Palermo y Riquelme son parte de la columna de Boca (EFE) |
Y en lo futbolístico, por la búsqueda desesperada de un título y alejado del estilo que aplaudió con orgullo durante muchos años, corresponderá que se haga cargo de festejar los centros de Abelarias y los saltos de Abreu. Cuando hubo necesidad de controlar la pelota frente a San Lorenzo, River, justo River, dejó al descubierto que no está preparado ni capacitado para eso.
Lo más importante que Carlos Bianchi le entregó a Boca, más allá de los grandes trofeos internacionales, fue la dinámica de ganar, la que produce una bola de confianza que te va agigantando y rescatando de instancias críticas. En River, actualmente, la dinámica es inversa. Y la bola, en lugar de empujarte, te aplasta.A pesar de la peor eliminación que podría haber tenido, la situación no parece irreversible. Si bien se supone que el impacto anímico será tremendo, los de Simeone disponen de una chance clara en el Clausura. Con San Lorenzo y Boca absorvidos por la Copa, con Estudiantes golpeado, con Independiente y Velez sin certificado de consistencia... Quedará por ver, en caso de obtener el objetivo local, si lo usa de salvavidas dirigencial, de cubre manchas o de auténtica plataforma de despegue para cambiar la mencionada dinámica.
Palermo y Ponzio, en el clásico (Fotobaires.com) |
- Se gana y se pierde...
- ¿Por qué perdieron?
- Porque ellos anotaron más canastas...
El creador de la Liga Nacional fue un adelantado |
Advertido de esta clase de diálogos, la primera vez que tuve que entrevistarlo encaré la situación con mezcla de temor y alerta, con el "agravante" de haber pasado mi infancia y adolescencia recorriendo Ferrocarril Oeste, donde Najnudel era una institución dentro de la misma institución. Superado el "test" sin turbulencias, León me tranquilizó de cara a futuros reportajes.
- Vos sos mi periodista...- ¿Por qué?
- Porque sos alto...
Esta graciosa contestación encerraba un concepto y un claro anticipo del básquet que se aproximaba. León estaba varios pasos adelantado. Y no sólo porque ya lo conocían en playgrounds neoyorquinos cuando muchos ni sabían de la existencia de la NBA. Su oficina en el Héctor Etchart era un santuario receptor de videos de una increíble competencia que hoy es familiar, con la presencia de seis argentinos, y que, en aquella época, formaba parte de un planeta inalcanzable y al cual León quería recortarle las gigantescas distancias.
Apasionado, conocedor profundo del juego y sus jugadores, buscador incansable de talentos, docente, buen transmisor de conocimientos, tenía una gran visión de la estructura del deporte en general. Esta profesión me regaló un salario invisible mucho mayor que cualquier acuerdo económico. Me permitió compartir con León transmisiones (Juegos Olímpicos de Atlanta 96 y cotejos de la Liga Nacional que realizábamos con David Carlín) y las consecuentes cenas. O mejor dicho, cátedras y clínicas brindadas en las sobremesas. Comprobé su enorme lucidez aún en momentos de tensión. En los mencionados viajes para cubrir la Liga tuvimos un encuentro muy caliente en el viejo Superdomo de Mar del Plata. A veces el público descargaba sus nervios (por decirlo de manera elegante) en la prensa televisiva. Terminado el programa, y pese a la victoria de Peñarol, los hinchas nos acorralaron agresivamente en la mesa de trabajo y León se encontró con una situación que le resultaba difícil comprender. Mucho más cuando se acercó un policía para comunicarle que nos escoltaría. La respuesta de Najnudel resultó tan lógica como contundente. "Usted tiene que cumplir con su tarea y sacarlos a ellos, no a nosotros... ¿Cómo vamos a salir con la policía si acabamos de comentar un partido de básquet?..." Bravísimo, siempre, para luchar contra la adversidad y la enfermedad, los tipos como él son eternos. Basta con escuchar declaraciones de Manu Ginóbili a una década de la ida de León a un espacio donde debe tener, sin dudas, abono para ver Liga Nacional, Euroliga, ACB, ULEB, BBL, NBA y hasta el campeonato de Chipre para señalar a un longuito con posibilidades. La obra y las ideas lo colocan en ese refugio que pone, a una minoría, a salvo del olvido. Y este no es un lugar común ni una caída en el elogio fácil que reciben algunos personajes fallecidos. Cualquier perfil o semblanza de León por estos días seguramente se quedará corta en adjetivos. Como se quedó este recuerdo.Nalbandian sigue invicto de local en la Davis (EFE) |
En la actualidad, los gustos y las zonas de comfort de la mayoría de los tenistas argentinos pasan por otras superficies. David Nalbandian ganó la mitad de sus títulos bajo techo y sobre suelo sintético, donde jugó los partidos más brillantes de su carrera.
Si bien accedió a dos semifinales de Roland Garros, en 13 encuentros en polvo ante top-ten registra tres triunfos: sobre Juan Carlos Ferrero en Estoril 2002 y ante Nikolay Davydenko en Estoril y Roland Garros 2006.
