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Francia 1938: ...Y le anotó cuatro a Brasil

Imagen del enfrentamiento que Polonia perdió 6-5 ante Brasil; Ernest Wilimowski anotó cuatro goles para los europeos. Getty Images

Ernest Prandella no conoció a su padre, muerto en el frente de batalla. A los trece años adoptó el apellido de su padrastro, por lo que pasó a ser Ernest Wilimowski, como más tarde sería identificado en el mundial de Francia 1938, en el que sólo jugaría un partido pero con el que le bastaría para ser entronizado en la memoria por anotarle cuatro goles a Brasil.

Wilimowski es hasta ahora, el jugador más joven en debutar con la selección de Polonia –17 años- y vivió el virtuosismo de ser ídolo antes de salir por la puerta pequeña señalado como traidor, al haber elegido la nacionalidad alemana cuando Adolf Hitler devoraba Europa.

Parece mentira cómo el hombre sucumbe a veces ante su propia pequeñez. Ernest Wilimowski hizo su carrera en el modesto equipo Ruch Hajduki, que lo catapultó al mundo para que vieran su increíble velocidad, su regate izquierdo y sobre todo, sus maravillosos reflejos a la hora de definir. Sólo que Wilimowski, al que le caracterizaban sus grandes orejas, pensaba en triunfar en el futbol y cuando la Segunda Guerra Mundial era inminente, aprovechó la Deutsch Volksliste (la lista de personas de ascendencia alemana que vivían en territorios ocupados por el Tercer Reich) para encontrar trabajo en la policía, mudarse a Hamburgo y seguir jugando futbol.

Polonia jamás lo perdonó y trató de archivar su gran actuación ante Brasil en 1938, como si sus cuatro goles fueran el inventario vergonzoso de un daño irreparable.

Francia 1938 arrancó con 16 participantes desde los octavos de final. La gran Austria de Mattias Sindelar y Johan Horvat no existía más porque Alemania se había anexado el territorio. Wilimowski sabía perfectamente todos esos detalles bélicos.

A Polonia le tocaba Brasil, que no era aún potencia, pero que daba señales claras de tener magia y fuerza en sus jugadores. El partido se realizó en el diminuto estadio de Estrasburgo y quedará indeleble como el juego con más goles en octavos de final. Brasil lo ganaría 6-5 pero dejando media vida en el campo.

Anotó Leonidas, la estrella brasileña, apodado el ‘diamante negro’ y quien sería el campeón de goleo apoyado en otros buenos jugadores como Peracio, Martim y Lopes. Como el campo estaba muy enlodado, Leonidas se descalzó para no resbalarse pero el silbante sueco Ivan Eklind lo reprendió hasta ver que se ajustara los botines.

Al medio tiempo el marcador indicaba 2-1 para Brasil. El gol de Polonia fue un penal convertido por Fryedryk Szerfke gracias a que Wilimowski fue derribado por Hércules.

Es decir, el segundo lapso fue una obra maestra del delantero polaco que marcaría a partir del minuto 53, el otro al ’59 y el del ’89 se recordará por la exquisita definición elevando la pelota a la salida de Batatais. Emparejado el partido 4-4 se fueron a tiempo extra. Ahí, Polonia ya no pudo con Leonidas que marcó dos veces más, aunque Wilimowski volvió a apuntarse una diana en el ‘118. Es hasta ahora, el único que ha marcado cuatro goles en un partido a Brasil.

Repudiado en su país por preferir ser alemán, jugó entonces en el Munich 1860 sólo un par de años, porque la guerra evitó que siguiera deleitando las tribunas. Wilimowski apreciaba dos cosas: la libertad y el futbol y tenía la idea de que los amores no se imponen, sino que se pueden elegir.

“Lo único que deseaba era hacer goles, estar en el pasto y vivir en paz con mi familia. Por eso tomé esa decisión como muchos otros”, dijo en una entrevista ya de viejo. Terminó su vida en 1997, mientras seguía enseñando a los niños a jugar futbol.

Esta historia es parte de una colección de 20 escritos, uno por cada Mundial, desde Uruguay 1930 hasta Brasil 2014:

Uruguay 1930: Un partido de 84 minutos

Italia 1934: Un pantano acaba con la ópera

Francia 1938: ...Y le anotó cuatro a Brasil