BUENOS AIRES -- Quizá como nunca, el hincha de River, aún el más fanático (con la desmedida cuota que pasión y ceguera que encierra el término), reconoció, en la última semana, las virtudes de Boca. Esto contiene resignación ante los resultados y, también, envidia y bronca por la ausencia de ciertos argumentos que siempre distinguieron a los de la banda y ahora son banderas azul y oro.

Palermo y Riquelme son parte de la columna de Boca (EFE)

Una de las grandes ventajas xeneizes ha sido, desde 1998, la "columna vertebral". La de Boca resultó sólida y reciclable. No sólo por la vigencia de Palermo y Riquelme y la enorme ayuda de Tévez en su momento. La estructura sufrió pocas fisuras. Tuvo arqueros (Córdoba, Abbondanzieri y Caranta) solventes y durables; zagueros (Bermúdez, Schiavi, Cata Díaz, Morel Rodríguez) de distintas condiciones pero parecida voz de mando, y volantes centrales (Serna, Cascini, Gago, Banega, Battaglia) que, sin agruparlos en la misma bolsa por evidentes contrastes técnicos, mostraron personalidad y buen pase. Sin olvidarnos, claro, de vigas laterales muy confiables como Ibarra, Clemente, Guillermo, Palacio o Delgado.

Hoy el Mariscal es Morel, Mostaza es Battaglia, el Beto o el Enzo es Román, Alzamendi es Palacio y el Matador es Palermo. River no pudo darle continuidad a una columna. Recorrió el camino contrario al de su clásico rival. No repuso piezas adecuadamente. Priorizó los negocios dirigenciales. Casi no apostó a contrataciones de garantía. No se preocupó por una línea de coherencia en la elección de los entrenadores.

Salvo con Lavolpe - de paso polémico y fugaz - Boca ha respetado una identidad. Por supuesto que puede perder todo en el futuro inmediato, sin embargo, desde hace diez temporadas, sabe a qué juega, manteniendo el valor agregado de los huevos que reclama su gente.

El hincha millonario tendrá que hacerse cargo de su pasividad cómplice con una dirigencia que ya debería patentar el mejor impermeable del mundo, ese que utiliza para resistir las feroces tormentas que genera con su propios manejos.

Y en lo futbolístico, por la búsqueda desesperada de un título y alejado del estilo que aplaudió con orgullo durante muchos años, corresponderá que se haga cargo de festejar los centros de Abelarias y los saltos de Abreu. Cuando hubo necesidad de controlar la pelota frente a San Lorenzo, River, justo River, dejó al descubierto que no está preparado ni capacitado para eso.

Lo más importante que Carlos Bianchi le entregó a Boca, más allá de los grandes trofeos internacionales, fue la dinámica de ganar, la que produce una bola de confianza que te va agigantando y rescatando de instancias críticas. En River, actualmente, la dinámica es inversa. Y la bola, en lugar de empujarte, te aplasta.

A pesar de la peor eliminación que podría haber tenido, la situación no parece irreversible. Si bien se supone que el impacto anímico será tremendo, los de Simeone disponen de una chance clara en el Clausura. Con San Lorenzo y Boca absorvidos por la Copa, con Estudiantes golpeado, con Independiente y Velez sin certificado de consistencia... Quedará por ver, en caso de obtener el objetivo local, si lo usa de salvavidas dirigencial, de cubre manchas o de auténtica plataforma de despegue para cambiar la mencionada dinámica.

BUENOS AIRES -- En su libro Winning Ugly, Brad Gilbert, ex entrenador de Andre Agassi, Andy Roddick y Andy Murray, subraya la importancia del "game de aproximación", colocándolo a la misma altura del que define un set o un match.

El estadounidense, que como jugador fue limitado técnicamente respecto de los grandes, pero inteligente para saborear el número 4 del mundo en 1990, denomina de esa manera al juego que, dentro de un desarrollo parejo, te deja al borde del parcial (5-4, 6-5) o te carga la mochila de defender el saque para permanecer vivo.

"En ese momento -aconseja el coach californiano- la luz roja debe titilar en tu cabeza. Presta atención. Mantente alerta. La oportunidad llama. La concentración tiene que aumentar. Cada punto se convierte en un gran punto, y te ayuda o te hiere mucho más."

Palermo y Ponzio, en el clásico (Fotobaires.com)

En la pasada fecha del fútbol argentino, River, San Lorenzo y Estudiantes entendieron la relevancia del "partido de aproximación".

Boca, más allá de la lógica ausencia de Riquelme ante la cadena de compromisos trascendentes que ofrecerá mayo, no vio " titilar la luz roja, no comprendió que cada pelota era una gran pelota y que el resultado lo tranquilizaba o lo hería mucho más" de cara a una agenda muy agitada.

La caída frente al Ciclón convirtió en Hora Clave a la semana en tránsito. El lunes próximo Boca puede estar en la cornisa, tambaleando y lejos de los dos objetivos del semestre.

