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Historias mínimas

BUENOS AIRES -- Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

Fabricando un N°1
"La primera vez que jugué contra Federer, era débil e indeciso. Nunca hubiera imaginado que después tendría la carrera que tuvo". Así recordaba Andre Agassi hace algunas semanas a la versión adolescente del luego siete veces campeón de Wimbledon. Una época de forzada transición, pero muy significativa para Roger, con primeros pasos que obligaron replanteos. "Era demasiado inocente para tener éxito. Uno necesita determinación", recapituló el suizo en diálogo con el Sunday Mail australiano, en la previa de Brisbane.

"Me tocó aparecer en el tour en una época en la que Lleyton [Hewitt], [Andy] Roddick, [Marat] Safin y [Juan Carlos] Ferrero lograban excelentes resultados a muy corta edad. Yo estaba un paso detrás y, no quiero decir que me sentía frustrado, pero no entendía por qué no me pasaba a mí", enmarcó. Y graficó: "Era una especie de diamante en bruto. Así me veía mucha gente. Había que pulirme".

Y allí vino el trabajo de orfebre: "Día a día fui mejorando la mentalidad, la consistencia que he podido mantener tanto tiempo. Y comprendí cuán importante era estar bien físicamente. Antes no entendía para qué tenía que levantar pesas ni cómo eso me iba a ayudar después en una cancha de tenis. Esos dos aspectos fueron los últimos en caer a su lugar".

Hoy, Federer guarda la misma ambición. Y vuelve a poner sobre la mesa su postura: "Algunos grandes jugadores tienen una actitud del tipo 'Odio perder'. Yo más que odiar perder, amo ganar. Ambas funcionan, como hemos visto con el correr de los años: jugadores con hielo en las venas y otros con fuego en el estómago. Yo creo haber encontrado la combinación justa para trascender en el circuito".

Ríos, 16 años después
Nunca cambió. No lo hizo cuando llegó a la cúspide del ranking de la ATP; mucho menos una vez retirado. Siempre fue directo a la hora de las palabras, sin rodeos ni importarle el qué dirán. A 16 años de su mejor momento tenístico, un auténtico Marcelo Ríos:

"Me pongo a pensar que fui número uno del mundo y me pregunto cómo mierda (sic) lo hice", remarcó el Chino, quien a los 23 años estuvo en lo más alto de la ATP durante seis semanas en 1998 (un mes en abril; dos semanas en agosto). "Nunca lo entendí muy bien. Si hubiese estado más maduro, lo habría disfrutado más", agregó en el programa Vitamina V de TVN.

Ríos, además, graficó cómo fue su recibimiento en Chile, donde, tras su inolvidable doble conquista en Indian Wells y Miami, estuvo con el por entonces presidente Eduardo Frei. "Llegué al Palacio de La Moneda y no me dejaba salir al balcón. Luego, fue una sensación increíble", resaltó.

Con un talento innato, el chileno por momentos parecía abusar de su mano en el circuito. Y ahora reveló el secreto. "Quería hacer jugadas bonitas, porque me contaban que la gente en Chile se juntaba para verme", dijo recordando su costado demagogo.

En tanto, consultado por su relación con sus sucesores, no ocultó cortocircuitos ni buenas sintonías. "Con Fernando González tuvimos roces. Puede ser que haya habido rivalidad y malos entendidos, pero no tengo ningún problema con él; Massú es mi amigo desde cuando jugábamos. El único que tengo en el tenis".

En las buenas y en las malas
Viktor Troicki transita esa incierta nebulosa que lo mantiene fuera de competencia hasta mediados de julio, tras un desgastante proceso judicial que tuvo punto final en el TAS y que solo redujo la pena de 18 a 12 meses, pese a que en el propio fallo se remarcaba que la falta no era "significante" y que no había "evidencia que sugiriera que la no entrega de las muestras obedecía a un deseo de evadir la detección de sustancias prohibidas". Conocida la sentencia, el serbio se mostró derrumbado anímicamente y con mucha bronca hacia los jueces. "No tengo idea qué hacer ahora o adónde ir. Eso es lo que queda de este caso", retraba por aquellos días.

