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¿Es beneficioso tener a Dani Alves los 90 minutos con Pumas?
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LOS ÁNGELES — “Hay que tenerlos bien puestos”. Así “caunteó”, en términos boxísticos, Dani Alves, las críticas de Rivaldo por enlistarse y alistarse a jugar con Pumas. Y no sólo es la expresión en sí, es todo lo que hay implícito, semioculto, detrás de ella.

Rivaldo lo había desafiado: “No sé si ha hecho lo mejor, escoger a Pumas”. Y agregó: “Sí podía (Alves) jugar en un país donde lo viera más el entrenador (Tite, técnico de Brasil)”.

Dani Alves no se equivoca. Y Rivaldo tampoco. Llegó a un futbol mexicano sin reflectores, con las luces apagadas para el universo externo. Tal vez haya un barullo mediático. Ruido, pues, pero nada más.

Tan infinitesimalmente existente, que ni siquiera el entrenador de su selección nacional, Gerardo Martino, se digna estar presente en sus partidos para depurar la lista para el Mundial de Qatar. El Tata ve “de oídas” el futbol que le amamanta la chequera. Su servidumbre asiste a los juegos, toma notas, y él cambia pañales.

Dani Alves, por lo pronto, abarrota estadios. Los adversarios no juegan contra Pumas, juegan contra la leyenda del Barcelona que se extingue, la del tipo más ganador de títulos en el mundo. No se trata de vencer a Pumas, sino de no ser vencidos por el brasileño.

Hoy, en México, en ese callejón oscuro y a oscuras, en la óptica sincera de Rivaldo, Alves es la elitista alfombra roja que hasta insensatos y profanos jugadores de medio pelo quieren transitar. El ejemplo más vulgar: Nico Benedetti dio el partido de su vida, el que nunca jugó con el América, ante los Pumas. Esa noche, Benedetti se quitó el taparrabo y se vistió con un frac de utilería, que no volverá a usar con Mazatlán.

Dani Alves le permite al adversario tosco, opaco, torvo, torpe, apático, la súbita y sublime esperanza de una noche de Cenicienta, antes de los doce tañidos de la desilusión. Así fue ya con Mazatlán y Rayados, y así será ante América el 13 de agosto. Recuérdese que el encuentro contra Puebla se aplazó, porque Pumas jugará ante el Barcelona en el Torneo Joan Gamper el domingo.

Por lo pronto, Dani Alves sale cada jornada a tragarse la cancha. Con desesperación. La altura de la Ciudad de México le pasa factura. Sus 39 años le pasan factura. Él quiere jugar el Mundial de Qatar. Y hace lo suyo. Es el futbolista con menos grasa corporal de todo el plantel.

¿Por qué juega los 90 minutos, cuando queda claro que a partir de los 70 es evidente que su organismo jadea, se enerva, se inquieta? No es, necesariamente, falta de mano dura por parte de Andrés Lillini, o que el obnubilada sea el técnico de Pumas.

Hay una de tantas explicaciones, que podría tomarse con mayor seriedad. Dani Alves habría aceptado firmar el contrato en los términos financieros de Pumas, con una condición: nunca salir de cambio, a menos que él mismo lo considere necesario o por alguna lesión.

¿En cuántos clubes habrían aceptado esa condición? Aunque, insisto, no deja de ser más que una versión, ciertamente muy creíble, de porqué permanece los casi 100 minutos de juego de cada partido.

Entiéndase que Alves recolectará, en un par de semanas, todos los “anticuerpos” necesarios, para desafiar la altura, la contaminación y el eventual calor de la Ciudad de México. Entonces, estará en la plenitud que la competencia exige.

Y el brasileño necesita de la cancha. Si decidió enrolarse en un futbol de poca difusión, y que cada vez se refugia –o se esconde--, más en plataformas de streaming, él mismo asume que necesita de constante actividad, para asegurar un sitio en Qatar. Quede claro, hace pretemporada mundialista en México, y juega con Pumas, pero juega para seducir a Tite y no para seducir a La Rebel, o lo que quede de ella.

¿Futbolísticamente? Dani Alves está dos segundos, dos neuronas, dos pasos por delante de sus compañeros. ¿No se entienden? Es normal. Lleva a cuestas dos chips: el del brasileño y el de la escuela catalana. Es como esperar que llegara a México otro portento en declive, como Marcelo, y de inmediato quienes apenas juegan Atari entendieran al amo del PlayStation5.

Pero, se entenderán finalmente, porque todos rinden homenaje al futbol. El trabajo y la sapiencia de Lillini, la actitud casi docente de Dani Alves, y el fuero de Miguel Mejía Barón, ayudarán a que la maquinaria ofensiva de Pumas trabaje mejor. No se trata de que Salvio, Del Prete y Dinenno se hayan convertido en jugadores cerriles de la noche a la mañana, simplemente deben adaptarse a un tipo que conduce, de momento, a una velocidad mental superior a la de ellos.

Por eso, hay implicaciones más poderosas, cuando Alves le responde a Rivaldo: “Para hacer lo que yo hago hay que tenerlos bien puestos... si no, sólo queda hablar”. Sin duda. Porque no habla sólo de militar en una Liga en penumbras, sino de la misma flagelación física y personal a la que ha decidido someterse para descollar con Pumas y merecer un visado a Qatar.

Tal vez el mismo Dani Alves podría, en ese lenguaje tan coloquial de las redes sociales, enviarle un mensaje al desesperado Marcelo: “Tú, yo, juntos en Pumas, no sé, piénsalo”. Y claro, advertirle como lo hizo con Rivaldo: “Hay que tenerlos bien puestos”.

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LOS ÁNGELES — América y sus dobles caras. Ante León, sería desenmascarado. O era la piltrafa que se vio ante Xolos o era el paladín que se vio ante el Real Madrid. Ya no hay duda. Para su fortuna, el árbitro Óscar Macías le administró la eutanasia, e hizo menos vergonzosa su acta de defunción: 3-2.

Las huestes empiezan a pedir cabezas. Fernando Ortiz, el Santo Patrono del Clausura 2022, es llamado hoy al martirio. El Tano es derribado a pedradas, mientras Santiago Baños, con el linimento de su incompetencia, trata de sanarlo.

En los tendederos urgentes de las redes sociales, ululan y pululan nombres. Que si Ricardo Gareca, que si Antonio Mohamed, que si Mauricio Pelegrino, que si el Cacique Medina. Patrañas. Es el festín voraz de los buitres bien trajeados bajo el oficio de promotores.

