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Urías no desespera por debutar

GLENDALE, Arizona -- Julio Urias tiene el brazo bien alto y los pies bien plantados en la tierra.

Ni siquiera cree que debutará este año en las Grandes Ligas, a pesar de que es considerado uno de los lanzadores prospectos más importantes que hay en las Mayores. Y eso no lo desmotiva, al contrario...

El lanzador mexicano de los Dodgers de Los Ángeles reconoce que, a sus 18 años de edad, aún tiene mucho camino que recorrer y aprender antes de exponerse en la loma más alta.

"Los entrenadores no te dicen dónde vas a empezar la temporada", dijo Urias en el clubhouse de los Dodgers la semana anterior. "Pero yo creo que será un poquito difícil empezar en el equipo grande. Pero pues uno nunca pierde la esperanza de terminar ahí. Esa será mi meta este año y ojalá se cumpla".

"Me siento bendecido por el simple hecho de estar aquí y aprender de los mejores para mi ya es una bendición".

Urias nunca ha lanzado más arriba de Clase A. Sin embargo, sus habilidades, la potencia de su brazo, el control y, sobre todo, la madurez como persona y pitcher ha sorprendido a todos en la organización desde que conocieron a Urias, cuando tenía menos de 16 años.

Urias impresionó el año pasado, cuando de 17 años de edad llegó a su primer campamento primaveral de Grande Ligas.

De inmediato, todos confirmaron las cualidades que han provocado que sea uno de los 10 prospectos más importantes en todas las clasificaciones del beisbol estadounidense.

En las nacientes prácticas, ha lanzado ya dos veces contra bateadores y en igual cantidad de ocasiones ha impresionado a coaches y peloteros ligamayoristas.

"Su bola rápida es muy buena y la combina bien con su cambio", dijo a la prensa en Glendale, Arizona, su compañeros Chris Heisey, uno de cuatro bateadores que enfrentó Urias este domingo durante los dos innings que lanzó. "Tiene mejor control del que esperé de un jóven como él tan temprano en la primavera".

"El cambió que vi fue realmente bueno, en especial si puede aprender a pitchear adentro con su bola arriba de los noventas, entonces ese cambio sera devastador para los derechos".

Ese es el principal objetivo de Urias en la primavera, aprender. Y hacerlo de los mejores.

"Mi meta es aprender de todos los grandesligas, de pitchers como (Clayton) Kershaw, (Zack Greinke)... de todos los abridores de la rotación y de los bateadores también que son caballos como Adrián (González), (Yasiel) Puig, (Juan) Uribe... todos se porta bien conmigo", mencionó Urias.

"Hay que aprender bien de ellos para que me ayude en toda mi carrera".

Urias dijo esta impresionado con el buen trato que siempre ha recibido de todos en la organización de los Dodgers, en especial de los jugadores más establecidos y considerados estrellas como González, Puig y Kershaw.

Comentó que diario le hacen observaciones para tratar de ayudarlo en los diferentes aspectos, dentro y fuera del terreno de juego.

"Aquí todo es diferente, todos tienen su rutina, hacen lo que tienen que hacer", indicó. "Aquí no andan atrás de uno diciéndote 'hey tienes que hacer esto'. Aquí te metes en tu programa del día y pues a hacer lo que tienes que hacer".

"Aquí cada quien es independiente", agregó, "aquí todo el mundo hace lo que tiene que hacer y esa es la principal diferencia con Ligas Menores".

Los entrenadores han pedido que perfeccione los mismos lanzamientos con los que trabajó la primavera anterior y en las Menores.

"Hay que tratar de trabajar en todos mis pitcheos un poquito más, el control, mecánica, más que nada la consistencia, en todo...", señaló. "Los coaches quieren que me quede con la recta, el cambio, el slider, que son buenos".

Otro de los orgullos del mexicano es el acercamiento que ha tenido con leyendas del beisbol como su compatriota Fernando Valenzuela, quien saltó al estrellato con los Dodgers como novato a los 19 años.

Valenzuela es una de sus inspiraciones, aunque ni siquiera había nacido cuando "El Toro" había dejado atrás sus mejores tiempos en el montículo.

Ni siquiera se atreve a compararse, pero sí lo contempla como ejemplo de trabajo para triunfar.

Urias se preparó desde diciembre en su natal Culiacán, Sinaloa, para llegar al campamento primaveral.

Tuvo que conformarse con ver desde afuera del terreno de juego a sus Tomateros de Culiacán, el equipo que creció idolatrando, ya que Dodgers le pidió que descansara el brazo durante todo el receso de temporada y que evitara jugar en invierno.

Pero dijo que disfrutó casi igual desde afuera el éxito reciente de los Tomateros en México y en la Serie del Caribe.

"Hace poco me habló Benji (Benjamín Gil, manager de los Tomateros) para preguntarme cómo estaba y decirme que yo también era parte de los triunfos y de todo", dijo. "Eso me hizo sentir muy bien".

Urias nunca ha considerado el problema que tiene en su ojo izquierdo, que está más cerrado que el derecho, a causa de una operación que atravesó de niño para remover un tumor.

"Dios sabe por qué pasan las cosas", afirmó. "Dios me dio la habilidad para jugar beisbol, para lanzar, y tengo que aprovecharla".

Algunos de sus compañeros y periodistas lo admiran aún más porque su carencia física no lo ha detenido en sus intenciones de convertirse en la nueva sensación juvenil de los Dodgers.

"Es difícil explicar cómo un muchacho de su edad hace todo lo que él hace", comentó el manager Don Mattingly. "Es increíble su compostura. Su madurez llega al techo. Es muy impresionante, nada le asusta".