el 0-0 como un simbólico fetichismo atorado en la garganta.

Para fortuna de México, Panamá decidió en el segundo tiempo manipular el marcador. No podía sostener el ritmo de la primera mitad y decidió apostar por un latigazo de sorpresa.

Además, en un momento de lucidez, entre su senilidad táctica, Martino coloca en la cancha a Tecatito Corona por Carlos Rodríguez, a Julián Araujo para dar la profundidad que no tenía Catita Domínguez y, forzado por una lesión en el hombro de Chucky Lozano, ingresó a Diego Láinez.

Si Panamá le había entregado ya la pelota y el espacio, los ingresos de Corona, y en especial de Láinez, le dieron velocidad, cambios de ritmo, alternativas de ataque y profundidad, aunque nada sobresaliente, pero lo necesario para un equipo canalero que ya sufría.

Llegaría el penal inexistente. Un caracoleo de Diego Láinez, quien pierde primero la pelota, pero se castiga y va en busca de ella. El silbante, de viejas simpatías con México, se come el desmayo del mexicano y condena al manchón.

Ahí, en el lunar blanco de las sentencias, ahí justamente, Raúl Jiménez goza de privilegios. Su disparo engaña al Manotas Mejía y México disfraza su tristona actuación con el humo generoso de una victoria patrocinada por el arbitraje.

Panamá intentó, pero ya en el pecado de ceder cancha y balón llevaba la penitencia.

Martino ingresó a Luis Romo para poner doble candado y extrañamente mantuvo a un Herrera que, por amarilla, se perderá el juego ante Estados Unidos.

Así, El Tata sobrevive y en una nación futbolera propicia, adicta al autoengaño y la abnegación, al auto flagelo de mentirse a sí misma como la mexicana, se conforma con la victoria sin atreverse a hurgar en los detalles por pánico a encontrar respuestas que no quiere.

Así, tercero en la tabla, con los mismos 21 puntos de Estados Unidos, su próximo rival, el Tata, el Tri y las veladoras corruptas de Concacaf tienen la oportunidad de clasificar de manera directa, aunque queda claro, con un pronóstico escéptico sobre si logrará pasar al menos la fase de grupos en el Mundial de Catar.

Y sí, por si estaba con el pendiente, el #FueraTata retintineó en redes sociales, en la tribuna del Azteca, con los 2,000 acarreados y en las afueras del estadio, pero Yon de Luisa no se atreve, como ni siquiera se atrevió a espetarle el ultimátum en su propia cara a Martino.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ANGELES -- Una victoria sucia, percudida. México vence 1-0 a Panamá con la limosna, con la dádiva gangrenada y generosa del arbitraje.

Iván Bartón decreta penalti sobre Diego Láinez. Sólo él y los corifeos serviles del Tri vieron la falta.

México no mejora, pero la victoria tiene esa faceta falaz y prostituida de ocultar los defectos y maquillar las deformaciones. Claro, los bobalicones y los groupies del Tri harán la alharaca festiva de convertir lo burdo en memorable.

Gerardo Martino salva el pellejo. Le llena el buche a los lloriqueos de Yon de Luisa (“siete de nueve puntos”) y de paso, mantiene vigente su contrato para tratar de llegar a Catar con las aduanas de Estados Unidos, Honduras y El Salvador en la última ronda del Octagonal Final de Concacaf.

La mejor lección para Gerardo Martino, si quiere verla, si sabe leerla, si puede entenderla, es que hay jugadores que reclaman la titularidad y que su obscena terquedad es puesta en evidencia.

Como antes, colocó dos boquetes suicidas en media cancha. Andrés Guardado, de nuevo, para corroborar que llega tarde a las coberturas, no anticipa y es despojado de balones y Héctor Herrera perdió de nuevo otra docena de pelotas, algunas de ellas de alto riesgo, y lo más grave, en entregas cómodas, naturales, de no más de 10 metros de distancia, pero, eso sí, la guapura artificial de quirófano y las lucecitas en el pelo no pierden su apostura.