Si bien el lugar común indica que en la segunda fase de la Libertadores cada cotejo dura 180 minutos, la ida condiciona cualquier eliminatoria. Los primeros 90 pueden cambiar tendencias, revertir favoritismos y modificar, ante todo, estados de ánimo.

Es cierto que el pueblo xeneize se acostumbró a que nada es imposible cuando participa en una Copa, pero no habrá que confundir, peligrosamente, exceso de confianza con mística. Carlos Ischia, por lo conversado con el plantel tras lo sucedido en el Nuevo Gasómetro, tiene clara la situación. Sabe que deben enviar más señales positivas si pretenden sostener la tradición. Con la historia no alcanza.

Además lo ocurrido en el "partido de aproximación" les aumentó las presiones para el Superclásico. Perderlo significará un golpe anímico duro y quedar a siete puntos de la cima en el Clausura...

Diego Simeone hizo otra apuesta. Consideró a Argentinos como fundamental colchón para encarar un tramo repleto de tensiones. Además de haberse asegurado una posición expectante aún saliendo derrotado el domingo (hasta puede continuar como puntero), el Cholo fue consciente de que el camino hacia el título no acepta la resignación de puntos contra rivales de la zona intermedia-baja.

Al respecto, el ejemplo de la Liga Italiana es contundente. Inter sólo perdió dos unidades contra adversarios por debajo del 13° puesto. La Roma, en cambio, once más (el colista Livorno le sacó cuatro). River, ante oponentes del segundo pelotón, sólo cedió dos (vs Racing), mientras que a Boca le quitaron seis (empates con Huracán, Olimpo y Banfield).

En la dinámica de la rotación (obligada o voluntaria), el DT millonario dispone de mayores variantes ofensivas: tiene cinco jugadores (Ortega, Buonanotte, Sánchez, Falcao y Abreu) con garantía de desequilibrio.

Boca, en ese alto nivel, sólo confía en su tridente estelar (Román, Palacio y Palermo), aunque con todos los mencionados en la máxima expresión, los de azul y oro parecen más temibles y, de hecho, ya lo demostraron en las últimas Libertadores.

El presente le dio a River un mejor colchón. El pasado copero siempre le reserva a Boca un espacio donde refugiarse.
BUENOS AIRES -- León era, también, una prueba de fuego para los periodistas novatos. Palabra sagrada, creador de la Liga, prestigioso punto de referencia argentino en el ámbito internacional. Imponía sumo respeto y a veces se ponía bravo (adjetivo que le gustaba utilizar para calificar a rivales complicados), por lo que obligaba a extremar cuidado e ingenio para que la nota contara con respuestas de mediano desarrollo.

-¿Qué pasó que no pudieron mostrar el nivel habitual?
- Se gana y se pierde...
- ¿Por qué perdieron?
- Porque ellos anotaron más canastas...

El creador de la Liga Nacional fue un adelantado

Advertido de esta clase de diálogos, la primera vez que tuve que entrevistarlo encaré la situación con mezcla de temor y alerta, con el "agravante" de haber pasado mi infancia y adolescencia recorriendo Ferrocarril Oeste, donde Najnudel era una institución dentro de la misma institución. Superado el "test" sin turbulencias, León me tranquilizó de cara a futuros reportajes.

- Vos sos mi periodista...
- ¿Por qué?
- Porque sos alto...

Esta graciosa contestación encerraba un concepto y un claro anticipo del básquet que se aproximaba. León estaba varios pasos adelantado. Y no sólo porque ya lo conocían en playgrounds neoyorquinos cuando muchos ni sabían de la existencia de la NBA. Su oficina en el Héctor Etchart era un santuario receptor de videos de una increíble competencia que hoy es familiar, con la presencia de seis argentinos, y que, en aquella época, formaba parte de un planeta inalcanzable y al cual León quería recortarle las gigantescas distancias.

Apasionado, conocedor profundo del juego y sus jugadores, buscador incansable de talentos, docente, buen transmisor de conocimientos, tenía una gran visión de la estructura del deporte en general.

Esta profesión me regaló un salario invisible mucho mayor que cualquier acuerdo económico. Me permitió compartir con León transmisiones (Juegos Olímpicos de Atlanta 96 y cotejos de la Liga Nacional que realizábamos con David Carlín) y las consecuentes cenas. O mejor dicho, cátedras y clínicas brindadas en las sobremesas.

Comprobé su enorme lucidez aún en momentos de tensión. En los mencionados viajes para cubrir la Liga tuvimos un encuentro muy caliente en el viejo Superdomo de Mar del Plata. A veces el público descargaba sus nervios (por decirlo de manera elegante) en la prensa televisiva. Terminado el programa, y pese a la victoria de Peñarol, los hinchas nos acorralaron agresivamente en la mesa de trabajo y León se encontró con una situación que le resultaba difícil comprender. Mucho más cuando se acercó un policía para comunicarle que nos escoltaría. La respuesta de Najnudel resultó tan lógica como contundente. "Usted tiene que cumplir con su tarea y sacarlos a ellos, no a nosotros... ¿Cómo vamos a salir con la policía si acabamos de comentar un partido de básquet?..."

