Jim FurykGetty ImagesFuryk, el jugador más reciente en anotar una ronda de 59 golpes.

BRISTOL -- Más de un millón y medio de rondas de golf se han jugado en la historia del PGA Tour y sólo 6 fueron de menos de 60 golpes, todas ellas en el mágico número de 59.

Al Geiberger fue el primero en lograrlo, en Memphis en 1977; 14 años después, Chip Beck se sumó al club en Las Vegas; David Duval jugó una última ronda perfecta en Palm Springs para ganar el Bob Hope Classic en 1999; Paul Goydos lo logró en el John Deere en 2010, y pocas semanas más tarde Stuart Appleby igualó la hazaña en la última vuelta del Greenbrier para ganar el torneo. Dos semanas atrás, en la segunda ronda del BMW Championship, Jim Furyk se convirtió en el sexto miembro de este selecto grupo.

Lo que más me sorprende de todo esto es que en ese grupo no estén las grandes estrellas de la historia del golf. Nicklaus, Hogan, Player, Watson, Ballesteros, Palmer, Faldo, Woods, etc. no solo no han anotado 59, sino que muchos de ellos no han estado ni cerca. Otro hecho curioso es que en Europa todavía nadie lo haya logrado, siendo muchas de las canchas algo más accesibles.

Creo que la explicación de por qué las súper estrellas no han anotado 59 o menos es por la forma de jugar de muchos de ellos. Todos sin excepción salen con un plan de juego, pero estos grandes nombres jamás se salen de él, aún teniendo la posibilidad de una tarjeta histórica. El mejor ejemplo de esto es Jack Nicklaus, que en toda su carrera lo mejor que ha anotado fue 63. El "oso dorado" fue uno de los jugadores más cerebrales de la historia y esa forma de jugar es la que probablemente lo haya mantenido lejos de esa marca.

Este año, Tiger Woods estuvo cerca de lograrlo en Firestone CC., pero cuando llegó al tee del 15 y tuvo que acelerar su putter se enfrió. Tiger después dijo que en más de una oportunidad había hecho 59 y hasta menos, pero siempre fueron rondas de práctica en Isleworth jugando con amigos, en donde lo que hay en juego es muy distinto.

Todos sabemos lo que se requiere para lograr algo extraordinario. En el caso del famoso 59 tienen que darse una serie de factores que ayuden y creo que estos súper jugadores tienen mayor probabilidad de lograrlo en la ronda final de un torneo cuando vienen de atrás. El mejor ejemplo es el de David Duval, creo que el mejor jugador de todos lo que hicieron 59, que se embaló en aquella ronda final en PGA West y el águila en el hoyo final no solamente le dio el 59, sino que también le dio el título. Aquel día, Duval empezó a hacer birdies y se enfocó más en seguir haciéndolos pensando en ganar el torneo, que en el número que estaba por anotar. Estos grandes jugadores son mejores que el resto, entre otras cosas, por su tremenda capacidad para enfocarse y nada los perturba cuando se meten en esa "zona".

Por ahora tenemos seis jugadores que forman parte del Club 59... lo que no sabemos es quién será el primero en quebrar esa marca. Allí empezará otra historia.



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Vijay SinghGetty ImagesEn 2008, Singh había ganado la FedEx cuando todavía quedaban dos torneos por jugar en playoffs.

BRISTOL -- Estamos transitando la séptima edición de la FedExCup y ya todos nos hemos acostumbrado a estos playoffs. Hasta casi podría decir que los entendemos, o mejor dicho, entendemos qué pasa cuando se llega el Tour Championship y las cuentas para ver quién se queda con los 10 millones.

Cuando empezó esta historia en 2007 me pareció que tenía una cosa muy buena y cada año se confirma más. El hecho de que los mejores jugadores del mundo sigan compitiendo después de terminado el PGA Championship es un milagro que la FedExCup hizo posible.

Antes de 2007, luego del último Major, los jugadores iban a Akron para el Bridgestone y después no se los veía más hasta el Tour Championship, que se jugaba la última semana de octubre o la primera de noviembre. En el medio había una gran cantidad de torneos que le servían a la mayoría para salvar la tarjeta, o para que algunos grandes nombres (caso Vijay Singh) acumularan más triunfos. Ahora todos juegan la temporada completa y eso es más que bueno. Veremos qué pasa con esta nueva idea de empezar el año en octubre.

A pesar del éxito de la FedExCup y de que los jugadores han aceptado el nuevo sistema, hay algo que todavía le hace ruido a muchos y ya se lo han planteado a los directivos del tour. No parece muy razonable para los jugadores el hecho que un torneo de la temporada regular otorgue 500 puntos, que un WGC 550 y que un Major 600, cuando en los playoffs el ganador de cada etapa se lleva 2500. Da la impresión, dicen muchos de los jugadores, que los playoffs son más importantes que los majors en cuanto a recompensa se refiere.

El sistema que implementó el tour y la cantidad de puntos que se reparten en los últimos cuatro torneos está pensado para darle más volatilidad a la FedExCup. Esto quiere decir que cualquiera de los 125 que arranca en el Barclays puede saltar a los primeros lugares del ranking con una victoria. Solo basta recordar cuando Heath Slocum ganó el Barclays en 2009 y pasó del puesto 124 al tercer lugar en la tabla. Me parece que la idea está bien pensada y que esta volatilidad hace que los playoffs sean todavía más interesantes, pero no sería raro que veamos algunos cambios en el sistema de puntos durante la temporada regular.