Es evidente que Martino es alcahuete de ambos. Sostiene a Guardado y a Herrera, porque ellos le evitan una sublevación de los jugadores inconformes con él y con su capricho por Rogelio Funes Mori, al cual esta vez recluyó en la banca. Es un pacto pérfido de protección mutua.

Un primer tiempo de control total de Panamá. La Marea Roja aprovechaba las prótesis metales y físicas de Guardado y Herrera para, con cuatro o cinco hombres, posesionarse en la media cancha.

De nuevo, el jugador clave fue Guillermo Ochoa. Un par de atajadas y un par de disparos desviados permitieron a México sobrevivir en la primera mitad con el 0-0 como un simbólico fetichismo atorado en la garganta.

Para fortuna de México, Panamá decidió en el segundo tiempo manipular el marcador. No podía sostener el ritmo de la primera mitad y decidió apostar por un latigazo de sorpresa.

Además, en un momento de lucidez, entre su senilidad táctica, Martino coloca en la cancha a Tecatito Corona por Carlos Rodríguez, a Julián Araujo para dar la profundidad que no tenía Catita Domínguez y, forzado por una lesión en el hombro de Chucky Lozano, ingresó a Diego Láinez.

Si Panamá le había entregado ya la pelota y el espacio, los ingresos de Corona, y en especial de Láinez, le dieron velocidad, cambios de ritmo, alternativas de ataque y profundidad, aunque nada sobresaliente, pero lo necesario para un equipo canalero que ya sufría.

Llegaría el penal inexistente. Un caracoleo de Diego Láinez, quien pierde primero la pelota, pero se castiga y va en busca de ella. El silbante, de viejas simpatías con México, se come el desmayo del mexicano y condena al manchón.

Ahí, en el lunar blanco de las sentencias, ahí justamente, Raúl Jiménez goza de privilegios. Su disparo engaña al Manotas Mejía y México disfraza su tristona actuación con el humo generoso de una victoria patrocinada por el arbitraje.

Panamá intentó, pero ya en el pecado de ceder cancha y balón llevaba la penitencia.

Martino ingresó a Luis Romo para poner doble candado y extrañamente mantuvo a un Herrera que, por amarilla, se perderá el juego ante Estados Unidos.

Así, El Tata sobrevive y en una nación futbolera propicia, adicta al autoengaño y la abnegación, al auto flagelo de mentirse a sí misma como la mexicana, se conforma con la victoria sin atreverse a hurgar en los detalles por pánico a encontrar respuestas que no quiere.

Así, tercero en la tabla, con los mismos 21 puntos de Estados Unidos, su próximo rival, el Tata, el Tri y las veladoras corruptas de Concacaf tienen la oportunidad de clasificar de manera directa, aunque queda claro, con un pronóstico escéptico sobre si logrará pasar al menos la fase de grupos en el Mundial de Catar.

Y sí, por si estaba con el pendiente, el #FueraTata retintineó en redes sociales, en la tribuna del Azteca, con los 2,000 acarreados y en las afueras del estadio, pero Yon de Luisa no se atreve, como ni siquiera se atrevió a espetarle el ultimátum en su propia cara a Martino.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES -- Un 0-0 que es reflejo puntual del juego. Costa Rica cumplió su objetivo. ¿México? Una nulidad, una ruindad. El Estadio Azteca aterra más a los mexicanos que a los visitantes.

México se identifica con el marcador: cero absoluto; cero sobre cero; cero en idea futbolística; cero en compromiso; cero en personalidad; cero en vivacidad; cero en inteligencia; cero en talento; cero en bravura; cero en dignidad.

Esta selección mexicana ya no da para más. Ni a Gerardo Martino se le encienden las neuronas y su discurso apenas le alcanza para enviar a la cancha a 11 pasmarotes, a 11 tipos apocados, temerosos, encabezados por un desastre monumental: Héctor Herrera.

El día que a este tipo le reformaron el rostro y sus complejos, le extirparon las meninges. Hoy, Herrera ratifica que es ese jugador vulgar del que no sabe cómo deshacerse el Atlético de Madrid, aunque en junio podría ser enviado al Atlético San Luis. A cada partido, a cada jornada, demuestra que sus mejores servicios con el Tri los ofreció aquella noche en la Mansión de las Lomas, como valet de las escorts invitadas a aquella caligulesca fiesta premundialista, recibiendo a todas y cada una con una copa en la mano.

