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O's simplemente arrolló a Detroit

De la misma forma en la que Bud Norris fue superior este domingo a David Price y a la ofensiva de los Tigres de Detroit, lo fueron los Orioles de Baltimore durante toda esta Serie de División de la Liga Americana, que terminaron ganando por barrida, en tres juegos.

La decisión de Buck Showalter de darle la responsabilidad de iniciar el tercer encuentro de la serie a Norris, quien nunca había actuado en un juego de postemporada y quien ante los Tigres había sido inefectivo en cuatro aperturas en su carrera (0-3, 6.57), en lugar de Miguel González, el anunciado en un primer momento, le dio al estratega los dividendos que le dieron todas sus decisiones en este match, incluyendo la de darle el boleto intencional a Nick Castellanos, representando la carrera de perder este último desafío, para jugar buscando el doble play, que finalmente se logró y acabó el encuentro 2-1.

Norris, simplemente, fue mucho para Detroit, para los tres hombres grandes del equipo: Miguel Cabrera, Víctor Martínez y J.D. Martínez, al dejarlos sin hits en nueve turnos, de forma combinada, logrando tres ponches.

El derecho de 29 años de edad, sin experiencia en playoff y sin trofeos del premio Cy Young, no solo le ganó el duelo a Price, quien no hizo un mal trabajo, sino que registró la mejor labor para un abridor en esta serie --incluyendo a Max Scherzer y a Justin Verlander--, al lanzar por espacio de seis entradas y un tercio, en las que solo aceptó dos incogibles, ponchó a seis y dio dos bases por bolas.

Esta fue apenas la primera vez en la serie que los Tigres se quedaron, ofensivamente, sin respuesta ante un iniciador de los Orioles, ya que si bien habían perdido los dos primeros encuentros, en ambos le habían conectado y le habían hecho la vida difícil a Chris Tillman y a Wei-Yin Chen, a quienes de forma combinada les hicieron siete carreras --dos a Tillman y cinco a Chen.

Aunque muchos pudieran catalogar esta actuación de Norris como una presentación de suerte --la cual no lo fue, ya que dominó por completo la escena y el momento--, el trabajo del derecho lo que mostró fue una vez más la profundidad de los Orioles, que lograron esta improbable barrida ante los Tigres. Y decimos improbable, porque ¿Quién podía pensar que contando Detroit con Scherzer, Verlander y Price para los tres primeros juegos de la serie, los iban a perder los tres? De seguro no mucha gente se atrevió siquiera a pensar en eso.

Pero es cierto, la consumación de este logro de Baltimore, que pasa por primera vez desde 1997 a la Serie de Campeonato de la Liga Americana, quizás ahora con el cartel de favorito, independientemente de lo que pase entre los Reales de Kansas City y los Angelinos de Los Ángeles; no se dio solo por el trabajo de Norris, ahí también, y mucho, tuvo que ver Nelson Cruz, el bateador frente a quien el pitcheo de los Tigres no tuvo respuestas.

Cruz, quien conectó un jonrón de dos carreras en el primer encuentro para impulsar las primeras dos anotaciones de la serie para los Orioles, volvió a ser el héroe ofensivo de su equipo en este tercer duelo.

Esta vez el dominicano castigó a Price con un cuadrangular --uno de esos batazos que uno a veces no puede explicar cómo logró conectarlo, ya que fue ante un envío completamente alejado de la zona de strike, pero alto-- de dos carreras, hacia el jardín derecho, en la sexta entrada. Esa dos anotaciones fue todo lo que necesitó Baltimore para ganar este juego y dejar fuera del camino a Detroit.

Con ese jonrón, Cruz llegó a 16 en juegos de postemporada en su carrera, y ocho de esos cuadrangulares han sido frente a los Tigres, contra los cuales, además, ha remolcado 18 carreras, incluyendo las cinco que consiguió en esta serie.

Los Orioles sencillamente fueron demasiado para Detroit y su constelación de galardonadas estrellas, y lo fueron a su forma, creando diez carreras más (20 por 10), siendo ofensivamente más oportunos (batearon .429 por .267 con hombres en posición de anotar); pitchearon mejor (dejaron efectividad de 3.33, con 1.07 de whip, mientras que los Tigres tuvieron 5.40 y 1.32) y en eso, como de era de esperarse, sus relevistas marcaron decisivamente la diferencia (2.25-ERA y 1.08-WHIP, por 19.29 y 2.36).

Los Tigres se quedaron, una vez más, cortos en sus aspiraciones y en los pronósticos. La pérdida del segundo juego de la serie, que llegaron estar ganando por tres carreras a la altura de la octava entrada, fue devastadora, y aunque no se puede decir que por eso perdieron la serie, lo que sí se puede asegurar es que por eso la perdieron por barrida.

También hubo un poco de mala suerte para Detroit en este tercer encuentro, cuando la sorpresa de toque de Andrew Romine, en la segunda entrada, con dos outs y corredor en tercera base, no se dio. Quizás ese jugada, que fue revisada por los umpire, por lo cerrada que fue en la inicial, pudo haber marcado la diferencia en el juego para los Tigres, que puede que no solo hayan perdido la serie, sino su último chance en el reinado que han tenido en los pasado cuatro años, en la División Central de la Liga Americana, de ganar una Serie Mundial. Eso por las posibles salidas del equipo de Max Schezer, Víctor Martínez y Torii Hunter.

Por el momento, los Orioles de Baltimore celebran su pase a la siguiente ronda y mantienen vivas sus aspiraciones de ir a una Serie Mundial desde aquella que ganaron en 1983. ¡Enhorabuena!