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Historias mínimas

Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

NOVOTNA VS. LAS NUEVAS ESTRELLAS
Su nuevo rol como entrenadora de su compatriota Barbora Krejcikova, de 19 años y aún fuera del Top 150, le hizo poner los ojos más detenidamente sobre las nuevas camadas. Y dejó llamativas apreciaciones sobre Simona Halep y Eugenie Bouchard, las dos jugadoras sensación de 2014.

Primero, Novotna opinó sobre la rumana. "Siempre juega bien, es coherente y puede llegar a ganar torneos de Grand Slam", abrió el juego en una entrevista con Sports 360°. Hasta ahí, todo bien por parte de la campeona de Wimbledon '98 y finalista en otros tres Major, pero la checa le vio el lado negativo a la actual N°3 del mundo. "Ella será una de esas jugadoras que nadie va a recordar. Es sólida, luchadora y consistente, pero no es 'wow'".

Luego Novotna, que en 2013 colaboró en el camino de Marion Bartoli al título en el All England Club, también tuvo un punto de vista crítico sobre la canadiense. "Ella tuvo un año increíble, pero la pusieron en las revistas, cambió su pelo y no puede manejarlo", destacó la checa, quien trazó este caso con el de Sharapova: "[Maria] puede hacer una sesión de fotos, caminar con tacos altos, subirse a un Porsche y después va a la cancha y nunca mira atrás. Es increíble. Única".

El desafío de Novotna será llevar a Krejcikova, exnúmero tres junior en 2013, a los primeros planos sorteando los ejemplos de Halep y Bouchard, dado su mirada poco alentadora. Por lo pronto, con su final en el ITF 25K de Beinasco hace dos semanas, su pupila alcanzó su mejor puesto en el ranking de la WTA.

CEGUERA DE HALCÓN
Jelena Jankovic tuvo 10 días positivamente impensados en Indian Wells. Las lesiones y el flojo arranque de temporada (record 2-4 antes de Indian Wells) mutaron en su primera final en un evento Premier en casi dos años. Pero, por más lleno que haya acabado el vaso en el balance, un extremo particular sigue quedando en el debe: hacer mejor uso del ojo de halcón. "Soy muy mala, ¿no? No sé administrarlos", rió la serbia en la semana.

El detonante del caso llegó en su duelo con Madison Keys, donde pidió un challenge ¡en la segunda pelota del partido! Y, lógicamente, sin éxito. "Fue torpe de mi parte. Los usé todos muy rápido en el primer set y después me quedé sin ninguno a mano. Pronto voy a necesitar anteojos. Pero está bien, es parte del juego", siguió en un marco descontracturado.

Enseguida le hicieron saber que posee uno de los peores registros en cuanto al promedio de éxito en fallos desafiados; y la serbia se reconoció en el margen de esa lista: "Coincido con la estadística. No tengo mucha precisión con lo que pido. A veces lo reclamo solo porque sí, porque simplemente quiero que la pelota entre. No importa si fue claramente afuera. Es como una chance más de implorar 'Por favor, entra, de alguna manera'. Pero no sucede". Licencias admisibles mientras todo lo demás siga como hasta ahora...

VENCER AL PÓSTER
Un doble 6-0 suele dejar sus secuelas. Dominika Cibulkova alguna vez reconoció haberse sentido "perseguida y autopresionada durante varios torneos" tras caer en blanco con Agnieszka Radwanka en 2013. Tiempo después, tuvo su revancha perfecta. En Indian Wells, hubo un desquite semejante.

Las protagonistas: Belinda Bencic, 18 años, N°37 del mundo, y Caroline Wozniacki, ex N°1 y hoy de regreso en el Top 5. La primera vez que se vieron las caras fue hace siete meses, en el WTA de Estambul. Prometedor emparejamiento de primera ronda, frustrado en apenas 44 minutos. 9 puntos de 34 ganó la suiza aquella tarde con su servicio. 0/11 con el segundo.

California las volvió a juntar en tercera rueda. Y la historia fue otra. "¿Qué cambió? Que esta vez gané un game", bromeó Bencic tras su victoria por 6-4 y 6-4. "No, hablando en serio, después del primer game que gané sentí un alivio tremendo. Pero en general fui más sólida. En Estambul le tuve demasiado respeto y salí con miedo, nerviosa. Esta vez tenía claro mi plan de juego y sabía qué hacer", agregó.

"Para mí ella fue siempre un modelo a seguir. De chica la miraba todo el tiempo por televisión, la idolatraba", continuó Bencic, enfatizando aquello de respetar "de más" a las figuras, a tono con lo que graficara John Millman meses atrás, en el singular marco de su duelo con Roger Federer: "Cuando juegas contra la reputación de tu rival y no contra la persona que tienes enfrente, pierdes antes de empezar".

El golpe ante Wozniacki, además de lo especial del contexto, representó su primer triunfo sobre una Top 5. "Son cosas que una sueña de chica. Me parece irreal haberla vencido. Es un gran momento para mi carrera".

EL CÍRCULO MURRAY
En medio de su recorrido en Indian Wells, el escocés abrió una puerta a su intimidad en diálogo con la BBC. ¿El disparador? Su casamiento con Kim Sears en abril. "Solo sé que es dentro de tres semanas. Los tenistas somos muy malos con las fechas", sonrió el británico al encarar el tema.

"No me genera nervios el hecho de casarme, porque hemos estado en pareja casi diez años y llevamos más de seis viviendo juntos -remarcó Murray-. No creo que vaya a cambiar demasiado. En algún punto, siento que ya estamos casados. Calculo que los nervios me van a llegar el día en que decidamos empezar una familia, porque eso sí es algo que te cambia la vida. En un buen sentido".

El escocés elogió tener tres padrinos de boda: su hermano Jamie, el exdoblista Ross Hutchins y el peruano Carlos Mier, a quien Murray conoce de su época en Barcelona, período donde también formó amistad con el venezolano Daniel Vallverdú.

"Entre los 15 y los 20 años pasé muy poco tiempo con mi hermano. Él estaba en Francia y yo en España. Carlos fue mi mejor amigo en esos años, que resultaron muy importantes en mi vida, lejos de mi familia y afectos. Él fue la persona que estuvo siempre, para lo que necesitara. Siento que me conoce como nadie", profundizó el escocés.

MONEDA CONSEJERA
Madison Keys marcha set arriba sobre Klara Koukalova en su debut en Indian Wells. Descansa en su banco, recupera energías y atestigua cómo un baño de aplausos acompaña el contexto. Pero no son para ella. Camino a su encuentro se acerca Lindsay Davenport, triple campeona de Grand Slam y dos veces ganadora en Indian Wells. Hoy, en el banco de Keys junto a su esposo, Jon Leach. Primera vez para pupila y entrenadora en la instancia de coaching habilitada por la WTA.

"Noté los aplausos. Pero lo curioso es que originalmente no iba a bajar Lindsay. En realidad, antes del partido, bromeando, ella me dijo que debería tirar una moneda para decidir quién de los dos venía. Y lo terminamos haciendo así", reveló Keys tras la victoria.

"Supongo que en el futuro puede ir cambiando [quién baja a la pista], pero Lindsay hizo un gran trabajo. Sabe muy bien cómo aprovechar ese minuto, marcando tres o cuatro cosas que ella y Jon creen que no están funcionando -extendió-. En lo personal, creo que el coaching es genial. Puede cambiar el curso de ciertos partidos". ​