La FedExCup empezó con un sistema de puntos en los playoffs que fue un fiasco, y para esto solo basta recordar que, en 2008, Vijay Singh había ganado la FedEx cuando todavía quedaban dos torneos por jugarse en los playoffs. Camilo Villegas ganó los últimos dos, y sin embargo a Singh le alcanzó con firmar la tarjeta para levantar la copa.

El sistema se fue perfeccionando y desde hace un par de años la incógnita se mantiene hasta último momento. Ahora le deberán dar otra vuelta de tuerca al sistema para que los grandes torneos tengan más valor, o ¿Uds. creen que ganar el Masters es solo un 20 por ciento más importante que ganar el Humana Challenge?



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Ariel CañeteGetty ImagesEl argentino Cañete es uno de los 75 miembros del Web.com Tour que jugarán "Las Finales".

BRISTOL -- El Web.com terminó con su temporada regular y es hora de hacer el primer balance del año, sobre todo para saber cómo les fue a "Los 5" que llegaron al tour a través del PGA Tour Latinoamérica.

A comienzos de año hablábamos de lo importante que sería para la credibilidad del nuevo tour que a alguno de estos jugadores les fuera bien, primero para que algunos incrédulos empezaran a ver que sí vale pena seguir poniendo los ojos en nuestra región, y segundo para mostrarles a los que clasificaran este año que la tarea no es imposible. Los resultados no fueron fabulosos, pero muestran que dos de "Los 5" clasificaron para las finales y, en caso de no clasificar para el PGA Tour, retendrán sus privilegios para la próxima temporada.

Tomás Cocha fue el que terminó en el quinto lugar del PGA Tour Latinoamericano y quien tuvo menos oportunidades de jugar porque no le fue bien al comienzo del año. En cada re-ranking quedaba más atrás y ya sabemos lo difíciles que son los lunes en donde casi 200 jugadores buscan un lugar cada semana. Cocha terminó 200º en el ranking.

Clodomiro Carranza jugó 19 torneos en el año y pasó solo 7 cortes, pero lo que es peor, falló los últimos 8. Esto lo dejó sin chances de llegar a las finales, algo que a mitad de temporada parecía probable. El jugador de Río Cuarto terminó el año en el puesto 117° del ranking.

Matías O´Curry participó de 20 torneos en 2013 y sólo jugó el fin de semana en cuatro de ellos. Sus números no fueron buenos y terminó en el puesto 138 en fairways acertados con el 53,86 por ciento, puesto 136° en greens acertados con un porcentaje del 63,15; 136º en approach y putt ,pudiendo salvarse menos de la mitad de las veces que falló un green, y terminó con un promedio de 30,03 putts por vuelta.

No es raro que el más experimentado de "Los 5" haya llegado a las finales. A los 38 años Ariel Cañete ha jugado y ganado en todas partes del mundo, pero siempre le ha costado mantenerse en un tour. Llegó muy joven al European Tour y recién 10 años después, habiendo perdido y recuperado la tarjeta varias veces, logró su única victoria.

Este año, Cañete no mostró un gran juego, ojalá lo haga a partir de esta semana, pero el tercer puesto de hace un par de torneos lo metió justo entre los 75 que jugarán "Las Finales". Cañete, que terminó el año en el puesto 69°, tiene juego de sobra para competir en este tour y creo que no está lejos de poder hacerlo en el circuito grande, pero deberá creer un poco más en sí mismo para poder lograrlo. Las próximas cuatro semanas decidirán su futuro.

El último de "Los 5" era el mexicano Oscar Fraustro, que peleó hasta el final y tuvo su premio en la última semana ocupando el 9º lugar, para meterse en las finales al ocupar el puesto 73° en el ranking.

A todos nos habría gustado que los resultados hubieran sido mejores, pero la competencia en el Web.com es dura y esta fue la primera gran experiencia para muchos de ellos.

De "Los 5", hay dos que llegaron a las finales y mantienen viva la esperanza de llegar al tour. También saben que si no lo hacen podrán regresar en 2014 al Web.com, para volver a intentarlo, y serán ellos los que recibirán a los que lleguen desde Latinoamérica.

¿EN QUÉ CONSISTEN "LAS FINALES"?
No es fácil explicar cómo se llega hoy en día al PGA Tour, y voy a tratar de hacerlo.

Hasta ahora se accedía por el Web.com (los Top 25 lo hacían) y por la escuela clasificatoria, pero esta fue cancelada y sólo se sigue jugando a fines de año para llegar al Web.com y no al tour grande.

Ahora se juegan cuatro torneos con bolsas de 1 millón de dólares cada uno, que el tour denomina "Web.com Tour Finals", o "Finales del Web.com Tour", y allí participan 150 jugadores, que son los primeros 75 del Web.com Tour y los que terminaron entre el puesto 126° y 200° del PGA Tour.

En estos cuatro torneos se realiza un mini ranking y los Top 25 ganan su tarjeta para la temporada 2013/14 del PGA Tour, que comienza la segunda semana de octubre del corriente año. Los Top 25 del Web.com Tour de la temporada regular ya tienen su tarjeta asegurada, pero muchos de ellos jugarán estos torneos para mejorar su posición.

Esto es así porque el orden para la próxima temporada se establece de la siguiente manera: el N°1 del Web.com del Top 25 mantiene esa posición, mientras que el Nº1 del ranking de los cuatro torneos finales será el N° 2 en el orden para el próximo tour. Así se van intercalando las posiciones, y es por eso que los últimos del Top 25 del Web.com juegan estas finales.

