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¿Seguro que "Ya está"? Argentina afronta el último baile de Messi

El momento en el que Messi le dice "Ya está" a su familia tras consagrarse campeón en Qatar. AP

"Ya está" es una de las imágenes más icónicas de la consagración de la Selección Argentina en el Mundial de Qatar. Con los brazos abiertos, trataba de divisar a sus seres queridos en lo alto de uno de los palcos del estadio Lusail. Deseaba con lo más profundo de su ser abrazarlos a la distancia, como todo un país y otros tantos millones de otras partes querían abrazarlo a él. Repetía apenas dos palabras que decían todo: "Ya está”. El fin del martirio, la satisfacción del objetivo cumplido, la recompensa por justamente no haber bajado los brazos.

En el "Ya está" de Lionel Andrés Messi (no hacía falta aclararlo) no hay un adiós. Tampoco lo hubo en el no tan lejano "Ya está" de 2016, cuando con otras palabras anunció su salida de la Selección luego de otra final perdida, en ese caso por la Copa América Centenario, otra vez en los penales frente a Chile. En su interior sabía que tenía más que ver con la bronca y la impotencia que con un sentimiento sincero. Es muy difícil renunciar a lo que se ama.

Tanto aquella reacción en caliente como el desahogo de la mochila descargada en Qatar son un punto de inflexión en su carrera. Un volver a empezar. Volver a creer.

Ahí va el emblema, la bandera, el símbolo, con sus 36 años a cuestas. Listo para arrancar un nuevo desafío en las Eliminatorias Sudamericanas. Con ganas de disfrutar lo que le quede por jugar. Claro, acompañado de un grupo que ya demostró con creces que juega por la gloria y también para hacerlo feliz a él. Defendiéndolo y matándose adentro de la cancha.

De cara a la Copa del Mundo 2026 que contará con 48 equipos, el camino hacia Canadá, México y Estados Unidos se torna más amable porque habrá seis pasajes directos y una chance de repechaje entre las 10 selecciones de CONMEBOL. Si bien nadie gana antes de jugar, el certamen parece una excelente oportunidad para abrochar rápido el boleto e incrementar el idilio con la gente. Aunque pareciera que ese vínculo ya es incondicional y por el resto de los días.

En lo estrictamente futbolístico, Lionel Scaloni cuenta con la base de los campeones del mundo y sigue incorporando jóvenes a su proyecto. Varios de ellos, codiciados por otras selecciones, ya eligieron vestir la celeste y blanca y seguramente tendrán la chance de sumar minutos, experiencia y confianza en un equipo sin tantas presiones.

Dibu Martínez es el indiscutido bajo los tres palos y hay varios nombres en danza como posibles reemplazantes. En el fondo, los de siempre: Nahuel Molina (Gonzalo Montiel), Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Marcos Acuña (Nicolás Tagliafico). En el mediocampo, los que llegaron para jugar y “volar”: Enzo Fernández, Alexis Mac Allister y Rodrigo De Paul. Y adelante, la mezcla perfecta de experiencia y juventud: Ángel Di María, Lionel Messi y Julián Álvarez. A la espera, jugadores de sobrada categoría dispuestos a responder cuando es necesario.

¿Qué se juega Lionel Scaloni? En su segundo ciclo mundialista, una posibilidad que no tiene demasiados antecedentes en Argentina, la intención será mantener el equilibrio en un clima de absoluta euforia, afianzar la idea de juego, no dejar nunca de competir y como se dijo, naturalizar la adaptación de nuevos valores.

¿Cuál es el objetivo del campeón del mundo? Continuar por el camino que lo llevó a conseguir un invicto histórico y la Tercera en Qatar, llegar en las mejores condiciones a la Copa América 2024, tratar de garantizar lo antes posible la presencia en el próximo Mundial y poder gozar estos momentos posteriores al título, que no suelen abundar en el mundo del fútbol.

Lo que está claro es que Lionel Messi comenzó su “último baile”, tal como describió Phil Jackson a su última temporada en los multicampeones Chicago Bulls. Revitalizado tras dejar PSG y llegar a un Inter Miami al que ya le cambió la cara y sacó campeón, La Pulga solo quiere disfrutar sin ser contundente respecto a su futuro.

La gente se niega a aceptar que la despedida está más cerca. Sus compañeros tratan de convencerlo de que se estire hasta 2026. ¿Seguro que “Ya está”? El tiempo lo dirá. Por ahora, la fiera competitiva y el hambre de gloria están intactos.