Los duelos entre mexicanos han redituado en peleas memorables, guerras sobre el cuadrilátero en donde el ímpetu y la pasión a veces sobrepasan la estrategia. La última gran zaga la protagonizaron Erick ‘Terrible’ Morales y Marco Antonio Barrera; ahora estarán frente a frente Emmanuel ‘Vaquero’ Navarrete y Óscar Valdez, quienes se enfrentan el próximo sábado por ESPN+ a partir de las 7:15 p.m. ET.
Navarrete y Valdez, que protagonizarán el sábado 12 de agosto en Glendale, Arizona, por el título Súper pluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), han dicho que en su interés está generar una rivalidad que pueda parecerse a la de Morales y Barrera a inicios del este milenio; pero las circunstancias son diferentes.
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En primer lugar, las personalidades. Valdez y Navarrete no han llegado a la rivalidad, y hasta encono, que hubo en otras rivalidades fuera del momento de la pelea. Al contrario, ellos se han mostrado respetuosos de la calidad del otro; pero a la hora del combate, el orgullo saldrá a flote.
“Deberían vivir más el presente ellos solos, no fijarse en el pasado porque no necesitan copiar nada, ellos tienen que escribir su propia historia y tienen muchos atributos para hacerlo”, ha dicho ‘El Terrible’ Morales.
Vivir su realidad será el mejor de los consejos, porque para que exista una trilogía lo más importante es que haya una gran primera pelea. Valdez y Navarrete tienen el sábado la mejor oportunidad de su vida profesional, el reto más interesante que han enfrentado. Y para concretarlo se necesitan entre sí.
Lo importante es que al terminar la pelea del sábado quede una sensación de gran espectáculo, una necesidad de volver a verlos enfrente más allá de quien sea el ganador y el perdedor. El mayor riesgo para Óscar y el Vaquero es que no cumplan las expectivas, pero eso está en sus manos.
“Puede ser hasta mejor (pelea que la de Barrera-Morales), cuando hay dos mexicanos arriba del cuadrilátero no se tientan, no quieren dejar nada”, consideró Marco Antonio Barrera.
Para este sábado ambos llegan con dudas recientes, con desempeños cuestionables: Valdez tras su victoria sobre Adam Lopez y Navarrete con su pelea frente a Liam Wilson. Bajo estas circunstancias, la mera insinuación de un duelo de múltiples peleas ya implica un riesgo por dos razones: Lo que el público normalmente considera una gran pelea equivale a una guerra con más corazón que razón, exige una pelea descomunal. El riesgo es alto.
Valdez y Navarrete tienen en sus manos la posibilidad de entregar una pelea que enamore a los a los aficionados del boxeo, son dos pugilistas habilidosos, disfrutan la presión, tienen aguante y corazón.
Al mismo tiempo, la pelea se ha ido configurando con una milimétrica estrategia, con calma y paciencia, hasta subir al cuadrilátero a dos buenos boxeadores que tienen frente a sí la pelea de su vida, capaces de dar buen espectáculo y con la necesidad de cuidar el orgullo. Está en sus manos.