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Análisis arbitral: Era penal sobre Viñas y el gol del América es legítimo
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LOS ÁNGELES -- Intensidad. Drama. Rabia. Vehemencia… y dos empates. Así arrancó la Liguilla del Clausura 2022, con Pachuca y América sofocados, pero vivos, y con San Luis y Puebla exudando la sensación herida de haber sido saqueados.

San Luis 2-2 Pachuca. Puebla 1-1 América. Las series quedan abiertas, pero Tuzos y Águilas reparten cartas y eligen fichas; serán locales y tienen la ventaja de su posición en la tabla. Nada está escrito, pero ellos tienen la pluma y el tintero.

Cuidado, sin embargo. Recibieron Pachuca y América una poderosa y escalofriante advertencia: este San Luis ya no es el juguetito piltrafa de otros años y este Puebla, con tanta sangre sudamericana, juega la Liguilla descarnadamente encarnizado, como si fuera una Copa Libertadores.

Dos partidos de cierres espectaculares. Exultados y exaltados por la devoción inquebrantable de los cuatro equipos, pero mancillados de manera grotesca y sospechosa por decisiones arbitrales.

Recuérdese que, desde hace dos liguillas, quedó comprobado que hay una orden tajante para favorecer el espectáculo siendo menos quisquillosos con el reglamento y con las tarjetas rojas. Es decir, no se trata de proteger el futbol sino el negocio.

Desde el Clausura 2021, los réferis tienen órdenes puntualmente claras: no arruinar el circo televisivo, aunque ellos sean el pan envenenado de la fiesta. Carroñeros de su propia carroña.

1.- Oscar Mejía perdona dos rojas que en el torneo regular eran muy baratas. Una para un magnífico jugador como Kevin Álvarez y la otra para un casi fósil como Rubens Sambueza, quien tiene un historial de violencia dolosa en el futbol mexicano.

2.- Luis Enrique Santander tuvo de repente una prudencia que no tiene en el torneo regular. Cuidaba las amarillas que sabía después debería convertir en rojas. ¿Fuera de lugar en el gol del empate del América? En la viciada, torpe, confusa, mezquina y casi delincuencial forma en la que se manipulan los ajustes a la regla, Santander decidió salvar el pellejo y validar el remate incuestionable de Sebastián Cáceres pese a la posición de Bruno Valdez.

Insisto, los árbitros en el futbol mexicano han sido obligados a pasar de jueces a alcahuetes de las urgencias mediáticas y de rating en torno a esta Liguilla y ellos, con tal de seguir en la nómina de los mimados de Arturo Brizio, obedecen ciegamente. Ya no sólo es Alí Babá y sus 40 ladrones sino La Celestina y sus 40 suripantas.

Pero, soslayando esta confabulación contra el reglamento con los árbitros como títeres, los dos encuentros del arranque de Liguilla rebasaron las expectativas.

La pregunta obligada es, ¿por qué demonios esa pasión, esa fogosidad la reservan durante 17 semanas y sólo la ofrendan en Repechaje y Liguilla?

1.- A Pachuca se le levantó el occiso del fondo de la tumba. Esos 15 puntos de diferencia en la tabla respecto a San Luis quedaron, como debía ser, como una anécdota insulsa.

Los potosinos, desde que el hijastro incómodo, Alberto Marrero, dejó de meter las manos en el equipo, éste se ha transformado. Es un plantel virulento, suicida casi. Pachuca sufrió cuando se dio cuenta que no bastaría sólo con ese futbol pulcro, generoso, vertical y agresivo, aunque tuvo dos veces la ventaja, pero al ‘94, Juanma Sanabria hizo el 2-2.

2.- Nicolás Larcamón encontró la cura contra el Alzheimer futbolístico que se había apoderado de sus jugadores. Aprovecharon las licencias arbitrales, porque la lesión a Federico Viñas era roja y penalti y en el VAR, según ha dicho Miguel Herrera, prefirieron “tragar tortas y chelas” antes que aplicar el reglamento. ¿Será por eso que decidieron ni siquiera revisar el gol de la igualada americanista?