Bravísimo, siempre, para luchar contra la adversidad y la enfermedad, los tipos como él son eternos. Basta con escuchar declaraciones de Manu Ginóbili a una década de la ida de León a un espacio donde debe tener, sin dudas, abono para ver Liga Nacional, Euroliga, ACB, ULEB, BBL, NBA y hasta el campeonato de Chipre para señalar a un longuito con posibilidades.

La obra y las ideas lo colocan en ese refugio que pone, a una minoría, a salvo del olvido. Y este no es un lugar común ni una caída en el elogio fácil que reciben algunos personajes fallecidos. Cualquier perfil o semblanza de León por estos días seguramente se quedará corta en adjetivos. Como se quedó este recuerdo.

Los comentarios post-victoria de Copa Davis fueron desde Suecia a España. Casi sin escalas, desde la serie de cuartos, con resultado lógico y desarrollo turbulento, a la posible final en casa. En muchos casos, peligrosamente, se ignoró a Rusia.

Nalbandian sigue invicto de local en la Davis (EFE)
Es cierto que las estadísticas avalan la enorme confianza por ser anfitriones y, además, existe una sensación generalizada que en el polvo de ladrillo del Parque Roca la Argentina es invencible. Quizá dicha percepción quedó de las épocas de Vilas y Clerc, o de las de Gaudio y Coria en su esplendor.

En la actualidad, los gustos y las zonas de comfort de la mayoría de los tenistas argentinos pasan por otras superficies. David Nalbandian ganó la mitad de sus títulos bajo techo y sobre suelo sintético, donde jugó los partidos más brillantes de su carrera.

Si bien accedió a dos semifinales de Roland Garros, en 13 encuentros en polvo ante top-ten registra tres triunfos: sobre Juan Carlos Ferrero en Estoril 2002 y ante Nikolay Davydenko en Estoril y Roland Garros 2006.

El cordobés, un jugador coperísimo y quizás el más completo (sin entrar en discusión de grandeza, ránking, conquistas, etc.) de la historia del tenis argentino, puede, en una pierna y tras dos días consecutivos de competencia sobre el desgastante polvo de ladrillo, superar, por clase y corazón, a la mayoría de los integrantes del circuito, pero no a los de la elite.

Ante esos, y aún con el impulso de la hinchada, tiene que mostrar un rendimiento alto. Tampoco creamos que la influencia del jugador número 5 resulta absoluta. Así como nadie imagina a David perdiendo por el público en ningún lugar del mundo (de hecho, jamás ocurrió), tampoco creamos que la gente les va a ganar a Davydenko, Safin, Youzhny, Nadal o Ferrer...

Guillermo Cañas, quien alcanzó los cuartos del Abierto de Francia 2007 y se adjudicó cuatro torneos en arcilla, festejó sus éxitos más trascendentes en los Masters Series de Toronto y Miami.

Hasta Chucho Acasuso reconoció en los últimos tiempos su mayor adaptabilidad al cemento, donde acumuló valiosos puntos. De los probables convocados, sólo Pico Mónaco elegiría polvo para construirse una cancha en el fondo de su casa.

La serie contra Rusia, que también hasta aquí optó por la superficie lenta, será definida por detalles. Uno de ellos es que, ante todo, la bandera del equipo se sienta cómoda y no vea en la irregularidad del court un elemento perturbador. Paradójicamente, se subraya la fortaleza de la localía cuando el buque insignia de la Armada navega mejor en otras aguas que las de color ladrillo.

Sin suponer que únicamente por estar en el Roca se pasa, sin que el aire triunfalista del entorno cargue a los protagonistas de una presión extra, convendrá pensar muy bien punto por punto para después enfocar a España (tiene en semifinales una chance más clara que la de Argentina, al recibir a Estados Unidos).

Primero, entonces, habrá que emplear todos los condimentos disponibles para preparar la ensalada rusa y luego buscar la Ensaladera... ¿Una final jugando bajo techo y sobre carpeta...? Calma, entre ensaladas y ensaladeras, es preferible utilizar el paso a paso de Mostaza Merlo.

BUENOS AIRES -- A los lugares comunes que resurgen tras cada crimen no les falta veracidad. Es más, hay abundancia de oradores y certezas.

"Los dirigentes conocen a los violentos, conviven con ellos, los apañan".
"El problema le pertenece a la sociedad y el fútbol está inmerso en ella".
"La solución pasa por una cuestión política".
"La culpa no es sólo de la dirigencia, pagamos mucha plata en seguridad".
"A la policía le conviene lo que ocurre para justificar grandes operativos".
"Las barras son la fuerza de choque del poder político".
"Los detenidos en la cancha entran por una puerta y salen, inmediatamente, por la otra".
"Los jugadores son también cómplices con su aporte económico". "Etc, etc, etc..."

La interna de River en Liniers (Fotobaires.com)

Esta lista, amarilla de vieja, roja de sangre y negra de muerte, se engrosará cuando lloremos a otro Emanuel Alvarez, o cuando nos cansemos de repetir en cámara recontralenta feroces peleas internas.