¿Los Ticos? Casta pura, pura casta. Bravura, dignidad, hambre para pelear cada pelota.

En términos de Juan Gabriel, a México le falta lo que Costa Rica tiene de más. Lo más rescatable de futbol lo hicieron ellos… y perdonaron en el fusilamiento de Guillermo Ochoa y hay una sensación innegable: cuando tienes en tu arco al mejor arquero en la historia de la Concacaf, te amamantas de seguridad, de rabia, de personalidad. Costa Rica tiene en Keylor Navas el bastión de liderazgo que en México no hay, porque lo único que abunda es la pusilanimidad.

Con base en morder, presionar, anticipar, guerrear cada pelota, cada milímetro de la cancha, Costa Rica salió avante y sigue vivo en la eliminatoria y con base en disputar cada jugada de cada segundo con bravura, los Ticos terminaron por imponer su estratagema a los balbuceos tácticos de un pizarrón en decadencia como el del Tata Martino. Un pizarrón decrépito y con Alzheimer.

Una parte de 2020, todo 2021 y el comienzo de 2022 ratifican el caos en el equipo mexicano y confirman la crisis de mando en el equipo. No hay secretos ya:

1.- O el Tata perdió el control del equipo y los jugadores ya no creen en los rayones, garabatos, contradicciones y tachones de su presunto plan de juego, o 2.- Los jugadores ya no creen en Martino por los desplantes de soberbia de su auxiliar Jorge Theiler y la mejor forma de rechazar al valet del Tata es rechazar al propio entrenador o 3.- La confirmación es que simplemente esta generación es una generación perdida a la que le sobran los lastres anquilosados como Herrera, Andrés Guardado, Néstor Araujo, Héctor Moreno, Tecatito Corona y contando.

O la mezcla de todo lo anterior.

Es decir, esta es una generación perdida que se siente abandonada, desamparada por un perdido Gerardo Martino que ha roto la brújula, el mando, el liderazgo y, principalmente, la autoridad, después de ser humillado y sobajado públicamente por el mismo Yon de Luisa.

La vieja hipótesis explota con animosidad desparpajada: si fracasó con el mejor Barcelona y con el mejor Messi y fracasó con la mejor Argentina con el mejor Messi, ¿qué puede conseguir con una de las peores generaciones de futbolistas mexicanos, a la mayoría de los cuales les ratificó puntualmente su condición de jugadores castrados, de eunucos indigentes e indignos de representar a la selección nacional?

Con todo esto, a México no le queda más que replantearse objetivos para el Mundial de Catar 2022: llegar al cuarto partido, sobrevivir a la fase de grupos. ¿El Quinto Partido? Sigue siendo una broma macabra de su propio fatalismo.

A final de cuentas, tenía razón Juan Carlos Osorio después del Mundial de Rusia: “Hay que trabajar mucho. No veo a los jugadores para un recambio generacional”.

Y eso es lo que ocurre. Los jugadores no ven en el Tata a un técnico capaz de enfrentar el recambio generacional y el Tata no ve en los jugadores el material de recambio generacional y, encima, se obsesiona con un estorbo tremendo en el área llamado Funes-to Mori-bundo. El nepotismo del paisanaje.

Ahora deberán enfrentar a Panamá. La Marea Roja tiene al Tri a tiro de piedra y sí, el Estadio Azteca lleno ya no impresiona a nadie, mucho menos vacío. Los canaleros jugarán de locales.

Por cierto, el experimento tramposo, falaz de Yon de Luisa funcionó a medias. Entre acarreados, paleros, patiños y compadres, metió a 2,000 aficionados en la tribuna. Aburridos, decepcionados, al menos no vociferaron #ElGrito, pero sí abuchearon estentóreamente al Mellizo y como chillido de soplapitos, pidieron la renuncia del Tata Martino, algo que ya se ha convertido en un corolario, en un estribillo al término de cada partido.