¿Perdió la magia Fernando Ortiz? ¿O perdieron la dignificación de su hambre los jugadores? ¿O ambas? El Tano pareció enloquecer. Empezó a hacer ensayos que parecían demenciales. La explicación traía más incertidumbre que calma: “Algo ha visto en los entrenamientos que no le gusta”. Y desaparecían Álvaro Fidalgo, Richard Sánchez, Pedro Aquino y contando. Contrataba a Jurgen Damm, tan útil como un ojo de vidrio.

Y sus piezas de porcelana, esas que brillaron ante el Real Madrid, volvieron a ser bisutería de tianguis dominical. Guillermo Ochoa se queja de no poder quejarse del agobio de tanto ajetreo. Debe hacerlo con Baños y en los baños, no públicamente. Decisión de la directiva echarse unos innecesarios pesitos a la bolsa. Y cuidado que aún deberán visitar este miércoles a un LAFC en buen momento, y con ese encono particular que ha mostrado Carlos Vela.

Y antes, o junto con el Tano Ortiz, habrá que trepar a los endeudados. ¿Diego Valdés, sólo a cuentagotas, y hasta le perdonan expulsiones? ¿Jonathan Rodríguez sigue con la Cabecita en el año sabático que le interrumpieron? ¿Acaso no ambos dijeron que su gran sueño había sido toda la vida jugar en América? Y entre errores propios y penaltis, ya Sebastián Cáceres le debe al menos seis puntos a su equipo este torneo.

No es tiempo aún para que el amo baje del pedestal, y se desentienda un par de minutos de su obligación heredada (“una televisión para jodidos” y “un futbol para jodidos”). Pero, al menos, Emilio Azcárraga Jean debe estar ya acechando de reojo a Santiago Baños, para, en ese código afectuoso en el que viven, al menos darle un par de manazos, no muy fuertes, para no dañarse ambos la manicure.

Para consuelo del América, Chivas también trasiega. Un punto arriba de El Nido, aunque éste con un partido menos, pero el Guadalajara suma ocho partidos oficiales sin ganar y cinco empates en este torneo, dos de esos juegos ante adversarios con un hombre menos.

Cierto, la invulnerabilidad de los empates, le da cierto blindaje a Ricardo Cadena. ¿Cómo explicar que a su jugador presuntamente más explosivo le entró una histeria de acobardamiento, especialmente en penaltis? Desde la fastuosa faramalla de la firma de renovación de contrato, Alexis Vega ha desaparecido. Lo enervaron los vapores del aburguesamiento.

Lo triste, es que la afición de Chivas ya claudicó. Ya lamenta poco y reclama menos. Más triste aún, es que sus aficiones antagonistas, ya ni siquiera se ceban sobre él. Ya no hay memes. Ya no hay burlas. Ya no hay procacidades ni befas. Chivas agoniza donde no debe: en brazos del desdén de sus adversarios.

Los pocos aficionados rojiblancos, entre desesperados y resignados, coinciden en nombres con los americanistas: Mohamed y Gareca. ¿Su director deportivo? En las sombras cómodas del silencio.

Algo parece evidente: entrenadores y directivos han perdido fuerzas en las muñecas y en su autoridad. Tanto Cadena como Ortiz, en ese momento de confusión y oscurantismo de su interinato y su bisoña habilidad como entrenadores, viven bajo el temor y el desasosiego del sabotaje en el vestidor.

La historia no miente. Si el futbolista trabaja poco y trabaja mal, hay que hacerlo que trabaje dos veces al día. El rigor en los entrenamientos provoca el rigor en los partidos. Si el futbolista no se somete a la disciplina del técnico, el técnico debe trabajar doble, haciendo que el jugador trabaje el triple en doble sesión.

Técnicamente, al futbolista se le paga por ocho horas diarias de trabajo, y de trabajo para ganar, no para empatar, perder o deambular en la cancha. Entonces, Cadena y Ortiz, entiéndanlo, el jugador les pertenece ocho horas al día. Hacérselos sentir, cuando caen en abulia y holgazanería, es parte de su obligación, y debería de serlo de los directores deportivos.

Que si Valdés y Rodríguez no hacen recorridos defensivos. Venga, por las tardes, habrá un curso especial sobre ello. ¿Qué si Jurgern Damm y Jorge Sánchez siguen enviando balones a la fila 147 del estadio? Venga, por las tardes, habrá una sesión especial sobre ello.

Que si a Chicote Calderón y a Alexis Vega se les contraen las gónadas desde el manchón. Verde Valle tiene inmensas posibilidades para practicar penaltis. Que si el Pollo Briseño da más patadas a sus compañeros y luego jura y perjura por la Virgencita de Zapopan que es inocente, pues una terapia vespertina con el anejo de la ira y una sesión de películas de Pepe el Toro, para que aprenda a repetir “el torito es inocente”.

Por lo pronto, para pesar de los sibaritas vestidos de rojiblancos, se les viene un juego más, metido con calzador, también este miércoles, y lo peor, contra el Galaxy de Javier Hernández, y como preliminar del América contra LAFC. Habrase visto que Chivas le abriera el concierto a su enconado rival. Doble bochorno.

Alguna vez, el Departamento de Comunicación de Chivas estalló en ira y represalias, porque se llamó parias, cínicos e irresponsables, a sus jugadores. Esto, según el Guadalajara desencadenó los disturbios afuera del hotel de concentración en la Ciudad de México. “Ayudaron a crear un entorno hostil con sus encabezados amarillistas y provocadores”, decía el comunicado.

Se explicaba aquí, entonces, en términos que sulfuraron y casi sodomizaban a la gente de difusión de Chivas, que esos futbolistas “cobran millones por festejar barridas, tirarse arañazos, sabotear técnicos y burlarse de su afición”. Pues han vuelto a hacerlo.

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LOS ÁNGELES -- El célebre zooarqueólogo y técnico Matías Almeyda, prófugo y ausente de la saga de Jurassic Park, tendría ya el diagnóstico de Chivas. “Los está orinando un dinosaurio, de aquellos, de los antiguos”, diría, porque seguramente, en sus alucinaciones, los dinosaurios, estos, los modernos, los contemporáneos, deben tener problemas renales o prostáticos.

Obviamente sin ser arqueólogo especializado en zoología, Matías Almeyda culpaba al infortunio de un empate a un gol con Tijuana. Ese día, febrero 28, de 2016, Omar Bravo falló un penalti, y el empate lo sufre por un autogol de Edwin Hernández, pese a que Chivas jugó 35 minutos con un hombre más, por la expulsión del xolo Elio Castro.

El mítico dinosaurio del periodo “almeydano” regresó. Ante León, el fin de semana, el reptil mesozoico habría generado –o desaguado– la desgracia de un penalti errado (Chicote Calderón), un golazo anulado (Alexis Vega) y una expulsión (Luis Olivas).

fernando-ortiz-ricardo-cadena-america-chivas-tecnicos-interinos
Getty ImagesFernando Ortiz y Ricardo Cadena no están teniendo un buen inicio en el Apertura 2022 con América y Chivas, respectivamente, luego de ganarse el puesto como interinos la temporada pasada.

