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Equipos y jugadores de la NFL que han decepcionado a media campaña

MÉXICO -- El proceso de reconstrucción de franquicia en la NFL es engañoso, largo y sombrío. Puede comenzar en el infame "lunes negro" que toma lugar un día después del cierre de la temporada regular donde suelen rodar cabezas de entrenadores en jefe. A partir de ese momento, los propietarios y gerentes generales --al menos los que salvan su trabajo-- aprovechan al máximo el tiempo, alrededor de siete meses, para convencerse de su proyecto.

En otros casos, el cambio se da a la mitad de la campaña y todo es un rompecabezas durante el año, aunque se puede justificar que ganaron aún más tiempo para planear el año siguiente. En conclusión, no hay ganadores en este proceso, porque precisamente lo que falta, es tiempo.

La expectativa es distinta para cada franquicia. Si el historial es ganador y la tradición carga con energía positiva, los ajustes suelen ser positivos. Pero cuando las cosas son grisáceas y sólo se opacan con las vueltas del carrusel de directivos y entrenadores, el proceso se vuelve eterno, o al menos así parece ante los ojos de los aficionados que año con año ponen a prueba su fidelidad.

Al cabo de ocho semanas de calendario regular, hay un puñado de equipos que merecen el análisis por quedarse cortos en sus expectativas, lo que comienza a perfilar ese declive directo a la mentalidad en el próximo año, comenzando con los Miami Dolphins.

El equipo de Stephen Ross se desmoronó antes de despegar. A partir del 2012, Miami invirtió sus mayores cheques alrededor del mariscal de campo Ryan Tannehill,quien en un principio costó una alta selección de draft y después un contrato digno para cualquier ganador del Super Bowl. Rumbo al 2015, los Dolphins voltearon hacia el lado defensivo del balón tras una campaña en que mostraron argumentos sólidos en ese frente. El agente libre más codiciado del mercado llegó a Miami en la figura del tackle defensivo Ndamukong Suh, quien al cabo de siete partidos tiene dos capturas.

Tannehill cayó en un espiral de mala producción y el arranque del equipo, distinguido por su falta de pasión sobre los emparrillados, le costó el puesto al coach Joe Philbin después de cuatro semanas y marca 1-3. Los Dolphins mejoraron el rumbo en cuanto Philbin emergió del acuario, pero su actuación más reciente ante el rival divisional Patriots los mandó nuevamente a la consideración lamentable de nuestra lista, aunque no son el peor, ni por marca ni por desempeño, ya que todavía hay quien los ve desde abajo como los Detroit Lions.

Después de una fuerte inversión en el backfield y la línea ofensiva, los Lions parecen haber tirado la toalla al cabo de un arranque 1-7. El coordinador ofensivo Joe Lombarbi fue la primera víctima del paupérrimo ataque de Detroit en este año e incluso remontándonos al anterior. Actualmente tienen el peor ataque terrestre este año --promediando 69 yardas por acarreo-- tras invertir amplios recursos para reconstruirlo en la temporada baja. Reclutaron al guardia Laken Tomlinson en la primera ronda, al corredor Ameer Abdullah en la segunda, al fullback Michael Burton en la quinta y canjearon por el liniero ofensivo veterano Manny Ramirez.

El entrenador en jefe Jim Caldwell parece sentenciado al desempleo y la parte más lamentable de todo es que ya somos testigos del declive de Calvin Johnson, quien pasará otro año ni cerca de un Trofeo Lombardi, mismo caso que aplica con claridad para los San Francisco 49ers.

Desde que se comenzó a filtrar el rompimiento del coach Jim Harbaugh con la gerencia y oficina central hacia finales el 2014, todo comenzó a oler mal en Santa Clara, California. Y no es que los Niners no tengan derecho a rectiificar sus planes o iniciar la reconstrucción por su deseo, al final por eso tienen dueños. Pero, ¿usar indirectas? ¿Tirar por la borda todo el trabajo que te colocó lo más cerca que se han estado de un campeonato desde la década de los 90? Está bien. Ahora, hicieron lo mismo.

Apenas alcanzamos el kilómetro 21 en este maratón de NFL y los Niners ya son víctimas nuevamente de las indirectas, de los "reportes" sobre mala relación, de los partidos desesperantes y del ocaso de una joven carrera en Colin Kaepernick. El entrenador en jefe Jim Tomsula nunca, jamás será apreciado como una persona que toma las riendas de un vestidor y ponga en cintura a quien lo amerite. No es Harbaugh, no es Bill Walsh, y quizá me estoy yendo a palabras mayores, pero ¿qué más se puede esperar de ese puesto en San Francisco, tres años después de disputar un Super Bowl? ¿Dos años después de pelear la Final de Conferencia?

Otra decepción es Kaepernick. Todos le advirtieron a los Niners: déjenlo correr. Harbaugh ajustó, Greg Roman resultó el científico loco y le entregaron a Kap sus mejores cifras aéreas. De poco sirvió. El experimento vive su último capítulo y el joven mariscal de campo debe estar tan confundido como todos, aunque quizás menos que Vernon Davis, quien mejor optó por saltar del barco y correr a los brazo --o brazo-- de un Salón de la Fama en Denver.

Lo que nos lleva a la última decepción (ampliada) de esta campaña. Si bien su marca lo respalda, Peyton Manning está en medio de una temporada como nunca se la habíamos visto. Los Broncos están invictos pero sin garantía alguna de título con un mariscal de campo que está lanzando -3 en balance de touchdowns contra intercepciones. Peyton no ha conectado ni un touchdown por partido en promedio y se ha visto salvado por una defensiva que no se achica ante nadie, por el contrario, encoge a sus rivales. Sé que "las defensivas ganan partidos", pero no estamos hablando de Mark Sanchez o Alex Smith, y dejemos claro que tampoco hablamos de John Elway en sus últimos años. Sea cual sea el resultado de los Broncos en diciembre, Manning está decepcionando a propios y extraños, y honestamente causa un poco de dolor que cuestionen a Gary Kubiak sobre la posibilidad de banquearlo, algo que no le sucederá a DeMarco Murray, no por su precio.

El líder corredor del 2014, quien alimentó dicha hazaña con un arranque de ocho juegos consecutivos superiores a las 100 yardas, tiene sólo uno de esos partidos este año, con dos menores a las 10 yardas y apenas tres touchdowns terrestres. Murray fue el primer campeón corredor en la historia de la NFL que cambió de equipo a la temporada siguiente de su título, y en el supuesto esquema de alto octanaje en los Philadelphia Eagles no ha visto resultados. Murray es parte de la de decepcionante ofensiva de Chip Kelly que tiene a Sam Bradford en la hoguera pública y a Chip Kelly en la silla caliente.

Menciones honoríficas: La línea ofensiva de los Dallas Cowboys. Joe Flacco. El backfield de los Steelers. Eddie Lacy. Melvin Gordon. La defensiva de los Texans (sin contar a J.J. Watt). Andrew Luck.