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Amir Khan ha sido la eterna promesa del boxeo

Fue en marzo del 2009, cuando el ex medallista olímpico británico Amir Khan venció al mexicano Marco Antonio Barrera, que la afición boxística supo de su existencia y la prensa lo consideró como la futura gran figura del boxeo de su país. Al igual que otros colegas a quienes se les otorgó el crédito periodístico en Inglaterra, Khan se convirtió ese día en uno de los favoritos de la entusiasta fanaticada del Reino Unido. Pero lo que en el 2009 era promesa, pasados siete años aún no se ha transformado en realidad.

El boxeo de Khan ha sido intermitente y alternó grandes momentos con ruidosos fracasos. Su virtud ha sido buscar las grandes peleas contra los grandes rivales. Su error, al parecer, fue no conocer sus limitaciones y trabajar mal sus planes de pelea. Tal vez, esa haya sido la razón por la cual despidió de su esquina al a Freddie Roach en el 2012 y llamó a su actual entrenador Virgil Hunter. Desde entonces no ha perdido y es necesario detenernos en ese detalle.

Hasta la pelea sostenida con Danny Garcia, Amir Khan era un púgil arriesgado, sumamente explosivo, que salía a buscar el KO, que ponía presión en sus rivales y que demostraba una guapeza libre de discusiones. Su carrera tuvo un ascenso vertiginoso. En julio del mismo 2009 venció a Andreas Kotelnik y le arrebató el título mundial de peso súper ligero de la AMB. Luego cruzó el océano y en EEUU tuvo recordadas victorias sobre Paul Malignaggi, Marcos Maidana y Zab Judah entre otros. En diciembre del 2011 su estrella comenzó a perder fuerza. Primero perdió por puntos ante Lamont Peterson en una pelea muy cerrada y en la siguiente batalla fue noqueado por Danny García en el cuarto asalto y para muchos confirmó su mandíbula de cristal, algo que ya se presumía desde el 6 de septiembre del 2008 cuando el colombiano Breidis Prescott le quitó el invicto noqueándolo tan temprano como en el primer asalto.

La dolorosa derrota sufrida contra Danny García en el 2012, promovió un nuevo rumbo en la carrera de Amir Khan. La más importante: despidió a Freddie Roach y contrató a Virgil Hunter. El cambio de entrenador trajo ideas nuevas y definitivamente el británico maduró en su boxeo. Se volvió más precavido, aprendió a manejar los tiempos de su plan de pelea y ha controlado el ritmo de combate a través de cambios en el estilo. Hoy no teme ser totalmente defensivo, arriesga menos cuando pone presión ofensiva, se sabe recluir para buscar sorprender con el contragolpe y apela más a la técnica y la elusividad, que a la búsqueda de finalizar por la vía rápida.

Como resultado de ese cambio, Amir Khan ha ganado todas sus peleas desde entonces - Carlos Molina, Julio Díaz, Luis Collazo, Devon Alexander y Chris Algieri - y excepto Carlos Molina, al que venció por nocaut técnico en el décimo asalto, las restantes batallas lo vieron vencer en las tarjetas de manera unánime.

Es muy claro que la madurez llegó a su boxeo y el instinto de Khan, ahora bajo control, acepta que para ganar batallas no siempre es necesario buscar el KO con desesperación. Hunter mejoró al Amir Khan boxeador y lo transformó en un inteligente especulador en el ring. Ello ha sido excelente para su carrera, pero no ha rendido frutos a su futuro legado. Porque es verdad que Amir Khan aún no ha logrado nada. Se mantiene como un púgil taquillero, un rival que garantiza buena audiencia pero todo ello gracias a lo hecho antes de la derrota sufrida contra Danny García. Sus últimas peleas, carecieron de la espectacularidad de sus comienzos y al final del día, sus mejores peleas solo viven en la memoria lejana del fanático.

Y si bien es verdad que el boxeo de Khan se volvió efectivo y aburrido con Hunter, también es cierto que el británico nunca ha cejado en la búsqueda de "aquella pelea" que le ayude a llegar a la meta trazada y al mismo tiempo le permita dejar de cargar esa pesada mochila de "eterna promesa". Así lo vimos figurar como posible rival de todos los campeones del momento. Su nombre sonó para enfrentar a Floyd Mayweather, Miguel Ángel Cotto, Manny Pacquiao o Juan Manuel Márquez entre otros. Su pelea contra Saúl "Canelo" Álvarez es el resultado de esa insistente búsqueda de una gran batalla, en el mejor y más rentable de los escenarios: en Las Vegas y en un PPV.

Por increíble que parezca, en la pelea más difícil de su carrera Amir Khan es donde más tendrá para ganar. Este sábado en Las Vegas enfrenta a Saúl "Canelo" Álvarez por el título mediano del CMB. El mexicano es amplio favorito, peleará con un exceso notorio de tonelaje, tiene mayor asimilación y por si fuera poco lo supera en el poder de sus golpes.
Khan es la víctima propiciatoria, el que todos esperamos ver noqueado antes de la mitad del combate. Ganar parece una misión imposible y el fanático lo considera una suerte de David contra Goliat. Khan, por ello, subirá al cuadrilátero sin ninguna presión. Perder es lo obvio, ganar sería una hazaña. Ese factor, podría darle motivación e impulso a su boxeo para conseguir una victoria que sería sorprendente.

Si se diera el batacazo, Amir Khan lograría en una sola noche, lo que no ha podido conquistar en siete años: reconocimiento, crédito y su lugar en la historia del boxeo mundial. Pero claro, es solo una especulación sobre una posibilidad remota. La lógica de la próxima pelea de Amir Khan solo permite vaticinar que luego de la misma, el británico seguirá siendo una eterna promesa que nunca termina de transformarse en realidad.