Obviamente, el vitoreado ha pasado a ser vituperado. Ricardo Cadena ya no es más el consentido de la turba rojiblanca. Hoy Chivas es decimosexto en la Tabla. Tres empates en cuatro fechas; tres puntos de 12 posibles.

Curiosamente, el otro interino notable del Clausura 2022 se encuentra apenas un escaño arriba, en el 15, un punto por encima. Y sufre de lo mismo que Cadena. La afición del América, turbia y turbada, ya busca un sustituto para Fernando Ortiz. Una victoria, un empate y dos derrotas escuecen a la soberbia de El Nido.

Caer en el vicio de enunciar las obligaciones y los imperativos para Chivas y América, es una ociosidad morbosa. Lo saben todos, aunque a veces a algunos de sus jugadores se les encojan las entendederas y las gónadas.

Hoy, sin duda, los dos equipos decepcionan. Y claro, Cadena y Ortiz han pasado de sastres del Universo Marvel a desastres de costureras de maquiladora. De diseñadores a remendadores. Y es entendible, porque el cierre del torneo anterior desató la volátil efusividad de sus aficiones, y hoy hurgan excusas y milagros en los maceteros.

Evidentemente, El Nido tiene una mejor plantilla que Chivas, que sigue recolectando proyectos, sin ser capaz de formar sus propias realidades en sus fuerzas básicas. ¿Alan Mozo y Santiago Ormeño? Han tenido más minutos en las mesas de los casinos de Las Vegas que en las alineaciones de Cadena. Y por algo será.

Al América, acaso, lo que le duele es la avaricia de su popularidad. El #ÓdiameMás vende más que el #AndoDeQuedaBien de Chivas. Poco beneficia al Tano Ortiz la saturación que sus fariseos dueños le organizaron bajo la falacia de “globalizar la Liga MX”.

Contrario a su botarga guerrera de Águilas, el América necesita tierra firme. Ha vivido más en aeropuertos y vuelos, que en cancha. Diez partidos en poco más de un mes, vía crucis que concluye precisamente ante Pumas y su tridente (Dinenno-Del Prete-Salvio), además del bullicio de Dani Alves.

El portero de Coapa, Guillermo Ochoa se quejó de no poder quejarse. “No podemos mencionar el cansancio porque dicen que son excusas tontas”, y para acicatearlo más, este martes por la noche deberá enfrentar al América de España, según la analogía del mismo Ochoa, el Real Madrid.

A El Nido llegaron tres incógnitas como los adalides de la esperanza. Un Néstor Araujo sobrevalorado; un Jürgen Damm de tira cómica, y un Cabecita Rodriguez fuera de ritmo. Triste está la mano de cartas de Ortiz, cuando ha tenido que utilizar a Jonathan dos Santos de titular, caótico ante Xolos, que termina venciendo con goles de dos jugadores que el América no supo contratar, aunque los tuvo en la mesa: Lisandro Lopez y Joaquin Montecinos, quien suma dos de dos, ante Coapa.

Y ante la evidencia de que la MLS, SUM y USSoccer manejan a control remoto a la Liga MX, no se olvide que la próxima semana, para estorbar aún más a América y Chivas, deberán encerrarse ante el LAFC y el LA Galaxy en la primera semana de agosto, nomás porque a algún avaricioso genio, se le ocurrió untarse de dólares. Ojo: inicialmente, el Guadalajara iba en el juego estelar ante el Galaxy, hoy va en el preliminar abriendo la tertulia para las Águilas ante los vestigios remendados de aquel infausto Chivas USA, pero hoy el equipo aurinegro comanda la MLS.

Y si los tiempos son complicados con tan insanos calendarios, para Cadena y Ortiz, seguramente los serán para sus defensores de oficio: Ricardo Peláez y Santiago Baños. Ambos deberán convencer a sus patrones, bajo ese código del salario del miedo, que no se equivocaron –una vez más, la enésima–, al quitarles el estigma de interinos para convertirlos en los técnicos oficiales.

Y ambos, Peláez y Baños, deberán torcer el pescuezo con desesperación. Entre los malos resultados, los berrinches volubles y caprichosos de la afición, y los refunfuños de sus dueños, bisoños ambos en cuestiones de futbol (Emilio Azcárraga y Amaury Vergara), deberán andar husmeando la imponderable tentación de un Plan B.

Por eso, ¿será que ateridos y nerviosos, Peláez y Baños buscan ya a los interinos de sus interinos para que nadie les busque a sus propios y respectivos interinos?

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'Grandeza' sin honor

FECHA
10/07
2022
por Rafael Ramos Villagrana

LOS ÁNGELES -- Entendiendo que aquello de los "Cuatro Grandes" es una fábula perniciosa del futbol mexicano para narcotizar papanatas, sin embargo, esos Cuatro Jinetes sin Apocalipsis y del Espejismo, arrancaron el torneo sin palabra de honor.

América y Chivas, con un punto de seis posibles, organizan la cofradía de las excusas obvias y facilonas, mientras que Pumas rasca dos puntos, poco enaltecedores, uno ante el siempre desahuciado Tijuana, y otro, al ser cazado por un León que jugó casi 80 minutos con un hombre menos. ¿Cruz Azul? Pachuca lo borra de la cancha y se borra la mueca que parecía sonrisa tras haber vencido a Tigres.

Chivas rescatará algunos momentos de enjundia y futbol, pero lo perdona San Luis con el anémico 1-0. Alan Mozo jugó menos de 30 minutos, pero evidenció más intensidad y compromiso que el resto. Aún sus compañeros deberán asimilar el veneno que puede inyectar a sus servicios. Mozo lanzaba obsequios de gol, pero para cabecitas tontorronas. Tal vez, al tiempo. La defensa con Mier da lástima, como la erupción de #ElGrito en su tribuna.

En América, Fernando Ortiz ha dejado a dos sólidos jugadores, como Álvaro Fidalgo y Richard Sánchez, y cuando se lesiona Néstor Araujo, elige a Emilio Lara sobre Bruno Valdez, en un acto casi cómplice para Rayados. Algo anda mal dentro del vestidor, cuando públicamente el Tano desafía a Jorge Sánchez: "A veces la ansiedad juega en contra del jugador". Como sea, par de goles bobalicones regala para la voltereta regia.