Por ejemplo, el puesto 25° del Web.com será el N° 49 en el orden para ser elegido para jugar los torneos en la próxima temporada, pero, si termina arriba en este mini ranking puede mejorar varios lugares, y así tener más chances de jugar más torneos el próximo año.

No es fácil de explicar y espero haber sido lo suficientemente claro.



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Rivalidad

FECHA
20/08
2013
por Francisco Alemán

Europa, Solheim CupGetty ImagesUna verdadera rivalidad puede haber empezado en 2013.

BRISTOL -- La Ryder Cup no tenía ningún interés ni para el público ni para los jugadores. Era una exhibición en donde los americanos ganaban siempre y en donde los europeos sólo querían perder por poco. Esto fue así hasta que aparecieron las figuras de Seve Ballesteros y Tony Jacklin. El primero convenció a todos que se podía ganar y el segundo tomó la capitanía del equipo, exigiéndole al European Tour lo mejor de lo mejor para sus dirigidos. En 1985 ganaron por primera vez en 28 años y en el ´87 triunfaron por primera vez en América. La Ryder Cup resucitó y hoy es el evento golfístico que más atención provoca.

La historia de la Solheim Cup es parecida. Nacida en 1990, el trofeo lleva el nombre del fundador de Ping, alguien que siempre apoyó el golf femenino. Los comienzos fueron parecidos a los de la Ryder y los nombres de López, Daniel, Bradley, Pepper y Sheehan eran demasiado para las europeas, que sólo tenían por aquellos comienzos a Laura Davies y Lisselotte Neumann como sus principales nombres. El enfrentamiento no despertó el interés de casi nadie y en las primeras 11 ediciones las norteamericanas tenían una ventaja de 8 a 3. Mucho se empezó a hablar de incorporar a las asiáticas al torneo para reforzar a Europa, pero esto fue rechazado desde un primer momento.

En Irlanda, dos años atrás y con el peor clima que se recuerde en la Solheim, las europeas remontaron el domingo sobre el final, dieron vuelta varios partidos y se quedaron con el triunfo. Esto sacó a la Solheim Cup del respirador artificial en el que se encontraba y le dio esperanzas de una nueva vida. Esta semana en Colorado sucedió lo que la Solheim Cup necesitaba: un triunfo de Europa de visitante.

Si uno repasaba los equipos antes de empezar y veía que Europa llegaba con 6 debutantes, incluída una chica inglesa de 17 años, profesional desde marzo, no podía apostarse a un final feliz de las comandadas por Neumann. La historia fue que las locales no jugaron bien, que fueron siempre dominadas por unas rivales que embocaron los putts importantes y que al final de la semana se llevaron una victoria inesperada. Lo hecho por la sueca Caroline Hedwall entra en el libro de los récords ya que nadie en la historia de la Solheim había ganado los 5 partidos en una misma edición.

Ahora será tarea de quienes dirigen el Ladies European Tour de usar este triunfo como los hombres lo hicieron para hacer crecer su circuito. Los torneos no son muchos y las bolsas son chicas en una economía europea que sufre por estos días. El hecho es histórico y una verdadera rivalidad puede haber empezado esta semana en las afueras de Denver.



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Invierno largo

FECHA
13/08
2013
por Francisco Alemán

Tiger WoodsGetty ImagesWoods necesita encontrar respuestas para cortar su sequía en torneos grandes.

BRISTOL -- Muy largo será el invierno que pasará Tiger Woods. Augusta está a 8 meses y eso es lo que falta para el próximo Major. Nadie puede saber cuántos ganará Tiger en su carrera --es más, nadie sabe si alguna vez volverá a ganar un grande--, pero de una cosa estoy seguro: cuando mire para atrás al final de su carrera, si gana más Majors dirá que ese N° 15 fue el que más le costó.

Todavía recuerdo la expresión de alivio en Medinah, cuando ganó el PGA Championship de 1999. Había arrasado con todos los récords en Augusta dos años antes y había decidido cambiar el swing. Tuvo que esperar más de dos temporadas y 11 Majors para volver a ganar. Allí se dio cuenta de que estaba por el buen camino y así lo demostró en los siguientes 10 Majors, al quedarse con seis de ellos.

Ahora lleva 5 años y 18 campeonatos grandes, recordemos que estuvo ausente en varios por lesión, sin poder ganar los que él más quiere. Esos que lo acercan al récord de Jack Nicklaus, que es por lo que trabajó toda su vida. Lo que debemos tratar de entender es por qué ahora no los puede ganar. Todos tenemos nuestras teorías y todas son válidas. Acá les dejo la mía.

No se puede decir que esté jugando mal, porque este año ganó cinco torneos, que incluyeron dos WGC y el Players, además de Bay Hill y Torrey Pines. Todos estos torneos son donde juegan los mejores jugadores del mundo y muchas veces, como en Firestone, ganó por buena diferencia. Si el juego está, tenemos que buscar el problema por otro lado. Me parece bastante razonable decir que su mente ya no es tan fuerte como antes, que sus nervios a los 37 años no son los mismos que cuando tenía 25 y que su cuerpo ha sufrido varias paradas en boxes (léase quirófanos). Todo esto hace que su consistencia no sea la misma, y allí está la clave.

