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La "misión" de Antony Richardson, tras su lesión como novato

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McAfee destaca que Richardson ayudó a un conductor varado (1:33)

El conductor aplaudió al quarterback de Colts por ayudar a una persona en la carretera. (1:33)

El quarterback de los Colts se dice transformado después de ver abreviada su campaña de novato por un problema en el hombro


JACKSONVILLE -- En una fría mañana del noreste de Florida, se podía encontrar al futuro de los Indianapolis Colts en una bodega poco especial localizada al final de un estrecho callejón detrás de un centro comercial.

Dentro, el quarterback de los Cleveland Browns, Deshaun Watson, había recién concluido una sesión con su tutor de pases privados. El suplente de los New Orleans Saints, Nathan Peterman, estaba culminando su propia sesión privada, y pronto saldría del campo techado de 50 yardas.

Era el momento para que Anthony Richardson iniciara el siguiente capítulo, pequeño, en lo que espera sea una memorable campaña de regreso. El quarterback de segundo año de los Colts jugó en porciones de apenas cuatro encuentros de su temporada de novato en el 2023 por lesiones, incluyendo una lesión en el hombro derecho que requirió cirugía y terminó con su temporada.

Después de hacer algo de pliometría y algunos arrancones, los preparadores de Richardson lo sometieron a un calentamiento dinámico que incluyó lanzar una pequeña bola pesada contra una pared acolchonada. Richardson, después de aplicar algo de torque en exceso en el movimiento, dejó una marca obvia.

"¡Oh!", exclamó, después de un sonoro golpe. "Mala mía".

"No te preocupes por ello", replicó Denny Thompson, entrenador de quarterbacks y propietario del complejo, 6 Points.

No mucho tiempo después, Richardson comenzó a lanzar, trabajando varias rutas con el entrenador personal de coaches, Will Hewlett. Trabajó cada ruta a ambos lados del campo, todo ello enfocado a reestablecer la memoria muscular para que el ritmo de los pases nuevamente se convierta en una segunda naturaleza.

La noción de no lanzar por meses fue alguna vez una desgarradora realidad para Richardson. Sufrió para lidiar con los días y semanas iniciales después de enterarse que su articulación acromioclavicular necesitaría cirugía a finales de octubre.

Quizás, es por eso que a Richardson parece no bastarle días como estos.

Finalmente, logró empezar a sudar profusamente con una serie de pases de alta velocidad cuando Hewlett y el entrenador de desempeño de Richardson, Tom Gormely, sugirieron que pisara los frenos. Richardson se mantiene con un conteo de pases --aproximadamente unos 40 lanzamientos al día-- y ya se estaba aproximando a ese número. Pero, él no quería saber nada de eso.

"OK, vamos a lanzar una [ruta de] vela, bien y tranquila", dijo Hewlett. Se suponía que sería el último pase de Richardson del día.

"Mejor pase de tu vida allí", dijo Hewlett.

Pero, Richardson estuvo apenas impreciso, y no le encantó.

"Nah, uno más", declaró.

El siguiente paso también estuvo menos que perfecto en la estimación de Richardson, y pidió otro. La solicitud fue concedida. Finalmente, prevaleció la cordura y apagaron a Richardson por el día. Fue su quinta sesión de la semana, y había lanzado más de 200 pases en total, apenas cinco meses después de la cirugía.

Ese entrenamiento fue apenas un pequeño paso en el viaje de Richardson. Rehabilitarse es una maratón, una prueba de paciencia que dura meses El problema es que Richardson no es una persona paciente.

Cumplió un sueño convirtiéndose en el cuarto recluta global del draft de la NFL del año pasado, y debutando como el titular para la apertura de la campaña de los Colts. Pero, cuando su temporada de novato quedó recortada, encendió un fuego en el quarterback franquicia de 21 años de edad. Los Colts se quedaron a una victoria de la postemporada, luego de que Gardner Minshew reemplazara a Richardson, y la creencia en Indy es que Richardson podría ser la diferencia en el 2024.

