<
>

Historias mínimas

Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

LA NOVELA NO TERMINA
Nuevos capítulos en el drama de los Kyrgios. De entrada en Cincinnati, Stan Wawrinka marcó la cancha en su primer contacto con la prensa desde lo sucedido: "Para ustedes es una historia más, pero yo tengo que seguir lidiando con toda esta mierda", enfatizó, dando a conocer que la escena en Montreal había generado "mucho enojo en el vestuario" y "gran apoyo de colegas".

Ante la insistencia de los periodistas, remarcó que el australiano aún no se había disculpado "con la gente que debería". Y luego ya no quiso contestar una nueva tanda de preguntas en francés: "Hoy terminemos acá, ¿sí?".

Desde su cuenta de Facebook, respuesta de Kyrgios: "No es mi idea desviar todavía más la atención, pero he leído que supuestamente yo no me disculpé por mis comentarios, lo cual es falso. Tanto en público como en privado pedí perdón inmediatamente después del partido. No hay debate en ese punto, asumo toda la responsabilidad por lo que pasó y por lo que dije". "Todo ha sido un difícil proceso de aprendizaje para mí", sentenció, a tono con lo que había sugerido Novak Djokovic.

En la semana también había hablado Donna Vekic, la protagonista involuntaria de la historia. Y desde Twitter se sumó Alla Kudryavtseva, justamente rival de la croata en el ITF de Vancouver.

"Creo que está claro que nadie aprueba lo que hizo Kyrgios. La pregunta es: ¿Le hace mal al tenis? ¿O cualquier publicidad es buena publicidad? ¿Chico malo o un simple tarado?", expuso la rusa. Kyrgios no siguió los consejos que alguna vez le diera su capitán en Copa Davis, Wally Masur, y prolongó el cruce en la red social: "Lo lamentable en verdad es que todos se sientan con derecho a opinar...". Kudryavtseva no reculó: "No, lo desafortunado es que no todas las voces hagan el mismo ruido".

Un último acto de la obra vino por cuenta de otro personaje con peso propio en el culebrón: Christos Kyrgios, quien días atrás había redoblado la apuesta tras lo hecho por su hermano. Esta vez, se hizo presente en Cincinnati aun cuando la ATP le había rechazado la credencial por los comentarios de la semana. Poco impedimento: el muchacho fue y compró su entrada como cualquier espectador, evocando los pasos de John Tomic, cara visceral de otro "polémico" clan made in Australia.

SEGUNDO ROUND
Viajamos en el tiempo a mayo de 2013. Clasificación del WTA de Bruselas. Yulia Putintseva vs. Coco Vandeweghe. Victoria para la kazaja, en cancha. Y un cruce después del cruce...

"Nunca me enfrenté a una persona con tan mal comportamiento. Me dijo que era una horrible jugadora, que solo sabía sacar. Y encima el padre aplaudiendo sus comentarios...", lanzaba la estoadounidense post partido. La ganadora no se quedaba atrás: "Supongo que estará enojada porque antes de jugar pensaba que yo no estaba a su nivel. Pero a mí no me importa quién está del otro lado, yo soy respetuosa".

Volvemos al presente. Primera rueda de Cincinnati. Y otra vez frente a frente: Putintseva-Vandeweghe. Por primera vez desde aquel enfrentamiento. Solo que ahora la norteamericana llegaba con otro aire, después de ser cuartofinalista en Wimbledon. Y había sed de revancha...

"Hace tiempo venía esperando este partido. Casi se da en Washington, pero perdí una rueda antes con Christina [McHale]", remarcó Vandeweghe, lejos de minimizar lo ocurrido dos años atrás. "Quería ganarle", repitió en conferencia. Y lo hizo: 6-3 y 6-2, su victoria en el segundo round.

"Todos saben cómo se maneja ella. Es una jugadora que más que concentrarse en lo que hace bien, se encarga de magnificar tus fallas. Pero esta vez no dejé que me afectara. Lo silencié con mi juego y el marcador habla por sí mismo", sumó Vandeweghe. Y comparó: "Muchas se frustran con su estilo. Es como tener una tribuna en contra tuyo. Así es cómo ella compite...".

"Con tanta historia previa, ¿temías alguna reacción de Yulia tras el encuentro?", le consultaron. "¿Qué iba a hacer? ¿No darme la mano en la red? Que haga lo que quiera, no me importa".

FEDERER 34.0
En su primer torneo con 34 años, el suizo se permitió mostrar una nueva versión, acaso dentro y fuera de la cancha. Primero, una postura distendida antes del debut, casi como desentendido de su vuelta al circuito. Porque concentración y relajación no son conceptos excluyentes...

"Durante la mayor parte del día ni siquiera estaba consciente de que tenía un partido a la noche. Estaba dando vueltas, haciendo cosas con mi esposa y mis hijos, hasta que miré el reloj. Ahí me dije: 'Bien, juego en unas tres o cuatro horas. Mejor me voy para allá a entrar en calor'". Y agregó: “Literalmente, 10 minutos me alcanzan para prepararme. Otros necesitan sentarse dos horas a pensar en el partido".

Tampoco había marcado contacto con el tenis durante Montreal, semana que lo tuvo alejado de las canchas: "No miré nada, realmente. Cuando estoy en competencia, me pueden preguntar cualquier cosa, porque estoy al tanto de todo. Pero no suelo hacerlo cuando no participo de los torneos".