¿Presentará su renuncia el Tata? Hay un millón de dólares de finiquito al que no querrá renunciar.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES -- Gerardo Martino jalaba aire como pez con asma. Una agonía prolongada. Jamaica ganaba 1-0. Desde el minuto 45, México, inoperante, aún con un hombre más.

Cierto, El Tri pujaba y empujaba, como ratoncito aterrorizado por salir de la trampa, de su propia trampa. Empellones inútiles e infructuosos. Hasta que aparecieron Henry Martín y Alexis Vega. En dos minutos, México pepenó dos goles y cambió la historia: 1-2. Chiripazos.

El Tri aún resuella… y El Tata también. Pero, Catar, aún está lejos y en la incertidumbre.

Getty ImagesNo hay fanfarrias ni vítores más allá de la victoria del Tri de Martino.

La victoria, en tanto, es una bofetada para el ultimátum de Yon de Luisa a Gerardo Martino. El presidente de la FMF se conformaba con siete puntos de nueve posibles. Y además, le retiraba el cobijo al Tata: “No hay garantías de nada en esta vida”, dejando en entredicho la supervivencia del argentino en el Octagonal Final de Concacaf.

“Hay que salir, trabajar, ganarse el trabajo”, intimidó a Martino, el ya intimidado Yon de Luisa, por su preocupado patrón, Emilio Azcárraga Jean. El Plan B, desde Monterrey, aguarda pacientemente.

Porque, De Luisa lo sabe: es hermano siamés de la desgracia o el éxito con Martino. Están apresados y apareados por los resultados de ese cordón umbilical del Tri. Si uno tropieza, el otro se condena. Mellizos de la fatalidad.

Ojo: No hay fanfarrias ni vítores más allá de la victoria, excepto el festejo indecoroso del mismo Martino, cuando cayó el 1-2. Porque El Tata no festejó la victoria de México, festejó que había rescatado su beca. No se alegró por El Tri, sino por su chequecito que seguirá llegando puntualmente. Él mismo lo ha reconocido: la selección es su chamba, no su pasión.

México se impuso, pero su único momento de lucidez futbolística llegó entre el minuto 81 y el 83, cuando sentencian Martín y Alexis. Lo más generoso, antes de ello y durante ese lapso, lo aportaron Diego Láinez y un par de dardos cargados de cicuta del Tecatito Corona.

Pero, el primer tiempo fue un desorden absoluto. México llegaba al tercio jamaiquino, pero porque le habían cedido la pelota y el espacio. Desde la alineación misma, los caribeños habían anunciado que se amontonarían en su reducto. Sus tres mastines ofensivos estaban en la banca.

A pesar del aparente acto de rendición de Jamaica, en la cancha no había ideas por parte del Tri. Y en la banca tampoco. Jamaica montó esa trinchera de pánico, con dos líneas sólidas de cuatro, y sólo se encomendaba a una travesura desesperada de Michail Antonio.

Con espacio, con tiempo de posesión, México terminó ahogándose en su pereza física, mental, espiritual y táctica. Sus acercamientos eran chiripazos estrictamente. Porque aún con Jamaica entregado, Gerardo Martino parecía más asustado que su homologo isleño.

La acción que termina estigmatizando el juego, se presenta en tiempo de compensación. Damion Lowe despeja un balón, pero en el vuelo, siembra la plancha en el pie izquierdo de Andrés Guardado. Roja directa, minutos antes del descanso, con el 0-0 columpiándose en el marcador.

Jamaica entendió que podía ganar el juego. Había más preocupación y desconcierto en el rival que en ellos. Y México colaboró al suicidio. Servicio al área y Néstor Araujo, como siempre, con el conflicto entre su cabeza y el balón, termina recentrando en lugar de despejar. La pelota aparece ante Daniel Johnson, quien fusila, aprovechando que el valiente, estoico, audaz, espartano Rogelio Funes Mori termina dándole la espalda, acobardado, con la esperanza de que le pegue en la región glútea y no en su apolíneo rostro. Penoso lo suyo. 1-0.