El cordobés, un jugador coperísimo y quizás el más completo (sin entrar en discusión de grandeza, ránking, conquistas, etc.) de la historia del tenis argentino, puede, en una pierna y tras dos días consecutivos de competencia sobre el desgastante polvo de ladrillo, superar, por clase y corazón, a la mayoría de los integrantes del circuito, pero no a los de la elite.
Ante esos, y aún con el impulso de la hinchada, tiene que mostrar un rendimiento alto. Tampoco creamos que la influencia del jugador número 5 resulta absoluta. Así como nadie imagina a David perdiendo por el público en ningún lugar del mundo (de hecho, jamás ocurrió), tampoco creamos que la gente les va a ganar a Davydenko, Safin, Youzhny, Nadal o Ferrer...
Guillermo Cañas, quien alcanzó los cuartos del Abierto de Francia 2007 y se adjudicó cuatro torneos en arcilla, festejó sus éxitos más trascendentes en los Masters Series de Toronto y Miami.
Hasta Chucho Acasuso reconoció en los últimos tiempos su mayor adaptabilidad al cemento, donde acumuló valiosos puntos. De los probables convocados, sólo Pico Mónaco elegiría polvo para construirse una cancha en el fondo de su casa.
La serie contra Rusia, que también hasta aquí optó por la superficie lenta, será definida por detalles. Uno de ellos es que, ante todo, la bandera del equipo se sienta cómoda y no vea en la irregularidad del court un elemento perturbador. Paradójicamente, se subraya la fortaleza de la localía cuando el buque insignia de la Armada navega mejor en otras aguas que las de color ladrillo.Sin suponer que únicamente por estar en el Roca se pasa, sin que el aire triunfalista del entorno cargue a los protagonistas de una presión extra, convendrá pensar muy bien punto por punto para después enfocar a España (tiene en semifinales una chance más clara que la de Argentina, al recibir a Estados Unidos).
Primero, entonces, habrá que emplear todos los condimentos disponibles para preparar la ensalada rusa y luego buscar la Ensaladera... ¿Una final jugando bajo techo y sobre carpeta...? Calma, entre ensaladas y ensaladeras, es preferible utilizar el paso a paso de Mostaza Merlo.
"El problema le pertenece a la sociedad y el fútbol está inmerso en ella".
"La solución pasa por una cuestión política".
"La culpa no es sólo de la dirigencia, pagamos mucha plata en seguridad".
"A la policía le conviene lo que ocurre para justificar grandes operativos".
"Las barras son la fuerza de choque del poder político".
"Los detenidos en la cancha entran por una puerta y salen, inmediatamente, por la otra".
"Los jugadores son también cómplices con su aporte económico". "Etc, etc, etc..."
La interna de River en Liniers (Fotobaires.com) |
El Rojo se levantó ante Gimnasia (Fotobaires.com) |
Pertenece a la elite del fútbol argentino (AP) |
Algunos hinchas se sumaron a la campaña (AP) |
El River de Abreu cayó en Perú (AP) |
San Lorenzo igualó con Cruzeiro (Fotobaires.com) |
Este tipo de reflexiones forma parte esencial del Libro Gordo de los Lugares Comunes del fútbol. El extraño calendario argentino, con el descanso dividido, no respeta tiempos sudamericanos (por ejemplo, se juega en pleno verano) y tampoco se adecua a la estructura europea, donde los torneos preparatorios más tradicionales se disputan cuando ya comenzó la actividad oficial. Pero esos mismos motivos permiten efectuar varias preguntas para rebatir esas frases recurrentes.
Cabrero: ¿Lanús otra vez candidato? (Fotobaires.com) |
¿Cuántos puntos se "regalan" durante un año por "estar en período de ajuste"?
¿Por qué la mayor interrupción se produce en el medio de la temporada, cuando el cupo de incorporaciones es menor?
¿Cuantos equipos se pueden dar el lujo de largar lejos del pico y ampararse en el famoso "Y... es el primer partido..."?
¿No valen igual estos puntos que los de la decimoquinta fecha? Hasta quizá valgan más los del inicio, son los te empujan, los que consolidan la plataforma de despegue. Y el que lo dude que consulte a los dirigentes que piden "flexibilidad" en la confección del fixture y empezar ante rivales a priori no tan poderosos para tomar envión, algo vital en las competencias cortas.
¿O acaso el fútbol no es un estado de ánimo? Por eso, en lugar de justificarse por malos rendimientos en las primeras jornadas, corresponde preocuparse por no haber logrado la afinación necesaria en el trabajo previo.
El arranque del Clausura mostró la regla dominante en los últimos campeonatos: a mayor cartel y nombres, menor productividad. Lo bueno es que a partir de los recientes títulos de Estudiantes, Lanús y Arsenal (en la Copa Sudamericana) se han ampliado las expectativas. Y no sólo las de dichos clubes sino las de todos, mediante el efecto contagio. "Si pudieron ellos, ¿ por qué nosotros no?"
