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Historias mínimas

BUENOS AIRES -- Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

Emociones en cancha, en recuerdos y en papel
"Después de perder en primera ronda de Indian Wells estuve dos días en cama. Ni me movía. No contestaba ningún mensaje. Estaba simplemente deprimida". La frase le corresponde a Andrea Petkovic, hoy flamante campeona del WTA Premier de Charleston. Y la descarga, esta vez, fue otra: luego de su triunfo en semifinales, la alemana no pudo contener las lágrimas y dejó manifiesta la mezcla de emociones contenidas en estos meses. "No sé bien por qué fue. Estaba contenta. Y extrañamente yo lloro más de felicidad que de tristeza. Me sentí orgullosa de vivir de nuevo un momento así después de todas las lesiones y de creer que no volvería a jugar finales de grandes torneos", explicó en conferencia.

Pero que el primer título en tres años haya llegado en Charleston también tiene un gusto especial para Petkovic. Es que a pocos kilómetros de la sede del torneo, se encuentra la Universidad de Carolina del Sur, donde su padre, nacido en Yugoslavia, jugó por cuatro años: "Nunca supe bien cómo fue la historia, por qué vino a jugar aquí. Solo sé que le ofrecieron ir a Columbia y aceptó. Pero el año pasado que vino conmigo al torneo fue increíble ver que la gente se acercaba y lo saludaba, le decía 'Qué bueno tenerte de vuelta'. Como hija estoy orgullosa de todo lo que consiguió y de la educación que me dio. Y parte de eso tuvo que ver con su experiencia aquí, con lo que incorporó de la cultura de Occidente".

Además de repasar la historia de su padre, Petkovic se mostró interesada en conocer más acerca de la vida de algunos jugadores, indagando más allá de sus resultados o sus rendimientos. Y puso nombres propios como ejemplos: "Me gustaría ver el documental de las hermanas Williams. La vida de Maria Sharapova también es muy interesante. O lo que pasaron Jelena Jankovic, Ana Ivanovic y Novak Djokovic creciendo en medio de la guerra".

Y hay más, porque la misma Petkovic da vida a sus propias historias: escribe. "Pequeñas ficciones, poemas. Pero suelen ser malas", sonrió la alemana. "A veces en alguna poesía hay pasajes buenos, pero son solo una o dos líneas. Me gustaría expresarme mejor. Pero por algo juego al tenis, ¿no?".

Zverev vs. Zverev
No fue la primera que dos hermanos se cruzaron en el circuito. Sucedió con Javier y Emilio Sánchez, con Mike y Bob Bryan y con John y Patrick McEnroe, para dar algunos nombres. Hasta en la rama femenina, con Serena y Venus Williams, por ejemplo. Incluso ellos ya se habían enfrentado hace dos años, en la qualy del Challenger de Dallas. Pero no deja de ser algo curioso, como lo que vivieron las mellizas Pliskova en octubre.

Mischa y Alexander Zverev se toparon en la primera ronda de la clasificación del ATP de Houston y el éxito, como hace un par de temporadas, quedó en manos del hermano mayor. Es cierto, esta vez mucho más peleado. Del 6-0 y 6-1 pasó al 7-5, 4-6, 3-2 y retiro. También es lógico. Alexander, hoy 822°, viene en ascenso con sus 16 años, como número uno en Juniors y reciente campeón de la categoría en el Abierto de Australia.

Sin embargo, el menor de los Zverev no puede con su hermano (227°), 10 años mayor. "Le he ganado a muchos buenos jugadores en entrenamiento, pero no puedo él. Siempre pierdo por poco, no importa lo bien o mal que juegue", había dicho Alexander, en enero, en Melbourne. La historia, esta vez en el clay de Houston y de manera oficial, se repitió.

Venus, la sed de competencia y el mago de Oz
Ante la plena vigencia de las jugadoras "grandes" en la WTA, a la mayor de las Williams le consultaron sobre la brecha entre las distintas generaciones y el grado de competitividad que va con uno, si es algo innato o se adquiere con el tiempo. Y la ex N°1 se entusiasmó con el tema. "No creo que sea instintivo, aunque sí tiene que haber un deseo de dar todo lo que uno tiene. No se puede ser el mejor en todo, con lo cual hay que saber cómo llenar esos huecos. Yo aprendí mucho viéndola a Serena en los '90, porque era puro corazón. Y yo sentía que aún tenía más para dar".

"¿Vieron en 'El Mago de Oz', el León? Él no tiene corazón, pero lo desea. Y lo consigue. Ese es el camino. Reconocer el problema y tratar de arreglarlo. No se lo puede ignorar", agregó Venus, adaptando la tradicional historia infantil, donde el León en verdad lo que persigue es "coraje". Al fin y al cabo para este caso sean lo mismo.

