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Thomas Davis y el arte de superar obstáculos

Getty Images

SAN FRANCISCO -- Darren Fells se elevó para saltar sobre Thomas Davis en el Campeonato de la NFC y accidentalmente cayó sobre el brazo derecho del apoyador de los Panthers.

Davis inmediatamente salió del terreno y cuando regresó a las laterales, tenía un yeso lo que prácticamente confirmaba una fractura; el corazón de los fans de Carolina sucumbió en ese instante, pero no el de Davis.

“Nunca tuve ninguna duda de que iba a jugar el Sper Bowl 50”, sentenció Davis. “He pasado por tanto que esto es como una caminata por el parque para mí. ¿Ustedes piensan que me iba a perder el partido más importante de mi carrera? De ninguna manera”.

Davis se operó el lunes posterior a la victoria ante los Cardinals a primera hora, y debido a que “sólo” se fracturó uno de los huesos de su antebrazo y que la misma fue limpia, jugar o no se transforma en una cuestión de tolerancia de dolor más que en la posibilidad de empeorar la lesión.

¿12 clavos y una plaqueta en tu brazo? No hay problema para Davis, quien sigue asegurando que jugará el domingo.

La historia del apoyador de los Panthers es una de las más increíbles que yo haya escuchado en mi vida.

Luego de haber sido ofrecido sólo una beca por parte de la Universidad de Georgia, y de que le hayan dicho en reiteradas ocasiones que no tenía el tamaño para jugar en la NFL, Davis se quitó esas dudas de sus hombros y llegó a la NFL cumpliendo su sueño.

Pero su osadía recién empezaba. En el octavo juego de 2009, su quinta campaña entre los profesionales, sintió un intenso ruido en su rodilla cuando quiso cambiar de dirección mientras estaba cubriendo a Devery Henderson de los Saints.

“Mi esposa Kelly estaba embarazada con nuestro segundo hijo, e inmediatamente pensé en ella”, recordó Davis. “Quería estar en condiciones para poder ayudarla”.

Davis nunca se había lesionado seriamente con anterioridad, pero se acaba de romper los ligamentos cruzados de su rodilla derecha.

En junio de 2010, mientras estaba “pedaleando hacia atrás” en un ejercicio típico para un apoyador durante la temporada baja con los Panthers, su rodilla derecha volvió a ceder.

“En esa ocasión me largué a llorar en los brazos de mi esposa”, declaró Davis. “Estaba realmente deprimido, hasta mi hijo me preguntó por qué no me retiraba, y allí sabía que le tenía que dar el ejemplo, que los Davis nunca nos rendimos”.

Durante el segundo juego de la temporada 2011, mientras intentaba tacklear a James Starks de los Packers, y uno de sus compañeros accidentalmente lo golpeó con “latigazo de pierna”. Davis se rompió los ligamentos cruzados de la misma rodilla por tercera vez.

“Allí mismo le escribí a mi compañero Jon Beason, y le dije ‘gracias por todo, pero hasta acá llegué’”, enfatizó Davis. “Nadie me iba a querer, ningún jugador en la historia había regresado tras romperse tres veces la misma rodilla”.

El pensamiento inicial era reponerle el ligamento con uno de un cadáver, que son más durables, aunque no tienen la flexibilidad necesaria para que un deportista profesional brille de la manera más efectiva.

Esa noche, Davis conversó con su esposa Kelly y decidió intentar un nuevo regreso.

Para el que está tomando nota en casa, tras la primera rotura, los médicos le reemplazaron el ligamento con un pedazo de su tendón de la corva, la segunda con parte de su tendón patelar de rodilla derecha, y en la tercera con parte del tendón patelar de la rodilla izquierda; esencialmente lo operaron de las dos rodillas la última vez para preservar la integridad de su cuerpo de la mejor manera posible.

Lo increíble es que ninguna de esas situaciones fue la más peligrosa que enfrentó.

En la pretemporada de 2009, Davis estaba haciendo trabajos de caridad para asegurarse que los niños se realizaran chequeos para detectar enfermedades de corazón. Para mostrarles que no dolía, Davis decidió mostrarles cómo hacerse la prueba primero.

Lo que no sabía es que ese pequeño examen mostraría que sus dos arterias coronarias estaban del mismo lado, por lo cual requería recibir una operación de corazón abierto.

“Ese fue el momento más duro de todos”, dijo Davis. “Allí uno teme por su vida”.

Sin embargo, luego de varios exámenes más se determinó que Davis estaba en tan buena condición física que no requería ser operado; igualmente se realiza chequeos todos los años.

Todo el mundo recibe golpes, pero lo importante es la rapidez con la cual uno se recupera de ellos.

Luego de su tercera rotura de ligamentos cruzados, Davis le fue a implorar a los entrenadores y a la gerencia de Carolina que le dieran una nueva oportunidad. El apoyador de los Panthers dejó ocho millones de dólares en la mesa para cobrar el entonces mínimo de veterano que eran 700 mil dólares.

Es todavía al día de hoy que Ron Rivera admite que esa fue una de las únicas dos veces que lloró siendo entrenador; la primera había sido cuando les habló un veterano de guerra.

Davis se perdió 39 partidos en tres años con los Panthers, pero luego se convirtió en el primero en la historia en volver a jugar tras romperse la misma rodilla tres veces.

Y no es que sólo volvió, en este 2015 está gozando de la mejor temporada de su carrera con 105 tackles, cinco capturas y media, cuatro balones sueltos forzados y cuatro intercepciones; las últimas tres todas las marcas más altas de su carrera.

Davis es uno de los capitanes de los Panthers y uno de los líderes dentro y fuera del emparrillado; el año pasado ganó el premio Walter Payton, que le entregan al “Hombre del Año”.

Hoy Davis es una inspiración para todos, incluyendo Terrell Thomas, quien fue el segundo en volver tras romperse la misma rodilla tres veces, aunque por ahora no ha podido pasar más allá de una escuadra de práctica.

El apoyador de Carolina sigue hablando con Thomas y Beason, quien desde entonces fue reemplazado por Luke Kuechly, al día de hoy, y busca como seguir motivándolos.

Personalmente creo que con sus acciones ya es suficiente. Davis es el jugador que más admiro en la NFL, siempre piensa en el equipo antes que en su persona, es muy cordial, está siempre dispuesto a hablar con la prensa y su historia es sencillamente un testamento a la voluntad de un guerrero.

Después de todo, sólo Davis puede pensar que una fractura de brazo es “una caminata por el parque”.