Encomiable lo de ambos equipos. Un Puebla a pura testosterona y licencias de futbol ante un América que debió alterar toda su cartografía futbolera con las lesiones de Viñas y de Richard Sánchez.

Por eso, más allá de la mezquindad perversa de la jauría arbitral, los dos encuentros de este miércoles retribuyeron las expectativas y la expectación que desataron.

Insisto, América y Pachuca se columpian en una soga delgada y frágil, como lo es el jugar de locales y la ventaja en la tabla. Hoy, técnicamente estarían clasificados a Semifinales, pero hay un trámite pendiente, esos 90 minutos de la vuelta ante dos equipos que tienen la misma hambre voraz de victoria.

Por eso, lo mejor de los encuentros de este miércoles es que inflamaron el suspenso y el misterio para los partidos de vuelta con, sin, y a pesar del arbitraje.

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LOS ÁNGELES — “Somos de la misma sustancia de los (nuestros) sueños”, escribió William Shakespeare en La Tempestad. Y Los Interinos tienen los suyos también. Porque hoy, Ricardo Cadena y Fernando Ortiz, aún metidos en Liguilla, leen su descripción laboral y su cheque, como eso, como interinos.

Habíamos hablado de la redención de Los Interinos. Ortiz y Cadena habían recibido despojos, fiambres. América y Chivas exudaban formol, más que esperanza. Su horóscopo hablaba de funerales. El #Vocholari y el #Tricileaño estaban desvencijados.

Hoy, insisto, en Liguilla, y con los pabellones de la expectación y las expectativas, ondeando glamorosos, Los Interinos, siguen siendo interinos.

Ricardo Cadena, en charla con Futbol Picante de ESPN, aclara que NO ha recibido una oferta como entrenador definitivo. En el América, también hay un tabú sobre el tema, y Fernando Ortiz, seguramente, sólo mira de reojo a la gerencia, mientras organiza ya la Toma de Puebla.

Hay una sintomatología deliciosa, detrás de todo esto. De los porqués las directivas se muestran cautelosa, y de porqué Los Interinos se muestran cautos ante ese silencio burocrático de sus jefes inmediatos, en este caso Santiago Baños y Ricardo Peláez.

1.- Los Interinos son empleados del club. Ortiz y Cadena tienen un salario administrativo. Y el club observa. Chivas se ha equivocado al elegir técnicos, varios, muchos. América se desplomó de la cima a la sima, por su fervor hacia Solari. Hoy, ambas instituciones, ven la manifestación de lealtad, de compromiso y de ambición (“la sustancia de los sueños”), de sus técnicos, de Los Interinos. Y aguardan.

2.- Cadena y Ortiz desfilan descalzos sobre esa línea de fuego divisoria entre el éxito y el fracaso. En el futbol, esa frontera se angosta al infinitesimal veredicto de 90 minutos. O de 180, como es la Liguilla. Ellos mismos no quiere perturbar, perturbarse ni ser perturbados. Entienden, Los Interinos, que en términos de resultados, su hoy no es ayer, sino mañana.

3.- El interinato, es una zona de alto riesgo. Apesta a parche, a remiendo, a medias suelas. Y lo primero que un interino debe hacer, es hacerse respetar. Cadena y Ortiz lo han conseguido de manera inmediata. También, entiéndase, el jugador, en desgracia y exhibido, busca una alianza inmediata que lo rescate. Los Interinos han bebido de la misma sangre agridulce que sus dirigidos. La lealtad y el compromiso son más importantes, en un vestuario, que cualquier contrato.

Visto así, se multiplica el mérito de Los Interinos. Cierto, aún, en la frágil y despiadada balanza del futbol, aún no han ganado nada, porque, realísticamente, aún pueden ganar todo.

En La Liguilla, lo desproporcionado de los milagros, es que se abaratan en el ajetreo de sólo 180 minutos. Y ambos entrenadores muestran argumentos para seguir con vida en en esta Fiesta Final.

