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Blog de Rafa Ramos: ¿2024 Será el año en que #LaBomba y Emilio cumplan las promesas de 2022?

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¿Qué calificación le pones a Juan Carlos Rodríguez? (10:00)

Su trabajo al frente de la selección mexicana (10:00)

2024 es el año de cumplir promesas, ya casi desdentadas, por parte de Juan Carlos Rodríguez y de Emilio Azcárraga Jean de un cambio genuino, absoluto, en el futbol mexicano.


LOS ÁNGELES -- 2024. El magnífico desafío para el futbol mexicano. El concepto de Unamuno, ese de “renovarse o morir”, nunca mejor encarnado. Y se aplica a todos los niveles. Tanto su Selección Nacional como su Liga MX han entrado en un estado semicomatoso: respira, pero no mejora. Resuella, pero no despierta. Yerto y yermo.

2024. La Selección Mexicana, en términos de Octavio Paz, en su propio Laberinto de la Soledad. Es el centro neurálgico de una voracidad colectiva y de una crisis ajena: la de la FMF y la de la Liga MX. Es, el Tri, una ubre en riesgo de esterilidad absoluta. Amamanta a clubes, patrocinadores, promotores, televisoras y demás alcahuetes.

2024. La Liga MX sigue en la plancha de las autopsias. Clubes que son lastres, rémoras, la mayoría de ellos encubiertos bajo la fechoría suicida de la Multipropiedad. Además, en un prontuario de corrupción, pulula una secta de promotores que trafica con jugadores intrascendentes en su país, y que con desparpajo operan esquilmando, por complicidad o estulticia, a los clubes mexicanos.

2024. Es el año de cumplir promesas, ya casi desdentadas, por parte de Juan Carlos Rodríguez y del mismo Emilio Azcárraga Jean, quien, recuérdese, envió un guion, un panfleto –la especialidad de la casa–, para que fuera dramatizado por Yon de Luisa, aún en Qatar, y después repetido hasta la saciedad por Ricardo Peláez, Denise Maerker y algunos otros comunicadores de Televisa, guion en el que prometía erradicar todos los parásitos y tumores malignos, como la abolición del ascenso y descenso, multipropiedad y demás menjurjes.

2024. El plazo innegociable para el cambio genuino, absoluto, en un futbol mexicano en el que el Gatopardismo se ha convertido en la deleznable práctica de la evasión y el escapismo. Es decir, hacer cambios para que nada cambie, otra de las especialidades de Azcárraga Jean, y que, de momento, su apóstol, #LaBomba, ha llevado a cabo con eficiencia servilmente doméstica.

Cierto, la tarea no es fácil. Aún con todo el respaldo de Azcárraga Jean, Rodríguez tiene que desafiar intereses multimillonarios de tipos con mayor poder político, financiero y social que el suyo, además de las complicidades oscuras que existen entre ellos.

Un ejemplo es la versión que circuló después de la Asamblea de Propietarios (o #YuntaDeDueños, según Sven-Göran Eriksson) de diciembre. Se asegura que #LaBomba había conseguido que Grupo Caliente se deshiciera de Querétaro, y Grupo Azteca de Puebla o Mazatlán, para empezar a atacar la MultiPropiedad. Incluso había ofertas puntuales, como la de la familia Achar, ofreciendo 100 mdd por Gallos Blancos.

Sin embargo, en la misma sesión, Rodríguez calibró un proyecto para que cada franquicia de la Liga MX pudiera cotizarse a mediano plazo, en al menos 300 millones de dólares, copiando un modelo económico similar al de la MLS. Obviamente, ante esta propuesta, Caliente y Azteca recularon, y decidieron no vender s sus equipos. Esto molestó a Azcárraga Jean, por su intimidad con los Achar. Así, acabar con dos plazas en la miseria de la MultiPropiedad se vino abajo.

Vale aclarar que sobre este tema se consultó al Departamento de Comunicación de la FMF, y se negó que tal proyecto de revaloración de los clubes fuera presentado. Sin embargo, dos fuentes distintas aseguran que sí ocurrió ese acercamiento entre Rodríguez y Azteca y Caliente, antes de la misma asamblea.

Ciertamente, Juan Carlos Rodríguez ha tomado el control absoluto de diversos temas, como lo demostró el video, grabado días antes de la misma Asamblea, video en el que aparecen los propietarios, leyenda –como aburridos escolapios– un discurso que fue preparado por la misma FMF. Es decir, los dueños de los clubes pueden permitir que les manipulen su dignidad, pero no sus centavos.

Así, siete meses después de su ascensión al trono federativo, Rodríguez no consigue que las promesas de su mecenas, Azcárraga Jean, que suman ya 13 meses de obsolescencia, puedan cumplirse, mientras que el tema de Ascenso y Descenso no podrá consolidarse sino hasta 2026 o 2027, siendo más probable que se aumente a 20 equipos la Liga Mx, a que se consuman las juramentaciones hechas por Emilio a través de los discursos garabateados para De Luisa, Peláez, Maerker y compañía.

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2023 un año de transición en la selección mexicana

Muchos cambios en la directiva y sus técnicos

La tarea es herculina, indudablemente. Desparasitar un futbol que ha rebuscado las formas más complejas y los recovecos impensados para un suicidio lento, durante tantos años, no puede revertir esa forma de autodestrucción en meses o semanas. Está dicho, la recomposición del futbol mexicano necesitará de al menos una generación nueva de futbolistas, pero, para ello, debe encontrar la forma congruente de formar, educar y consolidar a esos jugadores, y con medidas tangibles, claras, y no las alucinaciones demenciales de Mikel Arriola de pretender que los jóvenes prospectos mexicanos sean aceptados de buenas a primeras, como comunitarios en Europa.

Y tal vez #LaBomba pueda tener una idea clara de cómo desarrollar el supuesto Plan Maestro para reactivar a un balompié en proceso degenerativo desde hace años, gracias a las elucubraciones u ocurrencias de Decio de María con el apoyo intelectual de Alejandro Irarragorri (apertura indiscriminada a extranjeros, abolir ascenso y descenso, y asesinar la segunda división con el mamotreto de la Liga de Expansión), sí, tal vez Juan Carlos Rodríguez esté aprendiendo el cómo encontrar una solución, pero será difícil conseguirlo entre directivos proclives a fraudes fiscales, a cohechos con promotores, y más dispuestos a ganar guerritas de egos, que victorias organizativas y colectivas.

Sí, 2023 puede tomarse como un año de transición necesario, pero, hasta el momento, los modelos de cambio para 2024 no pasan de ser presentados como buenas intenciones en un balompié donde se ha obrado con malas intenciones o pésimas directrices de lamentables directivos durante años.

Y el riesgo, encima, es que mientras más se acerque #LaBomba a una eventual solución, ciertamente estará vulnerando los límites y las fronteras quisquillosas de directivos que han vivido, por años, bajo la ecuación perfecta de la corrupción, es decir entre la impunidad y la inmunidad, con la participación de todos los clubes, desde aquellos que lo hacen activamente, o hasta los cómplices pasivos, es decir aquellos que no objetan, no se rebelan, no se contraponen, sino que simplemente callan por desidia o por miedo.

Ese pues el escenario para 2024, mientras en el fondo de esa Caja de Pandora se debilita más la pequeña esperanza de que Emilio Azcárraga Jean y su acólito Juan Carlos Rodríguez cumplan esa promesa de dar golpes de timón enérgicos, y no sólo extorsionar con el recurso del Gatopardismo, ese de hacer cambios para, en realidad, no pretender cambiar nada.