SANTA CLARA -- De las malas experiencias, se aprende. Y no me refiero únicamente a la derrota en el emparrillado que sufrieron los Carolina Panthers en el Super Bowl 50.
Ya consumada la derrota por 24-10 ante los Denver Broncos, Cam Newton se dirigió al podio para su mandataria atención a la prensa.
Quedó claro desde el inicio que Newton no tenía mucha intención de hablar, y tras un par de preguntas se paró del podio y se fue.
Un integrante del equipo rival que prefirió mantenerse en condición de anonimato dijo: “es el mejor ganador y el peor perdedor del mundo”.
Yo no lo llevaría tan lejos, porque a fin de cuentas Newton sí admitió en su muy breve conferencia de prensa que “Denver jugó mejor”, pero a la vez tengo claro que a la franquicia de los Panthers le gusta actuar con clase, y no tengo dudas de que le darán un jalón de orejas.
Personalmente no tengo ningún problema con las celebraciones constantes de Newton, que a la vez creo que le hace bien a la NFL, pero ciertamente debe comportarse mejor en la derrota.
En cuanto al partido en sí se refiere, los Panthers simplemente cometieron demasiados errores para poder ganar. Cometieron 11 penalidades, a una del récord absoluto en un Super Bowl, cometieron cuatro pérdidas de balón, dejaron caer varios pases, fallaron un gol de campo y tuvieron problemas en cobertura de equipos especiales.
No obstante en lugar de criticar lo hecho por Carolina, prefiero elogiar a los Broncos, que a mi juicio fueron la razón por la cual los Panthers no pudieron al nivel al cual nos tuvieron acostumbrados a lo largo de toda la temporada.
“Hay que darle todo el crédito del mundo a ellos”, declaró el apoyador Luke Kuechly. “Nos forzaron a cometer errores, y merecieron ganar”.
El plan defensivo de Wade Phillips fue maestro, y desde el inicio anularon las dos principales fortalezas de los Panthers: el ataque terrestre y Greg Olsen.
“Esta derrota va a doler por un tiempo”, admitió el entrenador en jefe Ron Rivera. “Espero que dentro de algunos días, podamos dar vuelta la página y pensar en las cosas positivas”.
A quien seguramente se le facilitará esa transición es al esquinero Josh Norman, quien jugó realmente un buen partido y seguramente cobrará una millonada como agente libre.
Luke Kuechly es otro que jugó en un gran nivel, al igual que Kony Ealy, quien se transformó en el primer jugador en la historia del Super Bowl en terminar con dos capturas y una intercepción.
En líneas defensivas, luego de un comienzo un tanto nervioso, la defensiva de Carolina anuló por completo a los Broncos, y los limitó a apenas 194 yardas totales.
Pero los errores y el dominio de la defensiva de Denver fueron simplemente demasiado para los Panthers.
Personalmente pensé que los días --teniendo en cuenta que las reglas ahora favorecen a las ofensivas más que nunca-- en los cuales un equipo podía ganar con una defensiva dominante, pero sin apoyo ofensivo, estaban en el pasado.
Pero vaya si me equivoqué, y no me quedan dudas de que cuando miremos hacia atrás, esta defensiva podría ser comparada con los Ravens del 2000 o los Bears de 1985. Así de dominantes lucieron con sus siete capturas totales y su presión constante que terminó sacando a Newton de quicio.
Lo cual nuevamente nos trae a nuestro protagonista principal.
Muchos dirán que Newton no apareció en el momento más importante, y si bien tiene algo de verdad, yo prefiero enfocarme en lo positivo.
Newton está lejos de ser un producto terminado, algo evidenciado por su comportamiento en conferencia de prensa, pero ha dado pasos agigantados en la dirección indicada.
Nadie daba un peso por los Panthers a principio de la temporada, y apenas perdieron dos partidos en todo el año. Y Newton lo hizo sin su principal objetivo por aire Kelvin Benjamin, y sin grandes estrellas a la ofensiva.
Hoy no será posible porque la derrota todavía cala hondo, pero dentro de un par de días se darán cuenta que esta fue una temporada extremadamente positiva.
Y ante la adversidad y en los próximos años es que nos daremos cuenta verdaderamente de qué está hecho Newton.
Personalmente, luego de haber presenciado su progresión esta campaña, me cuesta creer que esto será lo último que veamos de él en etapas decisivas.
"Todos aprendimos de este juego", concluyó Kuechly. "Lo mejor está por venir".