1.- Fernando Ortiz tiene en el América el mejor medio campo de la Liga. El mejor rombo: Diego Valdés, Richard Sánchez, Álvaro Fidalgo y Pedro Aquino. Transformó la autopista del fondo, en una garita fronteriza más intransigente. Cierto, ataca con cuchillito de palo, porque Federico Viñas y Henry Martín son tan peligrosos como el veneno de una lombriz.

2.- Ricardo Cadena ha revalorado a los jugadores. Pierde al ‘Canelo’ Angulo, lastimosamente, pero es el mismo Chicote Calderón del Necaxa; el mejor Alexis Vega, mejor añejado que el vodka con tamarindo; y un Fernando Beltrán que a cada partido ridiculiza al Ex Rey Midas, quien lo segregó de manera cruel y purulenta. Y cuidado con la mosquita muerta del Rebaño: Eduardo Torres, es tan bueno, que no se nota. Sin él, lo que hacen todos los mencionados, no sería posible.

Hay más todavía. Los Interinos han trasformado la tribuna. Sus estadios eran un camposanto. Ir al estadio en este 2022 era exponerse al ridículo, era como un refugio para divorciados sin hijos, o para solteros sin Tínder. Así de patético. Hoy, el Azteca y el Akron, son una coreografía festiva de fe y de esperanza. La afición de América y Chivas gorjea, gorgorea y revolotea, porque han salido del silencio sepulcral, al derecho incontrolable de la felicidad.

Los tres o cuatro asiduos a este espacio, más desolado que la justicia en Querétaro, saben que las Chivas, ni en birria, porque apestan. Sin embargo, en este oficio, he podido cubrir innumerables clásicos tapatíos y nacionales, ya sea en el Estadio Jalisco o en el Estadio Azteca. Entiéndase: sobrecoge sin duda, la afición de Tigres, impone la facción del América, solivianta el gentío del Atlas, pero, particularmente, la atmósfera brutal, explosiva, electrizante que desata el Guadalajara, en sus grandes momentos, rebasa a todos los demás en el futbol mexicano.

Claro, también Chivas tiene una que otra bestia en la tribuna, pero el aficionado genuino cuando hace erupción, genera una ebullición estremecedora. Cuando ese orfeón estalla, hay, en el recinto, algo más que sonidos, es un firmamento poderosísimo que eriza, que acalora, desde dentro, desde muy adentro, la piel del futbolista. Ahí, en el tendido, Ricardo Cadena encuentra el mejor aliado.

Así pues, Los Interinos llegan a su Juicio Final. Ricardo Cadena ante un adversario contra el que conoce el encono heredado: el Atlas. Y Fernando Ortiz, irónicamente, ante quien alguna vez sonó (¿y soñó?), para sentarse en ese sitio: Nicolás Larcamón, con el Puebla.

La expresión completa de Shakespeare, es esta: “Somos de la misma sustancia que los sueños, y nuestra breve vida culmina en un dormir”. Sí, la brevedad de Los Interinos o la eternidad de Los Interinos.

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LOS ÁNGELES -- Sí. Pachuca hace el mejor futbol. Sí. Tigres tiene el mejor ataque. SÍ. Atlas es el campeón vigente. Sí. Cruz Azul tiene deudas y demonios. Sí. Puebla es una emboscada. Sí. San Luis es el marginado rencoroso. Sí a todo ello, pero lo seductor de esta Liguilla son los cierres desbocados, esplendorosos, de esos dos desahuciados que regresaron del infierno: Chivas y América.

El despechado Repechaje fue el coliseo estrujante para depurar la Liguilla. Ya están listos los cruces y los cuatro burgueses que llegaron directo a la Fiesta Final (Pachuca, Tigres, Atlas y América) debieron empezar con estertores y escalofríos. Todo comienza a partir de cero.