"Nunca esperé tanto para regresar a jugar al fútbol americano", declaró Richardson. "Simplemente estoy en una misión este año. Una vez que se complete esa misión, entonces estaré bien".

RICHARDSON DICE SER un perfeccionista, pero de hecho intenta bajarle un poco a eso. Seguro, es difícil bajar tus estándares cuando las esperanzas de toda una franquicia descansan sobre tu hombro quirúrgicamente separado.

"Solía ser muy malo", admitió. "El viejo yo, probablemente hubiera estado allí lanzando por otros 30 minutos. Pero, solo estoy intentando encontrar ese balance".

Los Colts también han estado predicando perspectiva. Tanto el head coach Shane Steichen como el gerente general Chris Ballard han dicho en entrevistas precias que es imperativo ser inteligentes con Richardson mientras se rehabilita.

Ballard, en particular, ha enfatizado la importancia de ser deliberado, una lección que viene de su experiencia al final de la era Andrew Luck en Indianapolis. La saga de tres años del ex pasador de los Colts con su propio hombro derecho dejó a la franquicia en ruinas por múltiples campañas. La factura física y emocional también contribuyeron a la decisión de Luck de retirarse joven.

De hecho, fue la sorpresiva salida de Luck previo a la campaña del 2019, la que al final condujo a los Colts hasta Richardson después de cuatro temporadas de lo que resultaron ser experimentos de un año en la posición.

Con todo y eso, incluso se le dificulta a Ballard mesurarse. El pasado mes, no mucho tiempo después de que Richardson había vuelto a lanzar, visitó a Indianapolis para una evaluación con los preparadores físicos del club. Mientras Ballard, Steichen y el coordinador ofensivo Jim Bob Cooter observaban lanzar a Richardson, estaban admirados con lo que veían.

"Era como, 'Mi Dios'", comentó Ballard. "Digo, ustedes nunca sabrían que estaba rehabilitando, solo por verlo jugar al fútbol americano".

De modo similar, durante las reuniones de los dueños de la NFL del mes pasado, Steichen expresó optimismo respecto a la posibilidad de que Richardson sea dado de alta para los trabajos de receso de campaña con el equipo, con los jugadores siendo programados para regresar al trabajo voluntario más tarde este mismo mes.

"Sé que está súper emocionado y listo para las prácticas de primavera y el campamento de entrenamiento", manifestó Steichen.

Entonces, como Richardson, Steichen se percató de que necesitaba mesurarse un poco.

"Sí, no lo voy a decir con certeza", explicó Steichen. "Pero, él debe estar decente"-

La anticipación es comprensible.

Richardson solo intensificó el apetito de su equipo en su acción limitada como novato, ya sea con sus dos acarreos de touchdown frente a los Houston Texans, o su improbable pase completo de 38 yardas, mientras estaba en las manos de la leyenda de Los Angeles Rams, Aaron Donald.

"Estoy verdaderamente emocionado respecto a Anthony", expuso Ballard. "Entre más estás cerca del chico, más fe".

Con todo y eso, Richardson jugó apenas 173 de 1,148 repeticiones ofensivas para Indianapolis. Con un jugador capaz de todo en cualquier jugada dada, cada una de esas 975 oportunidades perdidas representa un "¿Y si hubiera?".

Solo esperen, previene Richardson.

"La gente realmente no pudo ver todo lo que puedo hacer en un campo de fútbol americano", notó. "Entonces, sigue siendo una especie de temporada de novato para mí. Pero, ahora he adquirido más conocimiento y comprehensión del fútbol americano y la NFL. Entonces, soy un novato de corazón, pero ahora lentamente me estoy convirtiendo en el líder que mi equipo necesita.

"Estoy listo para toda oportunidad que tenga enfrente".

DESPUÉS DE LA SESIÓN de la mañana, había más trabajo por hacer.