Con Simeone, River largó ganando (Fotobaires.com) |
Más allá de diferentes presupuestos, y con excepción de San Lorenzo (optó por acumulación de elementos), la maximización de recursos se ha convertido en el negocio primordial. Boca eligió a Riquelme para elevar a sus compañeros. Y River, que ya tenía un plantel largo pero deprimido, contrató como DT a Simeone como "potenciador". De hecho no realizó incorporaciones que superaran, en lo deportivo y económico, a la salida de Belluschi.
Hablar de candidatos es prematuro. Habrá que observar como es el camino de los que participan en la Libertadores (San Lorenzo ya no puede tener ni un mínimo descuido). Habrá que determinar si Independiente y Racing son grandes por gente o por fútbol.
Habrá que ver cómo Lanús, Arsenal, Tigre, Banfield y Argentinos transitan con su etiqueta de "muy peligrosos" debido a lo que hicieron el semestre pasado. Una calificación que los agranda internamente pero que también hace que sus adversarios los encaren con distintos recaudos y motivación.
Habrá que aguardar la respuesta de los que se forman pensando en evitar el abismo y que luego, tras tejer "punto a punto", se encuentran, casi sin proponérselo, al borde de la gloria.
Todo esta por verse. Eso sí, pagando más y recibiendo menos en seguridad, comodidad y espectáculo. Otra ecuación perfecta para algunos, a los que también les conviene el "Si no te gusta lo que hay, miralo por televisión".
Djokovic no perdonó a nadie y supo imponerse(AP) |
Casi todo igual. El gran cambio del Abierto de Australia está en las canchas y en el color de la escenografía. En Melbourne Park ya no se piensa en verde. El azul es profundo y dominante. La superficie ganó en seguridad pero resulta más lenta y abrasiva. Las pelotas se "abren", se "inflan", y obligan a un mayor esfuerzo después de tres o cuatro games.
Claro que en la cima, más allá de una turbulencia severa, la lógica no se modificó. Roger Federer sabe que tiene otra estadística para romper: desde 1996, cuando se impuso Boris Becker, ningún jugador que no compitió la semana previa pudo obtener este Abierto. En las dos primeras ruedas la inactividad no lo afectó. En realidad le afectó a sus rivales. Lo encontraron fresco e implacable.
A Diego Hartfield le aplicó el rigor de su perfección, le demostró como se pueden sumar sólo tres games aun jugando bien. A Fabrice Santoro, reconocido tejedor de telarañas, lo dejó impotente, enredado en sus propios efectos.
El Gran Roger, luego de tres años, tiene, en este Major, una presión extra vinculada con el ránking: si pierde antes de semifinales y Nadal alcanza el título, habrá nuevo rey.
Janko Tipsarevic, dirigido por Josep Perlas, acorraló a Federer y estuvo al borde de hacerle un enorme favor a su amigo Djokovic (posible rival del suizo en semifinales) y a Rafa, que cuenta con un pequeno guiño del sorteo. Las grandes batallas estuvieron y estarán por arriba del cuadro. Los más carismáticos y de mejor actualidad quedaron encerrados en el sector superior: Federer, Djokovic, Nalbandian, González, Hewitt, Bagdathis, Blake...
Hasta la revelación, Marin Cilic, el croata que se entrena en San Remo, con un coach francés de origen español (Boris Vallejo), en una academia manejada por un australiano (Bob Brett), cayó en esa parte del draw. El más joven de los que siguen en carrera eliminó a Fernando González.
El chileno, tras la enorme producción de la edición anterior, no pudo, durante una importante porción de 2007, repetir aquella lucidez para seleccionar caminos. En Melbourne, incómodo con el estado de las pelotas, y condicionado por una carga muscular en el hombro, no logro revertir la tendencia. Tendrá que reencontrarse con los puntos fuertes que lo hicieron top ten.
David Nalbandian parecía bien perfilado. Un estupendo cierre del año pasado, una pretemporada exhaustiva ("como nunca" para los que la compartieron) y la superación de la contractura dorsal que le impidió participar en la exhibicion de Kooyong, trazaban una perspectiva optimista.
Sin embargo, contra Juan Carlos Ferrero no tuvo alternativas. Nunca estuvo cómodo, no pudo imponer su juego, tardó un segundo más en impactar, no contó con tiros ganadores que lo rescataran (por ejemplo sólo un winner acompanando a 15 errores no forzados en el primer set) y le permitieran mantenerse al acecho, esperando un decaimiento del español que recordo buenos y no tan viejos tiempos. Sabiendo de la peligrosidad de su rival, el ex número 1 redobló la concentración para no abrirle ninguna puerta, ni siquiera una mínima ventana, para que se metiera en el partido.
El resumen del cordobés no ofreció reproches: "Un muy mal día". Tan lejos de su nivel que será difícil que sufra otra caída similar. De hecho, únicamente ante Lleyton Hewitt, en la final de Wimbledon 2002, consiguió nada más que seis games. No es alarmante pero sí, como cualquier derrota amplia y prematura (de acuerdo con las expectativas), una señal de alerta para monitorear.
Al igual que Melbourne Park, el tenis latinoamericano cambió de color. Pero en este caso, hacia el gris, que simboliza la falta de representantes en la segunda semana.