Si Woods ganaba en Firestone por 7 golpes hace unos años, el resto del field del PGA Championship ni soñaba que podía ganarle, nosotros nos preguntábamos quién saldría segundo en el último Major del año y la PGA de América no mandaba a grabar la copa antes por un tema de cortesía. Ahora no sólo no lo gana, sino que está con su profesor luego de terminar cada vuelta tratando de corregir su swing. Un jugador que quiere ganar un Major no llega a jugar el torneo pensando en su swing, sino que llega pensando en cómo ejecutar los golpes que pide la cancha. Es como tratar de leer antes de entrar a un examen; lo que no estudiaste antes, no lo vas a aprender cinco minutos antes.

Tampoco se puede decir que Sean Foley no le sirva, porque ha ganado y dominado durante muchas semanas desde que está con él, pero creo que en este momento necesita alguien menos técnico y más "básico". Alguien que lo devuelva a pensar en los fundamentos básicos del juego y alguien que esencialmente lo pueda hacer jugar desde el fairway. Los torneos normales del tour te permiten ganar jugando desde el rough, pero los Majors son diferentes y las pruebas lo demuestran.

Ahora es posible que termine ganando la FedExCup y siendo el Jugador del Año, pero el invierno será largo y la espera eterna, hasta que las azaleas florezcan en Augusta.



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Dura prueba

FECHA
07/08
2013
por Francisco Alemán

Matt KucharGetty ImagesMatt Kuchar, candidato a tener en cuenta para este semana.

BRISTOL -- El verano en el hemisferio norte pasó demasiado rápido. Me parece que ayer llegaba a Merion y ya estamos en vísperas del PGA Championship. El hierro 4 de Rose en el hoyo final del US Open todavía está fresco en mi memoria y el final de Phil en Muirfield será difícil de olvidar, pero todo eso ya no importa y hay que enfocarse en Oak Hill.

Ubicado en la ciudad de Rochester, bien al norte del estado de New York, Oak Hill es uno de los clubes más importantes de Estados Unidos. Sus dos canchas de golf, su imponente club house y la calidad de los ganadores han ido forjando la historia de este club. La cancha que se usa para los grandes campeonatos es uno de esos clásicos diseños del noreste del país y exige al jugador en cada uno de los aspectos del juego. Es una dura prueba desde el comienzo y cuando el jugador llega al tee del 13 sabe que allí empieza la verdad. El par 5 del 13 y el corto par 4 del 14 sean quizás las dos últimas oportunidades reales de birdie, pero también veremos muchos bogeys con los que quieran arriesgar de más. Los últimos 4 son una prueba de supervivencia, especialmente el 17 y 18, dos par 4 de más de 500 yardas.

Este panorama de Oak Hill nos dice que aquel que termine levantando el Trofeo Wannamaker tendrá que tener su juego muy fino en todas las áreas. Los fairways tienen el ancho normal de un Major (25 yardas), hay un primer corte de rough de unos 4 metros desde donde se puede tirar, pero el jugador que la desvíe un poco más tendrá que sacar a buena debido a lo alto y tupido que se encuentra el rough.

Luego de lo que vimos esta semana en Firestone parecería muy probable que Tiger Woods gane finalmente el Major que se le viene negando desde 2008, pero no estoy tan seguro que esto vaya a suceder. No sé si apostaría en contra, pero Woods necesitará el driver en más de un hoyo en Oak Hill y ya vimos los problemas que tiene con ese palo. Si encuentra fairways, el control que tiene con sus hierros le dará muchas oportunidades de birdie y allí su putter decidirá si gana o no. Si repasamos los triunfos en los Majors, veremos que Tiger ha ganado dos de sus tres US Opens en canchas que conocía de memoria (Pebble y Torrey Pines), dos de sus tres Opens en otra cancha que también conocía mucho (St. Andrews) y dos de sus cuatro PGA en canchas en las que ya había jugado en más de una oportunidad (Southern Hills y Medinah). En Oak Hill jugó solo en 2003 en la mitad del cambio entre Harmon y Haney. Su score no fue nada bueno y terminó lejos de Shaun Micheel. No sé cuánto de Oak Hill tendrá Woods en su memoria. El jueves será importante para Tiger.

El verano pasó muy rápido y dentro de una semana ya estaremos contando las semanas que faltan para que llegue Augusta. El último Major del año está con nosotros y nos traerá la pelea entre mis amigos de la generación perdida (Scott, Rose, García, Casey, Donald), los "veteranos" (Els, Tiger, Phil, Westwood) y los jóvenes (Fowler, D.Johnson, Simpson). Entre ellos un Pato en un año bueno. Sólo queda sentarse frente a la tele y disfrutarlo.

HISTORIA EN OAK HILL
Hace pocas semanas hacíamos referencia a la lista de ganadores de Muirfield y hablábamos de la calidad de la misma. Oak Hill no se queda atrás. En 1956 el club recibió el US Open por primera vez y Hogan estuvo a punto de ganar su quinto Open, pero falló un putt de 70cm en el hoyo 71 y le dio el triunfo a Cary Middlecoff. Este nombre no le sonará conocido a muchos, pero Middlecoff ganó 40 torneos en el tour, incluidos dos US Open y un Masters.

La USGA tardó 12 años en volver y allí saltó a la fama Lee Trevino, transformándose en el primero en bajar el par en 72 hoyos en Oak Hill y el primero en bajar el 70 en las cuatro rondas del US Open.