Los cambios de Martino llovieron por desesperación, más que por sabiduría, o por ideas, o por inteligencia táctica. El salario del hambre lo urgía a hacer las modificaciones. Seguramente revoloteaban en su cabecita los graznidos increpatorios de Yon de Luisa. No le preocupaba el destino del Tri, pero sí el de sus centavitos, para agregar otra cadena de departamentos en Rosario.

Vamos, Martino demostró que su inteligencia táctica y estratégica están al mismo nivel que la inteligencia deportiva de Santiago Baños en el América.

Con Láinez y El Tecatito enchufados, deseosos, comprometidos, México empezó a confundir, a desesperar, a llevar al caos a Jamaica, que estaba más turbada que nunca. Los movimientos, la habilidad individual, trastornaban los focos de concentración de los caribeños. En esa vorágine a ciegas, llegan los goles de México. Henry Martín con el 1-1 a su estilo, sin técnico, pero empujando con la barriga. Y después, Alexis Vega remata en el centro a segundo palo, para preciarse a sí mismo de ser el jugador el más empeñoso en la cancha. Que le sirvan un vodka con tamarindo.

Al final, quede claro, en México no hubo mejoría. Un futbol a empellones, a estertores, al albur, con la bendición de esa expulsión en el primer tiempo que alteró totalmente a Jamaica, obligando a un extremo físico, que empezó a dejar acalambrados en la cancha.

Por eso, México gana los tres puntos, pero sigue siendo un equipo sin atractivo y sin generar respeto; y sin propuesta, y sin un mapa futbolístico claro. Al topógrafo Martino se le perdió el teodolito… si es que alguna vez lo tuvo. Otra vez, asoma, además, la confusión entre sudar la camiseta y jugar con vehemencia, compromiso, intensidad y decisión. Esclavos de la transpiración y prófugos de la inspiración.

El único ganón, al final, es El Tata Martino, porque resuella con menos dificultad que su selección.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.


LOS ÁNGELES -- Hace un año exactamente, Gerardo Martino tenía una propuesta hasta el Mundial 2026. Hoy, velada, maquillada, embozadamente, tiene una propuesta para la renuncia.

La voz de Yon de Luisa, no es su voz, es La Voz del Amo. Y el amo, queda claro, le ha perdido la fe y la confianza a Gerardo Martino.

De Luisa pudo haber encubierto su desilusión, que es la frustración de su amo, pero no lo hizo. En cambio, flageló al Tata: "En la vida no hay garantías (de nada)", respondió sobre si Martino terminaría el Octagonal Final de la Concacaf al frente del Tri.

No paró ahí: "Hay que salir, trabajar, ganarse el trabajo", dijo el presidente de la FMF, con un latigazo de ultimátum al entrenador argentino.

Y tras el flagelo, una sobadita al ya lastimado lomo de Martino: "Estoy confiado en el trabajo del Tata, estoy convencido, así que lo vamos a seguir apoyando", pero, quede claro, sin garantías.

Tan devaluada se encuentra la estima al trabajo de Martino, que Yon de Luisa se baja del pedestal de las utopías. Más que soñar con la gloria, le estremece el riesgo del fracaso.

Yon De Luisa (i) ayuda al argentino Gerardo 'Tata' Martino (Futbol)
EFE/José Méndez

Yon ya no pide nueve puntos de estos enfrentamientos ante tres equipos que están por debajo de México en la Tabla de Posiciones: Jamaica, Costa Rica y Panamá, por cierto, los dos últimos juegos en el, alguna vez, búnker del Estadio Azteca.

"En cuanto a pedir, pedir no empobrece, me encantarían tres victorias, pero la realidad es que en fechas FIFA, con una ventana triple, (...) si conseguimos siete puntos o más, estaríamos contentos", subrayó el presidente de la FMF.

Ante el erróneo y disparatado intento de refrán de Yon de Luisa, hay un dicho que le contesta: "Ante la arrogancia en el pedir, la virtud del no dar".

Es evidente que Gerardo Martino se ha despeñado del pedestal al que se le encumbró con los espejismos de 2019 y 2020. 2021 fue el Waterloo para este napoleónico entrenador.

