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Bienvenidos a la Semana 1, la nueva pretemporada de la NFL

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La falta de actividad de gran número de titulares en pretemporada conduce a múltiples errores en el inicio de la campaña regular


La Semana 1 de la temporada del 2023 de la NFL arrancó con algunos resultados bastante esperados, algunos otros muy sorpresivos, y un número elevado de errores básicos como denominador común de los primeros 15 encuentros.

Probablemente, estos errores puedan rastrearse a la pretemporada. No, no es necesariamente el hecho de que se hayan reducido de cuatro a tres partidos de exhibición, cuando se incrementó el número de partidos de campaña regular de 16 a 17, sino el hecho de que, con el pasar de los años, los jugadores titulares juegan cada vez menos minutos en la pretemporada.

Uno de los resultados es que se han reducido las lesiones a los estelares de la liga, antes del inicio de la temporada. Este año, por supuesto que hubo lesiones severas que acabaron con las campañas de varios jugadores, antes de que hubieran comenzado. Sin embargo, la lista no tuvo nombres de gran cartel, como sucedía en años pasados. Tim Patrick de los Denver Broncos podría haber sido el más reconocible, y su lesión de tendón de Aquiles ocurrió durante una práctica.

Nadie puede discutir contra una reducción de lesiones como un efecto positivo de la disminución de minutos de pretemporada para jugadores de renombre, particularmente con lo que cuestan ahora sus contratos. Sin embargo, eso también significa, en muchos casos, que la Semana 1 es, en realidad, la primera actividad de juego significativa en que participan en ocho meses.

De ahí, que no nos sorprenda el número de errores de ejecución básica que vimos este fin de semana, como los balones sueltos en intercambios del centro al quarterback, que fueron alarmantemente frecuentes. Lo mismo puede decirse de los pases dejados caer, con el partido del jueves por la noche entre los Detroit Lions y Kansas City Chiefs, como uno de los mejores ejemplos --hablando de los Chiefs, en particular--. El toque ilegal de la patada corta de los Broncos, para abrir el encuentro ante Las Vegas Raiders, es otro buen ejemplo. Y, ¿cuántas intercepciones vimos en la jornada donde el balón pegó en las manos de los receptores?

Los New Orleans Saints bloquearon una patada de despeje de los Tennessee Titans, y los Dallas Cowboys hicieron lo propio con un intento de gol de campo de los New York Giants, regresando el ovoide todo el camino para los primeros puntos del duelo nocturno.

Y, hablando de los Titans, el veteranísimo Ryan Tannehill ya lidera a la liga en intercepciones lanzadas, con tres.

Pero, también hubo una serie de errores mentales y de concentración. El más claro ejemplo fue el balón suelto del quarterback Trevor Lawrence de los Jacksonville Jaguars que, azarosamente, cayó en manos de su corredor, Tank Bigsby, quien solamente se quedó parado, sin hacer nada. Bigsby recibió entonces un empujoncito de un defensivo de los Colts y soltó de nuevo el ovoide, que paró en manos del liniero defensivo DeForest Buckner, devolviéndolo 26 yardas hasta el touchdown. Ya ni mencionemos el incomprensible e innecesario empujón por la espalda de DK Metcalf a un esquinero de los Rams, con la jugada terminada.

Finalmente, hubo equipos que salieron completamente desinflados. Los Pittsburgh Steelers se vieron totalmente desmantelados en casa ante los San Francisco 49ers, su peor derrota en una jornada inaugural bajo el mando de Mike Tomlin, mientras que los Giants permitieron a los Cowboys --sus rivales divisionales-- su mayor victoria por blanqueada en la historia de la franquicia.

Ni hablar de lo que consintieron los Cincinnati Bengals a los Cleveland Browns, con Joe Burrow --quien el jueves pasado se convirtió en el jugador mejor pagado en la historia de la NFL-- lanzando para apenas 82 yardas. Cuatro corredores, --sí, esa posición que según los propietarios de la liga no vale prácticamente nada-- lograron más yardas por tierra que el quarterback mejor remunerado en la historia del deporte logró por aire.

No intentamos minimizar el crédito de los jugadores y equipos que estaban al lado positivo de las jugadas en cuestión, pero en muchas instancias, pareció que pesó más el error de una parte que el acierto de la otra.

Desde luego, no es tiempo para sobrerreacciones, todavía. Otra de las consecuencias de la prolongación de la campaña regular a 17 encuentros es, naturalmente, un partido adicional para reponerse de un pobre inicio. Algunos lograrán levantar el rostro, otros no. Ese es el nombre del juego.

Sin embargo, los erráticos inicios de campaña se harán cada vez más frecuentes con cada año que los jugadores titulares sigan al margen de la acción durante la mayor parte de la pretemporada. Conservar su salud en la medida de lo posible para una extensa campaña regular ciertamente hace que valga la pena el inicio flojo.