En su ayuda emergió -una vez más- su compatriota y amigo Novak Djokovic, quien lo volvió a defender abiertamente y lo hizo formar parte de su gira por Sudamérica, lejos del ruido por la sanción y el estrés acumulado. Ahora, se suma el caso de su entrenador, Jack Reader, quien le evitó otro dolor de cabeza. Es que algunos rumores indicaban que iniciaría acciones legales contra Troicki para cobrar los 100 mil euros que estipulaba el contrato, en caso de que el jugador incumpliera las reglas antidoping, pero el coach lo desmintió y manifestó su total apoyo en una carta que luego hizo pública:

"Viktor, te lo comunico oficialmente: no voy a reclamar ese dinero. La razón que me motiva a no hacerlo es sencilla: ¡Eres inocente! Cuando fuimos a aquel primer encuentro con la doctora no hubo ninguna indicación respecto a las consecuencias que podía acarrear. Igual que tu, yo dejé el cuarto 100% tranquilo. Las consecuencias las deberían enfrentar quienes hacen los controles, si ellos son los que no cumplen las reglas. Y la gente detrás de esos exámenes también debería poner la cara, si es que no proveen el entrenamiento necesario. Habiendo aclarado eso, espero que te tranquilice un poco saber que no voy a demandar nada. Me es imposible para mí lastimarte más de lo que ya te han castigado".

Chica Hollywood
Años atrás, el doblista Dominic Inglot tuvo su historia soñada en el film Wimbledon; más lejos en el tiempo, Anna Kournikova participó de una escena en Irene, yo y mi otro yo. A ambos pudo haberse sumado la serbia Ana Ivanovic, pero la chance pasó de largo. Así lo reveló la ex N°1 en una entrevista con el New Zealand Herald, entre los preparativos para el WTA de Auckland, donde parte como segunda favorita.

"Me han llegado muchas ofertas para películas independientes, pero en una ocasión estuvo la posibilidad de representar un papel en una producción de Hollywood. Era más un cameo, no un protagónico, pero lucía increíble. Me hubiera calzado a la perfección, porque incluía algunas escenas de acción", contó Ivanovic.

Y explicó: "De todas maneras, para esas pocas escenas y unas diez líneas de diálogo hubieran hecho falta ocho días para filmar. Y lamentablemente no tenía la disponibilidad o incluso la voluntad de sacrificar mi entrenamiento por tanto tiempo".

Serena Williams, con rival a vencer
La estadounidense tiene bien en claro a quién evitar en el primer mes de acción de 2014. ¿Azarenka? ¿Sharapova? ¿Radwanska? ¿Li? No, ninguna de ellas. Su temor es la fragilidad de sus tobillos.

Paranoia, cábala o lo que fuera, Serena Williams dudó de usar su pieza en su casa de Florida por el obligado acceso mediante escaleras. "He pensado en eso. Me dije: 'Dios, voy a pisar mal y voy a estar mal con mis tobillos durante las próximas cuatro semanas'".

El temor de la estadounidense, cabe destacar, tiene su raíz en lo que vivió en 2012 y 2013. Hace dos años tuvo que abandonar en Brisbane por un dolor en el tobillo izquierdo, mientras que en la temporada pasada terminó jugando el Abierto de Australia con el tobillo derecho dañado.

"Si puedo conseguir un año sin torcerme el tobillo, creo que algo bueno vendrá", señaló la número uno del mundo, ganadora de 18 títulos en los últimos 24 meses, entre ellos cuatro Grand Slam, dos Masters de fin año y los Juegos Olímpicos. Con vendas de más, claramente, mal no le fue. Y amenaza con aún mejores épocas.

Nueva era
Lendl con Murray. Becker con Djokovic. Edberg con Federer. Tres exleyendas, tres enormes figuras de la actualidad. La nueva camada de coaches ha revitalizado la pelea grande del circuito ATP y ha arrastrado a nuestros días los 83 duelos que el checo, el sueco y el alemán supieron protagonizar entre ellos. Pero, por más pasado común que los atraviese, Murray prefiere tomar distancia:

"Personalmente, no creo que sea el renacimiento de una rivalidad", apuntó en una nota con el periódico Gulf News. "Quiero decir, más allá de que ellos asesoren a los jugadores, no pueden influir tanto. Una vez que uno pisa la cancha, es muy poco lo que puede hacer el coach. Lo que hace la diferencia es la preparación. Ahí se ve a un buen entrenador", completó.

Además de Becker y Edberg, en las últimas semanas también se sumaron al circuito los excampeones de Grand Slam Michael Chang (con Kei Nishikori) y Sergi Brugera (con Richard Gasquet): "No sé si será una moda que está empezando. Habrá que esperar y analizarlo en algunos años", subrayó. Aunque luego en su cuenta de Twitter abandonó los formalismos y se divirtió en la comparación: "¿Cuán genial es tener estas leyendas entrenando en el circuito? Estoy fascinado. Pero el mío es mejor".