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Historias mínimas

BUENOS AIRES -- Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

Tursunov, sin filtro
En una extensa entrevista con el portal Sports.ru, el ruso Dmitry Tursunov dejó frases picantes y compartió algunas anécdotas realmente curiosas, en tono informal y profundamente descontracturado. El primer eje que tocó el jugador fue el del "reciente" ATP de Moscú, del cual se ausentó para preparar Shanghai. Y ese faltazo generó enojo en público, prensa y autoridades.

"Dijeron que no participaba porque no había arreglado la plata. Eso es falso. Pero si vamos a debatir eso, integremos a todos los jugadores a la discusión. Porque lo que hipotéticamente hubieran pagado por mí, lo invirtieron el triple en Tipsarevic, que jugó horrible y perdió en el debut", disparó Tursunov, recordando el partido que el tercer favorito cedió ante el local Karen Khachanov, una de las sorpresas del tramo final de la temporada.

"Encima empiezan a decir que uno no es patriota porque no juega gratis -siguió-. Según esa lógica, que cada empleado de la Kremlin Cup trabaje gratis, también. Es un pensamiento muy ingenuo". A propósito de la política monetaria que se lleva a cabo en Rusia, Tursunov lamentó la asimetría que existe con otros deportes. Y graficó: "Duele forjar una carrera durante 15 años y que uno no vaya a valer nunca lo que la pierna izquierda de un futbolista". "El tenis en Rusia ya no despierta el interés que en el pasado", completó. Y, a título personal, elevó como alternativa las competencias sobre ruedas: "Me gusta la velocidad. Si me pones a mirar golf me pego un tiro a los cinco minutos".

Además, viajó a los Juegos Olímpicos de 2012, para rememorar una particular escena junto a Bernard Tomic: "Un día se la pasó pidiéndome que fuera con él a la ciudad a recorrer algunos bares. Que él pagaba por mí. 'Tranquilo, que si tuviera que pagar yo no iría a ningún lado', le decía. En la Villa no había mucho para hacer y él insistía en que lo acompañara. Yo acepté, aunque le advertí que no iba a tomar nada. Pero de alguna manera se las terminó arreglando para emborracharme. No manejo muy bien el alcohol...".

Y de la mano de aquella anécdota, se refirió a las polémicas que acompañaron el 2013 del australiano, con la sanción a su padre y entrenador, John: "Bernard es joven, no le resulta fácil manejar todo esto. Yo hablé con su padre en más de una oportunidad. Un tipo muy temperamental. De tanto en tanto compartíamos algún juego de video y él estrellaba los controles contra la pared. Fue todo muy dramático lo que pasó".

Finalmente, subrayó las dos historias más insólitas que le ha tocado vivir en el circuito. La primera, en India: "Estaba a punto de pegar una bola alta y de pronto una cosa oscura sale de la nada y vuela al lado mío. Era un murciélago, pero del tamaño de un gato". El otro recuerdo lo devolvió a Londres y a la rígida política de Wimbledon: "Jugando dobles con Stakhovsky, en 2012, estábamos peleando un partido muy complicado. Y ante una ventaja perdida arrastré la raqueta sobre el césped, como si estuviera jugando al golf; luego tomé unos pedazos de pasto y los tiré a un costado". Nos dieron un warning. Me llamó la atención, pero no era para volverme loco. Luego cuando voy a retirar el premio del torneo, veo que hay una multa de 700 dólares: '¿Están locos o qué? Su pasto vale más que la marihuana...'. Pero así es Wimbledon".

Premiado, a la distancia y con beneficios
La BBC se suma a los reconocimientos a Andy Murray en un año inolvidable, en el que no solo consiguió el título de Wimbledon sino que también se ganó el 100% del reconocimiento británico. Sin embargo, el escocés no fue a retirar la distinción. En plena recuperación de la operación de espalda, prefirió no frenar su pretemporada en Miami. El viaje de ida y vuelta hacia Inglaterra, según su óptica, perjudicaría su puesta a punto de cara a la exhibición de Abu Dabi, donde hará su reaparición.

