<
>

Amnistía Internacional denuncia abuso laboral en Catar

La Copa del Mundo de Catar 2022 sigue siendo centro de polémica por situaciones extra cancha y este jueves 31 de marzo se dio a conocer que elementos que se dedican a renovar un estadio que se utilizará en la justa mundialista son víctimas de abusos tales como trabajo forzado.

Según un informe, realizado por la organización Amnistía Internacional, revela que los trabajadores que son migrantes y que laboran en una de las sedes que se están construyendo para el Mundial del 2022 reciben un maltrato directo que afecta su situación económica así como estado físico por trabajar largas jornada.

Amnistía Internacional indicó que lograron recopilar un reporte con entrevistas realizadas a trabajadores que laboran en el Estadio Internacional de Khalifa. Se entrevistaron a 99 migrantes que trabajan en el área de jardinería. Lo más importante es que cada uno de estos trabajadores afirmó estar con deudas de dinero que se deben a las cuotas de reclutamiento. Estas deudas van desde los 500 a 4,300 dólares.

En el reporte presentando se informa que los trabajadores migrantes fueron contratados por un salario menor al que les aseguraron que recibirían por parte de las personas que los reclutaron en sus respectivos países. De entre los empleados, según Amnistía Internacional, algunos tienen un salario de menos de 200 dólares al mes mientras que reciben un subsidio de 50 dólares para alimentos.

Sin embargo, la situación más grave que viven algunos de los trabajadores migrantes es que realizan trabajo forzado en la remodelación del Estadio Khalifa. Según el reporte presentado, cinco trabajadores presentaron su renuncia o simplemente intentaron abandonar su empleo pero aseguraron que fueron forzados a quedarse y seguir trabajando.

En octubre del año pasado, Tamim bin Hamad Al Thani, aprobó diversos cambios en la Ley para que los trabajadores tuvieran mejores condiciones así como las facilidades para renunciar y buscar un nuevo empleo pero dichos cambios todavía no aplicados por lo que los patrones o jefes seguirán ejerciendo mucho poder sobre sus empleados, según Amnistía Internacional.