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Ocurrió en el Akron: Chivas, según San Mateo, golea al Atlas

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Borrón y cuenta nueva en Chivas con la permanencia de Paunovic (3:28)

Jesús Bernal desde el estadio Akron con el reporte del Guadalajara luego de golear a Atlas. (3:28)

El 4-1 es un bálsamo momentáneo, pero tiene el efecto que narcotiza, que anestesia el dolor y cura las almas trasegadas y trasgredidas con una semana cargada de quebrantos emocionales.


LOS ÁNGELES -- Los milagros ocurren. Y Mateo 11:5 evangelizó cancha y tribuna. “Los ciegos ven, los cojos andan, los mudos hablan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados”. Y sí: Chivas 4-1 Atlas.

Los milagros ocurren cuando los humanos imploran a sus dioses internos y a no los de los altares. Ricardo Marín hizo dos goles, y Fernando Beltrán y El Piojo Alvarado se cuelgan otra merecida medalla, como los mejores del Rebaño.

En el prodigio, en la conversión de los pecadores, hasta Víctor Guzmán salió de los 27 partidos en los que estuvo acurrucado y embalsamado en su propia tumba de la indolencia, y aunque tuvo un primer tiempo deambulando, en el segundo arrojó las muletas de su valemadrismo, y encauzó al Guadalajara.

Y hay más. El hombre que ya empacaba y se saboreaba con los deliciosos gurullos con conejo y un caldo quemao, en Almería, se reconvierte como pecador redimido. Veljko Paunovic en las horas previas al partido juramentó, de nuevo, amor eterno a Chivas.

El 4-1 es un bálsamo momentáneo, pero tiene el efecto que narcotiza, que anestesia el dolor y cura las almas trasegadas y trasgredidas con una semana cargada de quebrantos emocionales. Ya Alexis Vega y Chicote Calderón son cadáveres en la fosa común del desprecio rojiblanco. Parecería que al enfermo le extirparon al menos dos de los quistes, y recuperó la salud.

Fue un Guadalajara distinto. La intensidad que se esperaba de un equipo que roñosamente al menos, debía defender la alcurnia desgastada de ser subcampeón, y que había carecido de ese ímpetu durante los últimos diez partidos.

Más allá de algunos dislates del Oso González, terminó sumándose con el otro resucitado, Isaac Brizuela, como jugadores determinantes en la gesta, pero, sin duda, con Beltrán y Alvarado como los sostenes frenéticos e incansables de la jornada, al grado que el mismo Piojo le alcanzó la fibra para provocar y facturar el penalti del 4-1 al minuto 93.

Al final, queda en evidencia que en Chivas todo pasa por los jugadores. Son los mismos que eligieron ridiculizarse desde la Leagues Cup y que apenas ante Atlas, tienen ese momento determinante, que aún deberá Identificarse, si es resurrección, renacimiento o reencarnación.

Para determinarlo, para ponerle nombre y apellido, se le vienen al Guadalajara, en fila india, Puebla, Tigres, Querétaro, Cruz Azul y Pumas, más allá del innecesario e indeseable amistoso de la próxima semana contra el América en Los Ángeles.

La afición, un monumento escoriado de nobleza y lealtad, desde la noche del viernes ante la Catedral de Guadalajara, y este sábado, tomando posesión de su casa, de su coliseo, se convierte, sin duda, en parte del milagro inesperado en el estadio de Chivas.

La invocación de aquelarres, con los casos de los parranderos en Toluca, y el anuncio de que Paunovic iría a Almería, terminaron por convertir al Rebaño en el ombligo sísmico de la desgracia. Al final, el técnico cerró filas, y decidió quedarse en la cruzada rojiblanca, más allá del desafío europeo de tratar de rescatar al Almería, convertido hoy en el hazmerreir de LaLiga de España.

¿Alcanzará el milagro para el resto del torneo? Ya los jugadores de Chivas quedaron exhibidos, expuestos, desnudados. Volver a la indolencia, a la pusilanimidad, al cinismo y a la desvergüenza, sería una reincidencia peligrosa para ellos.

Claro, ya la afición aprendió también que sí en los escritorios del Guadalajara, en las obligaciones de Fernando Hierro y Amaury Vergara no alcanza la autoridad y el liderazgo para que no vuelvan a descarriarse, ahí, desde las calles y desde la tribuna, entre los seguidores deberán asumir el mando.

Si en la familia Vergara y en las oficinas de Chivas ha desaparecido la energía y la autoridad de Jorge Vergara, que el espíritu de sus palabras se posesione de la afición.