El otro punto de distinción tuvo que ver con su nueva postura desde la devolución, metido bien adentro del rectángulo de juego ante algunos segundos servicios de los rivales, tomando la iniciativa desde el primer golpe. "Lo hice en una práctica, más como una broma, intenté una y otra vez y no me resulta tan difícil. Para mí fue divertido. La clave es entender bien cuándo puedo hacerlo y cuándo no debería”, explicó.

El propio Djokovic sufrió esa innovación en la final: “Noté que estuvo probando restar muy cerca los segundos saques. Por eso me lo esperaba e intenté servir lo mejor posible. No tengo mucho más que comentar al respecto”.

El cambio del suizo también disparó otra cuestión: ¿Puede leerse como una actitud "sobradora" para con el rival? Roger plantó bandera: "No voy a jugar de la manera que ellos quieren que juegue. Es un poco una locura, es verdad, pero me está funcionando. No es que lo haga en todos los segundos servicios, sino en ciertos puntos. Es bueno crear un poco de confusión en la cabeza del adversario”. ¿Continuará esta versión en Nueva York?

EN EL OJO DE LA TORMENTA
El paso de Gael Monfils por Montreal y Cincinnati fue tan rápido como infructuoso. Caída en segunda ronda de Canadá ante Gilles Muller y salida en el debut, la última semana, frente a Jerzy Janowicz. Pero si bien el francés no tuvo avance en los cuadros, lejos estuvo de pasar desapercibido...

En Cincinnati, una ex-N°1 puso sus ojos sobre él: Tracy Austin, quien comentó el partido ante Janowicz para la televisión y no tuvo filtro en sus palabras hacia el francés. "La verdad, no dar el 100% y ser tan descarado al respecto me parece sumamente irrespetuoso", disparó la doble campeona del US Open.

"Parecía que estaba jugando un partido de exhibición, y eso es algo que ya hemos visto muchas veces de parte de él. Es muy difícil analizarlo en serio, porque su techo de nivel es altísimo, pero cuando sale a la cancha es como si ni le importara", remató, respecto de un juego donde Monfils se desentendió de ciertos puntos antes del último impacto de Janowicz y apuró algunos servicios casi sin preparación.

El galo admitió su bajo rendimiento, pero desestimó haber tirado el partido: "Mi nivel hoy no es el mismo, realmente, y no siempre me sale todo lo que intento. Y cuando más me frustro en cancha, más difícil se hace todo. Así que en el final traté de probar algunas cosas y confundir a mi rival, porque no podía seguir como hasta entonces", explicó según reproduce L'Equipe.

"Necesito trabajar, volver a sentir los golpes, recuperar confianza. No me sentí bien en toda la gira americana", enmarcó luego. Horas después, el primer golpe de timón: punto final para el vínculo con Jan De Witt, entrenador que compartía con Gilles Simon.

LA RESPUESTA A (CASI) TODO
Comenzando su camino en Cincinnati, Victoria Azarenka asumió que su temporada había seguido un cauce algo "inconsistente" y de la nada ofreció una explicación un tanto sorpresiva: "A decir verdad, hace pocos días encontré la respuesta a muchas preguntas que me venía haciendo en cuanto a algunos problemas físicos y otras cosas relacionadas. Así que me pone muy contenta y me tranquiliza finalmente haber encontrado la razón".

¿Qué respuesta? ¿Qué problemas? "Me llegaron los resultados de unas pruebas y todo cobró sentido. Por un largo tiempo venía teniendo síntomas que no podía explicar. Ahora puedo".

Bien, pero ¿por dónde viene entonces esa "respuesta"? "¿Algo que ver con las comidas?", le preguntaron. Azarenka siguió jugando al misterio: "Sé que la dieta libre de gluten es algo muy popular por estos días, pero no...".

"Estoy bien, igual, no tengo ninguna enfermedad o nada parecido. Simplemente quiero mantener esto conmigo, por el momento. En un nivel así de profesional, que se conozcan estos detalles marca la diferencia. Para mí fue una gran revelación", puntualizó.

Curiosamente, un par de días después la bielorrusa debió dejar el torneo en octavos de final, tras estar set arriba ante Anastasia Pavlyuchenkova. Una molestia en el muslo, la razón del abandono.

"Hoy mi juego no me precoupa, creo que estoy en un buen nivel. Pero necesito ocuparme de otras cosas", retomó tras el retiro. Pero omitiendo nuevos detalles, redondeó: "Solucionar este problema, 'reiniciar' mi cabeza para lo que viene y estar lista en el US Open". Y la incógnita, en el aire...

NO ESTÁS EN LA LISTA
El listado de invitaciones al US Open no estuvo falto de polémica en el curso de la gira. Y reflotaron las preguntas de ocasión: ¿Qué debe priorizarse? ¿Ranking? ¿Antecedentes? ¿Proyección a futuro?

"Siempre va a ver alguien insatisfecho -resaltó Federer-. Guiarse por el ranking a veces es lo más fácil, pero ¿hasta dónde? ¿En qué momento haces el corte? Es como en un casamiento: ¿A quién dejas fuera de la lista? Afortunadamente no soy organizador de torneos...".

Al margen de los criterios, lo que causó cierto desconcierto fue la negativa de la Federación estadounidense (USTA) al pedido de wild card de Victoria Duval, la enorme revelación del torneo en 2013 y de regreso en el circuito tras un año de batalla contra el cáncer. Sí le habilitaron una invitación al cuadro clasificatorio.

"Me sorprende. No sé bien qué decir al respecto, lo único que puedo afirmar es que esto no la detendrá", destacó Venus Williams. "Vicky sencillamente irradia optimismo. Es una inspiración. Esta enfermedad no es el primer problema con el que debe lidiar. Y siempre lo ha hecho con una actitud muy positiva".