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Arbitraje influyó el desarrollo en LA

LOS ÁNGELES -- A esta altura del año la NBA suele sufrir de la misma epidemia en cuanto al arbitraje.

Cuando los referíes le roban el protagonismo a los jugadores estamos ante un problema gigante. Eso fue exactamente lo que sucedió entre Golden State Warriors y Los Ángeles Clippers el sábado en STAPLES Center.

Eso no quiere decir que el equipo equivocado se llevó el triunfo o que las decisiones de los jueces alteraron al ganador, pero definitivamente la manera de marcar faltas cambió el desarrollo de todo el juego.

Blake Griffin jugó 19 minutos, menos de cuatro de ellos en la primera mitad, y se fue expulsado a 48 segundos del final con el partido empatado.

Andre Iguodala acumuló cuatro faltas en la primera mitad y se perdió los últimos tres minutos de la duela.

Chris Paul, David Lee y Jermaine O´Neal también jugaron condicionados, y en total se pitaron 51 faltas personales (27 de Warriors y 24 de Clippers).

Esto dio lugar a la friolera de 60 tiros libres y el resultado fue los 24 minutos más espantosos que se han visto en playoffs en mucho tiempo.

"Creo que toda la emoción absolutamente tuvo un impacto en cómo se pitó el partido, no quedan dudas", sentenció Doc Rivers. "Hubo muchas faltas de toque. Creo que de las seis de Blake tres fueron probablemente toques y lo mismo con CP".

Quizás lo más sorprendente fue que el partido no tuvo tantos roces. Griffin se mostró sorprendido y hasta reconoció que la falta de carácter físico fue algo que los afectó, y por ende se supone que deberían haber habido muchas menos faltas.

En la serie quizás más emotiva de la primera ronda, los jueces Sean Wright, Ron Garretson y Mike Callahan no estuvieron a la altura de las circunstancias. Eso, o se los tragó el ambiente y acabaron arruinando la fiesta.

No quedan dudas que eso cambiará de cara al segundo partido del cruce.

Después de todo, no hay nadie que se beneficie de ver a Blake Griffin o Andre Iguodala descansando en televisión nacional.