PHILADELPHIA -- El profundo de los Eagles, Malcolm Jenkins, jugó más de un medio tiempo conmocionado el domingo pasado contra los Dallas Cowboys.
Jenkins declaró el jueves que se lastimó al derribar al corredor de los Cowboys, Darren McFadden, a la mitad del segundo período.
"Todo estaba nublado", declaró Jenkins tras participar en su primer entrenamiento esta semana. "Fue como volver a ser novato. El juego pasaba muy rápido. Mientras el reloj avanzaba me sentía mejor. Sabía que algo no estaba bien".
Jenkins confesó que no le dijo a nadie del personal de entrenamiento ni médico, sino hasta que los Eagles ya habían ganado por 33-27.
"Simplemente me lo guardé, algo que realmente no debí hacer", sostuvo Jenkins. "El personal médico y de entrenadores estaba muy molesto conmigo al final. Como jugadores, todos estamos enterados de las consecuencias por conmociones. Definitivamente es algo que manejaré distinto.
"Creo que todos confían en mi juicio particular. Nadie sabía ni me preguntó nada. Todavía fui capaz de digerir el plan. Todavía hacíamos ajustes y yo llamaba jugadas". Jenkins compartió que es su primera conmoción. También dijo que no hubo señales evidentes. Nunca perdió el conocimiento ni pareció fuera de balance o mareado, apuntó.
Jenkins jugó en todas las alineaciones defensivas del encuentro. Registró nueve tacleadas y estuvo cerca de bloquear el gol de campo del empate para Dallas en los últimos segundos.
Tras informar al personal médico al final del partido, Jenkins fue ingresado al protocolo de conmociones de la NFL. No practicó martes ni miércoles y recibió autorización de un neurólogo independiente para entrenar el jueves, lo cual hizo.
Jenkins dijo que espera jugar el domingo contra los Miami Dolphins. Como esquinero níquel de los Eagles, podría terminar cubriendo al receptor de ranura Jarvis Landry en forma extendida.
"Será un buen duelo", dijo Jenkins. "Él es su muchacho principal".