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El curioso caso de Giovanni Lapentti en Quito

Giovanni Lapentti, en conferencia de prensa ATP de Quito

QUITO -- La decisión de dejar de jugar de manera profesional es un tema profundo para los tenistas. Lo piensan por un largo tiempo, analizan diferentes variantes, lo conversan con la familia y grupo de trabajo y recién ahí toman una postura. Y no siempre es definitivo. Lindsay Davenport, Kim Clijsters y Martina Hingis, para dar algunos casos, volvieron a las canchas al tiempo. Y en Quito, esta semana, un caso bien curioso: un retiro que duró menos de 24 horas.

Giovanni Lapentti rompió en llanto en conferencia minutos después de su derrota ante el colombiano Alejandro Falla. Un gesto de él en la cancha desembocó en una pregunta que quebró por completo al ecuatoriano. "Hay un momento en el que uno cambia en la vida y debe mirar hacia adelante. Hubiese querido dar la noticia con una victoria, pero no pudo ser: creo que es la última vez que voy a jugar aquí en Quito. Es probable que en los próximos meses deje de jugar", explicaba el actual N°222 del mundo.

Al otro día, todo marcha atrás. Lapentti se hizo presente de nuevo en la sala de prensa, pero ahora acompañado por Fabricio Valdivieso y Manuel Maté, organizadores del ATP de Quito, quienes tomaron la palabra inicialmente. Le aseguraron un wild card para la edición 2017 y, con fin de darle confianza, remarcaron que muchos de los actuales jugadores alcanzan su pico después de los 30 años, haciendo referencia a Víctor Estrella, campeón en Quito a los 34.

Acto seguido, Giovanni aclaró su nueva posición. Dijo que su idea era retirarse, pero que al recibir el apoyo de estos dos referentes económicos del tenis ecuatoriano seguirá jugando al menos hasta el próximo ATP de Quito.

"Es un honor tener una oportunidad más. Vamos a ver de armar un proyecto serio para poder seguir jugando. No sé cuánto más. Si se da uno, dos o tres años más, bienvenido sea. Yo amo al tenis. El tema es hacerlo bien, no quiero que sea a medias", explicó Lapentti, quien hace unos días cumplió 33 años.

Del retiro a un proyecto de tres años, en menos de 24 horas