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Cubanos en MLB: Brillan Soler, Abreu y Hechavarría

Jorge Soler pegó par de jonrones en la última semana. AP Photo/Billy Hurst

Jorge Soler y José Abreu arrancaron la temporada de 2016 con un rendimiento por debajo de sus posibilidades. Transcurridos los dos primeros meses de campaña, uno y otro están lejos de sus resultados del pasado año. Sin embargo, esta última semana (entre el 23 y el 30 de mayo) mostraron signos de recuperación que les brinda sosiego, no solo a ellos, sino a sus respectivos equipos.

A todas luces Soler, que juega para los Cachorros de Chicago, ha comenzado a encontrar la paciencia en el plato para aprovechar las oportunidades brindadas por su manager Joe Maddon, quien en una exclusiva con la colega Marly Rivera dijo de Soler que "físicamente, es un prodigio. Podría estar jugando como ala cerrada o ala defensiva en la NFL. Tiene además un poder extraordinario, un gran brazo y corre bien".

"Y lo más grande con un jugador como él, es que es joven. Es joven y proviene de Cuba. Por lo que todavía está aprendiendo a adaptarse a la cultura de los Estados Unidos. Hay que tener paciencia y ayudarlo a comprender la importancia de ser un pelotero completo y no sólo un bateador", agregó el experimentado estratega. "Él sólo tiene que preocuparse por ser Jorge Soler. Tiene la capacidad de convertirse en un talento único que podría inspirar a todos los jóvenes, en especial a los jóvenes cubanos y latinoamericanos para que vengan a jugar a los Estados Unidos, pero quiero que sea un modelo a seguir por jugar de la manera correcta".

Las palabras conciliadoras y paternales de Maddon comienzan a surtir efecto. En esta semana Soler sobresalió con el madero al promediar .333, producto de cuatro indiscutibles en 12 turnos. Dos de esos imparables sobrepasaron las cercas y le sirvieron para remolcar 5 carreras (la misma cantidad que empujó en todo el mes de abril), además de que anotó tres en ese periodo.

Criticado reiteradamente por su falta de paciencia en la caja de bateo, esta vez el habanero de 24 años negoció cuatro boletos. En conjunto su porcentaje de embasamiento fue de .500, o sea, llegó a base la mitad de las veces que compareció al plato. Su slugging se disparó a .833 al igual que su OPS a 1.333.

Si bien existe alarma en el otro equipo de la Ciudad de los Vientos, que empezó muy bien la campaña pero se encuentra inmerso en una mala racha de siete derrotas en fila, y 15 reveses en sus últimas 23 presentaciones, es una buena noticia que el principal artillero del conjunto comience a sentirse cómodo con el madero.

Pito Abreu en la semana promedió .333, gracias a 8 indiscutibles en 24 turnos. Dos de ellos fueron dobles. El asterisco en su producción fue que no remolcó carreras, lo cual representa su máxima responsabilidad dentro de la alineación de los Medias Blancas.

El otro cubano que sobresalió fue el santiaguero Adeiny Hechavarría. El paracorto de los Marlins de Miami bateó para .375 (24-9), con par de dobles, un jonrón y cuatro impulsadas.

Reconocido como uno de los mejores defensores del campocorto --el pasado año le disputó el Guante de Oro a Brandon Crawford de los Gigantes de San Francisco en la Liga Nacional-- su ofensiva ha ido puliéndose en sus cinco años en las mayores. Su manager, Don Mattingly, es uno de los que ha quedado asombrado con las habilidades del jugador de 27 años: "Él tiene un muy buen swing; no había notado lo bueno que es como bateador".

Desde la loma, y también en la tarima (ver tuit), el pitcher José Fernández brilló por encima del resto. En la única apertura de la semana, el villaclareño ponchó a 12 adversarios de los Rays de Tampa Bay en siete entradas de labor. Fernández no tuvo problemas para espaciar seis indiscutibles y agenciarse su séptimo éxito en la campaña.

Con los 12 ponches que propinó, Fernández llegó a los 90 en 60.2 entradas, ubicándose segundo en ese renglón en todas las Grandes Ligas. Únicamente lo supera Clayton Kershaw, de Dodgers de Los Ángeles , con 105 en 86.2 innings.

Max Scherzer y Stephen Strasburg, ambos de los Nacionales de Washington, también han sometido por la vía de los strikes a 90 bateadores, pero han necesitado 73.1 y 73.2 entradas, respectivamente.