Imago7Cruz Azul

Cruz Azul llegaba entre fanfarrias a recibir al subcampeón Pachuca. Víctima del autoengaño, tras vencer a un Tigres, desordenado, pero con pudor, fue bajado bruscamente de la nube por los Tuzos. De elogios y flores, La Máquina pasó a la pasiflora. Pachuca pudo hacerle más, mucho más, como lamenta su técnico Guillermo Almada. La afición tomó represalias con dos consignas #ElGrito y el #FueraOrdiales.

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¿Pumas? Tal vez el que más alebresta, y el que más se opaca. Dos empates, y este fin de semana, con goles de Salvio, Del Prete y Dinenno, manejó la ventaja con un hombre más, pero lo cazó el León, por tremendas desconcentraciones, y aún habría podido sacarle la victoria. Pero, de los cuatro populacheros es el que muestra al menos una cara más seria en el proyecto.

El mando lo han tomado tres equipos que alientan el futbol. Cierto, sufriendo ante el Atlas, especialmente tras la expulsión de Marcel Ruiz ('72), pero, Toluca ratificó las sensaciones de la Jornada 1, y que al congeniar sus ocho incorporaciones con el resto, irá creciendo en resultados. Pareció que ese 3-0 que tuvo a favor, terminó por indigestarle, y el Atlas lo arrumbó hasta el 3-2.

Otro líder, el Puebla, sigue haciendo su labor, pulcra, afanosa, jugando bien, tras golear a Mazatlán primero, y disponer con un extra de oficio, ante el Santos. Obvio que a La Franja no le duele nada, Tiene una base que fortalece y un sistema que domina, ahora debe imponerse donde ha errado: en Liguilla.

Y se agrega el Pachuca, manteniendo fisonomía, sufriendo porque apenas está reencontrando --al igual que el Atlas--, el camino de la competitividad, tras las vacaciones cortas y forzadas, tras perder la Final ante los Rojinegros. Encima, nadie extraña a los lesionados Romario Ibarra y Óscar Murillo, porque los relevos elegidos y los ajustes, han funcionado perfectamente.

Por otro lado, las incógnitas. Tigres da señales engañosas de vida ante Mazatlán, y Monterrey tira un blof tras las concesiones suicidas del América. Y si Rayados decide ganar o perder sus partidos con marcadores abultados, bienvenido. Sin embargo, para los candados del Ex Rey Midas, haber recibido seis goles en las dos primeras fechas, son migraña segura.

León aún está lleno de claroscuros, pero tras someter al complicado San Luis, ante Pumas sacó la casta con un hombre menos, y la explosión del refuerzo Lucas Di Yorio, y las desatenciones de la zaga universitaria, le permitieron ese 3-3, que disfraza una media cancha con mucho músculo, y donde el talento llega a destiempo con Luis Montes.

Asumiendo pues que apenas son los escarceos del torneo, alcanza, sin embargo, para dejar en claro, que la supuesta grandeza, de los cuatro más populares o populacheros, arranca este Apertura 2022, sin palabra de honor.

Chivas espera un milagroso Santiago Ormeño; Fernando Ortiz recibe otro sopapo por desafiar el sentido común; Eduardo Aguirre empieza a entender lo gitana que es la Liga Mx, mientras Pumas tiene dos puntos de alerta, puntualmente, en el fondo derecho de su zaga.

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LOS ÁNGELES -- De la manera más móndriga (infame), Chivas limosnea mendrugos. Se lesiona el sempiterno prospecto J. J. Macías y monta en histeria. Compras de pánico.

Tiene tres cándidos candidatos, y todos, jugadores de medio pelo: Henry Martin, El Mudo Aguirre y Brandon Vázquez. Lo grave es que los tres lo ven, a Chivas, como plato de segunda mesa.

Henry Martín es carne dos veces envenenadas. Firmarlo sería un insulto para el Guadalajara. No se trata sólo de ir a la tienda de segunda mano de Coapa, sino, además, un descarado y cínico mea culpa de la institución.

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Imago7Henry Martín permanecerá e el América durante el Apertura 2022.

Chivas es más estéril que la matriz de una momia. Infértil, árida. Un páramo. No ha sido capaz de formar en 12 años, después de la salida de Javier Hernández al Manchester United, un centro delantero, un goleador de su propia raza, de su propia carne y de su propia sangre.

La llegada de Martín, Vázquez o Aguirre a Chivas, es una bofetada, un zape, una injuria, un escupitajo al Guadalajara como institución formativa. Y en todos sentidos.

Desde que en 2002, Jorge Vergara invirtió 260 millones de dólares en comprar a Chivas, pagados en abonitos fáciles, las Fuerzas Básicas han sido una pomposa, costosa e inútil vesícula biliosa en el equipo. ¿Por qué? Porque se han roto todos los procesos. Desde el más sólido con Hans Westerhof, hasta la mitomanía con Matías Almeyda y Marcelo Michel Leaño, pasando por el cuentista de Albert Benaiges, y sus malos hábitos. Y hoy, el Guadalajara entrega la sastrería a un daltónico: Mariano Varela.

Más allá de la pujanza gitana de Omar Bravo, o de un Chicharito que estaba optando por el retiro, ante el desdén en Chivas, el Guadalajara encontró un goleador de oropel en Alan Pulido, formado en Tigres, y además pagando una fortuna entre comisiones, salarios, manos untadas y dinero extraviado en el camino.

Mientras Atlas, Pumas y América han aportado generaciones clave en selecciones nacionales, con jugadores de su cantera, hay otros sellos distintivos: personalidad y educación. Más allá de algunos escandalillos, pero sus referentes nunca perdieron de vista el objetivo claro de ser futbolistas.

Más allá de la oveja negra de Coapa, el inigualable Cuauhtémoc Blanco y sus borreguitos, el resto de las auténticas figuras de Zorros, Pumas y Águilas, supieron dimensionar el futbol y las francachelas, más allá de que estaban lejos de ser hermanas de la caridad, al menos eran más caritativos con su oficio que con sus vicios.

¿Y con Chivas? Vodeviles de mala muerte: accidentes automovilísticos de madrugada; encerronas hedonistas en el Termas Centaurus de Río de Janeiro; pleitos de celos entre rojiblancos en Monterrey por los favores de Yamilé; recurrentes muestras de alcoholismo, hasta acusaciones de violencia sexual.

Entiéndase y créame: Chivas debe ser el equipo que más atrae al jugador amateur de México. Su fama, ya rancia y casi decadente, gracias a El Campeonísimo, por años, despertaba ilusiones en todos los jugadores mexicanos, incluyendo, aún, Estados Unidos. Pero, eventualmente, los pastores han sido tan descarriados como las ovejas. Incluso, los eventuales esfuerzos de José Luis Real y Efraín Flores terminaron siendo ninguneados por el mismo club.