Por suerte, "nuestra sana dirigencia" no tiene contacto con este mundo delictivo, no reconoce a nadie, y le roban o falsifican las entradas por las cuales se pelean los violentos, y le toman las instalaciones para usarlas a voluntad, y le manejan el estadio cuando se lo alquilan a los empresarios del rock, y...

Sí, supuestamente, todos saben que existen y se pelean por botines tan pesados como de obvia procedencia, porque no se cortan los caminos que componen el nefasto circuito. Se interviene cuando se accionan revólveres, cuchillos, manoplas o cinturones y no cuando, por ejemplo, se entregan entradas. Sin beneficios ni posibilidad de rentables negocios quizá no habría puñales.

¿Quiénes son los auténticos líderes de las organizaciones bravas? ¿ Los Di Zeo o los que le sirven el botín sobre la mesa? De vez en cuando las investigaciones alcanzan a los sicarios pero se enceguecen al mirar uno o dos escalones más arriba.

Es cierto que parece de iluso pedirle a los encargados del fútbol que sean ejemplo de un país que lucha por evitar el descenso en cuanto a la percepción de la corrupción. En el ranking que confecciona la Organización Transparencia Internacional, la Argentina, por supuesto afuera del top 100, obtuvo 2,9 puntos sobre 10 posibles. Lejos de los 9,4 de Nueva Zelanda, Dinamarca y Finlandia.

Seguimos en el Reino del Todo Pasa, donde el dueño de la AFA gobierna con paraguas mediático, amparado en el silencio, propio y ajeno. ¿ A nadie le interesa la palabra de Don Julio? ¿Es normal que no opine? ¿Hubiera sido lógico que la presidenta se manejara con boletines de prensa ante la crisis del campo? La filosofía del Todo Pasa es clara: exponerse poco y que el tiempo arrastre preguntas, dudas y críticas.

A lo sumo habrá que conformarse con algún comunicado, redactado por un jefe de prensa que supo ser profundo detractor de la estructura AFA, que se refiera a los negocios emprendidos (circuitos internos de audio y video, tarjetas magnéticas y restricción de tickets, que ha hecho más valiosas a las que los dirigentes les ceden a las barras) a partir de la violencia, pero que no hable de actitud y decisión para desactivarla.
BUENOS AIRES -- En este fútbol estilo montaña rusa todo pasa y todo cambia a puro vértigo. Hoy otro asesinato volvió a la primera plana (ya lo trataremos específicamente) en lugar de la discusión táctica.

Hoy un equipo inexpresivo se convierte, durante 12 minutos, en una máquina de facturar, y un sub 20 como Patito Rodríguez, quien no figuraba en los planes estratégicos, se viste, por una cadena de hechos fortuitos, en el autor principal de una renovación, que, si bien no bajó banderas de repudio, al menos hizo descender la temperatura en la caldera del diablo.

El Rojo se levantó ante Gimnasia (Fotobaires.com)

Convenía tomar distancia respecto del pasado domingo, aún con la siguiente fecha desarrollada, para analizar mejor lo que generó el empate en La Bombonera. Troglio, conocedor de semanas mediáticas agitadas tras el caso Gimnasia-Giménez-Muñoz-Barras, nunca se habrá sentido tan debajo de la lupa por cuestiones futbolísticas.

Durante cinco días escuchó ásperas críticas y recibió muestras de solidaridad. Fue apoyado por colegas de peso y atacado por hinchas, líderes sindicales y ministros. Hugo Antonio Moyano, dirigente gremial camionero, metido en la interna del club, le tiró con el acoplado. Martín Lousteau, jefe de la economía argentina, quien comprende los índices inflacionarios conservadores del INDEC, no le perdonó al DT de su equipo la falta de audacia. Pero abandonemos las paradojas y vayamos a los "desprendimientos" de lo ocurrido en La Boca.

1) Si bien Pedro explicó con cierta lógica su propuesta del entretiempo, la regla no escrita parece clara: si te retrasás y acertás en una salida te convertís en un técnico inteligente. Si la espera no va acompañada de un contraataque eficaz, por más que consigas un punto en una cancha donde no se vence desde hace 12 años, sos un timorato.

2) Por suerte, en un medio que a partir de la década del '80 instaló que no importa la manera, que lo único que interesa es el resultado, ni la igualdad en la cancha más temida de la Argentina, ante el equipo que tiene al mejor jugador del torneo (y para muchos del país, incluyendo a los que actuan en el exterior) salvó al DT del reproche por un proceder cauteloso.

3) Troglio tendrá que rendirse ante aquellos que en los últimos 20 años le han dado al entrenador un papel demasiado protagónico. Todo pasa por el conductor. Y así como esta falaz situación les da mayor trascedencia y mejores salarios, también reduce los objetivos a la hora de buscar culpables. Sin embargo, como no adherimos a la teoría, nos surgen interrogantes. ¿ Y los jugadores? ¿Y Montenegro? ¿ Y Denis? ¿ Y Grisales? ¿Y el resto? ¿Qué hicieron? ¿Qué les pasó que no pudieron darse ni tres pases entre ellos?