"Creo que las nuevas generaciones viven en un mundo de inmediatez -retomó Venus-. Todo es instantáneo, todo es ahora. En mi época tenías que memorizar un número de teléfono. Hoy te aparece conectado a un servidor. Son cambios pequeños pero profundos. Te hace usar menos el cerebro, produce que haya menos esfuerzo en todo. No digo que sea ni mejor ni peor. Pero es diferente. Así que el consejo que yo le daría a las jóvenes es que no busquen excusas. Es una la que está en la cancha y tiene que resolver lo que se presente para ganar".

Como si hubieran reaccionado ante las palabras de Venus, en el torneo fueron semifinalistas Eugenie Bouchard y Belinda Bencic, dos grandes promesas de las jóvenes camadas. Y la canadiense se distanció de la descripción general: "Creo haberme demostrado a mí misma cuán fuerte puedo ser mentalmente. Yo solo pienso en ganar. Tengo muchas expectativas puestas en mi potencial. Quiero tener 10 años de éxito, no cinco regulares y cinco buenos".

Balada de la finalista solitaria
Jana Cepelova hizo mucho ruido en Charleston, sacando de carrera a Serena Williams en segunda ronda y cortándole a la N°1 una racha de dos años tanto en clay como en el debut de un evento WTA. De allí en adelante, la eslovaca hilvanó una serie de victorias que la llevaron a la primera final de su carrera. Pero la mejor semana de su vida profesional también tuvo un contexto particular desde lo personal: todo (el batacazo, la progresión en el cuadro, la repentina presión) debió manejarlo en absoluta soledad.

"No tengo a nadie aquí conmigo. Mi coach está en Eslovaquia, igual que mi familia y el resto del equipo. Los primeros días me ayudó Janette Husarova, que vino a jugar dobles y también es eslovaca. Pero luego se fue del torneo y entonces ya me tocó a mí encargarme de todo, desde encontrar compañeros de práctica hasta preparar un partido", reveló Cepelova.

"Si gano, me alegro. Pero al rato me entristece un poco no tener con quién compartirlo. Por eso trato de mantenerme en contacto con mi familia y mis amigos durante el día. Me hace sentir acompañada en los partidos. De ahí que en algunos puntos importantes mire a cámara para festejar", siguió la eslovaca, que todavía juega vistiendo tres marcas distintas (solo tiene contrato de raquetas).

"No sé cómo hizo", la elogió Petkovic, su vencedora en la final. "Me impresionó que haya hecho este recorrido todo por sí misma. Y fundamentalmente que haya mantenido el nivel después de ganarle a Serena". La N°1 también se rindió ante su potencial: "Jugó el mejor tenis que le he visto. Todo el crédito para ella". Desde este lunes, Cepelova ocupa el mejor puesto de su carrera (51). Para disfrutarlo en compañía.

Murray, el hotelero
Con la idea de impulsar a su ciudad natal, Andy Murray abrió un hotel de lujo. El campeón de Wimbledon adquirió Cromlix House, una mansión a 3 kilómetros de Dunblane, de estilo victoriano que data de 1874, y la ha transformado en 15 habitaciones cinco estrellas (cinco de ellas en suite).

El complejo tiene un valor sentimental para la familia Murray. Su hermano Jamie, campeón de Wimbledon en doble mixto, se casó allí en 2010, tres años antes de que Andy comprara la propiedad por 1,8 millones de libras (unos 3 millones de dólares).

Quien acceda, se alojará en las habitaciones con nombres ilustres como Chris Hoy, Alex Ferguson, Annie Lennox, Arthur Conan Doyle, Charles Rennie Mackintosh y William Wallace, pero será imposible encontrar rastros de la carrera tenística del propio dueño, ya sean fotos y, mucho menos, trofeos.

Su influencia, en cambio, quedó claramente marcada en que consiguió el permiso del All England Club para tener canchas de tenis diseñadas con los colores verde y púrpura, claro sinónimo de Wimbledon. Sin embargo, ya tiene sus reservas colmadas para un torneo importante que no tiene vinculación con su deporte: todo estará lleno cuando se dispute la Copa Ryder de golf, en septiembre, en Gleneagles.

"Estoy contento por poder devolverle algo a la comunidad en la que crecí", dijo el británico en el sitio web del hotel. "Poniendo en marcha Cromlix como hotel de lujo en el corazón de la comunidad Dunblane vamos a ser capaces de atraer nuevos visitantes a la zona, crear nuevos puestos de trabajo y centrar el apoyo a otras empresas locales", expresó el escocés en la página principal de la web del hotel. El primer paso está dado porque los principales medios escoceses ya se hicieron eco de esta inauguración.