Más allá de los méritos innegables de los cuatro sembrados, ninguno puede escapar a ese sesgo de incomodidad, porque, al final, sus adversarios dejaron en claro en el Repechaje que se untaron de la sangre oscura y necesaria para ese conjuro maldito de jugar a matar y morir.

Insisto, la presencia de un América sobrio, sólido, resucitado, que salió por su propio pie de la morgue donde lo colocó El Indiecito Solari, goza de todas las antipatías y simpatías del que se pavonea como aspirante a campeón. Fernando Ortiz ya advirtió: son El Tano y sus espartanos.

Y por supuesto, la redención de Chivas. Las perversiones tácticas y seniles de uno (Víctor Manuel Vucetich) y los engatusamientos verbales de un merolico de alta escuela y poca universidad (Marcelo Michel Leaño) habían dejado al Guadalajara listo para la eutanasia.

Ricardo Cadena hizo cirugías simples en corazones y espíritus. Se convirtió en “médico de cuerpos y almas”, diría Taylor Caldwell. Hoy, todos combaten, perseveran, guerrean, enaltecen. El mejor ejemplo es Fernando Beltrán, a quien el Ex Rey Midas embalsamó de despreció y lo colocó en el limbo.

Como sea, la Fiesta Final tiene ya a sus ocho gladiadores. Entre el primero (Pachuca) y el último (San Luis) hay 15 puntos de diferencia. Así de enorme la distancia, pero en la Liguilla, siempre ocurre lo fortuito, lo insospechado.

1.- PACHUCA vs. SAN LUIS

Los Tuzos deleitan y se agradece a Guillermo Almada que su pirámide de soporte la conformen jugadores mexicanos. A excepción de Chivas, y por obligación, el uruguayo tiene más confianza en el jugador de la tierra que los propios entrenadores mexicanos.

Así de irónico.

Pachuca embelesa, sin duda, pero, en Liguilla, eso aumenta el riesgo. Enfrente acecha uno de esos equipos indeseables e indeseados. Apestan a peligro, a asalto, a mansalva, a premeditación, alevosía y ventaja. San Luis se dedicó en el torneo a asaltar las casas de los poderosos, especialmente desde la llegada del brasileño André Jardine. En la fase regular ganaron los Tuzos 2-0, pero Pablo Guede aún dirigía a los potosinos.

2.- TIGRES vs. CRUZ AZUL

Un duelo de metamorfosis. Prepárese a ver unos Tigres muy distintos. Miguel Herrera fue generoso a lo largo del torneo. Respetó la explosividad de esas bestias cebadas con las que puede atacar, pero El Piojo llega como el técnico más experimentado en liguillas de todos los involucrados. Sabe cómo debe jugarlas para ganar. Ahora será más músculo, intensidad, acecho y una trinchera infranqueable. Cero tolerancias.

La Máquina no disipa las dudas. Ante Necaxa tuvo momentos alentadores, pero debió resolver su pase a la Liguilla con las veladoras encendidas a Sebastián Jurado, sin embargo, su propio estilo de juego, asfixiante, de marca, es la respuesta correcta para los recursos del Piojo. No obstante, no fue capaz de frenar a Pumas en las Semifinales de la Concachampions. Además, Juan Reynoso y su grupo saldrán en medio de un ambiente de patíbulo: levantan la copa o levantan sus cosas y se van.

3.- ATLAS vs. CHIVAS

Es otro Guadalajara, una versión muy distinta, opuesta, antagónica, a la que llegó a enfrentar antes Diego Cocca.

Sobrevivió Chivas, sin duda, a pasajes truculentos, perniciosos con Vucetich y Leaño. Hoy es un equipo con intensa dinámica, concentrado, comprometido y convencido de sus alcances. Cadena ha demostrado que ha sacado y dignificado en sus jugadores la mejor versión emocional, futbolística y de calidad que es posible.