Hablamos de algunos hombres con nombre de selección, que figuran en la primera línea del presupuesto.

4) Tampoco hay que perder de vista que, por más historia roja que uno pueda leer, en la actualidad Boca e Independiente no están en paridad de condiciones. Por ejemplo, hoy uno ya no tiene a Bochini y el otro disfruta de Riquelme.

5) Si Independiente jugara como el primer cuarto de hora sería el puntero cómodo. Si Boca mantuviera los errores tácticos del arranque no tendría chances en ninguno de los frentes que pretende abarcar. Cuando el conjunto de Ischia corrigió falencias, impuso, como de costumbre en su casa, las condiciones del encuentro.

Beneficiado por la carencia de hechos polémicos, hacía rato que el desarrollo de un partido no ofrecía tantos lugares para el debate. ¿Habrá cambiado el pensamiento de muchos? ¿Aumentó de pronto la cantidad de conversos? ¿Será cierto que, otra vez, lo importante es ir al frente, atacar, arriesgar aún siendo inferior? ¿Será verdad que el técnico mantiene un enorme porcentaje de influencia pero ahora está obligado a inyectar personalidad, fantasía, despliegue, audacia, imaginación?

O quizá se trate sólo de un progreso filosófico. Antes el replanteo sucedía unicamente en la derrota. Ahora, Pedro, parece que a diferencia de lo que enseñó el Doctor, si empatás también empiezan a fijarse en el estilo y el rendimiento.

¿Se estará acercando el día en el que haya que ganar jugando bien?
BUENOS AIRES -- En este fútbol de negocios y negociados, de dirigentes rapaces y empresarios oportunistas, no es ilógico asumir que la disputa estadística se encuentra vinculada con intereses económicos.

Que la empresa que lo provee de botines esté apresurada por lanzar una edición limitada de 180 pares de calzados... Que el encargado del merchandising xeneize necesita un récord para impulsar productos "conmemorativos"... Que existe una operación mediática para respaldar lo enunciado...Todo es posible...También es cierto que, al ritmo que viene convirtiendo, los interesados en "apurar" el récord, no deberían esperar demasiado para llegar a los 194 que hizo Francisco Varallo.

Pertenece a la elite del fútbol argentino (AP)
Si bien los campeones de las Copas "en litigio", en las que anotó Cañoncito, no resultaron designados oficialmente, dichas competencias fueron organizadas por AFA. Además, el argumento de la "discontinuidad" no influye en el debate porque, de lo contrario, quizá tampoco correspondería contabilizar los goles de la Mercosur, de vida fugaz.

Aún aceptando las suposiciones comerciales, criticables y lamentables, uno puede quedarse con un número innegociable, alejado de cualquier sospecha: Martín Palermo ya hizo 180 goles oficiales con la camiseta de Boca. Y dentro de un ámbito que no ofrece reconocimientos (ídolos que salen por la ventana, clubes que olvidan demasiado rápido el pasado de grandes hacedores de su historia, escasísimos partidos-homenaje, ausencia de un Museo del seleccionado argentino, etc., etc.) el logro de cifras altas y redondas al menos debe servir para resaltar a jugadores que se transforman en marca registrada.

Y, más allá de gustos, Palermo pertenece a dicha elite. Esencialmente vencedor de limitaciones y de un par de lesiones complejas, ha marcado, a nivel local, goles de todo tipo y factor: con derecha, con zurda, con las dos piernas a la vez (penal contra Platense), de cabeza, de chilena, de tijera, de caño al arquero, picándola, de mitad de cancha, de rodilla, a corta distancia, de rebote, de taco, hasta en contra...

Para muchos es un burro, para otros un pura sangre del área. Ya por la camiseta que utiliza, y sin necesidad de profundizar en terrenos físicos y técnicos, divide opiniones. Aunque está claro que ningún burro acumula esa cantidad de conquistas y posee semejante variedad de caminos para alcanzarlas.

Aprovechemos entonces los controvertidos 180 para el reconocimiento a un especialista, a diferencia de otros artilleros, en abrir arcos y partidos: por ejemplo, en los últimos 11 partidos que aportó, en 10 hizo el primero de su equipo.

Así como antes de impugnar los 1000 que se adjudicó Romario convenía elogiar las genialidades del Chapulin (con que 500 hayan sido en en partidos "serios", estamos ante un monstruo), podemos utilizar esta polémica poco relevante, ya que el número no cambiará el significado de Palermo, para seguir enfocando a un goleador.

Si bien contó con la "ayuda" de estar en Boca, en un conjunto obligado a presionar, con una hinchada y un escenario que asfixian rivales y árbitros, también vale subrayar que tuvo nervios de acero con una camiseta que a varios delanteros les pesó (y pesará) un tonelada.

Algunos hinchas se sumaron a la campaña (AP)
No hace falta ser un optimista del gol y del récord, ni preparar ridículos carteles, para darse cuenta de que tarde o temprano se adueñará del registro de Varallo.