Por eso, insisto, a diferencia de Pumas, Atlas y América, en Chivas se forman o formaban, buenos jugadores, pero con una frágil, enclenque, y anoréxica integridad moral, mental y profesional.

Recuérdese el caso de Marco Fabian de la Mora. Jorge Vergara lo tomó como una cruzada personal. Lo sentó a la mesa de motivadores, comunicadores, psicólogos, ex futbolistas, para convencerlo de que el futbol merecía más devoción que la que mostraba por el alcohol. Jorge fracasó, y Marco Fabián hoy arrastra sus ruinas en Mazatlán.

Por eso, que Chivas hoy mendigue, limosnee como refuerzo a un delantero de medio pelo, es el reflejo de la paupérrima forma de trabajar en sus fuerzas básicas. Por eso, eventualmente, llevar a Henry Martín es una doble humillación. Porque van a la tinaja de saldos de Coapa, y porque es una confesión de su incapacidad para formar futbolistas.

Más allá de que el América ha blindado a Martín, a raíz de la lesión de Roger Martínez, el Guadalajara insiste, porque el jugador se siente urgido de salir de Coapa. Sin duda, más allá de esa etiqueta de medio pelo, la transferencia sentaría bien a todos.

1.- Henry Martín está tan cerca de Qatar 2022, como cerca esté de su televisor en casa. Si no juega, Gerardo Martino llevará a su delirio Rogelio Funes Mori y a Santiago Giménez. Martín necesita desesperadamente de esos minutos que el América le niega y que Chivas le ofrece.

2.- Chivas entonces se llevaría a un desesperado. A casi un kamikaze, de medio pelo, pero kamikaze, dispuesto a matar y morir en la cancha. En eso, tiene más adrenalina que el mismo Macías.

3.- Martín, su representante, y Chivas, trataban aún este jueves de convencer al América de la operación. Especialmente, porque Fernando Ortiz se muestra más interesado en usar al Mozumbito, Román Martinez, e incluso al mismo Federico Vinas.

Cierto que los delanteros no se dan en maceta, y los goleadores de raza, de casta, de sangre, aún menos, y eso lo sabe el mismísimo Ricardo Peláez, quien no fue un delantero muy completo, torpón de pies, pero inteligente y eficiente en el área, especialmente de cabeza, pero al menos, en la cantera rojiblanca ya debería haberse cosechado a un artillero de medio pelo para arriba, y no andar mendigando en corrales ajenos.

En el caso de Brandon Vázquez, recuérdese la precisión que hizo Jorge Vergara: en Chivas pueden jugar todos los mexicanos por nacimiento, por sangre, y hasta por el código de la costarricense Chavela Vargas (“los mexicanos nacemos donde nos dé nuestra rechingada gana”), pero no jugarán en el Guadalajara si lo hacen con la selección nacional de otro país, y Brandon ha jugado con Estados Unidos. ¿Irrespetará Amaury Vergara el mandamiento paterno?

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LOS ÁNGELES — Con tufo a fracaso, Jonathan Rodríguez se despidió del Al-Nassr. Sólo un alarde de incompetencia de Santiago Baños y de Joaquín Balcárcel podría evitar su anidar en Coapa.

Presuntamente, el América ya tiene una 'Cabecita' de ariete para un ataque que por años ha sido tan peligroso como Lassie en su sexta semana de gestación. Con Jonathan Rodríguez, debería cambiar la historia. La ofensiva aguilucha debe ser más peligrosa ahora que una piraña en un retrete.

¿Está Cabecita a la altura de las exigencias? No llega a un equipo cualquiera. Llega a un club azuzado por la afición, por la marabunta mediática y por su propio ADN, ése, el del #ÓdiameMás. Sin un título en cuatro años, su linaje empieza a ulcerarse.

No desconoce el medio ni el miedo, ni las presiones, ni las acechanzas, ni las demandas, ni los desafíos. Fue clave, junto con el también extraviado Luis Romo, en la conquista del título de Cruz Azul para poner fin a 23 años de ayuno.

Cierto, su pasaje por Arabia Saudita fue lamentable. Su chequera engordó, pero su eficiencia cayó en anemia perniciosa. Al–Nassr buscará mejores opciones que la de un gambusino que olisqueó petrodólares, pero dejó de olisquear la red.

América consuma una jugada maestra al firmarlo, a no ser, claro, e insisto en ello, que Baños, Balcárcel y su gurú Nazareno Marcollese destruyan lo indestructible, que arruinen lo infranqueable. Ellos saben que el Cabecita no sólo puede salvar a su equipo, sino también salvarles sus endebles cabecitas, después de tantas equivocaciones perpetradas.

1.- Consiguen a un goleador comprobado, de raza, de casta. Cierto, no sobrevivió al éxito del título con Cruz Azul, pero también algunas excentricidades de Juan Reynoso influyeron en ello.

2.- América firma a uno de sus grandes verdugos. Jonathan Rodríguez se había convertido en uno de los burlones ejecutores de las Águilas, especialmente, en la época de Miguel Herrera.

3.- Coapa gana, además, un caudillo en El Nido. Aquella ventaneada, con trago en mano, pose de galán en desuso, durante una fiesta clandestina en plena pandemia, trastocó al Cabecita. De posible chivo expiatorio se transformó en líder, en uno más de ese grupo de jugadores que echó a Víctor Garcés del vestidor celeste.

4.- En medio de la Torre de Babel que ha sido el América, en la conexión entre constructores y ejecutores, parece ser la solución. América tiene al mejor rombo del futbol mexicano, más allá de la forma de juego que ordene Fernando Ortiz: Diego Valdés, Pedro Aquino, Richard Sánchez y Álvaro Fidalgo. Sólo falta el magnicida del área… o faltaba.

5.- Ojo: aún deberá ponerse en forma y readaptarse físicamente a la Ciudad de México. Sin embargo, tras seis meses de ausencia, esa memoria biológica no se habrá borrado totalmente. En Santos y Cruz Azul corroboró que puede desarrollar las funciones y variables que Federico Viñas y Henry Martín, juntos, no pueden desempeñar.

6.- Ojo: deseable es que los exámenes médicos sean más minuciosos que de costumbre. Recuérdese la ligereza de los médicos, cuerpo técnico y directivos en el caso de Nico Castillo. Cuidado: no asevero, ni remotamente, la existencia de alguna complejidad en su salud, pero aquella negligencia médica, les deparó sorpresas también en la fragilidad de Nicolás Benedetti.

7.- Ciertamente, hay un interés especial de Jonathan Rodríguez: el Mundial y la Selección de Uruguay. En su entorno se asevera que estuvo en comunicación con el técnico Diego Alonso. “Para contemplarte te necesito en ritmo y en competencia”, le habría dicho. América sería la solución para ambos.

