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Cómo salir de la crisis creativa

BUENOS AIRES -- No podía ser mejor la noche de River. Luego de una licencia nostálgica (el merecido homenaje al Beto Alonso al cumplirse 30 años del clásico de la pelota naranja), el equipo se despachó con una sinfonía de goles.

Paró en 6 tal vez porque se aburrieron de un dominio por momentos humillante. O porque los “códigos” impiden superar esa cifra.

Lo cierto es que River fue un vendaval. A punto tal que, la verdad sea dicha, sorprendió a propios y extraños.

Luego de perder en Paraná y de que Gallardo se quejara de la “velocidad crucero”, tipo carromato, de sus futbolistas, River deslumbró con un 5-0 en el primer tiempo, con un D’Alesandro mejor que en sus años mozos y un Mayada semejante a Cruyff. Qué pasó.

Tales partidos se dan una vez en la vida. Además el rival, The Strongest, tan aguerrido que resultó en La Paz, ayudó con su desidia para marcar y su desorganización.

De modo que estamos casi ante un espejismo. Digno de que el hincha lo celebre, por supuesto, pero peligroso para obtener conclusiones apuradas.

Gallardo es un hombre inteligente, conocedor de su plantel, y sabe hasta qué punto esta versión de River en su noche inolvidable es verosímil.

Pero aunque no lo gane el exitismo más pueril, deberá tomar algunos apuntes, al margen de capitalizar anímicamente el empujón, habida cuenta de que la autoestima del equipo estaba un poco maltrecha.

Por caso, quizá este rendimiento descollante lo lleve a reflexionar sobre la posibilidad de relegar su esquema de doble cinco y colocar una mayor dotación de creativos.

D’Alessandro y Nacho Fernández es una dupla interesante. La actuación en el Monumental, por utópica, debería servir para potenciar sus posibilidades. Y fundar la convicción de que esa alianza puede ser altamente eficaz.

Quizá River debería plantearse resignar contención y multiplicar recursos en su gestión con la pelota. Por ahí no se trata solamente de la velocidad lo que vuelve a River previsible, sino de insuficiencia de ideas y buen pie para decidir qué se hace del medio de la cancha hacia adelante.

El tema Mayada también es interesante. Fluctuante en los puestos -entre lateral, carrilero y volante a la antigua-, nunca terminó de consolidarse y no por su culpa.

La gran noche del Monumental lo reveló como un mediocampista completo. Con gran recorrido, además de llegada y sutileza para el pase (con algún lujo incluido). Lo cortés no quita lo valiente: sacrificio y habilidad pueden presentarse en un mismo envase.

Allí, en la franja central, es donde River debe resolver dudas y afirmar un módulo estable. Es su problema desde hace mucho tiempo.

Su crisis ha sido una crisis creativa. Tal vez el partido frente a The Strongest le haya dado a Gallardo buenos indicios para resolverla de forma duradera.