LeBron James and Stephen Curry
ESPN Digital
MÉXICO -- Llegaron las Finales de la NBA. Llegó el duelo que todos queríamos ver. La revancha. Golden State y Cleveland fueron sin atisbo de duda los mejores equipos en sus respectivas conferencias y desde este jueves definirán al campeón de la NBA.

Estos Cavaliers son muy diferentes a los de hace un año, pero también estos Warriors son claramente una versión mejorada del equipo que alzó el trofeo Larry O'Brien y que, en el camino, perdió solo dos juegos en casa durante la postemporada. Entonces la pregunta que muchos se hacen es ¿podrán estos Cavs vencer a unos Warriors aún mejores que los de 2015?. La respuesta depende de varios factores, pero en cuánto a potencial se refiere, es un escenario más que posible.

Golden State venció a Cleveland hace un año de manera contundente, pero aquellos que ahora no le dan chance alguno a LeBron y compañía quizás olvidan que la serie final llegó a estar 2-1 a favor de unos Cavs que ya jugaban sin el lesionado Kevin Love y que sumaron sus dos triunfos sin Kyrie Irving, cuya rodilla fracturada lo sacó de la serie después del Juego 1.

De ahí en más todo el peso ofensivo de Cleveland cayó sobre los hombros de LeBron que en sus dos títulos con Miami había contado siempre con aliados como Wade, Bosh y, como no, Ray Allen. En toda la serie final de 2015, James tomó 196 tiros al aro, una cifra escandalosa comparada con los 122 que tomó Stephen Curry durante los mismos 6 juegos. ¿Egoísmo? Todo lo contrario. A James se la ha conocido, y muchas veces criticado, por ceder el balón de más a sus compañeros cuando el juego está en la línea. Pero el elenco de reparto de Cleveland se derrumbó dramáticamente después del Juego 3. En los tres duelos finales J.R. Smith tiró un 28% de campo mientras que Iman Shumpert tuvo un porcentaje de acierto del 25%. LeBron se vio obligado a tirar más y la inefectividad de sus compañeros facilitó la estrategia defensiva de Golden State que "limitó" a James a un 40% de campo.

Por eso estas finales pueden ser diferentes, al menos deberían ser más parejas. El aporte ofensivo de Irving (23 puntos 6 asistencias en el Juego 1 en 2015) sería de por sí un factor de mejoría para Cleveland, pero la verdadera clave es la presencia de Kevin Love. Con Love en la cancha y su efectividad de larga distancia, los Cavs pueden abrir mucho más su ofensiva y generar un espacio que James podría aprovechar en la pintura, donde más productivo ha sido esta temporada. Más allá de las lesiones, el gran error de Cleveland en las finales pasadas fue entrar en el juego de Golden State con una alineación "pequeña". El Thunder tuvo un éxito parcial aprovechando la debilidad de los Warriors con su falta de estatura bajo el tablero y los Cavs podrían explotarla utilizando más a Tristan Thompson y Timofey Mozgov además de diseñar más ofensivas para LeBron en el poste bajo.

Dicho todo esto, los Warriors siguen partiendo como favoritos. Dominaron a Cleveland en la temporada regular y su juego de perímetro sigue siendo indefendible en una serie completa. Si las finales se convierten en una guerra de triples, Golden State llevará las de ganar. Pero esta vez Cleveland y LeBron no tienen excusas. Llegan completos y mucho más enteros físicamente que unos Warriors que perdieron dos veces a Curry por lesiones en esta postemporada y que batallaron siete juegos en una serie muy física contra Oklahoma. Para LeBron es ahora o nunca.

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Quedaban solo ocho segundos en el reloj y Stephen Curry anotó apenas su quinta canasta de la noche, pero parecía que la historia del Juego 1 de las Finales de la NBA se iba a repetir.

Cleveland nadaría con esfuerzo a la orilla sólo para darse cuenta que al final le faltarían un par de brazadas. El doble del MVP de la temporada empataba el juego 87-87 después que los Cavs estuvieran arriba todo el resto del último período y llegaran a tener una ventaja de nueve puntos a cinco minutos del final.

LeBron James, Matt Dellavedova
AP PhotoAunque lideró al grupo una vez más, LeBron tuvo más apoyo de los compañeros

Pero esta vez los Cavs no se vieron limitados a solo dos puntos en el tiempo extra y fueron los Warriors los que nunca terminaron por encontrar su ritmo de tiro, ni siquiera en la prórroga. Solo Draymond Green anotó en movimiento en el alargue y Stephen Curry cerró una de sus peores noches de toda la temporada. Cleveland se llevó el juego dos de la serie con triunfo de 95 a 93 en una batalla que tuvo dos protagonistas evidentes y otros dos menos celebrados.

Primero. LeBron James. LeBron simplemente ha masacrado a la defensa de Golden State esta temporada. Contando el único juego en el que enfrentó a los Warriors en la fase regular y estos dos de las finales, James promedia 42 puntos por partido contra el equipo de Steve Kerr. No sólo eso. De nuevo comandó a los Cavs en las tres estadísticas más notables: 39 puntos, 16 rebotes y 11 asistencias (el resto del equipo solo dio tres asistencias). James ha despejado en estas finales cualquier duda sobre su status de mejor jugador de la NBA y plantadouna nueva en la mente de aquellos que se niegan a colocarlo entre los mejores de la historia.

