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Yo Murphy lo sabe todo acerca de perseguir un sueño de NFL

Si en algún momento existió una persona perfecta para ayudar a un prospecto de NFL perseguir su sueño pese a los obstáculos, se trata de Yo Murphy.

Nació Llewellyn Murphy Jr., pero se quedó con su apodo gracias a su pequeña hermana, quien no podía pronunciar su nombre. Viéndolo ir de arriba hacia abajo, ella dijo que parecía un yo-yo, y el apodo se quedó.

Justo como el juguete, su carrera de fútbol americano lo ha llevado de arriba hacia abajo por todo el mundo.

Estos días, Murphy, a la edad de 46, es socio en ASPITraining de Tampa, Florida, donde ha ayudado a preparar estelares de la NFL de la talla de Sammy Watkins, Allen Robinson, Alshon Jeffery y Carlos Hyde, así como un número de Tampa Bay Buccaneers.

En los 1990s y 2000s, no obstante, fue uno de los receptores abiertos que más recorrió en el planeta, convirtiéndose en el único jugador en la historia del fútbol americano en aparecer en un Super Bowl de la NFL, un World Bowl de la NFL Europa, y en una final por la Grey Cup de la Canadian Football League. Encima de eso, es el único jugador en haber participado en duelo de temporada regular en las tres ligas, además de la XFL.

Todo en persecución de una meta: la oportunidad de jugar.

"Se trata de decir que solamente necesito a una persona en este mundo que diga, 'Yo, tienes esta oportunidad'", explicó Murphy. "Que eso suceda no es tan inaudito".

El receptor abierto Nelson Agholor obtuvo su oportunidad cuando los Philadelphia Eagles invirtieron una selección de primera ronda en él durante el draft del 2015, pero está peleando por su puesto de plantilla luego de dos campañas mediocres en las que totalizó apenas 648 yardas en recepciones. Con la ayuda de Murphy, el ex estelar de Southern California ha impresionado en esta temporada baja.

"Es un individuo probado en batalla", dijo Agholor de Murphy. "En la NFL ahora, no importa quién seas, serás probado. Están trayendo tipos todos los años, un tipo detrás de ti y un tipo delante de ti. Pero se trata de un tipo que está enfocado en sí mismo. Te enseña a no preocuparte por tu juego y no preocuparse por nadie más".

No reclutado en el 1993 después de una carrera estelar en el entonces programa de División I-AA, Idaho, Murphy persiguió a la NFL como los backs defensivos intentaron perseguirlo a él. Su enfoque singular lo llevó de Idaho a los British Columbia Lions de la CFL, donde conquistó su primera Grey Cup, y después a Escocia, donde brilló para los Scottish Claymores de la NFL Europa (operando entonces bajo el nombre de la World League of American Football hasta la campaña de 1998), fue Jugador Más Valioso del World Bowl 1996 y finalmente atrajo las miradas de visores de la NFL.

Jugó tres campañas para los Claymores en cuatro años, incluso luego de quedarse en la escuadra de prácticas de los Minnesota Vikings por un par de temporadas. Luego se unió a los Buccaneers en 1999 antes de unirse a Minnesota. Incluso se aventuró a la XFL --el fugaz experimento de la World Wrestling Entertainment con el fútbol americano profesional-- en el 2001 como miembro de los Las Vegas Outlaws.

Cualquier cosa con tal de seguir jugando.

Y jugar hizo, ganándose dos oportunidades más de NFL. Alineó para los St. Louis Rams en el 2001, cuando el equipo avanzó hasta el Super Bowl XXXVI (Murphy devolvió tres kickoffs y atrapó un pase en la derrota frente a los New England Patriots), y la mayor parte del 2002, seguido por una breve estadía con los Kansas City Chiefs. Al no estar listo para decir adiós, Murphy regresó a la CFL, jugando para los Ottawa Renegades del 2003 hasta que el equipo cesó sus operaciones tras la campaña del 2005. Luego saltó a los Saskatchewan Roughriders por dos campañas, ganando una segunda Grey Cup en su partido final.

"Nunca fui el más fuerte, el más rápido; [medía] 5 [pies con] 10 [pulgadas y pesaba], 185 [libras]", dijo Murphy. "Pero para mí, simplemente se trataba del trabajo. Simplemente trabajaba, trabajaba y trabajaba, y sentí que vivía mi vida así. No corría un [tiempo de] 4.3 [segundos en las 40 yardas], pero Dios me dio persistencia".

Reflexionando sobre una carrera profesional que duró 15 años y lo llevó a cruzar el Océano Atlántico, Murphy recuerda lo más cercano que se sintió al final de la cuerda, una sensación que lo ayuda a motivar a jugadores que miran hacia el abismo de la irrelevancia.

De vuelta en el 1994, luego de dos campañas productivas con British Columbia, su agente le presentó una oferta a largo plazo con el equipo de CFL que aseguraría su futuro financiero. No obstante, eso no apagaría su sed por alcanzar el nivel más alto del juego. Murphy rechazó la oferta, mientras su agente intentó cualquier táctica a su alcance para que firmara. Era claro: no compartía la fe de Murphy. Días más tarde, Murphy lo despidió.

"Fue el día más oscuro que tuve en mi carrera", dijo. "El dinero ni siquiera era preocupación para mí. Me dijo una tonelada de cosas que no deseaba escuchar. Si quieres llegar a donde quieres, y es algo grandioso, entonces vas a tener que sacrificarte. Luego, ¿para ver esos sacrificios rendir frutos? Puedo hablar con un hombre o mujer joven y decir que estuve allí. Siento empatía. Es mi mayor cualidad como coach".

Para los jugadores con que trabaja, el mensaje de Murphy es preciso.

"Tiene una comprensión del juego mejor que muchas personas", señaló Agholor. "Es capaz de comunicar eso a todos los que entrena, sin importar la posición. Nos demuestra las horas que se requieren, la disciplina que se requiere para hacer esto y hacerlo bien. Conoce el sacrificio que se requiere".

Murphy atribuye su actitud de nunca rendirse a sus padres, quienes, dijo, "me enseñaron que se puede ganar con el fracaso. Ganar es sobre crecimiento. Me tomó un tiempo comprenderlo. Yo me frustraba tanto al no obtener el resultado. Pero se trata de lo que haces después de eso".