Atlas arañó el tercer puesto con 27 puntos, apenas uno más que el Guadalajara. Los Zorros han cerrado dando tumbos en el Clausura 2022 y ese dique de acero eficiente que mostró el torneo pasado, hoy tiene boquetes, precisamente cuando le juegan con velocidad y fuerzan los duelos personales, una grata y nueva especialidad de Chivas.

En el torneo, terminaron 1-1. Julián Quiñones empató a los 90 y, entonces, estaba Leaño, del que hoy ni cenizas hay en el vestuario.

4.- AMÉRICA vs. PUEBLA

Ocho juegos sin perder, seis victorias, una defensa sólida y menos conservador que con Solari. Con El Tano Ortiz, América ha pasado de menesteroso a candidato al título. Ha recuperado a jugadores fuera de ritmo, desconcentrados o lesionados, principalmente a Richard Sánchez y a Diego Valdés, además de que Pedro Aquino ya está disponible. Con ellos y Fidalgo, puede armar el mejor rombo de la Liga MX.

El Puebla de Nicolás Larcamou ha caído en altibajos. Le duelen, especialmente, los equipos gemelos que juegan bajo cánones similares y eso encontrará precisamente ante el América, que, al final, terminó desplazándolo de la Zona VIP de la Liguilla. La Franja sufrió ante Mazatlán y sólo el peso de oficio y personalidad los clasificó desde el manchón.

En el torneo igualaron 1-1 en partido que marcó a Solari, quien tras un arranque de histeria fue expulsado y de ahí comenzó su declive.

Ese es, pues, el panorama de la Liguilla, la cual, innegablemente, resplandece no sólo con la presencia de los dos equipos más importantes de México sino por los momentos que viven.

Comiencen, pues, en términos del legendario Ángel Fernández, El Juego del Hombre y en términos de Hollywood, Los Juegos del Hambre.

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LOS ÁNGELES — Habían permanecido escondidos, agazapados. En la oscuridad del propio oscurantismo de sus hechos. Pero, finalmente, aparecieron, eso sí, sin comparecer. El mismo día, Ricardo Peláez y Santiago Baños rebrotaron. Los padres del infortunio propio son hoy hijos de la fortuna ajena.

Son, sin duda, dos privilegiados. Ocupan dos de los puestos más codiciados en el futbol mexicano. Más codiciados y más temidos que temibles. Despachan, sin duda, desde dos pararrayos: las direcciones deportivas de los dos equipos más populares de México: Chivas y América. Ahí, acaecen desde tsunamis hasta chisporroteos.

Santiago Baños se arrellana ante las cámaras de ESPN con Álvaro Morales. Y Ricardo Peláez protagoniza la renovación de contrato de Alexis Vega, a través de ChivasTV, que ha dado un giro de proactividad, muy rural, muy bucólico, pero atrevido, y que puede ser un poderosísimo instrumento en buenas manos.

Ambos, Baños y Peláez, dan un dedazo de atole a sus aficiones. Ya se sabe, entre la oportunidad y el oportunismo sólo media el cinismo.

1.- BAÑOS DE SABIDURÍA…

El director deportivo del América puntualiza que América va a ser campeón, y se atribuye el éxito de Fernando Ortiz, al establecer, de manera implícita, que sabía que sería capaz de convertir al #Vocholari del Indiecito en el #TanoTesla de este torneo. Mire usted, un genio, un visionario.

Baños, por otro lado, tiró una joya en la charla con ESPN. “No me gusta ver partidos en vivo”, refiere, y explica que prefiere ver sólo condensados, o resúmenes, en su oficina, y en sus ratos libres.

¿De verdad un director deportivo, ex jugador, ex auxiliar técnico, puede renunciar al placer –y la obligación-- de presenciar un partido en directo y sólo quedarse con las ediciones? Me imagino a Baños, el 28 de mayo, haciendo tru-trú, bordando o en otras manualidades, mientras Líverpool y Real Madrid se despellejan en la Final de la Champions. Ahora se entiende el tipo de contrataciones que ha hecho. Tal vez revisó el perfil de esos jugadores a través del FIFA, mientras acudía a la academia de corte y confección.

