El martes le informaron a Mike Rizzo que fue la elección de la familia Lerner para convertirse en el gerente general de los Nacionales. La idea era retrasar el anuncio hasta el viernes, cuando Stephen Strasburg hizo su aparición en el Nationals Park, lo que significa que Rizzo tuvo que pasar todo el miércoles respondiendo llamadas concernientes a todos los informes que sugerían que había sido despedido y reemplazado por Jerry DiPoto. A pesar de que fue algo gracioso, ya que Rizzo había sido nombrado de manera efectiva hacía 24 horas, el informe fue una especie de vergüenza especulativa.

Mark Reynolds
Getty ImagesMark Reynolds encabeza las mayores con 14 jonrones después del Juego de Estrellas
"Hasta mi hijo de 19 años dijo, 'Pensé que nos íbamos a quedar, ahora dicen en la televisión que estabas afuera'", dice Rizzo. "Le tuve que asegurar que todo iba a estar bien".

Y el miércoles por la noche, los Lerner y Stan Kasten terminaron con el delirio de despidos.

Hay que darles un poco de crédito a los Lerner y a Kasten. Tanto Hoyer como DiPoto serían gerentes generales sobresalientes, pero conservar a Rizzo como gerente general es lo correcto. Ha comenzado a cambiar la cultura del equipo; el acuerdo Nyjer Morgan les dio a los Nacionales una defensiva más fuerte en el jardín central y mejoró el nivel en el bate. Y con el trabajo de Morgan en el bullpen, les ha dado a los Nacionales un segundo líder en cuanto a ética de trabajo junto con el incansable, Ryan Zimmerman.

Rizzo tuvo mucho que ver con el hecho de que se pudiera cerrar el acuerdo con Strasburg. Según Scott Boras, Rizzo se alejó de la habitación de los Nacionales en la que 22 personas no paraban de discutir, se dirigió hacia su habitación y cerró el trato con Boras. Fue Rizzo el que consiguió la confianza de la familia Strasburg tras ir a su casa y explicarles su plan de desarrollo -- no iba a hacer apariciones que vendieran cantidades de entradas en Washington en septiembre (no ha lanzado desde mayo), un programa de lanzamientos de cara a la Liga Instruccional de Florida, 5-6 aperturas en la Liga de Otoño de Arizona, un total de aproximadamente 40 entradas entre la insturccional y las ligas de Arizona, y después una invitación de las mayores para el campo de entrenamiento de primavera.

"Queremos que Stephen lance durante mucho tiempo con los Nacionales", dice Rizzo. "De modo que seremos prudentes".

Explicó a la familia que debido a que ser lanzador en las mayores requiere de mucho más trabajo duro, 160 entradas en las mayores es el equivalente a 200 en las menores. Y a la familia le gustó lo que escuchó.

Rizzo tiene un largo camino de construcción en la organización. Los Nacionales tienen sólo cuatro cazatalentos profesionales, la gerencia es escasa, deben armar un programa latinoamericano y necesitan trabajar en formar un grupo de desarrollo.

Es claro que por la forma en que manejaron la contratación de Rizzo, los Lerners están comprometidos con permitir esta reconstrucción. Quieren que Zimmerman y Morgan y Strasburg sean las caras de esta franquicia.

¿Queda un largo camino por recorrer? Seguro, pero no están solos. Miren a los Mets y como esta temporada ha envejecido a un buen hombre como Omar Minaya. ¿Regresará? Probablemente, con el respetado John Ricco asumiendo más responsabilidades. ¿Qué pasará con Billy Wagner? Considerando el potencial factor de quiebre, le permitirían a los Medias Rojas asumir los $2.75 millones restantes en su contrato; probablemente le ofrezcan mediación, la rechacen y los Mets reciban dos picks en el draft. Y cuando Carlos Beltrán (quien no va a someterse a una operación por microfractura) regrese, cuando puedan descubrir si John Maine sirve o no y por qué la velocidad de Oliver Perez ha disminuido de 95-97 mph a 88-91, podrán reparar y reconstruir.

No, los Nats no van a superar a los Mets pronto. Pero dan muestras de vida.

La gente puede quejarse sobre el sistema de compensaciones del draft, pero el hecho es que el peor equipo en 2008 obtuvo el mejor talento individual del draft en 2009. Y ahora que Stephen Strasburg es un Nat y Rizzo tiene el trabajo que se ganó, el béisbol en Washington puede avanzar.