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La FMF apadrina el secuestro del futbol por parte de Barras Bravas

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Análisis: ¿Muy cortas las sanciones? (3:00)

Grupos de 'animación' de Gallos recibió sanción de no asistir 3 años como local. (3:00)

LOS ÁNGELES — La impunidad fue vestida de gala este funesto martes. Fue casi beatificada por parte del futbol mexicano.

Las barras bravas, esas que no existen en la pizpireta cabecita de Mikel Arriola (presidente de la Liga Mx), han recibido el certificado de invulnerabilidad este martes en México. La FMF les llaman grupos de animación. Es como llamarles afectada y solapadamente “tipos con problemas de adaptación social” a los asesinos seriales. Te entiendo, Mikel, no se vayan a ofender.

Luego de una sesuda sesión virtual de la #YuntaDeDueños (dixit Sven-Goran Ericsson), la FMF (Yon de Luisa) y la LigaMx (Arriola) revelaron sanciones pusilánimes tras las cruentas y dantescas agresiones en La Corregidora y su periferia. Querétaro sigue con vida, ¡imagínese usted!, sólo para no desajustar el calendario de partidos del torneo.

Deberá jugar a puerta cerrada, y sus prestanombres quedan inhabilitados: una recua de promotores de jugadores disfrazados: Gabriel Solares, Manuel Velarde y Greg Taylor. El equipo regresa a poder de Grupo Caliente y su socio oculto, el argentino Christian Bragarnik, al que la FMF ni siquiera se atreve a mencionar.

Esopo lo definiría muy bien: fue un parto de los montes. La fábula relata que los montes se cimbraban y quejaban en convulsiones de parto. Y parieron un ratoncito tristón. La referencia la usó Horacio: “Parturient montes, nascetur ridiculus mus (“parirán los montes; nacerá un ridículo ratón”).

Sí, un ridículo ratón, eso parieron tras carburar sus cacúmenes hasta el borde del colapso, la FMF, la Liga Mx y sus 18 compungidos apóstoles del servilismo. Vaya, se asegura que en un acto de bonhomía, compasión e hidalguía, hasta el Grupo Orlegi (Atlas y Santos), votó por el indulto de Querétaro. ¿Cuánta piedad!

Irónico. Por menos, por mucho menos, el mismo Yon de Luisa desapareció todo vestigio de Veracruz. ¿El equipo femenil, los de divisiones menores, los empleados administrativos, etcétera? Poco le importaron entonces. Claro, Fidel Kuri poco se ayudó, pero ¿por qué tanta saña en el Puerto y tanta complacencia en Querétaro?

¿Será que en el caso Kuri y Veracruz, el Grupo Orlegi fue despiadado, pero en el caso Querétaro ha sido piadoso? ¿Por qué?

Por cierto que en la conferencia de prensa, Arriola, más por despistado que por valiente, dejó muy en claro que el caso del Veracruz, De Luisa y Decio de María, lo manejaron con las extremidades inferiores, vulgo, con las patas, pues. Todavía hay deudas y demandas, explicó.

Hay un mensaje erróneo totalmente. La FMF monta en histeria ante #ElGrito, pero no ante el salvajismo. ¿Violencia, sí; #El Grito, no? ¿Es así, De Luisa, es así Arriola?

Pero, ¿y Las Barras Bravas? Esas que no existen, porque Mikel, dice que no están categorizadas en su agenda, esas mismas, este martes, se han visto fortalecidas.

Este martes, en el citado #PartoDeLosMontes, tras escupir el ridículo ratoncito, los padres visibles de la roedora criatura, decidieron deslindarse y eludir el tema de las Barras Bravas en la Liga Mx. Claro, como durante muchos años lo hicieron con #ElPactoDeCaballeros, que no existe, pero que, supuestamente, ya lo abolieron.

Lo peor, es que la FMF aceptó, en voz de De Luisa y de Arriola, que los “grupos de animación” son subvencionados por los clubes a través de canonjías y privilegios especiales, al decir que eso ya no debe ocurrir más. Lo ya sabido, pues, equipos que regalan boletos, financian viajes o tienen grupos de presión para intimidar a jugadores o entrenadores, como ocurrió en Monterrey, a la salida de El Barrial.

¿Por qué el temor a desaparecer a las Barras Bravas, más allá de ese nombre tierno, cándido, coquetón, cursi y fifí, de “grupos de animación” que hace evocar más bien a unas cheerleaders de película rosa de Hollywood? Hay equipos que los necesitan y hay equipos que les temen.

Todo se agrava, tras el apadrinamiento público que ha hecho la FMF de no desaparecer esas sectas de fanáticos, dispuestas a la destrucción, el odio, la violencia, como lo han demostrado antes de la tragedia bochornosa en Querétaro, y lo seguirán demostrando aún después.

Hablan de mantener un rigor de esos tipos propensos al delito. Hablan de emitir credenciales, en un país donde hay un vasto negocio en el mercado negro, donde se pueden falsificar desde actas de nacimiento, hasta cartillas de vacunación, pasando por licencias de manejo, pasaportes, títulos profesionales o diplomas con Chabelo o el Tío Gamboín.

¿Quieren hacerlo real? ¿Montarán en cada estadio sistemas digitalizados de identificación, con recursos de biometría? Si algo tan simple como el VAR es manipulado semana a semana, ¿se pueden imaginar el acceso a los estadios?

Cuento una anécdota de la que no puedo sentirme orgulloso. Fui asignado a la Final entre América y Cruz Azul, aquel 23 de mayo de 2013. Mi acreditación había sido aprobada, pero al recogerla en la Puerta 1 del Estadio Azteca, me notificaron que no estaba. “Fue orden de Decio (mi gran amigo De María)”, me dijo un tipo de logística.

Pero, había que entrar. Busqué comprar boleto para la zona baja, porque debía mandar la crónica un segundo después de terminado el juego. Imposible. Todo vendido. Apareció un ángel con cuernos y pezuñas, apestando a azufre de abuso y oportunismo.

“¿Traes dos mil pesos?”, me preguntó.

“Sí”, le dije.

“Vente, pero rápido güey”, respondió el tipo, quien tenía un puesto de tiliches en la explanada del Azteca.

Presurosos, llegamos a una de las puerta. “Dame la lana”, me dijo, y separó un par de billetes para el de la puerta de acceso. “Este güey va pa’dentro”. El tercero en delito, destrabó el torniquete de “salida”. Me carrereó, casi a empujones, pero segundos después ya estaba incómodamente sentado en la tribuna poblada, eufórica, ansiosa, maravillosa del Estadio Azteca.

¿Usted cree que los “cool” y “nice” grupos de animación de Mikel Arriola y Yon de Luisa no gozarán de mejores recursos novatones que los míos?

Este martes 8 de marzo, por obra y gracia de la pusilanimidad de los padres del ratoncito ridículo, parido en los montes, se hizo oficial la esclavitud del futbol mexicano a manos de las Barras Bravas, o para que no se ofenda su perfumada, delicada, tierna y candorosa merced, “grupos de animación”.

Queda claro, que para la FMF y la Liga Mx son más importantes esos patibularios, que la afición que guarda aún, ilusa y cándidamente, la pasión genuina por el futbol.

Hoy, aficionado, a usted y al futbol, sin decírselo, los 18 clubes, incluyendo Querétaro, claro, le han declarado la guerra.