Palermo no da para la polémica. A diferencia de Macri (increíblemente Jefe de Gobierno y presidente de un club), nunca tuvo problemas de compatibilidad con compañeros y entrenadores. Y sus avales se fueron fortaleciendo con el tiempo. En cambio los bancarios se inflan o desinflan a conveniencia de Mauricio.

Lo único claro es que para Boca "va a estar bueno" que Martín siga gritando y pueda superar a Domingo Tarasconi, Varallo y Roberto Cherro...
BUENOS AIRES -- ¿Por qué el fútbol argentino tiene que ser una isla respecto del país? ¿Por qué en una tierra con políticos ineficaces y corruptos debe existir una mayoría de dirigentes limpios y productivos? ¿Por qué en una República de penas económicas y escasísima protección, los clubes tendrían que ser la excepción a las "leyes" sociales imperantes?

Por supuesto que la intención no es que estas preguntas suenen a mediocres justificativos, sino que podamos utilizarlas de disparador para tratar de asimilar profundas grietas que exhibe la "Argentina-potencia futbolística".

El River de Abreu cayó en Perú (AP)
Este deporte ha sido históricamente un producto líder, de vanguardia, con mano o pie de obra muy calificado. Genera recursos (podrían haber sido mil veces superiores) que otros sectores ni sueñan, y que, en algún momento, le permitieron actuar como reemplazante del Estado en una función contenedora.

Sin embargo, las variables económicas influyeron en la vida institucional, y la ética (o falta de ella) no resultó diferente a la aplicada en otros ámbitos de la sociedad. Algo lógico, ya que aquellos que conducen no son suizos (por suerte, en el caso que se tratara de Blatter), ni japoneses ni alemanes...

El fútbol argentino es más duro que bueno, se hizo más físico que técnico. Lo que sobresale se exporta. Como la carne, los mejores cortes se disfrutan afuera. El reino del todo pasa y poco queda (en ciertos lados nada de nada, de nada...), con empresarios más ricos que los clubes y bolsillos dirigenciales que engordan y se ríen del sentimiento del hincha (cómplice porque sólo le interesa la tabla de posiciones).

Pese a estructuras cuartomundistas y el safari que significa ir cada fin de semana a la cancha, siguen naciendo futbolistas de elite (cada vez menos)... Además, vale recordar que el presidente de la AFA perdió por goleada varios partidos en su "Mundial de la Violencia" y lo grave es que en esta "competencia" se pagó con muertos.

Casi que no hace falta refrescar que la sequía de trofeos del seleccionado acumula 15 años.

San Lorenzo igualó con Cruzeiro (Fotobaires.com)
¿Corresponde entonces la sorpresa por ciertos resultados en la Copa Libertadores? En los últimos diez años, salvo los cuatro títulos y una final de Boca, no hubo otro equipo argentino que accediera al encuentro cumbre. En el mismo lapso los brasileños obtuvieron cuatro Copas y colocaron representantes en OCHO cotejos decisivos mediante OCHO clubes distintos (Vasco da Gama, Palmeiras, Sao Caetano, Santos, San Pablo, Atlético Paranaense, Inter de Porto Alegre y Gremio).

Ya no debe causar asombro la dificultad para conseguir resultados de visitante. Basta con revisar las estadísticas. Por ejemplo, la última victoria en Venezuela se remonta a 1996... Si bien es cierto que desde entonces se jugaron allí solamente cinco partidos, no deja de ser relevante, más allá del enorme progreso venezolano, que no se haya vuelto a ganar donde, en un pasado no tan lejano, el único interrogante previo era la diferencia de goles.

Por ahora la fábrica permanece abierta, pero atención que la producción de calidad no es ilimitada. No es lo mismo tener gran potencial que ser potencia.
BUENOS AIRES -- " Y... es el primer partido... Siempre cuesta... Todavía estamos saliendo de la pretemporada... Iremos corrigiendo los errores a medida que avance el campeonato..."

Este tipo de reflexiones forma parte esencial del Libro Gordo de los Lugares Comunes del fútbol. El extraño calendario argentino, con el descanso dividido, no respeta tiempos sudamericanos (por ejemplo, se juega en pleno verano) y tampoco se adecua a la estructura europea, donde los torneos preparatorios más tradicionales se disputan cuando ya comenzó la actividad oficial. Pero esos mismos motivos permiten efectuar varias preguntas para rebatir esas frases recurrentes.

Cabrero: ¿Lanús otra vez candidato? (Fotobaires.com)

¿Cuántos puntos se "regalan" durante un año por "estar en período de ajuste"?

¿Por qué la mayor interrupción se produce en el medio de la temporada, cuando el cupo de incorporaciones es menor?

¿Cuantos equipos se pueden dar el lujo de largar lejos del pico y ampararse en el famoso "Y... es el primer partido..."?

¿No valen igual estos puntos que los de la decimoquinta fecha? Hasta quizá valgan más los del inicio, son los te empujan, los que consolidan la plataforma de despegue. Y el que lo dude que consulte a los dirigentes que piden "flexibilidad" en la confección del fixture y empezar ante rivales a priori no tan poderosos para tomar envión, algo vital en las competencias cortas.

