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Deontay Wilder tendrá una parada en Washington antes de unificar

Deontay Wilder (37-0 con 36 KO) está de regreso y ya amenazó con ir por todo en la división de los pesados. Pero antes de ese todo, deberá solventar la pelea de este sábado en su patio del Legacy Arena de Birmingham, Alabama, contra el también invicto Gerald Washington (18-0-1 con 12 KO) y como lo ironiza el título, será una escala antes de una gran unificación contra el campeón FIB, Anthony Joshua o su próximo rival el ucraniano Wladimir Klintschko. Washington, que en lo previo no promete ser una amenaza, parece el rival apropiado para probar el momento de Wilder.

Y de eso se trata el objetivo del campeón CMB en este combate, recobrar y ajustar el ritmo, además de evaluarse a sí mismo tras pasar por tres cirugías, dos de ellas debido a la lesión en la mano derecha sufrida en su última pelea contra Chris Arreola y la restante en el bíceps derecho. Por lo pronto, Wilder superó el campamento previo a este combate donde soportó sin problema el guanteo con los sparrings y ahora deberá constatarlo en la exigencia de un combate. Se supone que no habrá complicaciones, pero la recuperación de lesiones, en la principal herramienta de un pugilista profesional (la mano), nunca permite un cien por ciento de seguridad.

El eventual cuidado que ponga Wilder en el uso de su mano operada, además del posible óxido por el tiempo en que permaneció fuera del gimnasio, abren algunas incógnitas sobre su posible desempeño, las que benefician las expectativas en la pelea. De otra manera, poca cosa se podría esperar de su rival de turno, el californiano Gerald Washington.

Washington es bastante limitado en lo técnico, es lento y además no muestra una defensa consistente. No obstante, es un púgil de buen tamaño, agresivo y de brazos largos. Las similitudes en altura y distancia, eliminan ventajas habituales para Wilder en sus peleas y plantean un escenario atractivo desde ese ángulo. El jab de Washington será una buena contención a los golpes de poder que normalmente Wilder ensaya desde la distancia. Además, la obligación de achicar para llegarle, obligará al campeón a tomar riesgos donde Washington, que tiene bastante poder en la pegada, lo pudiera acertar.

Gerald Washington es sumamente desordenado en su estilo y eso en esta pelea puede tener un doble efecto. Cuando establece el jab para sacar la derecha volada por afuera, suele abrirse y exponerse a la mano fuerte del rival de manera peligrosa. No obstante, recordemos que existe la posibilidad obvia de que Wilder se limite en los primeros asaltos en el uso de su mano derecha hasta constatar que no padece alguna consecuencia de la lesión.

De mostrar el campeón alguna vacilación a la hora de "soltar la mano" operada, Washington puede convertirse en un rival complicado. Su estilo desordenado no permite, a veces, predecir el momento que enviara algún golpe peligroso. En su pelea contra Amir Mansour, en octubre del 2015, le vimos sorprenderlo en pleno retroceso - más de una vez -con ganchos largos a la barbilla que siempre llegaron a destino. Es una cualidad que Washington repite en todas sus peleas y que se ve favorecida por su buena extensión de brazo. Se perfila, adelanta el pie izquierdo, marca la distancia con el jab y cuando el oponente inicia el movimiento ofensivo, lo sorprende con un gancho largo que recorre un largo arco invertido en viaje al mentón del oponente.

A ese tipo diferente de contragolpe, Washington suma otro golpe extraño. Cae hacia su derecha buscando evitar la derecha rival, y desde esa posición consigue enviar su mano diestra en una suerte de volado corto por arriba del brazo izquierdo del rival. Esa mano normalmente impacta en la frente del rival y aunque no alcanza para lastimar, rompe el ritmo enemigo. Más allá de esos dos instrumentos en su arsenal, lo de Washington es muy limitado desde lo técnico (léase: plan de pelea), a lo que suma la total carencia de bloqueo defensivo. En este aspecto, suele salir por piernas cuando puede y hacia donde pueda, o directamente acepta el intercambio sin mucho orden en la forma de intercambio. "A puro madrazo y por donde caiga".

Imaginando el escenario de la pelea, seguramente veremos a Wilder trabajando el combate en los primeros dos o tres asaltos, cuidando la distancia con su jab y enviando rectas o volados sin entrar al territorio enemigo. Eso le servirá para ganar ritmo, pero también para acostumbrarse a la locura de estilo que presentará Washington. Si el campeón no sufre algún problema con las secuelas de sus lesiones, esta pelea no debería ir más allá del quinto asalto. Cuando descifre el estilo de Washington, a Wilder le bastará con una buena secuencia de golpes para terminar el pleito. Insistiendo en que esas combinaciones llegarán si la mano derecha aguanta. De otra manera, la pelea se puede cambiar de dibujo y hasta irse a la distancia.

Como sea, es un combate atractivo por las incógnitas que plantea la recuperación de Wilder, lo imprevisible del boxeo de Gerald Washington y lo que pueda demostrar el campeón en esta pelea, pensando en que después de la misma su rival sea Antonhy Joshua o Wladimir Klintschko, en la que ya se podrá imaginar como una de las batallas más esperadas en la división de los pesados.