2.- DEL PELAGATOS A PELÁEZ

En tanto, en la transmisión desde el recinto sagrado de la Sala de Trofeos de Chivas, Ricardo Peláez, hace la misma promesa: “Con Alexis (Vega), vamos por la 13”. Esa, la 13, la cabalística, es la referencia dolorosa de que el América está un paso adelante.

Lamentablemente, desde octubre de 2019, cuando fue presentado Peláez, ha habido más juramentaciones y jaculatorias, que promesas cumplidas. “Ya no vamos a hablar de porcentajes, ni de descenso, ni a dar excusas, a partir de ahora vamos a hablar de títulos”. La promesa, se transfiguró en maldición. Pitoniso de su propio holocausto.

Tristemente para Peláez, el tipo al que denostó e inmortalizó como el #Pelagatos2.0, José Luis Higuera, terminó haciendo caravana con sombrero ajeno, y pudo cobijarse a la sombra de los cinco trofeos que levantó Matías Almeyda. Ya se sabe que Higuera, para Amaury Vergara, el dueño de Chivas, lleva en el apellido su correlación bíblica con Judas Iscariote.

Como sea, hoy, ambos, Baños y Peláez, han pasado a ser, de padres del infortunio a hijos de la fortuna. Infortunio propio y fortuna ajena.

Sería una obviedad señalar que la unción de sus entrenadores, fue una decisión bajo contingencia. Ninguno, nadie, habría imaginado que cuando Baños y Peláez les entregaron la cachucha, el silbato y la cruz, a Ortiz y a Cadena, respectivamente, la desesperación habría abierto la muerto del milagro inesperado. Los Interinos del éxito constante.

Como sea, hoy, América y Chivas gozan de salud competitiva, de cara a la Liguilla el primero, y de frente al Repechaje, el segundo. En ese afán extraño y momentáneo de vincular el éxito a los automotores, el #TanoTesla amarillo y el #Cadellac rojiblanco, le agregarán color al desenlace de este Clausura 2022. Y eso, hay que agradecérselos a estos padres del infortunio propio e hijos de la fortuna ajena.

¿Pueden cumplir la promesa ambos? La transformación de ambos equipos es fascinante por el beneficio del futbol mismo. Una Liguilla en la que comparezcan, y no sólo aparezcan, Chivas y América, tiene una seducción y morbosidad especial.

El Rebaño y El Nido se han convertido en los animadores intempestivos del torneo, además, claro, de un Pachuca que hoy hace el mejor futbol dentro de la Liga Mx, y que confirma que hasta un reloj descompuesto, puede dar la hora exacta dos veces al día. Sí, el chiripazo de Jesús Martínez, quien se vio poco memo al llevar a Memo Almada a la dirección técnica.

Ricardo Cadena hace un trabajo serio. Apeló al sentido común, sin caer en ilusionismos demenciales del Confucio menotista de pacotilla que le antecedió. El predicador de lo absurdo se ha ido, y llegó el obrero honesto de la cancha. Marcelo Michel Leaño, en sus andanzas febriles, construía alebrijes, y Cadena construye un equipo. Claro, aún debe vencer a Pumas este domingo.

Los jugadores están involucrados. Por primera vez, pasaron de ser unos cínicos parias a ser futbolistas profesionales. Y deleitan y se deleitan, que es, al final, el principio básico de su oficio, “el juego, por el juego mismo”. Tan simple como la compleja Teoría del Juego del “homo economicus”.

En tanto, Baños confiesa a ESPN que Santiago Solari vivió en la untuosidad soberbia de una alcurnia espuria y falsa. Su trato con el jugador rayaba –aparentemente--, en lo despectivo. El Tano se inmiscuyó primero con el ser humano, y después con el jugador. Ciertamente, Ortiz entendió que tenía poco que enseñarles de futbol, pero sí mucho de comportamiento como equipo. Y ahí está, como sólido aspirante al título, más incluso que el mismo Pachuca esplendoroso.

