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Canelo Alvarez deja sentado quién es el principal boxeador mexicano

LAS VEGAS - Se esperaba una batalla épica y terminó siendo una lección de boxeo, un paseo. Canelo Álvarez no encontró la oposición que se esperaba por parte de Julio César Chávez Jr. y ante 20 mil 510 aficionados en la T-Mobile Arena, se llevó una amplísima decisión unánime por triple 120-108.

El tapatío fue muy superior al sinaloense, y al final la gente que comenzó con el ambiente a tope recriminó, principalmente al hijo de la leyenda, la poca acción ofrecida sobre ensogado y reconocieron la decisión y convicción de Canelo que hizo buenos los pronósticos al dominar completamente la pelea para mejorar su récord a 49-1-1 y 34 nocauts, por 50-3-1 y 32 nocauts de Julio.

El analista de ESPN Joe Cortez vio igual resultado que los tres jueces oficiales.

Luego del combate, se anunció de manera oficial que el próximo rival de Alvarez sería Gennady Golovkin el 16 de septiembre.

Con la adrenalina a tope comenzó la pelea, pero poco a poco se fue desvaneciendo ese encanto porque no hubo pelea, Chávez intentó en un par de ocasiones, Canelo se lo dejó llegar en otras y al final el mismo resultado en toda la pelea, con Saúl siendo más efectivo y preciso en sus envíos ante un Chávez que no tuvo la fortaleza y ni pudo cambiar el ritmo de la pelea en ningún momento.

Desde el arranque trabajó Canelo a las zonas blandas, metió también muy fuerte el jab y colocó fuertes cruzados de mano derecha, así como el gancho al hígado que fueron alertando a Julio de que si se arriesgaba a un poco más le podía ir peor de lo que le estaba yendo en el cuadrilátero.

En el segundo round Chávez salió lastimado y comenzó a sangrar de la nariz, Canelo estaba dando concierto y luciendo tanto a la ofensiva como a la defensiva, pero no había nada seguro porque se suponía que Chávez tenía de lado su ventaja el peso y el alcance pero no lo estaba utilizando.

La pelea se fue haciendo añeja, Chávez no despegaba y Canelo no se notaba nada incómodo, incluso entre round y round ni siquiera se sentaba en la esquina. Chávez estaba sorprendido y no daba avisos de despertar porque el tapatío tenía respuesta a todo.

Ya hacia la segunda mitad de la pelea, Canelo se mantuvo en el mando, Chávez quiso apretar un poco pero simplemente no pudo nunca ante la elusividad de Canelo y la potencia de Álvarez que intentó en algunas ocasiones ponerlo fuera de combate pero no lo logró.

Al final, la gente terminó abucheando el pleito, la falta de acción no fue de su agrado y aunque Saúl trató Chávez prefirió mantener la distancia y no hubo forma de que llegara tampoco la sorpresa.