8.- Anote en su agenda: el 20 de agosto, con América como administrador, Cabecita Rodríguez se enfrentará a Cruz Azul, a algunos de sus ex compañeros, y a una fanaticada herida, rabiosa, compungida, rencorosa, resentida, vengativa y ansiosa de sufrir y gozar en ese encuentro.

9.- Entendiendo que el Pacto de Caballeros no existe, nunca ha existido ni seguirá existiendo, pero cómo habrá compensado el América a Cruz Azul para que se diera el retorno del Cabecita con destino a Coapa. Favores que se hacen, favores que se pagan.

Por eso, sin duda, Jonathan Rodríguez pasa del Al-Nassr al renacer. Al menos, queda en sus manos, en sus pies, y en su Cabecita.

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Fútbol, América

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LOS ÁNGELES -- Los espíritus chocarreros del #Solarismo se apoderaron del América los primeros 45 minutos. Y El Nido terminó humillado por Pachuca, ya finalista del Clausura 2022, con Atlas como rival.

3-0 (4-1, global). Y debieron ser más. Pero los postes de Guillermo Ochoa se sublevaron para proteger del escándalo el ocaso de la #TanoTesla de Fernando Ortiz.

Un partido cargado de momentos chuscos. Que pudieron modificar la historia, pero que agregaron elementos de circo, maroma y teatro.

1.- Al minuto 2, Diego Valdés, solo ante el portero Óscar Ustari falló tres remates consecutivos, en un balón mal regresado por la defensa tuza. El jugador más técnico del América, siendo epítome de la torpeza.

2.- Sí, claro, los buitres y bufones con calzoncillo y silbato. Fernando Hernández perdona dos rojas. La primera era para Nico Ibáñez por una plancha a la pantorrilla de Richard Sánchez. La segunda para Bruno Valdez. Y el VAR, ese cómplice silencioso. ¿Por qué chusco esto? Porque ya tratarlos de delincuentes, al juez y al VAR, es concederles demasiada inteligencia.

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Imago7Pachuca decretó la victoria con el tanto de Romario Ibarra.

3.- El primer tiempo del América. Fue un homenaje con retraso a la versión más pusilánime del Indiecito en el arranque de este torneo. En el 1-0, Bruno Valdez, entre la sospecha y la estulticia, se hace a un lado para que el balón llegue al remate de Romario Ibarra. ¿Jorgito Sánchez? De él no se puede sospechar. Lo suyo es malo, mental, futbolística y hormonalmente, porque contempló en primera fila, ese primer gol y el segundo. Si fuera tantititito listo, si lo fuera, se le acusaría de cómplice.

Lo de Pachuca fue reflejo de lo que ha venido haciendo en el torneo. Se venía anunciando y sólo, los ciegos, los ignorantes o los que no lo veían jugar, no lo sabían. Es el único equipo de la Liga Mx que respeta el futbol y que respeta al futbolista mexicano.

Su pirámide lo demuestra: Kevin Álvarez, Micky Tapias, Daniel Aceves, Erick Sánchez, Luis Chávez y Víctor Guzmán. Y sus relevos, Bryan González y Fernando Navarro. No, aquí no corren peligro de alineación indebida, como esos equipos donde hay técnicos haraganes que viven facilito con la cartera del club.

Claro, detrás de todo, está Guillermo Almada. El técnico uruguayo construyó un equipo dominante, espectacular, generoso, con lo que parecían ruinas, tras el pasaje dantesco de Paulo Pezzolano. Esta vez Jesús Martínez no se vio tan memo, llevando a Memo Almada.

Sobajado, zarandeado, maltratado, pero el América respetará el proyecto con El Tano Ortiz. Deberá haber limpia y una inversión fuerte. Le urge un goleador y un defensa central, para evitar esos extrañísimos errores neuronales de defensas como Bruno Valdez, que comete al menos un par de ellos en juegos clave de Liguilla.

Se habla de una lista en manos de Santiago Baños. Pero, recuérdese que hace tres años, le ofrecieron a Julián Álvarez, jugando para River Plate, pero se le hizo muy jovencito. Se habla del mismo Nico Ibáñez, de Rodrigo Aguirre y de Germán Berterame.

Con la Final establecida, inevitable ver los contrastes. Un equipo capaz de desequilibrarse, por esa venturosa obsesión de ir al ataque, como lo es Pachuca, ante un adversario, calculador, sólido, bien pertrechado y con pocas licencias para el adversario.

Sin embargo, en el caso de los Rojinegros, ya Tigres corroboró que con intensidad y velocidad, factores que son ADN de este Pachuca, se puede hacer daño al Zorro Mecánico.

Por otro lado, Pachuca tiene sus debilidades, especialmente cuando se le presiona en la salida, algo que, por ejemplo, América o no quiso, o no supo, o no pudo hacer nunca.

Sin embargo, recuerde que cuando está entero, y se le pega la gana, Atlas es capaz de transformarse, y fue evidente en los primeros 15 minutos del segundo tiempo del Juego de Vuelta ante Chivas, cuando borró al Guadalajara, hasta antes de la expulsión de Jeremy Márquez.

La gran duda será, hasta dónde esos tipos que son Doctorados Honoris Causa en impartir justicia, según su cacique, Arturo Brizio Cárter, dejarán de malograr y arruinar los pocos momentos de buen futbol en la Liga Mx. Sí, hoy, el arbitraje y el VAR, son el enemigo público número uno de la Liguilla.

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LOS ÁNGELES -- Fue un cabezazo brutal de Nico Ibáñez, un martillazo seco, con el reloj ya desangrándose en el alargue. El bólido, abajo, a la izquierda, donde sufre todo arquero, donde les rechinan las coyunturas a los guardametas, especialmente, a los que se acercan a los 37 años. Ahí, entre el milagro y el instinto, entre lo felino y lo intuitivo, apareció el manotazo de Guillermo Ochoa. El Estadio Azteca entero debió resoplar, debió bufar con ese sonido confuso del alivio y la supervivencia.

El marcador también resoplaba. 1-1. Así permanecería, trémulo, pero quieto, luego de ocho minutos de compensación. Ochoa, el que provoca escalofríos cuando sale por balones elevados, demostró que como atajador es el número uno. Y por él, el América también resopla.

No hay nada escrito para el Juego de Vuelta. El 1-1 y el reglamento, bendicen a los Tuzos del Pachuca. Sin embargo, el América confirmó que después de su naufragio en la era aciaga de Santiago Solari, no piensa morirse en la orilla.

El veredicto tiene firmas formales de Diego Valdés y del mismo Nico Ibáñez. El chileno tuvo dos oportunidades más de marcar. Una de ellas la acunó Óscar Ustari y la otra terminó en la Calzada de Tlalpan.