En 1980, el PGA Championship llegó aquí por primera vez y Jack Nicklaus ganó el quinto título en el campeonato y el 17º Major de su carrera. El "oso dorado" fue el único en terminar bajo par esa semana. Curtis Strange fue el ganador del tercer US Open que se jugó en el club anotando 15 pares consecutivos el domingo, antes de lograr su primer y único birdie del día en el 16. Los 3 putts del 18 fueron sólo para proteger sus dos golpes de ventaja. En ese US Open se produjo el insólito hecho que cuatro jugadores hicieron hoyo en 1 en el par 3 del 6 con una hora de diferencia el viernes.

El último Major jugado en Oak Hill fue el PGA Championship de 2003 cuando Shaun Micheel pegó un increíble hierro 7 en el hoyo 72, que dejó la pelota a 5cm del hoyo para lograr el triunfo. Este es quizás el único que no pertenece a la lista de ilustres ganadores.

TOP TEN
Me fue mejor que en otros Majors en el Open Championship con mis candidatos. Esta vez las cosas son más difíciles, porque el PGA Championship es para mí el más impredecible de los cuatro grandes. De todas maneras aquí les dejo mis 10 candidatos:

10. Hideki Matsuyama: Esta sería una sorpresa casi tan grande como la de Shaun Micheel, pero creo que el japonés ganará un Major alguna vez.

9. Ángel Cabrera: Su récord en el PGA Championship no es muy bueno, pero en esta temporada podemos esperar sorpresas del cordobés.

8. Zach Johnson: Sus últimas tres actuaciones fueron más que buenas y tiene la experiencia en los Majors.

7. Adam Scott: Ya lo hizo este año y puede repetir en una cancha en donde se necesita lo que el australiano tiene.

6. Justin Rose: Al igual que con Scott, es imposible dejarlo fuera. Tiene lo mismo que el australiano.

5. Dustin Johnson: Es tiempo que Johnson gane un grande. Su potencia será su aliada en Oak Hill.

4. Phil Mickelson: Si deja de pensar en Muirfield y se concentra en Oak Hill puede volver a ganar el PGA.

3. Jason Dufner: De a poco volviendo al nivel de 2012. Estuvo cerca en Atlanta y esta puede ser la revancha.

2. Tiger Woods: Su triunfo en Akron lo pone como favorito, pero su driver puede traicionarlo esta semana. Este palo y su putter serán la clave.

1. Matt Kuchar: Oak Hill pide un jugador de sus características. Seguro desde el tee y buen jugador de green.



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Phil MickelsonGetty Images¿Es Mickelson, después de Muirfield, uno de los 10 jugadores más importantes de la historia?

BRISTOL -- Tengo que confesarles que la semana pasada cometí un error. Me dejé llevar por unas declaraciones de Tiger Woods que no me gustaron y dediqué este blog semanal a eso, en lugar de haber resaltado el enorme éxito de Phil Mickelson.

Más abajo pueden leer todo lo que le sacaron al pobre Phil (ver subtítulo "OBLIGACIONES FISCALES"), pero estoy seguro que su alegría es tan grande por haber ganado el Open Championship que poco le importó lo que su contador le dijo al día siguiente.

Lo primero para destacar es que Phil ganó su quinto Major y esto lo pone en el mismo escalón que Severiano Ballesteros, Peter Thompson y Byron Nelson en cantidad de torneos grandes ganados. Los 66 golpes del último día fueron la ronda más baja de la semana y desde que Tiger había anotado 66 el domingo de Valhalla en 2000, ningún ganador de Major había presentado una tarjeta tan baja el día final de un torneo mayor.

Mickelson sumó su título 42 en el PGA Tour y esto lo pone en el 9º lugar en la historia, a solo 3 del legendario Walter Hagen. Su primera victoria llegó en 1991, cuando ganó en Tucson como amateur, y 23 temporadas más tarde sigue ganando, pero todavía lejos de Ray Floyd y Sam Snead, que ganaron 30 años después de obtener su primer título.

Todos estos son números que explican que estamos ante uno de los grandes del golf, pero la pregunta es dónde está Mickelson hoy en la historia del juego. Es difícil dar una respuesta exacta a esto, pero hay algunas cosas que el zurdo deberá lograr para terminar de meterse entre los 10 más grandes del golf.

Entre las cosas que le faltan salta rápido el US Open. Sus seis segundos puestos le han dejado cicatrices duras de curar, pero creo que en los próximos dos años en Pinehurst y Chambers Bay tendrá una buena oportunidad de completar el Grand Slam.

Otra cosa que Mickelson nunca pudo lograr es terminar como Nº1 en la lista de dinero ganado en el PGA Tour, nunca fue Nº1 del Ranking Mundial y jamás fue jugador del año en el PGA Tour. Estas últimas tres cosas puede ponerlas en su currículum este año, si logra mantener el ritmo en los próximos dos meses, pero ya sabemos que a Phil le cuesta ser consistente. Tiene picos muy altos, como los que mostró estas dos semanas en Escocia, y después parece que se toma unas vacaciones.

Ahora tiene la oportunidad, y espero que no la deje pasar.

Todas estas cosas ayudarían a los fanáticos de Mickelson a defender su postura que dice que ya es un Top 10 de la historia. Tenemos que recordar que para poder estar en ese selecto grupo no sólo hay que entrar, sino que hay que sacar a alguien, y por ahora no me animo a sacar a los que creo que conforman esa lista: Nicklaus, Woods, Hogan, Player, Sarazen, Hagen, Watson, Snead, Jones y Vardon.