Hoy se ve a la mejor versión de Diego Valdés casi como en el clímax de su paso por Santos. Ha recuperado a Pedro Aquino, ha mantenido a Álvaro Fidalgo y ha rescatado a Richard Sánchez. Además, le agregó chapopote táctico a una defensa fragilizada. Le sigue faltando un goleador, pero en su segunda línea de ataque, encontrará a los definidores.

Aunque Peláez y Baños tienen más bocas de agoreros que de profetas, y de ellas salen más desventuras que bendiciones, pero ambos se atrevieron a una apuesta épica: ser campeones. Si las carambolas fatalistas de la Liguilla lo favorecen, podría darse incluso una Final entre ellos, que, de momento, parece poco probable.

Así pues, las decisiones accidentales de Baños y Peláez, los padres del infortunio e hijos de la fortuna, han puesto en escena, “sin querer queriendo”, a América y Chivas en el protagonismo mediático que corresponde. Ya, el resto, será puramente cancha.

P.D. Gibrán Araige de TUDN, reveló que Baños va a reclutar a Diego Lainez para el América. Oportuna decisión. Tigres estaba a punto de convencer al jugador suplente del Betis. A Lainez le urge jugar y que lo vea Gerardo Martino para poder ir a Qatar 2022. El Pacto de Caballeros, que no ha existido, no existe y no existirá, bloqueó su llegada a Zuazua, y estaría arribando a Coapa. Afortunada gestión de Baños, aunque, cierto, de rebote, no por iniciativa, pero ¿habrá visto en directo algún juego de Lainez con Betis, o lo hizo en un resumen de YouTube, en su oficina y en sus ratos libres?

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LOS ÁNGELES — Otro sopapo más. La MLS hace pedazos la hegemonía del futbol mexicano en Concachampions. Seattle Sounders golea a Pumas 3-0 (5-2 global) y secuestra el boleto para el Mundial de Clubes.

Las humillaciones siguen para el futbol mexicano. En 2021, la selección de Estados Unidos puso de rodillas tres veces, en partidos oficiales, al Tri-stón de Gerardo Martino. Ahora, Pumas es el escalón de Seattle para apoderarse por primera vez de la Concachampions, que asigna el salvoconducto para el Mundial de Clubes.

¿Agotamiento de Pumas? Se manifestó en el cierre del partido. Las ideas son menos claras y los pies menos precisos. Nueve juegos en 29 días, y, claro, sin el menor respaldo de la Liga MX. La MLS, en cambio, modificó el calendario, para que Seattle descansara el fin de semana.

Foto: AP

Para la liga estadounidense es una magnífica oportunidad de mostrar cómo, con la logística adecuada, se puede, incluso, evitar pasar vergüenzas en el Mundial de Clubes, como le ha pasado con frecuencia al balompié mexicano, eliminado en primera ronda, con dos únicas excepciones: la semifinal de Monterrey ante Líverpool y la Final de Tigres ante el Bayern Múnich.

Porque en eso, habría también un tono didáctico de la MLS a la siempre sombría Liga MX, que apenas entrega la bendición a sus representantes. Quede claro que si el torneo de Concachampions no pertenece a la televisora del patrón del futbol mexicano, se ningunea. A Emilio Azcárraga Jean no le interesa promocionar una competencia que pertenece a otra televisora en México. No le ha interesado ni cuando su América toma parte en ella.

El trámite se cebó temprano sobre Seattle. Dos cambios por lesiones. A los minutos 11 y 29, toda la idea táctica de Brian Schmetzer había sido inutilizada. Tolo y Paulo se remitieron a la enfermería. Kelyn Rowe y Obed Vargas tardaron en entrar al ritmo.

Pumas aprovechó el desconcierto, pero sin provocarle grandes jaquecas al arquero Stefan Frei, quien al final del juego terminó con el saldo virgen y dos atajadas monumentales. Los universitarios tuvieron oportunidades de gol, pero entre la precipitación y la estoica marca del rival, terminó por cosechar muchos bufidos y ningún alarido. Tanto fue su empeño, pero escasa su puntería, que sólo hizo un disparo al arco en todo el partido.