¿O acaso el fútbol no es un estado de ánimo? Por eso, en lugar de justificarse por malos rendimientos en las primeras jornadas, corresponde preocuparse por no haber logrado la afinación necesaria en el trabajo previo.

El arranque del Clausura mostró la regla dominante en los últimos campeonatos: a mayor cartel y nombres, menor productividad. Lo bueno es que a partir de los recientes títulos de Estudiantes, Lanús y Arsenal (en la Copa Sudamericana) se han ampliado las expectativas. Y no sólo las de dichos clubes sino las de todos, mediante el efecto contagio. "Si pudieron ellos, ¿ por qué nosotros no?"

Con Simeone, River largó ganando (Fotobaires.com)

Más allá de diferentes presupuestos, y con excepción de San Lorenzo (optó por acumulación de elementos), la maximización de recursos se ha convertido en el negocio primordial. Boca eligió a Riquelme para elevar a sus compañeros. Y River, que ya tenía un plantel largo pero deprimido, contrató como DT a Simeone como "potenciador". De hecho no realizó incorporaciones que superaran, en lo deportivo y económico, a la salida de Belluschi.

Hablar de candidatos es prematuro. Habrá que observar como es el camino de los que participan en la Libertadores (San Lorenzo ya no puede tener ni un mínimo descuido). Habrá que determinar si Independiente y Racing son grandes por gente o por fútbol.

Habrá que ver cómo Lanús, Arsenal, Tigre, Banfield y Argentinos transitan con su etiqueta de "muy peligrosos" debido a lo que hicieron el semestre pasado. Una calificación que los agranda internamente pero que también hace que sus adversarios los encaren con distintos recaudos y motivación.

Habrá que aguardar la respuesta de los que se forman pensando en evitar el abismo y que luego, tras tejer "punto a punto", se encuentran, casi sin proponérselo, al borde de la gloria.

Todo esta por verse. Eso sí, pagando más y recibiendo menos en seguridad, comodidad y espectáculo. Otra ecuación perfecta para algunos, a los que también les conviene el "Si no te gusta lo que hay, miralo por televisión".

MELBOURNE (Enviado especial) -- Melbourne siempre ofrece algo especial. En en Grand Slam más relajado (los jugadores asisten con un entorno reducido y la cantidad de medios periodísticos es menor), esa magia característica hizo que algunos top no funcionaran como siempre y otros, en cambio, compitieran como nunca.

Djokovic no perdonó a nadie y supo imponerse(AP)
El campeón jugó como nunca. Al menos en el manejo de situaciones cruciales y de resultados. No permitió que le quitaran combustible un par de rompe-piernas como Ferrer y Hewitt, dormido en octavos, tras el madrugón protagonizado con Baghdatis (finalizó 4.34 de la mañana y se fue a dormir alrededor de las 9 hs.). En semifinales, con el tanque lleno y la confianza alta, descargó su furia ante Federer.

El suizo, que no tuvo competencia previa debido a un virus, no repitió, a partir de la tercera rueda, las sinfonías entregadas el año anterior. "Tengo claro que he creado un monstruo. Ahora creen que debo ganar todos los partidos y jugar todas las finales. Si pierdo antes, parece un fracaso. Teniendo en cuenta las dificultades en la preparación, no hice un mal torneo." Y la reflexión del suizo, sin la anticipación habitual ante el desbordante Djokovic, no tiene puntos débiles.

Desde la maratón en la cual lo involucró Tipsarevic, el gran Roger dejó la categoría de invencible (así estuvo en el 2007) para quedarse en la de "muy difícil de vencer". Nole, con quien el número uno, a diferencia de lo que ocurre con Nadal, tiene una relación "profesional", se desquitó de lo sucedido 12 meses atrás y no le perdonó imperfecciones.

Rafa jugó mejor que siempre en este torneo y accedió a su primera semifinal de Grand Slam en superficie dura, donde se encontró con un adversario que estuvo como nunca. "Fue increíble. Donde apuntaba la metía. Mágico".

Que más se puede agregar a lo dicho por Jo-Wilfried Tsonga, que no estaba en ningún cálculo previo y que ni siquiera tenía bien escrito su nombre en la credencial (omitieron la i). Como en la publicidad, Alí (no hace falta explicar el motivo del sobrenombre) demostró que nada es imposible.

Todavía tratando de olvidar lesiones y hechos infortunados vivió 14 días de inspiración. Ni él sabe si volverá a jugar así, al menos como frente al dos del mundo. De hecho, jamás había obtenido más de tres triunfos consecutivos en el Tour mayor.

En la final, tras un primer set auspicioso, pareció que la tensión del torneo cayó sobre sus hombros. La derecha invertida perdió el poder de demolición y empezó a impactar tarde. Lo obligaron a pegar menos afirmado y a ceder la postura ofensiva, distintiva de encuentros anteriores.