Tres zurras sufridas ante Estados Unidos, erizaron a los directivos mexicanos, y en especial al dueño del estanquillo: Emilio Azcárraga Jean. Una selección ganadora enriquece a todos; una selección perdedora, empobrece a todos. En especial los ratings.

Una prueba manifiesta de esa desesperación e ira de Emilio, se palpa en la transmisión del juego ante Jamaica. Le cortó el cordón umbilical a TV Azteca y la difusión será exclusivamente por sus circuitos. Monopoliza los juegos del Tri para asegurar una audiencia cautiva.

Los patrocinadores también presionan. Adidas ya tiene los nuevos diseños de camisetas para 2022 para inundar tiendas, estadios, ciudades, y dos países: México y Estados Unidos, con millones de prendas. Pero quién le compra una piel ajada, maltratada, además de dudosa calidad estética en el diseño.

Hay que agregar que México perderá un bono multimillonario por parte de sus patrocinadores de no ser cabeza de serie en el sorteo mundialista. Y eso duele, ulcera, a la federación y a la televisora.

Gente allegada a la FMF confirma cómo algunos dueños de equipos han llamado a Yon de Luisa, preocupados por ver, otra vez, en posibles instancias de Repechaje a la Selección Mexicana. Si la selección se devalúa, sus jugadores y su Liga se devalúan.

Sólo hay un personaje que puede estar contento del divorcio público entre Yon de Luisa y Gerardo Martino, al perderle la fe, la esperanza y la confianza, al grado de conformarse con siete puntos, de nueve en disputa, ante rivales estadísticamente inferiores.

Sí, es el Plan B que ya revelamos anteriormente, --en caso de que México vaya a la repesca--, y que dirige a un equipo de Monterrey, y que no es el Vasco Aguirre. Miguel Herrera es el experto en repescas mundialistas, y además, de meterse a esa instancia, enfrentaría otra vez a Nueva Zelanda.

Y claro, en el oscurantismo que tanto saborean Jesús Martínez y sus aliados, también esperan un tropiezo mayúsculo para recuperar el protagonismo, al menos en los balcones del escándalo.

¿Está lista la guillotina? No sería la primera vez.

¿Recuerda Usted el desastroso Verano de 2017, con la selección mexicana de Juan Carlos Osorio, vapuleada en la Copa Confederaciones y la Copa Oro, sin olvidar la llaga del 7-0 ante Chile? Eso, además de que el técnico colombiano fue suspendido seis partidos por insultos a rivales y árbitros.

Por entonces, Emilio Azcárraga Jean ordenó buscarle un sucesor a Osorio. Estaba harto. ¿Quién salvó al entrenador colombiano? Su mejor enemigo y su peor fiscal.

Resulta que cuando estaba decidido el destino de Osorio, Andrés Fassi decidió presentar un pliego de 14 sugerencias para enderezarle el rumbo al entrenador y al Tri. Más allá de que Decio de Mario tiró ese documento a la basura, casi en las narices del Grupo Pachuca, originó una reacción furiosa en el Salón Oval de Televisa.

"Se queda, Osorio se queda", decidió el jerarca del futbol mexicano. "Si lo echo, quedará la sensación de que lo hago por la presión de esos (agregó una letanía de palabras poco gentiles), y no les voy a dar gusto. ¡Se queda!".

Así que, si Gerardo Martino no entrega siete puntos de nueve posibles, y México es enviado a zona de Repechaje por Panamá, y además le amenaza Costa Rica, tomará fuerza la advertencia de Yon de Luisa: "En la vida no hay garantías (de nada)"... y mucho menos en un futbol como el mexicano.

Ojo: ¿es el Tata Martino el principal culpable? Ni remotamente. Tiene un equipo con jugadores de medio pelo en su calidad futbolística y en su compromiso con la selección mexicana. Pero, también, recordemos, él mismo ha permitido que le manoseen las convocatorias.

Comentarios

Usa una cuenta de Facebook para agregar un comentario, sujeto a las políticas de privacidad y Términos de Uso de Facebook. Tu nombre de Facebook, foto y otra información personal que hagas pública en Facebook, aparecerá en tu comentario, y puede ser usado en las plataformas de medios de ESPN. Más información.