Segundo. Stephen Curry. El base armador de los Warriors anotó solo cinco canastas en 23 intentos, apenas dos triples de 15 lanzados y perdió el balón en la última posesión del equipo en la prórroga. El lado positivo para Golden State es que difícilmente Steph tendrá un juego peor el resto de la serie.

Después los dos héroes inesperados. Matthew Dellavedova jugó solo nueve minutos y se fue sin puntos del primer partido de las finales. Peor aún, el australiano se tardó en llegar al autobús del equipo que terminó partiendo sin él. Delly tuvo que tomar un auto particular para volver a su habitación. Todo cambió este domingo. Sin el lesionado Kyrie Irving, Dellavedova jugó 42 minutos, anotó nueve puntos (todos entre el último cuarto y la prórroga), tomó un rebote ofensivo en la penúltima posesión del tiempo extra y mientras él defendió a Stephen Curry, el MVP se fue en ceros.

El otro en levantar su juego fue el ruso Timofey Mozgov. El centro de los Cavs terminó con 17 puntos y 11 rebotes y en momentos en los que LeBron James miraba a los lados y no conseguía cómplices ofensivos, le dio un respiro al líder del equipo.

La serie se muda ahora a Cleveland para jugar el partido tres (martes) y el cuatro (jueves). El panorama está más abierto que nunca aún sin Kyrie Irving. Los Cavs le quitaron (por ahora) la ventaja de casa a los Warriors pero con un día de viaje de por medio y sin descanso, las dos noches bestiales de LeBron James pueden pasarle factura a Cleveland.

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MÉXICO -- Una final más para LeBron James. Mucho que perder y poco que ganar. LeBron tendrá que luchar no contra Stephen Curry, no contra los Warriors sino contra un fantasma... el de Michael Jordan.

Por cada logro de James, por cada record, por cada muestra de su extraordinario talento, habrá siempre una réplica y una comparación. Pero, ¿es justo medir a LeBron en función de la sombra de Jordan? La primera comparación en la que James queda mal parado son las finales ganadas. Jordan conquistó las seis que jugó y fue más valioso en todas ellas. Lebron ha perdido una más de las que ha ganado y la última ante los Spurs fue particularmente contundente.

LeBron James
AP PhotoJames no luchará contra un equipo, lucha contra un fantasma majestuoso

Jordan tuvo que esperar siete años en la liga para llegar a su primera final de NBA. Lo hizo con 27 años y junto a sus Bulls venció a los Lakers de Magic Johnson, toda una declaración de intenciones. Pero su majestad no estaba solo. Scottie Pippen promedió más de 20 puntos por partido y comandó a Chicago en rebotes con casi 10 por encuentro en aquellas finales. Un año más tarde la víctima fueron los Blazers de Clyde Drexler. Jordan volvió a comandar a los Bulls con más de 35 puntos por encuentro pero Pippen promedio más asistencias y rebotes que nadie en Chicago y volvió a ser el cómplice perfecto de Jordan.

La historia de LeBron y las finales es muy diferente. Llegó a su primera con solo dos años de experiencia en la liga con apenas 22 de edad. En el quinteto abridor de que aquellos Cavs que retaban a San Antonio en 2007 le acompañaban Drew Gooden, Larry Hughes, Sasha Pavlovic y Zydrunas Ilgauskas... un grupo nada prometedor. Los Spurs barrieron y Lebron no volvió a saborear las finales hasta 2011. Con el Heat, James perdió su primera y su última final pero en 2012 y 2013, ante Oklahoma y San Antonio respectivamente, cargó con el equipo al que comandó en puntos, rebotes y asistencias en ambos títulos, con Dwayne Wade y Chris Bosh en segundo plano.

Para medir el impacto que Lebron ha tenido en sus equipos solo basta con mirar hasta donde llegaron sin él. Esta temporada, la primera sin James en cinco años, el Heat gano solo 37 juegos y perdió 45, un record que no le alcanzo para entrar entre los ocho mejores de una Conferencia Este etiquetada de mediocre. Más fuerte fue la caída de los Cavs cuando Lebron decidió llevar sus talentos a South Beach en 2010. De ganar 61 juegos y terminar con el mejor record de su conferencia con James a la cabeza, Cleveland pasó a ganar solo 19 y perdió 63 al año siguiente para terminar con el segundo peor record de toda la NBA.

Los Bulls de Jordan eran un poco más que un elenco de reparto. Con Su Majestad dedicado al béisbol en 1994, el Chicago de Pippen y compañía ganó 55 juegos en la temporada regular y se quedó a un paso de la final de conferencia después de perder en siete juegos ante los Knicks de Patrick Ewing y John Stark.

Puede que Lebron jamás sume los seis anillos de Jordan, y está claro que nunca tendrá el impacto global de Su Majestad con su clavada desde el tiro libre, sus zapatos mágicos, sus comerciales y sus innumerables tiros ganadores; pero James hace historia por sus propios medios.

Hoy vuelve a llevar a un equipo regular al escenario más importante. Sin Kevin Love, sin Varejao, con Kyrie Irving golpeado. Sin ellos anotó 37 puntos tomó 18 rebotes y dio 13 asistencias para acabar casi solo con los Hawks en el juego tres de la final de conferencia. El hombre que puede jugar y defender todas las posiciones en el baloncesto tiene mucho que perder ante Golden State, pero si gana su tercer anillo de campeón agrandará un poco más su propia leyenda, la del hijo pródigo que regresó para darle a Cleveland su primer título deportivo en más de medio siglo.

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