Como opción, entonces, Murray sugirió la posibilidad de salir por videoconferencia. La propuesta, aun con mala cara, fue aceptada. Desde la BBC remarcaron su disconformidad por no tenerlo en persona en Leeds, pero bajaron la cabeza y endulzaron la previa con palabras como ansiedad, expectativa e ilusión.

Andy, con beneficios obtenidos por quebrar la marca de 77 años de sequía británica en Londres, que además le valió el nombramiento de Sir y permitió flamear de manera histórica la bandera azul y blanca en el All England Club a un año del referéndum independentista convocado por el gobierno escocés.

De nuevo en la batalla
Víctima de una recurrente lesión en el pie derecho, que llegó a mantenerla inactiva entre agosto y septiembre de 2012, la israelí Shahar Peer, ex N°11 del mundo, cayó en julio pasado hasta el puesto 179. Y, con apenas 26 años, pensó en colgar la raqueta: "Durante media temporada por mi cabeza pasaba retirarme cuando acabase 2013. Ya no disfrutaba jugando ni entrenando", le contó días atrás al diario Marca, de España. Pero dos finales en fila (instancia que no alcanzaba hacía dos años) la devolvieron al Top 100 y hoy renueva energías: "Los malos momentos me han servido para madurar y ver desde otro punto de vista tanto el tenis como la vida".

Ese plano "más allá del tenis" da pie a otra esfera muy significativa en la vida de Peer y que inevitablemente cobró notoriedad en el circuito: su servicio en el ejército israelí. "Tengo un gran recuerdo de aquella época. Tuve dos semanas y media de entrenamiento básico y luego estuve dos años como auxiliar administrativa. En mi país tienen un programa especial para los deportistas de élite y pude compaginarlo con los viajes, los torneos y los entrenamientos", enmarcó.

Peer cumplió su tiempo de servicio entre 2006 y 2007, aun cuando su trabajo era una potencial vía para evitarlo: "Desde el primer momento quise hacerlo. Mis amigos eran parte y además era una forma de retribuirle a mi país todo el apoyo que recibo", comentaba por esos días.

Luego de su ciclo militar, la política y el tenis se mezclaron en la vida de Peer, en el torneo de Dubai 2009. Allí, los Emiratos Árabes Unidos le negaron la visa y la israelí se quedó sin participar, potenciando una polémica que decantó en sanción por parte de la WTA y renuncia de Andy Roddick al evento ATP.

Con todo, siguiendo la línea de Novak Djokovic, Peer siempre prefirió mantenerse al margen. Y traída al contexto que vive Israel en la actualidad, tampoco quiso hacer referencia al conflicto con Palestina: "Es un tema del que prefiero no pronunciarme porque no se puede explicar en unas pocas líneas. Solo espero que llegue la paz pronto. Yo lo que mejor hago es jugar al tenis y prefiero estar centrada en trabajar duro para ser mejor cada día".

El batacazo perdido
Mientras los protagonistas del circuito se reparten entre vacaciones y pretemporada, en Australia tuvo lugar la última semana el playoff por una invitación al cuadro principal del primer Grand Slam de 2014. Allí festejaron Jordan Thompson (318° ATP) y la retornada Casey Dellacqua (141ª WTA), pero también tuvo lugar una historia muy particular...

Primera ronda del evento masculino. De un lado, Matt Reid, 224° (segundo preclasificado), Top 200 en julio y con una final de Challenger disputada en 2013. Del otro, Akira Santillan, de solo 16 años, sin experiencia en partidos a cinco sets y con un puñado de Futures como primera aproximación profesional, que lo llevaron al actual puesto 1807.

Peloteo previo al encuentro: Reid impacta, Santillan no puede devolver el golpe. La escena se repite una y otra vez. "Estaba demasiado nervioso, no podía pasar una pelota", evocaría luego en diálogo con el Herald Sun. Pero, quitados los miedos, todo cambió: tras cuatro horas de partido, el joven se impuso por 6-2, 6-2, 4-6, 4-6 y 6-3 y se cobró una victoria inolvidable, convirtiéndose en el único no preclasificado en sortear el debut.

