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Struvay sorprendió a Zeballos y es finalista en el Challenger de Bogotá

BOGOTÁ -- Luego de las ininterrumpidas lluvias de la jornada del viernes, tiempo de acción por duplicado en Bogotá. Apenas cuatro games de los cuartos de final se habían completado, por lo que todo quedó para el sábado, en este torneo que reparte 50 mil dólares en premios y entrega hospitalidad.

Esta vez, el gran ganador de la jornada fue Eduardo Struvay (274º). El local, quien nunca había estado en semifinales en este nivel, sumó dos victorias en la jornada para meterse en la final.

231º en 2012, el colombiano de 24 años subirá, al menos hasta el 215º del ranking mundial, lo mejor de su carrera.

En primer turno, dio la primera sorpresa y venció 7-6 (5) y 6-4 al brasileño Joao Souza (140º), quien ya tenía buenos antecedentes en la altura de Bogotá. Ya entrada la noche, fue superior al argentino Horacio Zeballos (135º) a quien derrotó por 7-6 (4), 4-6 y 6-3 en una hora y 52 minutos de juego.

El marplatense, cabe recordar, había vencido por 6-3, 4-6 y 7-6 (5) al colombiano Cristian Rodríguez, que no tiene ranking pero que aprovechó al máximo la invitación.

En el arranque de la jornada fue Alejandro Falla quien no quería más demoras. El crédito local (125º), en cancha bajo techo, pudo con Hans Podlipnik (170º ATP y número uno del tenis chileno) por un categórico 6-2 y 6-3 en apenas una hora y nueve minutos de juego.

De esta manera, Falla seguía aprovechando la estadía para intentar reinsertarse en el Top 100, en una ciudad en la que suele rendir bien, ya sea a nivel ATP sobre canchas duras, o en challengers de arcilla, como en esta ocasión.

Con esta actuación, se aseguró un lugar entre los primeros 120 del mundo, más allá de que, en instancias de semifinales, ya entrada la tarde, cedió ante el italiano Paolo Lorenzi (68º) por 3-6, 6-2 y 6-4.

El europeo, en los cuartos de final disputados bajo techo, había vencido más temprano al local Alejandro González (134º) por 6-4 y 6-4 en una hora y 29 minutos y afianzarse como el gran favorito para la definición del domingo. Solo Struvay puede evitarlo.