PITTSBURGH -- El quarterback Ben Roesthlisberger dijo este martes que pasó exitosamente el protocolo de conmociones cerebrales de la NFL, pero el coach de los Pittsburgh Steelers, Mike Tomlin, comentó más tarde que no era cierto.
Roesthlisberger, durante su apararición semanal en la estación de radio 93.7 The Fan en Pittsburgh, dijo que sufrió una fuerte migraña durante la derrota ante Seattle del domingo. Y comentó que pensaba que estaba libre de cualquier contusión cerebral y esperaba jugar el domingo ante los Indianapolis Colts.
“Ben tendrá que pasar el protocolo de conmociones”, dijo Tomlin. “Vamos a ser muy cuidadosos con su salud”.
Roesthlisberger recibió un golpe por parte del liniero de Seahawks, Michael Bennett, el cual lo tumbó en el suelo y requirió de sus compañeros para levantarse. Ben jugó las últimas nueve jugadas de esa serie pero no regresó al campo de juego.
La NFL y la asociación de jugadores están investigando por qué no se detuvo la jugada o se usó un tiempo fuera médico para detectar si Ben tenía síntomas de una conmoción cerebral, afirmó una fuente a Dan Graziano. El sistema del observador independiente se supone que deba tener los ojos puestos en jugadores que sufren golpes de este tipo, mismo que sufrió Roethlisberger.
Big Ben dijo a la estación de radio que su visión periférica estaba “un poco extraña” al final de la serie. Y después de salir del terreno de juego, le dijo a los doctores lo que sentía, ellos ya no lo dejaron jugar. El suplente Landry Jones terminó el juego.
“He jugado con muchas lesiones. Pero el cerebro no es una lesión con la que quiera jugar”, comentó Big Ben este martes. “Cuando te retiras, quieres seguir siendo un padre o un esposo, y si tengo estos síntomas, no vale la pena”.
Roethlisberger dijo que veía cómo si estuviera viendo a través del agua cuando iba saliendo del campo pero los problemas de la visión desaparecieron 30 minutos después del juego. Ben dijo que cambió de casco hace como 7 años y no había tenido una conmoción desde entonces.