"Es increíble. Uno siempre viene a ganar, pero la verdad es que no esperaba nada. Y ni sentí el cansancio. Tal vez mental, pero físicamente estoy para jugar otro set", aportaba, risueño, el junior. Santillan nació en Japón y a los ocho años se mudó con su familia a Australia. La semana previa al playoff había disputado su versión sub 18, donde cayó en semifinales. Completando la plantilla de 16 participantes, la organización le otorgó un wilcard para la competencia de mayores. Y el chico dio su pequeño gran golpe. Un impulso para encarar lo que viene.

Goerges, la primera en llegar
El jet-lag es un problema recurrente en el mundo del tenis. Más allá de la costumbre tras años de circuito, es un tema a resolver en cada gira, principalmente cuando se trata de viajar a Asia, a América o a Oceanía. Ya fue reflejado en la última etapa del año, con foco en China y en medio de una temporada agotadora. La gira por Australia, en cambio, parece tener remedio. Al ser el comienzo de la temporada, está la posibilidad de llegar con tiempo aunque otros prefieren hacerlo llegando con lo justo a un torneo menos importante, pensando en Melbourne.

Este año, Julia Goerges ya solucionó su problema. Desde principios de diciembre, la alemana se encuentra en tierras de canguros con la idea de olvidar el mal 2013 que tuvo, de acuerdo a sus aspiraciones, con una lesión en una de sus muñecas incluida que le complicó la temporada. "Mi fisioterapeuta es de Australia y nos estamos preparando durante tres semanas en Melbourne", le explica al medio Frankfurter Allgemeine Zeitung.

Pero la clave parece ser otra para quien llegó a estar 15ª en mayo de 2012 y terminó aquella temporada en el 18º lugar (un verdadero honor, al lado de la 72ª posición desde la que arrancará 2014): "En los últimos tres años, siempre tuve gripe al llegar. Queríamos este tiempo para evitarlo en esta temporada", confiesa asegurando, entonces, dos aspectos positivos al evitar el crudo invierno alemán llegando a Australia bastante antes de las fiestas navideñas.

Dicen que al que madruga Dios lo ayuda... Por lo pronto, Goerges es la primera en llegar y quiere ser la última en irse al primer torneo del Grand Slam del año.

Martina pide no mirar para otro lado
Incesante luchadora por los derechos de los homosexuales, esta semana Martina Navratilova llevó su palabra nada menos que a las Naciones Unidas, escenario que también había visitado Novak Djokovic meses atrás. La ex N°1 del mundo se unió al basquetbolista Jason Collins (primer jugador activo en reconocerse gay dentro de los deportes más grandes de los Estados Unidos) y apuntó contra el Comité Olímpico Internacional (COI) y la FIFA, por las respectivas competencias que se harán próximamente en Rusia y Catar.

En 2014, Rusia albergará los Juegos Olímpicos de Invierno, en Sochi. Pero Navratilova aprovechó para remarcar que en ese país se proclamó hace pocos meses una ley contra la "propaganda homosexual" hacia los menores de edad, dejando en un limbo el concepto de "propaganda" y delineando una brecha legal entre relaciones heterosexuales y homosexuales. "El COI está poniendo la cabeza en la arena", disparó la extenista. Y sobre Catar (sede del Mundial FIFA de 2022), enlazó: "Por tener relaciones con alguien de tu mismo sexo puedes ir a la cárcel allí".

Al margen de la crítica por aquellas designaciones, Navratilova también recalcó cómo ha cambiado el contexto en torno a los homosexuales desde su anuncio público, en 1981, hecho que le costó la pérdida de numerosos sponsors: "Cuando Jason anunció su condición, recibió una llamada del Presidente Obama, felicitándolo. En mi época el Presidente era Reagan. Mi teléfono nunca sonó".