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Un partido clave para Neymar

Después de la suspensión de cuatro partidos que recibió en la Copa América, el capitán Neymar vuelve a la selección brasileña para sumarse al "Súper Clásico de las Américas" el jueves, viajando a Buenos Aires para enfrentar a la Argentina en la tercera ronda de clasificación para la Copa Mundial.

El fin de semana, el joven de 23 años dio otra muestra de su gloriosa habilidad excepcional con un gol delicioso para el Barcelona ante el Villarreal, retorciéndose como una bailarina de ballet para disparar al arco. En estos momentos realmente está mostrando su valor en el fútbol de clubes, pero su país necesita que haga lo mismo cuando juega con ellos.

Parece una locura argumentar que un joven que ya tiene 46 goles internacionales en su haber todavía tiene algo que demostrar cuando se pone la camiseta amarilla. Pero si bien esto es cierto, no es su culpa. El hecho de que 35 de esos goles hayan tenido lugar en los amistosos es simplemente porque Brasil ha jugado muy pocos partidos de competición desde que Neymar hizo su debut internacional contra los Estados Unidos hace más de cinco años.

Desde su debut, se han producido dos Copa Américas -- la primera de ellas tuvo lugar en 2011, cuando él todavía estaba encontrando sus pies, y la segunda, a principios de este año, terminó prematuramente con su suspensión. Estuvo la Copa Confederaciones de 2013, donde brilló -- pero podría decirse que no es el torneo más competitivo. Y, por supuesto, la Copa Mundial del año pasado, donde se lució antes de sufrir una lesión en los cuartos de final contra Colombia.

Pero debido a que Brasil fue la selección anfitriona en 2014, clasificó de forma automática, lo que significa que jugaron partidos amistosos, mientras que los otros equipos del continente se endurecieron con la más agotadora y competitiva clasificación para la Copa Mundial. Ahora, sin embargo, Brasil está de vuelta en el mix. Y ya han tenido dificultades en el día inaugural el mes pasado con una derrota por 2-0 en casa ante Chile, los recientemente coronados campeones continentales.

Por lo tanto, Brasil inició con algo así como una desventaja. Su equipo actual no tiene casi ninguna experiencia jugando en la fase de clasificación, lo que parece ser la mejor explicación para la recuperación de Kaká. Es poco probable que el mediocampista ofensivo del Orlando City, ahora con 33 años, siga en el equipo cuando llegue Rusia 2018. Pero él lo ha visto y hecho todo. Además de la contribución que puede hacer dentro del campo, también está ahí repleto de conocimiento en el vestuario y en el hotel del equipo, dispensando consejos a los jugadores más jóvenes.

Una interpretación de la recuperación de Kaká es que el técnico, Dunga, todavía puede tener dudas sobre la madurez de su capitán. Como los acontecimientos en la Copa América dejaron en claro, Neymar todavía tiene un lado petulante y no es de extrañar que jugar para su país pueda llevar esa cualidad a la superficie. En Barcelona, ​​incluso con Lionel Messi lesionado, tiene a Luis Suárez como un socio en el ataque y jugadores de la talla de Andrés Iniesta, Sergio Busquets, Javier Mascherano y Gerard Piqué forman una columna vertebral sólida. En el equipo de Brasil, sin embargo, la carga recae sobre él, y eso a veces puede ser demasiado.

El sentido de la ocasión de jugar contra Argentina fue demasiado cuando Neymar se enfrentó a sus viejos rivales en el Campeonato Sudamericano Sub-20 de Perú a principios de 2011. Logró unas actuaciones magníficas en el torneo -- en un momento la prensa argentina incluso lo describió como "Neymaradona". Pero en su choque cabeza a cabeza, fue quisquilloso e ineficaz ya que Brasil perdió por 2-1 ante un equipo claramente ordinario.

En este punto, él ya había enfrentado a la Argentina en la máxima categoría. Su segundo partido completo se produjo en un amistoso contra ellos en Doha en noviembre anterior. Neymar hizo poco, y tuvo que ver a su futuro compañero de equipo, Messi, anotar el único gol del partido. Messi los devastó en Nueva Jersey en junio de 2012, anotando un triplete en la victoria por 4-3 de Argentina.

A finales de 2011 y 2012, Brasil y Argentina se reunieron en partidos de locales y de visitantes para los cuales sólo se consideraron a los jugadores basados en casa. Brasil terminó en la cima el primer año (0-0 y 2-0); la segunda vez ambos equipos ganaron 2-1 en casa y Brasil se llevó el título en los penales. Estos partidos, sin embargo, estuvieron muy por debajo de la calidad de un choque a toda marcha entre Brasil y Argentina.

Algo más cerca de lo real tuvo lugar en China, en octubre pasado. Fue sólo un amistoso, pero con dos nuevos entrenadores (Dunga y Gerardo Martino) en busca de establecerse, el partido se jugó con mucha intensidad y ofreció algunos indicios de lo que podría ocurrir el jueves.

Brasil tuvo que capear una tormenta temprano, pero una vez que abrieron el marcador, el resultado nunca estuvo en duda. De hecho, hubiesen ganado por un margen mayor de 2-0 si Neymar hubiese aprovechado sus oportunidades en el contraataque durante el segundo tiempo.

Podría haber algunas ocasiones similares el jueves. El entrenador del seleccionado argentino, Gerardo Martino, reconoce que su equipo queda abierto al contraataque contrario -- un juego peligroso contra alguien con el ritmo y las habilidades de Neymar. En ausencia de Messi, Sergio Agüero y Carlos Tévez (todos lesionados), es muy posible que la Argentina juegue con un poco más de cautela, pero aún así, seguramente habrá uno o dos momentos en los que Neymar será capaz de atacar su lenta unidad defensiva.

El lado negativo del partido en China fue la forma en que Neymar trató al árbitro, empujando y pidiendo a gritos decisiones que le favorecieran. Dunga debería haber resuelto el problema allí mismo. No lo hizo, y terminó perjudicando a Brasil en circunstancias más graves durante la Copa América. Ahora, en un duelo de primera contra un viejo rival, ante un público hostil y con puntos reales y competitivos en juego, ¿cómo se comportará Neymar en este fascinante nuevo capítulo de su carrera internacional?

Tim es un periodista inglés basado en Brasil desde hace más de 20 años. Es corresponsal de fútbol sudamericano para el sitio web de BBC Sport.