A Mickelson le quedan algunos años todavía para seguir ganando, está bien físicamente, su mujer parece recuperada del cáncer, su magia sigue intacta y creo que el deseo de ganar ese US Open es tan grande que lo mantendrá activo hasta que lo logre. Si lo hace, podremos reevaluar la lista. Por ahora hay que disfrutar de uno de esos jugadores que salen una vez cada tanto y no cometer el error que yo hice al no resaltar en debida forma su enorme actuación en Muirfield.

OBLIGACIONES FISCALES
A principios de año, Mickelson habló de la cantidad de impuestos que pagaba en California y dijo que le parecían exagerados. La respuesta fue que alguien que gana 55 millones de dólares por año no debería preocuparse por lo que paga, aunque a nadie le gusta que le saquen el 60 por ciento de los ingresos.

En Escocia, el zurdo volvió a experimentar el peso impositivo, pero esta vez los números se conocieron con detalle. Sus dos triunfos en Escocia le representaron un premio de 2.167.500 dólares y el gobierno se quedó con el 61,12 por ciento, monto que se compone de la siguiente manera: cuando se gana más de 150.000 libras, el ente recaudador británico eleva la tasa al 45 por ciento, a esto hay que sumarle el 45 por ciento de la parte proporcional de los contratos publicitarios de Phil (Callaway, KPMG, etc.) y los bonus que reciba por los triunfos. Además de esto, Mickelson deberá pagarle al estado de California 13,3 por ciento, 2,9 por ciento al gobierno americano y 0,9 por ciento a Medicare. Esto lo deja con 842.700 dólares netos. Mickelson podrá deducir sus gastos durante esas dos semanas y el pago al caddie, pero no recuperará mucho de lo que le retuvieron.

En algún momento, Phil habló de dejar California. Eso le representaría salvarse de ese 13,3 por ciento, algo así como 250.000 dólares.

Me parece que no pasará mucho para que esto suceda.



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Cassette

FECHA
23/07
2013
por Francisco Alemán

Tiger Woods Getty ImagesHoy, el mejor Tiger tiene que pelear y mucho para poder ganar los grandes campeonatos.

GULLANE -- Los deportistas de hoy ven un periodista con un micrófono y enseguida se ponen el cassette. Tienen claro lo que tienen que decir, sus psicólogos los preparan para que digan sólo cosas positivas, que si jugaron mal únicamente hablen de las cosas que hicieron bien y que jamás muestren signos de estar abatidos.

Son muy pocos los que honestamente responden las preguntas, aunque admito que a veces las preguntas son tan malas que hacen bien en contestar como lo hacen.

Entiendo perfectamente la posición del entrevistado, pero lo de Phil Mickelson del viernes y lo de Tiger Woods del domingo me pareció mucho.

El viernes, Phil terminó la ronda habiendo hecho 4 putts el 16 y dijo que estaba jugando el green como jamás lo había hecho en su vida. Si el viernes era lo mejor de su vida, no sé cómo va a calificar lo que hizo el domingo, en donde sí dio una verdadera exhibición con el putter. Evidentemente sentía algo que en ese momento yo no pude ver.

Lo que no puedo entender es lo de Tiger. Salió a dos golpes en la ronda final y vale la pena repasar rápido lo que hizo: 3 putts el 1, errando desde metro veinte el segundo, 3 putts el 4 desde 30 metros, dejando su primer putt corto 4 metros, bogey el 6, cuando pensó que había pegado una buena madera 3 que no alcanzó a superar el cross bunker, falló desde metro veinte en el 8 para birdie y bajó el 9 embocando desde 2 metros luego de jugar un muy mal approach. Falló los fairways y greens del 10 y 11, en donde anotó bogeys, embocó de lejos en el 12 para birdie, pegó un excelente hierro en el 14 dejándola dada, 3 putts el 15 desde no muy lejos, approach y putt el 16 para par, falló en el 17 de 2 metros para birdie y par el 18 para 74.

Terminó y dijo que los greens habían cambiado de velocidad, que en un Major siempre el fin de semana están más rápidos que los primeros dos días y que aquí había sido al revés, pero que había pegado muy bien y que estaba conforme con su juego.

Las estadísticas nos dicen que acertó 9 fairways de 14, 13 greens y 34 putts, lo que nos habla a las claras que su problema estuvo en el green y que, como él dice, nunca se pudo adaptar a la nueva velocidad.

Mi primera pregunta sería si no se percató de que el día estuvo nublado y que los greens no se habían secado como en las tres primeras jornadas. Esta excusa imposible de creer es la que usa para no decir que dejó la pelota casi siempre muy lejos del hoyo y que ese fue el motivo de los dos primeros bogeys del día, que fueron los que marcaron su ronda final.

No creo realmente que se haya ido conforme. Salir sexto, estando a dos de la punta el domingo, no puede dejarlo contento y se da cuenta que el fin de semana de un Major no puede embocar. Los números no mienten y, en los últimos 7 grandes que ha jugado, su acumulado para los dos primeros días es de 9 bajo par, mientras que los fines de semana suma 21 sobre par.

La pregunta es si podrá volver a ganar, y realmente creo que va a volver a ganar torneos y Majors. Sigue siendo el mejor, pero sólo cuando su juego es sobresaliente en el green. Antes les ganaba jugando no muy bien, o, como dijo alguna vez, "hoy gané con mi 'B game'," lo que enfureció a muchos.

