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Cam Newton ha evolucionado en una estrella con Panthers

SANTA CLARA, Calif. -- Cameron Newton está corriendo en el campo abierto con sus ojos puestos en la zona de anotación. Entre él y su objetivo, un profundo es el único capaz de evitar lo inevitable.

La pregunta es si Newton buscará saltar por encima de su rival o si decidirá pasarlo por encima a pura potencia.

Secretamente, el profundo prefiere que el mariscal de los Carolina Panthers se decida por la primera opción. Después de todo, nadie quiere estar del otro lado de una colisión con un hombre que mide 6’5” y pesa 245 libras.

"Soy un mariscal afro-americano que asusta a la gente porque nunca han visto a nadie como yo", sentenció Newton en la semana previa al partido más importante de su carrera.

De más está decir que Newton está rompiendo con el molde en la posición.

Pero no es por una cuestión de raza. Aquellos que vinculaban el color de la piel como un impedimento para jugar la posición de mariscal alegando "falta de inteligencia", son tan ignorantes que ni les voy a dedicar ni un segundo más de mi saliva.

La realidad es que las dudas sobre Newton y su potencial éxito en la NFL siempre estuvieron presentes, y si uno se pone a pensar, los cuestionamientos eran válidos.

Luego de transferirse de la Universidad de Florida a la de Auburn, jugó una sola temporada con los Tigers, aunque siendo justos se coronó campeón. No obstante, quedaba la duda de si Newton era cosa de apenas un año, y si podía aspirar al éxito sostenido.

Sobre todo porque probablemente apenas un 15 o 20 por ciento del libreto de jugadas que llevaba a cabo en Auburn podrían transferirse a la NFL.

Sin embargo, llegó su momento de oro con los Carolina Panthers y estuvo a la altura de las circunstancias. A tal punto que se convirtió en el primer mariscal de la historia en lanzar para más de 4000 yardas en su primera temporada, lanzó para más de 400 yardas en su primer partido --más de 120 yardas que Peyton Manning en su debut—y rompió el récord de 61 años que le pertenecía a Otto Graham. Como si fuera poco, se convirtió en el primer novato en correr para más de 700 yardas y anotó 14 touchdowns por esa vía; más que cualquier otro mariscal en la historia de la liga.

La blanca sonrisa de Newton se podía ver desde la Costa Oeste, y el llamado al Pro Bowl fue tan obvio como productivo para el oriundo de Atlanta.

Y aquí es donde entra en escena otro de los grandes cuestionamientos que Newton acarreaba consigo al llegar a la NFL: su madurez.

Los Pro Bowl no son conocidos por los duros golpes, de hecho si algo buscan los jugadores además de disfrutar del precioso Hawaii, es evitar potenciales lesiones.

No obstante, cuando le tocó el turno a Newton de estar detrás de centro en aquel juego de exhibición, fue golpeado vilmente por Von Miller y Antonio Smith, y no fue por casualidad.

"Fue un #$%%$", declaró un jugador que prefirió mantenerse en condición de anonimato. "Se creía que era el más grande la historia".

Y luego de que Newton le negara autógrafos a algunos jugadores que le habían pedido una firma para sus respectivos hijos, incluyendo al legendario Ray Lewis, sus colegas se lo tomaron personal y decidieron sacar sus frustraciones en el emparrillado.

Un par de años más tarde, el propio Newton admitió que "no se comportó de la mejor manera" y que "fue un paso necesario en su proceso de maduración".

Es en ese aspecto, donde yo creo que ha dado el mayor salto de calidad.

Aunque el punto de inflexión puede haber sido el 10 de diciembre del 2014, cuando yendo camino al entrenamiento matutino de los Panthers, Newton estuvo involucrado en un choque con su camioneta, y sufrió un par de fracturas en la espalda.

"Eso me terminó de poner las cosas en perspectiva", explicó Newton. "Nunca hay que dar las cosas por sentado".

Los Panthers tenían un récord de 3-8-1 al momento del accidente, y desde entonces Carolina ha hilvanado un increíble registro de 21-2 hasta llegar a la puerta del Super Bowl 50.

Su mecánica siempre ha tenido ciertas inconsistencias. Demasiadas veces lanza apoyado en su pie de atrás, lo cual hace que por momentos falle sus pases altos, pero debido al increíble atleta que es, a mi juicio el mejor de la NFL, muchas veces se sale con la suya a pesar de que no tenga los fundamentos ideales.

En ese sentido, Newton tiene toda la razón del mundo, porque nunca hemos visto nadie como él. Su combinación de tamaño y atleticismo es tan inusual como refrescante.

Y lo mismo podría decir de su actitud en el campo de juego. Ya sean los festejos de Superman, el baile del "Dab", las selfies o las fotos en conjunto en pleno partido en las laterales, Newton muestra toda su desfachatez domingo tras domingo y claramente disfruta de su profesión.

Muchos puristas catalogan este tipo de actitudes como "una falta de respeto", pero quizás están todavía anestesiados por los mariscales que actúan como robots o dan constantes declaraciones de cassette. La NFL no deja de ser un juego, y como tal hay que disfrutarlo.

Personalmente no tengo ningún tipo de problemas con estas celebraciones, y de hecho lo considero una brisa de aire fresco para una posición que necesitaba otro hombre que se saliese del libreto tal como lo hiciera en su momento Joe Namath con los New York Jets.

Cam Newton tiene la confianza que necesita toda súper estrella para prosperar a nivel profesional, y no tiene miedo de expresarlo. Sin embargo, fue recién después del choque que supo canalizar toda su energía en la dirección indicada.

Esta temporada se convirtió en un líder de hombres, razón por la cual la química de equipo de los Panthers es segunda de ninguna y por la cual la franquicia ahora está a un solo juego de ganar el primer campeonato en su historia.

Newton ha tenido un año increíble; tuvo la dicha de disfrutar del nacimiento de su hijo Chosen en octubre de este pasado año. Ahora busca coronarlo con el anillo más preciado.

Pero gane o no el Super Bowl 50, ya ha revolucionado la posición de mariscal y se ha convertido en uno de los jugadores más mediáticos de la liga.

El talento siempre ha estado presente, pero lo que debe asustar más a los rivales no es la capacidad de Newton de pasarlos por encima, sino el hecho de que su madurez finalmente ha arribado.

Y esa combinación podría ser letal para el resto de la NFL.