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Tony Romo tiene una mentalidad inquebrantable al entrar en su décima temporada como titular de Cowboys

Diez años atrás, Tony Romo llegaba a su primer campamento de entrenamiento de los Dallas Cowboys como el incuestionable quarterback titular.

En aquel entonces, él era la mayor esperanza de los Cowboys desde que Troy Aikman se retirara. Cuando tomó las riendas en el séptimo juego de la temporada 2006, los Cowboys despegaron y entraron a la postemporada. El Romo-momentum estaba por todos lados. Él estaba en todos lados. Los Cowboys volvían a estar en boca de todos.

Durante su camino a San Antonio para unirse al campamento de entrenamiento a finales de julio de 2007, con Jason Witten detrás del volante y Terence Newman en el asiento del pasajero, Romo estaba sentado en la parte de atrás del vehículo. En la pequeña pantalla de televisión, Steve Perry cantaba “Don’t Stop Believin” durante un concierto en 1981. Romo cantaba al mismo tiempo.

Workin' hard to get my fill

Everybody wants a thrill

Payin' anything to roll the dice

Just one more time

Some will win

Some will lose

Some were born to sing the blues

Oh, the movie never ends

It goes on and on, and on, and on

Ahora, con 36 años de edad, Romo sigue lanzando los dados y la película sigue corriendo.

“Se ha ido muy rápido”, dijo Romo, sentado en la parte de atrás de un carrito de golf durante un descanso en un torneo 7 contra 7 del cual fue anfitrión en Burlington, Wisconsin, el mes pasado. “Algunas veces piensas que fue hace mucho tiempo que comenzaste a jugar, y es por eso que cada año es muy precisado y por ello es que vale mucho. Es por eso que debes hacer de cada año el mejor que hayas tenido”.

Con el inicio de la temporada 2016 el sábado con el primer día del campamento de entrenamiento en Oaxnad, California, Romo mantiene muchas esperanzas. Quizás la única que le queda.

Jugó solamente cuatro partidos el año anterior porque se fracturó la clavícula izquierda en dos ocasiones. Los Cowboys ganaron solamente tres de esos partidos. Y solamente ganaron uno de los 12 que tuvieron sin Romo. Tuvieron su peor récord desde 1989 cuando terminaron 1-15 en el primer año de Jerry Jones como dueño y gerente general del equipo.

Pero ahora, Romo tuvo su cirugía de la clavícula en marzo y está saludable nuevamente. ¿Podrá pasar por toda la temporada 2016 sin lesiones? Nadie sabe, pero si lo consigue, los Cowboys volverían a ser contendientes. Romo está orgulloso de que nunca ha jugado en un partido sin sentido en toda su carrera.

Romo tiene el récord de la franquicia de yardas por pase y anotaciones. Su marca es de 78-49 como titular, pero ha sido definido principalmente por lo que no ha hecho aún. Aunque no quiere ser retrospectivo de lo que ha pasado en estos 10 años, pasando de un desconocido, seleccionado agente libre fuera del draft, para convertirse en uno de los mejores mariscales de campo de la NFL.

“No es el tiempo de mirar hacia atrás”, aseguró Romo. “Tienes que moverte hacia adelante continuamente. Aprendes lo que debes aprender y evolucionas”.

Y él piensa que hay muchas cosas más por lograr. En varias ocasiones durante la temporada baja, Romo fue cuestionado de cuánto tiempo más quiere jugar, y casi siempre cambia el tiempo. Primero fue de 3 a 5 años, luego fue de 4 a 6, después de 6 a 8. De hecho, una vez bromeó que tenía otros 10 años más dentro de él para jugar.

Él piensa que está jugando su mejor futbol porque su conocimiento es el mismo que su habilidades físicas.

Romo ha dicho que si es lo suficientemente bueno para ganar un Super Bowl, de alguna manera lo ganará. Pero si no, entonces no lo hará.

Y luego de 10 años, las posibilidades se vuelven cada vez más difíciles.

“Una vez que maduras, piensas que un trabajo continuo es lo que te hace mejor, así que si nuestro equipo es mejor o peor, no afecta nuestras oportunidades”, aseveró Romo. “Sólo tengo que ser mejor. Si no somos mejores, está bien, aún así tenemos una oportunidad. Pero si somos realmente buenos, entonces definitivamente vamos a competir por el campeonato. Sabemos cuál es nuestra meta. Sabemos a qué aspiramos y qué significa el rendimiento en este deporte. Y por qué hacemos lo que hacemos”.

Y por mucho que Romo piense en llegar a un Super Bowl, no se permite a sí mismo pensar en lo que significaría ganar uno o lo que le daría a su legado.

“No puedes ver hacia adelante pensando en tu futuro”, concluyó Romo. “No sabes lo que sucederá, no sabes en lo que te convertirás, pero tienes que creer en que estás tratando de hacer algo y llegar a algún lugar. Ese pensamiento es el que realmente marca la diferencia entre lograrlo y no lograrlo.

“Es la firme creencia de que sólo vamos a hacer que suceda y vamos a llegar a donde quieres llegar”.