Después de un rápido almuerzo --un amigo le llevó algo de Chick-fil-A--, Richardson se metió a un auto y condujo al otro lado de la ciudad a un gimnasio privado para un entrenamiento.

El énfasis no era levantar gran cantidad de peso. En lugar de eso, el enfoque estaba en áreas como rango de movimiento y flexibilidad. Hubo algunos ejercicios poco convencionales, como el que hace que Richardson lance una bola medicinal enorme tan lejos como le sea posible. La bola medicinal es mayor a un balón de baloncesto, pero Richardson fue capaz de lanzarlo al otro lado de la sala.

Richardson sigue recordando su primer lanzamiento después de la cirugía, a mediados de febrero: En ese momento, en nada se sintió como el tipo que se ha hecho de una reputación por un brazo de cohete, capaz de lanzar un ovoide 70 yardas en el aire.

"Me sentí como un robot", confesó Richardson. "Sé cómo me siento y cómo se debe sentir lanzar un balón, Pero, después de ese primero, era como, 'Vaya'. Me quedé como, 'Ese no soy yo, y quiero ser yo ahora'".

Richardson, como todos los clientes de Gormely, aprende que no es así como funciona. Pero, el progreso como el que muestra Richardson, puede llegar rápidamente. Su aprehensión pronto abrió camino a la anticipación.

"Eventualmente, pienso que ellos empiezan a ver un poco la luz, y mentalmente, empiezan a desesperarse por regresar", dijo Gormely.

Allí es donde se encuentra ahora Richardson. Ya no habla de su regreso en términos teóricos. Ahora, puede ver su progreso. Lo puede sentir, también. Su cuerpo una vez más hace lo que está acostumbrado, y le permite a su cuerpo volver a las partes del juego que más echa de menos.

"Extraño salir corriendo al campo, corriendo por el túnel con las hombreras puestas", admitió. "Extraño ser capaz de contribuir y ayudar al equipo. Solo extraño estar allá. Solo quiero ganar".

Por ahora, existe una victoria de otro tipo que hay que celebrar. Richardson recientemente se convirtió en padre cuando él y su prometida --Jada Richardson-- dieron la bienvenida a un bebé varón: Anthony Richardson Jr. El padre podría incluso agregarle el "Sr." a su jersey este otoño.

Entre ese evento que te cambia la vida y la perspectiva que ha obtenido a lo largo de su rehabilitación, Richardson parece mostrar una cierta seriedad.

"Empiezas a ver la vida de modo diferente", declaró, mientras se recostaba sobre una mesa para masajes al tiempo que Gormely trabajaba sobre su hombro. "Era justo como decía acerca de invertir el trabajo, tengo gente de quien debo cuidar. Sea que quiera levantarme e invertir ese trabajo, tengo que hacerlo, no solo por mí, sino por la gente a la que debo procurar".

En esos momentos iniciales de oscuridad, cuando Richardson lidiaba con el peso del dolor físico y emocional de la lesión, no podría haber imaginado dónde se encuentra ahora. En ese momento, era demasiado complicado concebir lanzar rutas profundas con facilidad de nueva cuenta.

Y aun así, aquí se encuentra.

Mientras reflexiona Richardson, se toca la cicatriz en el hombro derecho. Esa cicatriz ayudo a transformarlo, dijo. Y, cuando concluya este viaje, cree que será un mejor jugador y una mejor persona por ello.

"Es una bendición, en realidad", mencionó. "El modo en que lo veo, si estoy no me hubiera sucedido, no creo que estaría donde me encuentro ahora ni tener la mentalidad que tengo ahora. Aprecio las cosas pequeñas en la vida un poco más. aprecio a la gente que me rodea un poco más. Aprecio las oportunidades un poco más.

"Tengo que vivir con ello, y estoy feliz de vivir con ello. Me hará más fuerte mentalmente, físicamente y emocionalmente. Entonces, estoy agradecido porque me ha dado un panorama distinto para mí y para la campaña que estoy a punto de tener".