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El Chivas esquizofrénico

Se fue Van't Schip, el último vestigio de aquel modelo holandés, modelo Cruyff, modelo Barcelona que se nos prometió apenas meses atrás. Benjamín Galindo se transforma en el decimosexto entrenador de los últimos 10 años, una cifra que evidencia claramente los problemas por los cuales ha atravesado el popular equipo de futbol. Hoy, la pregunta no es si Galindo podrá cambiar la historia en la cancha. La pregunta es si tendrá tiempo y espacio para hacerlo.

LOS ANGELES -- A las 10 de la mañana con 21 minutos las puertas de Verde Valle se abrieron para permitir la salida de John Van't Schip, marcando así el final, el último vestigio de lo que intentaban ser unas Chivas de aromas holandesas, unas Chivas apegadas a la inteligencia de un genio llamado Johan Cruyff, unas Chivas que perseguían el utópico mensaje de convertirse en el "mejor equipo del mundo..."

Y en "Vergara-landia", donde cualquier semejanza con la realidad sólo es ficción y fantasía, se presenta a Benjamín Galindo cuando sólo faltan algunas horas para comenzar el Clausura 2013.

Galindo será el decimosexto técnico que dirige al menos un partido oficial con Chivas en los últimos 10 años, en la accidentada "era-Vergara". Será la segunda vez que el llamado "Maestro" se siente en la banca del Guadalajara: lo hizo en el 2004, cuando debutaba como entrenador. Lo hizo sustituyendo a Hans Westerhoff que había conseguido el sub-campeonato. Galindo dejo números hasta cierto punto positivos en su primera etapa con Chivas: 15 ganados, 12 empatados y 12 perdidos antes de ser víctima de la "guillotina-Vergara".

Lo increíble es que la incertidumbre continúa en la época deportiva más triste en la historia del club más popular de México.

El trato con Johan Cruyff terminó en la basura, ahí, justamente donde han terminado la mayor parte de los planes y de los proyectos que Chivas ha perseguido en la última década. Las promesas de apostar por un cambio, por una transformación amparada en los modelos más desarrollados del futbol internacional se quedaron, otra vez, en el olvido.

Ese ir y venir, ese desbarajuste emocional, eso es lo que tiene a Chivas en el limbo. El Guadalajara tiene una faceta esquizofrénica: está por momentos consciente de su realidad, de lo que necesita y cuando parece coherente, hace y toma las decisiones acertadas: Se le aplaudió el día en que decidió que Cruyff tenía que tener las llaves del club y quizá hoy también se le venere por la decisión de volver con Benjamín Galindo, pero el problema no está aquí. El problema es cuando el "enfermo" recae, cuando entra en sus parajes de fiebre, de mareos, de pérdida de los sentidos. Cuando el Chivas que piensa se vuelve irracional, cuando el Chivas que sueña pierde esperanza. Ahí, no existe plan ni proyecto que se lo soporte.

La lista es larga: Daniel Guzmán, 'Yayo' de la Torre, Hans Westerhof, Benjamín Galindo, Juan Carlos Ortega (interino, dirigió en partido oficial), Xabier Azkargorta, José Manuel de la Torre, Efraín Flores, Omar Arellano (interino, dirigió en partido oficial), Francisco Ramírez, Luis Manuel Díaz y Marco Fabián (interinos, no dirigieron en partido oficial), Raúl Arias, 'Güero' Real, Fernando Quirarte, Héctor Real (interino, no dirigió en partido oficial), Ignacio Ambriz , John van't Schip y ahora Benjamin Galindo. Y ahora, a sentarnos, a esperar, a ver hasta cuándo, cómo y por qué se desvanece el siguiente proyecto.