La reacción exhibida en el cuarto parcial y ayudada por cierto ahogo de su rival (un hecho recurrente que quizá se note más en el polvo de ladrillo, cuando los puntos tengan mayor duración), no alcanzó para que ese invitado imprevisto, que siempre el aire particular de Melbourne Park coloca en el encuentro cumbre, coronara la sorpresa con un título.

La aparición de Djokovic, ya se sabía, era buena para el circuito: por carisma (aunque en Australia lo hicieron sentir visitante en tres de los últimos cuatro partidos) y por nivel para entrometerse en el monopolio de Roger y la solitaria amenaza de Rafa.

Quedó claro que no se conforma con ser el tercero en discordia y que está dispuesto a que el libro de récords de Federer sufra un retraso en su confección.

MELBOURNE -(Enviado especial) - Los mismos hinchas ruidosos y pasionales de siempre (croatas, serbios y griegos-chipriotas le sacan ventaja al resto, aunque ciertos excesos derivaron en una escandalosa intervención policial durante el partido de González-Economidis). La misma plaza central, al pie del Rod Laver Arena, punto de encuentro de buscadores de cerveza y de musica en vivo. El mismo temor a que aparezca el calor extremo para suspender la jornada. Los mismos repelentes para evitar que las moscas encuentren una buena pista de aterrizaje en los rostros. Las mismas extensas filas para ser atendido en la carpa de una empresa de cosmética que auspicia el torneo.

Casi todo igual. El gran cambio del Abierto de Australia está en las canchas y en el color de la escenografía. En Melbourne Park ya no se piensa en verde. El azul es profundo y dominante. La superficie ganó en seguridad pero resulta más lenta y abrasiva. Las pelotas se "abren", se "inflan", y obligan a un mayor esfuerzo después de tres o cuatro games.

Claro que en la cima, más allá de una turbulencia severa, la lógica no se modificó. Roger Federer sabe que tiene otra estadística para romper: desde 1996, cuando se impuso Boris Becker, ningún jugador que no compitió la semana previa pudo obtener este Abierto. En las dos primeras ruedas la inactividad no lo afectó. En realidad le afectó a sus rivales. Lo encontraron fresco e implacable.

A Diego Hartfield le aplicó el rigor de su perfección, le demostró como se pueden sumar sólo tres games aun jugando bien. A Fabrice Santoro, reconocido tejedor de telarañas, lo dejó impotente, enredado en sus propios efectos.

El Gran Roger, luego de tres años, tiene, en este Major, una presión extra vinculada con el ránking: si pierde antes de semifinales y Nadal alcanza el título, habrá nuevo rey.

Janko Tipsarevic, dirigido por Josep Perlas, acorraló a Federer y estuvo al borde de hacerle un enorme favor a su amigo Djokovic (posible rival del suizo en semifinales) y a Rafa, que cuenta con un pequeno guiño del sorteo. Las grandes batallas estuvieron y estarán por arriba del cuadro. Los más carismáticos y de mejor actualidad quedaron encerrados en el sector superior: Federer, Djokovic, Nalbandian, González, Hewitt, Bagdathis, Blake...

Hasta la revelación, Marin Cilic, el croata que se entrena en San Remo, con un coach francés de origen español (Boris Vallejo), en una academia manejada por un australiano (Bob Brett), cayó en esa parte del draw. El más joven de los que siguen en carrera eliminó a Fernando González.

El chileno, tras la enorme producción de la edición anterior, no pudo, durante una importante porción de 2007, repetir aquella lucidez para seleccionar caminos. En Melbourne, incómodo con el estado de las pelotas, y condicionado por una carga muscular en el hombro, no logro revertir la tendencia. Tendrá que reencontrarse con los puntos fuertes que lo hicieron top ten.

David Nalbandian parecía bien perfilado. Un estupendo cierre del año pasado, una pretemporada exhaustiva ("como nunca" para los que la compartieron) y la superación de la contractura dorsal que le impidió participar en la exhibicion de Kooyong, trazaban una perspectiva optimista.

Sin embargo, contra Juan Carlos Ferrero no tuvo alternativas. Nunca estuvo cómodo, no pudo imponer su juego, tardó un segundo más en impactar, no contó con tiros ganadores que lo rescataran (por ejemplo sólo un winner acompanando a 15 errores no forzados en el primer set) y le permitieran mantenerse al acecho, esperando un decaimiento del español que recordo buenos y no tan viejos tiempos. Sabiendo de la peligrosidad de su rival, el ex número 1 redobló la concentración para no abrirle ninguna puerta, ni siquiera una mínima ventana, para que se metiera en el partido.

El resumen del cordobés no ofreció reproches: "Un muy mal día". Tan lejos de su nivel que será difícil que sufra otra caída similar. De hecho, únicamente ante Lleyton Hewitt, en la final de Wimbledon 2002, consiguió nada más que seis games. No es alarmante pero sí, como cualquier derrota amplia y prematura (de acuerdo con las expectativas), una señal de alerta para monitorear.

Al igual que Melbourne Park, el tenis latinoamericano cambió de color. Pero en este caso, hacia el gris, que simboliza la falta de representantes en la segunda semana.

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