Antes, su mejor versión era inalcanzable para el resto, pero hoy el mejor Tiger tiene que pelear y mucho para poder ganar los grandes campeonatos. En dos semanas es la última gran cita del año, en una cancha muy cerrada, y en donde Tiger no jugó bien en 2003. Por ahora, la cassettera sigue en play, pero todos saben, incluido él, que la realidad es otra.

MUIRPHIL
Lo que parecía imposible sucedió. Phil Mickelson ganó el Open Championship y agregó su nombre a la galería de campeones en Muirfield, una selecta lista a la cual sólo los más grandes de la historia pertenecen.

Todo estaba listo para que Lee Westwood continuara con un verano inolvidable para los británicos. Rose en Merion y Murray en Wimbledon habían marcado el camino, pero el hombre que ha estado cerca tantas veces de ganar un Major no trajo su mejor juego el domingo.

El día amaneció con el mismo viento del este, quizás un poco más fuerte que los días anteriores pero con el cielo nublado, lo que hizo que los greens no se secaran como en las tres primeras jornadas. Sólo Stenson arrancó como para molestar a un Westwood que con un formidable birdie en el 5 jugaba esos primeros hoyos en par. Tiger arrancó mal sobre el green, mientras que Cabrera y Johnson solo hacían pares.

Mickelson peleó de ida y terminó con 34 golpes, exactamente lo que dijo que quería hacer para volver a ponerse en par.

Westwood salvó un milagroso bogey en el 7 y pensé que allí despegaba, pero fue todo lo contrario. Su juego empezó a desdibujarse y su putter no colaboró como los primeros días.

Scott tomó la punta con tres birdies en 4 hoyos, pero al igual que el año pasado anotó 4 bogeys seguidos del 13 al 16.

Fue allí donde Mickelson apareció en todo su esplendor. Primero fue un gran hierro en el 13 para sumar un birdie, enseguida vino otro en el 14, en el 15 embocó un segundo putt clave para mantenerse vivo y en el 16 hizo un approach y putt de esos que no se olvidan. Ya estaba al frente y en el 17 pegó dos maderas fabulosas (fue el único que llegó en dos), para otro birdie. Sólo quedaba el 18 y parecía que le alcanzaba con par, pero el zurdo pegó dos tiros fantásticos y selló su victoria con otro birdie.

Dijo Peter Dawson: "With the score of 281, the winner of the gold medal and Champion Golfer of the Year is Phil Mickelson". Suena bien.

CAMINO CORRECTO
Algunos recordarán que a comienzos de temporada decíamos que podíamos esperar un buen año de Ángel Cabrera. En el Masters nos confirmó que así sería y esta semana en Muirfield lo volvió a demostrar.

El cordobés mostró aplomo, paciencia para aguantar una cancha que estuvo indomable (sólo el ganador terminó bajo par) y se llevó el reconocimiento de todos. El punto de inflexión en el campeonato me parece que fue el final del sábado y el comienzo del domingo. En la tercera ronda pegó una mala salida en el 16 y se fue con doble bogey en el par 3, pero se recuperó con un muy buen birdie en el 17. Pegó un perfecto drive en el 18 y no tenía más de 145 yardas. El birdie allí lo ponía muy cerca de la punta, pero su segundo golpe terminó en el bunker y desde allí no se salvó.

Terminar así duele, pero sabiendo que no estaba lejos encaró el día final. Otra buena salida en el 1, limpia con su segundo tiro y otra vez falló desde metro y medio para salvar el par. Esos dos bogeys, que fueron seguidos a pesar de haber estado separados por casi 20 horas, marcaron el destino de Cabrera en el Open. Sólo hizo 3 birdies el fin de semana (2 el sábado y 1 el domingo), lo que nos habla de un putter que no colaboró.

El hecho más importante es que sigue mostrando cosas positivas, se volvió a meter entre los 50 del mundo (de donde jamás debió salir), juega el Bridgestone Invitational (World Golf Championship) y me da la impresión que tiene un lugar asegurado en la Presidents Cup.

Cabrera va por el camino correcto y eso es lo que importa.



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BRISTOL -- El anuncio del PGA Tour sobre los putts apoyados trajo paz al golf en general, ya que finalmente el máximo circuito profesional decidió adoptar la regla que la USGA y la R&A pondrán en efecto a partir del 1º de enero de 2016.

Titleist ProV1
Getty Images ¿Llegará algún día la discusión sobre la pelota?

Es posible que esto suceda un poco antes en el PGA Tour, ya que la temporada a partir de este año comienza en el mes de octubre para terminar en septiembre del siguiente. Esto quiere decir que la temporada 2015/16 probablemente comience con la prohibición de jugar con el putter apoyado, ya que sería raro que lo autoricen por dos meses y luego tengan que dejar de jugarlo.

La PGA de América seguirá la misma ruta que el tour, con lo cual quedan todas las organizaciones del golf mundial en la misma sintonía. Un solo juego de reglas para todo el mundo: eso es lo que el golf debe seguir manteniendo. Finalmente, todos jugaremos bajo un mismo reglamento.

Alguna vez les confesé en este espacio que tenía mis dudas si no debía haber un reglamento para los profesionales y los amateurs de alta competencia, y uno diferente para el jugador de fin de semana. Al final de la historia, creo que es mejor que todos juguemos con el mismo.