América genera oportunidades, pero sigue resignado a que Federico Viñas y Henry Martín desperdicien. Y eso marca diferencia, porque Nico Ibáñez suma 14 goles en el torneo, cinco de ellos en Liguilla. Unos cazan con mastines y otros con gatos.

El trámite resultó agradable. Porque Pachuca no renuncia a esa forma generosa, osada, suicida, casi, de respetar el futbol con su esencia de embellecer el deporte. Y América decidió responderle sin temores, sin escrúpulos, pero sin descuidos.

Las Águilas han llegado a un punto de quiebra. Catorce juegos y sólo una derrota. En un paralelismo, con el #Vocholari del Indiecito, quien en sus últimos catorce partidos alcanzó sólo una victoria. Por eso, en esa brava resurrección, América no sabe lo que es claudicar.

Pachuca tiene un bono extra que debería ser ejemplar en el futbol mexicano. Una fe enorme de Guillermo Almada en el jugador nativo. A su mexicanísimo triángulo equilátero en defensa y media cancha (Álvarez, Tapias, Aceves, Chávez, Guzmán y Sánchez), le agrega sin empacho a dos más en el relevo, que cerraron acordonando y presionando a Las Águilas: Fernando Navarro y Bryan González.

En tanto, al #TanoTesla de Ortiz no le duele absolutamente nada, excepto que sus bayonetas tiene la punta roma: es más peligroso el cuchillo del juego de té de Barbie que Viñas y Henry. Acaso, también, la evidencia de que Pedro Aquino no está en su mejor forma. Acusa imprecisión y llega una milésima de segundo tarde a jugadas de alta precisión en cobertura y disputas uno a uno.

Pero, con un Roger Martínez al que le urge convencer de que le alarguen el contrato, más la devoción de Álvaro Fidalgo, Alejandro Zendejas y el mismo Valdés, el equipo discurre de posibilidades ofensivas, ya con mayor tranquilidad, tras recuperar la zaga orden y seguridad, y, sabiendo que en condiciones extremas, aparecerá Guillermo Ochoa, como lo hizo en tres ocasiones la noche de este jueves.

Para bendición del juego mismo, el trabajo de Jorge Pérez Durán fue, extrañamente, aceptable. Incluso el penalti contra el América fue una decisión quirúrgica junto con el VAR. Era evidente el contacto de Jorge Sánchez con Avilés Hurtado.

Siguen escatimándose, en algunos casos, las tarjetas amarillas para evitar rojas precipitadas. Una decisión sabia, pero que debería prevalecer en la fase regular del torneo y no sólo en la Liguilla. Pero, recuérdese que las recaudaciones a lo largo de la competencia, por amarillas y rojas, es una forma generosa de engordar el cochinito de la Comisión Disciplinaria.

Así, mientras América está obligado a ganar en la Vuelta en el Estadio Hidalgo, el empate colocaría al Pachuca en la Final. Pero, el libro sigue en blanco, aunque el bolígrafo esté en poder de los Tuzos. Lo más sensato y estimulante es que detrás del suspenso para el desenlace del próximo domingo, es que deberá llegar un juego aún más intenso que el de este jueves por la noche.

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EFEEl Tano cambió la cara del América que está convertido en un equipo espartano.

LOS ÁNGELES -- No son Águilas, son mastines. Porque acosan. Porque amedrentan. Porque muerden. Porque agobian. Porque resisten. Porque persisten. Sí, este equipo del Tano es todo un espartano. Dispuesto a matar y morir en la misma cita.

Tras el calamitoso inicio de torneo con El Indiecito Solari, Fernando 'El Tano' Ortiz, no sólo ha exaltado, sino que además ha exultado al americanismo. Le ha devuelto los genes, los cromosomas, la sangre propia de El Nido de Coapa. Su afición ya no habita bajo las piedras del bochorno.

Seis victorias al hilo. La sensación previa a la encerrona en El Volcán, era que las Águilas habían recolectado las zaleas humeantes de puro muerto (Toluca, Necaxa, Juárez, Tijuana y León). Ésta, ante Tigres, era la prueba suprema para el América por diversos factores: el estadio, la rivalidad, su propia racha de cinco triunfos, y, claro, las vísceras envenenadas de Miguel Herrera.

América aprobó de manera espléndida en la cancha, aunque de manera tacaña en el marcador. Sí, porque fue sólo un 2-0 y porque la figura del partido fue Nahuel Guzmán, entre sus habilidades como arquero y sus quehaceres como terrorista de la cancha. El Patón evitó al menos tres, incluyendo su faramalla que significó anularle un gol a Diego Valdés. Si, aquello pudo –y debió— ser una masacre.

Describir al América, exponer una radiografía puntual de sus méritos es muy sencillo, muy simple: juega con una sobriedad y seriedad que no le permite distraerse. Se compenetra absolutamente en la devoción y responsabilidad del juego. Nadie cede. Nadie arredra. Nadie se relaja. Mastines, pues.

El clan de El Nido marca, asfixia, recupera, y cuando lo hace, hay gestos tremendos de solidaridad. Siempre hay un compañero para desahogar o para marcar el relevo. América no sufre con la pelota, porque hay un compromiso gremial, además de un apego inquebrantable, especialmente, a desposeer del balón al rival. Sin duda, insisto, muy espartano el equipo del Tano.

En medio de esas seis victorias consecutivas, sólo ha recibido un gol. Y no se trata de proezas aisladas de su zona defensiva, más allá de algunos actos circenses de Guillermo Ochoa. Se trata, más bien, de que el embudo, el filtro empieza a angostarse, desde los primeros escarceos del adversario por hacer daño.

Ésta, ante Tigres, es la mejor exhibición de las Águilas que, insisto, parecen mastines entrenados para batallas encarnizadas. Cierto, el despliegue físico no permite florituras que quedan, acaso, en los pies de los talentosos, especialmente Diego Valdés, Richard Sánchez, y este sábado, hasta el mismo Federico Viñas le envió un mensaje a Miguel Herrera, tras las últimas semanas en que ambos coincidieron, en agrias referencias, en Coapa.

Mérito tuvo El Nido en neutralizar a Tigres, pero, así como lo exhibieron antes Puebla, Pachuca y Necaxa, los felinos sufren bajo presión, especialmente, cuando como ocurrió ante La Franja, Tuzos y Rayos, le secuestran a Juan Pablo Vigón y le arruinan la sorpresa y el desbalance que ofrece.

Pero esos lapsos de desorden de Tigres no son nuevos. Le ocurrió ante Juárez, Cruz Azul, San Luis, y hasta ante Mazatlán, estuvo a punto de dejar el resultado. Miguel Herrera debe percibir lo que ocurre, pero no puede o no sabe cómo solucionarlo.

