Roger Federer llegó a París y no perdió tiempo. Se trasladó al estadio donde se disputa el último Masters 1000 del año, se entrenó y comunicó una decisión que era evidente.
Jugará el torneo tras experimentar buenas sensaciones en Basilea, con título incluído, y desafiando el hecho de jugar dos semanas consecutivas a esta altura de su intensa carrera.
Con la moral siempre arriba y la chance de colarse en la disputa por el número uno, el suizo trasladó su ilusión a la organización y a los aficionados franceses que volverán a disfrutar del tenis de la leyenda.
Roger tiene rival para este miércoles: será el canadiense Milos Raonic, verdugo del local Jo-Wilfried Tsonga.
A la question si @rogerfederer jouera demain, la réponse est OUI 👍 !
— ROLEX PARIS MASTERS (@RolexPMasters) 30 de octubre de 2018
Roger Federer will play tomorrow at the #RolexParisMasters pic.twitter.com/bo60G3rtCo