Mis dudas surgieron cuando me puse a pensar en qué le cambiaba a Juan Bogey que las rayas en las caras de los sands tuvieran más profundidad, que el coeficiente de restitución de los drivers fuera tan alto que la pudiera tirar 400 yardas o que pudiera apoyarse el palo en la panza para poder embocar más putts. En verdad no cambia en nada todo esto, pero la realidad me marca que estaríamos jugando a un juego diferente. Muy parecido en la mayoría de las cosas, pero diferente cuando nos ponemos a hilar fino.

Seguramente que muchos pensarán que no tiene sentido armar tanto lío si total el 99,99 por ciento de los golfistas de este mundo practican golf para divertirse y que en nada cambiaría tener dos reglamentos diferentes. A todos los que en algún momento se les cruzó este pensamiento por la cabeza, les pido que sean honestos y se pregunten si alguna vez, cuando pegaron un buen golpe, no pensaron: "Este no lo pega ni Tiger". Si alguna vez pensaron esto o algo similar, estoy seguro entenderán que el pensamiento es válido si uno puede pegar ese golpe con las mismas herramientas que lo hacen Tiger y el resto de los profesionales.

El tema del putter apoyado en el cuerpo trajo mucho más ruido que el que muchos supusimos, en especial cuando el PGA Tour se opuso en febrero, y cuando Tim Bishop, presidente de la PGA de América, se fue de boca en varias declaraciones. Este es un tema que tanto la USGA como la R&A tendrían que haber tratado hace varios años, pero creo que hicieron bien en ponerle un punto final ahora. Lo que viene creo que puede ser todavía más controversial, si es que las entidades algún día se animan a tocarlo: la pelota.

Hace casi 20 años que Jack Nicklaus viene diciendo que la pelota es la culpable de los cambios en el golf, pero todo parecía bajo control hasta que Titleist descubrió cómo hacer que la Pinnacle frenara en los greens. Así nació la ProV1, que revolucionó el golf a fines de 2000. Billy Andrade fue el primero en ganar usando esa pelota y lo hizo en Las Vegas. Al terminar dijo que era tan increíble que hasta le parecía tener una ventaja desmedida contra los que no la usaban. A nadie se le habría ocurrido usar una Pinnacle, pero todos estamos contentos con la ProV1 y todas las demás que luego salieron al mercado.

¿Podrán las entidades que hacen las reglas hacer retroceder el avance tecnológico de la pelota? No creo que sea posible, pero si alguna vez la batalla comienza, habrá que sentarse a ver, porque será realmente interesante. Las canchas de golf con más historia y tradición serán una parte interesada de la discusión.



Jim Furyk y Mike Getty ImagesMike "Fluff" Cowan le hizo un favor en Congressional a Jim Furyk.

BRISTOL -- Congressional Country Club es uno de los clubes más importantes de los Estados Unidos. Fundado a comienzos del siglo XX, el club fue el lugar en donde la clase política se reunía en aquellos tiempos y decidían parte del futuro del país. Si bien los tiempos han cambiado y la política se mueve en otros ámbitos, el club sigue manteniendo el prestigio que siempre tuvo.

Mike "Fluff" Cowan nació en 1948 y es caddie en el PGA Tour desde hace 37 años. Por 18 temporadas estuvo en la bolsa de Peter Jacobsen, hasta que en 1996 se transformó en el primer caddie que Tiger Woods tuvo cuando se hizo profesional. Juntos obtuvieron los primeros triunfos, que incluyó el Masters de 1997 cuando Tiger ganó el primero de 14 majors. Luego del Nissan Open de 1999 la relación terminó y "Fluff" fue reemplazado por Steve Williams. No tardó mucho en encontrar trabajo ya que Jim Furyk lo contrató de forma inmediata, y todavía hoy sigue siendo su caddie.

No tengo que decirles la cantidad de dinero que mueve el PGA Tour porque ya lo saben, ni tampoco hace falta mencionar que los caddies más importantes ganan fortunas llevándole los palos a las súper estrellas, pero lo que sí vale la pena remarcar es que estos personajes han transformado el trabajo del caddie en los últimos 25 años, hasta llevarlo a un lugar que jamás alguien podría haber imaginado.

Esta semana, el tour visitó Congressional para el AT&T National y si bien Furyk no peleó los primeros lugares, tuvo en su caddie una ayuda extra: Mike "Fluff" Cowan es socio de Congressional Country Club. Cuando le preguntaron a Fuyrk si esto era una ventaja, dijo que "Fluff" juega desde otros tees y que él era el que tenía que elegir las líneas desde los sitios de salida, pero admitió que en algunos greens la ayuda de un "caddie" local era de gran valor.

A ninguno de aquellos pioneros que en 1924 inauguraron el club se les cruzó por la mente que un caddie podía llegar alguna vez a ser socio de su club, pero los tiempos han cambiado, estos nuevos caddies ganan cifras astronómicas y son tan respetados como cualquiera que se gana la vida en otra profesión.

No a todo el mundo le caen bien los Estados Unidos y es algo perfectamente entendible, pero lo que nadie puede negar es que este es un país en donde las oportunidades están para el que las quiera aprovechar y que todos, con esfuerzo, pueden llegar a lugares que en otros países es imposible.

Mike "Fluff" Cowan es el caddie de Jim Furyk.

Esta semana que pasó el tour visitó Congressional. Esta semana que pasó, Jim Furyk, ganador de 16 títulos en el tour, campeón del US Open y que solamente en premios ha superado los 53 millones de dólares, usó en el vestuario el ropero que amablemente le cedió su caddie.

Sólo en América.



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