Puntualmente, en partidos como el de este sábado, aunque la afición de Tigres se escandalice y se persigne con histeria, pero por la dinámica, intensidad y ritmo, terminó desfasando a André Pierre Gignac, pero, quien tiene la etiqueta de inamovible e intocable. Ante América, Luis Quiñones desapareció y el mismo Florián Thauvin, empeñoso y todo, ni remotamente disputa con propiedad un balón para recuperarlo.

Es la migraña del Piojo Herrera. Porque, además, ha perdido cuatro juegos, y tres de ellos ante los otros ubicados en la zona VIP de la Liguilla, y que ya se mencionaron: Puebla, Pachuca y América. Cierto, no perderá una plaza entre los cuatro primeros, pero mientras El Piojo no solucione ese desorden “in crescendo” que se presenta en cada juego, sus aspiraciones al título se reducen

Ojo: al final, Miguel Herrera es un experto en Liguillas. Va a jugarla como debe, más que como quiere, y a todo lo que puede. Para la serie final del torneo hará ajustes, dejará de lado el espectáculo y mostrará la versión más mezquina que pueda de estos Tigres, porque sabe que es muy distinta la verbena de 17 fechas, al Juicio Final de una Liguilla. Ya se verá

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Futbol Mexico, América

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LOS ÁNGELES -- América irrumpe. Chivas forcejea. Pumas sueña lejano. Cruz Azul, en el póker de la incertidumbre. Monterrey sigue de tumbos con su lazarillo, el Ex Rey Midas.

Y el rey efímero, el Atlas, estudia su abdicación, pero sin rendirse. Se arriman en zona de repesca, dos intrusos, Necaxa y San Luis, al amparo de la mediocridad -- como los anteriores --, con su 44 por ciento de productividad. ¿León? Distraído, no ha leído la esquela de su propia muerte.

Sólo hay tres agraciados. El futbol premia a Pachuca, Tigres y Puebla. Comandan el torneo, respetando el principio de este deporte: jugar para ganar, y no ganar por jugar.

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Imago 7Ricardo Cadena sacó un triunfo importante en el Azteca sobre Cruz Azul, en su estreno como técnico interino de Chivas en la Fecha 14.

Más allá de que este jueves por la noche, Cruz Azul es favorito sobre el paria de la violencia, el Querétaro, el pelotón de los aspirantes a unas horas más de vida en el Clausura 2022, parece definirse, pero sin finiquitar las esperanzas para un par de equipos (¡Toluca!... y Santos) que aún pueden subirse en el vagón de los menesterosos, si Pumas y León no sacan las garras en las dos últimas citas del torneo.

Dicho estaba que Pachuca bien vale el boleto, o en todo caso, la botana y las dos horas de atención. Pero, sobre todo, es el único equipo que es sostenido, puntualmente, por jugadores mexicanos (claro, a excepción de Chivas), y en el que los extranjeros terminan como línea de soporte.

Se hacen cargo Kevin Álvarez, Daniel Aceves, Érick Sánchez, Luis Chávez y hasta Víctor Guzmán, el tipo del asterisco, que nunca limpió su nombre claramente por aquel pasaje del positivo por dopaje. Se puede prescindir de Romario Ibarra, de Avilés Hurtado y de Nico Ibáñez al ataque, o de Gustavo Cabral, Óscar Ustari, y claro, del adicto a las rojas, el colombiano Óscar Murillo.

Al igual que Pachuca, Tigres y Puebla revalorizan la atención, haciendo un futbol agradable, generoso y exitoso. Miguel Herrera, sin embargo, batalla. El equipo se le desordena inevitablemente en cada partido. A veces lo remienda con los cambios, a veces, lo agrava, con las mismos modificaciones.

La exhibición ante Necaxa fue lamentable. Cierto, un gol auspiciado por los actos terroristas del arbitraje y el VAR, condiciona el juego, pero Tigres fue incapaz de reaccionar aún con el plantel tan vasto al ataque, pero, cierto, tan basto, tan tosco, en defensa.

Además, a Herrera y sus felinos, en su mejor exposición, dos equipos lo sentenciaron a puro futbol: el mismo Pachuca (2-1) y el Puebla, aunque en este partido, Carlos Salcedo firma un autogol, y Gignac no puede firmar un penalti.

Por otro lado, mientras el Ex Rey Midas, Víctor Manuel Vucetich, titubea con un punto de los últimos seis, debilitado por lesiones y expulsiones, visita a Pachuca, bajo la urgencia de una victoria, porque ya le tumban el cercado de su casa, en ese cuarto sitio de la Tabla, que parece ser el último reducto disponible para ir a la Liguilla de manera directa.

Porque América ha despertado con cuatro victorias consecutivas, aunque tiene un cierre de terror ante los Tigres de El Piojo, y un duelo ante su eventual némesis, Cruz Azul, aunque ahora sin el verdugo Jonathan Rodríguez.

Y mientras Atlas busca la cura para el virus de la Campeonitis, el Guadalajara encadena dos victorias, tras desencadenarse de Marcelo Michel Leaño, y jugando con mayor seriedad e intensidad de la mano de Ricardo Cadena, aunque Pumas y Necaxa, vecinos en ese callejón de la mediocridad, son sus últimas garitas.

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Imago7Fernando Ortiz logró cambiar la cara del América y colocó al equipo en zona de repechaje después de un mal inicio en el Torneo Clausura 2022.

Al menos, el tono de resucitados y redimidos que han adoptado América y Chivas, con Fernando Ortiz y Cadena, le puede regresar al Repechaje cierto colorido, más que brillo, al siempre gris trámite previo a la Liguilla, aunque, insisto, ese cuarto sitio a la zona VIP del torneo, aún está disponible para varios, inevitablemente, por la misma inestabilidad de Rayados, cuyo ataque, con Vincent Janssen al mando, se ha vuelto más seco e infértil que la matriz de una momia.

Seguramente, en el club de los populacheros, Cruz Azul, América y Chivas podrán arrastrarse, al menos, a jugar en la Ruleta Rusa del Repechaje, mientras que Pumas, obsesionado con el Mundial de Clubes, apostará todas sus cartas ante el Seattle Sounders en la Final de la Concachampions. Sin duda, hubo por parte de Andrés Lillini un dejo de soberbia y menosprecio, ante San Luis, y este equipo de poco futbol y muchos chiripazos, terminó zarandeando a la UNAM.

Quedan pues, dos jornadas decisivas, en las que insospechados, y en algunos casos hasta indeseables, se pueden meter a zona de repesca, con esas licencias fariseas y mercantilistas, que aporta este capricho de la Liga MX, de mantener con vida a equipos muertos.

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