Hablar del estado de la cancha, es una ociosidad en la búsqueda de excusas. De hecho, una de las lesiones de Seattle, la de Joao Paulo, se origina precisamente por las inclemencias del pasto sintético.

Sounders, por su parte, en el segundo tiempo, recuperó el control del partido. Aprovechó la imprecisión de Pumas, que, increíblemente, a pesar de tener jugadores muy técnicos, sufría para levantar balones de peligro al área del equipo estadunidense.

Seattle había firmado primero con Ruidíaz al 45, y el mismo peruano haría el segundo al ‘80, para que Nicolás Lodeiro sentenciara al ’88, un 3-0 que en las cifras mismas habla de humillación y dominio.

Pumas, que parecía destinado a quedarse como el perro de las dos tortas, en una, sin embargo, gallarda y generosa osadía, de querer ganar dos torneos simultáneamente, con un plantel reducido para semejante proeza, ahora deberá enfrentar el domingo por la noche a Chivas, dentro del Repechaje.

Llegará sin duda menguado anímicamente. Será labor titánica de Andrés Lillini y Miguel Mejía Barón, resucitar el espíritu Puma, para esa encerrona ante el Guadalajara.

Lo mejor de esta victoria histórica de Seattle Sounders y de la MLS es que obligará inevitablemente a los equipos mexicanos a asumir con mayor responsabilidad la siguiente versión de la Concachampions, y obligará también a la Liga MX a respetar a sus clubes y calendarizar sin abusos ni prejuicios, ni intereses mezquinos ni complejos, las siguientes competencias.

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LOS ÁNGELES -- Tres de los caciques del torneo, Pachuca, Tigres y Puebla, fueron zarandeados en la Jornada 17. El cuarto, el campeón Atlas, se mete como VIP, pero entre histeria y sudores (1-1 con UANL), a la Liguilla de manera directa.

El protagonismo de este Clausura 2022, es de los resucitados, de los renacidos. De esos que convirtieron en su código, la reflexión de Leonardo di Caprio en la cinta The Revenant (El Renacido): “Mientras tengas algo de aliento, respira. Respira y no dejes de hacerlo”. Desahuciados, más cerca de la autopsia que de la gloria, del cementerio que de la Liguilla, América y Guadalajara, siguieron respirando.

Ambos, Águilas y Chivas, se desangraron, pero sobrevivieron. Siguiendo con The Revenant y Di Caprio, comulgan una afinidad: “Ya no tengo miedo a morir, porque ya he muerto”.

A esa procesión de redivivos, puede agregarse la valerosa y gallarda resiliencia de Pumas, batallando en dos frentes: el torneo y la Concachampions, cuyo desenlace final lo libran este miércoles en el entrampado de Seattle, con su cancha artificial e inclemencia climática.

Y como premio o castigo del destino, dos de esos renacidos, de esos desenterrados, se enfrentan en el Repechaje: Chivas y Pumas, en el duelo más explosivo de la repesca. Recuérdese que la UNAM juega este miércoles en Seattle la Final de la Concachampions. Estaría jugando 9 partidos en 29 días.

Y cabrían ahí Mazatlán y Necaxa. De tristes buscapiés, volvieron a ser Rayos. A un pelotón de desechos tóxicos, el “Lamborjimmy” Lozano, los sanó emocional y futbolísticamente. Si bien cerró como ceniza de bengala ante Chivas, los Rayos habían dado anteriormente, felpas a favoritos al título como Tigres y Puebla.

liga mx repechaje liguilla clausura 2022
ESPNLiga MX repechaje y Liguilla del Clausura 2022.

Y mientras ya están hospedados en la zona de privilegio los cuatro que van a Liguilla directa (Pachuca, Tigres, Atlas y América), el Repechaje aún guarda las sorpresas propias de este aquelarre de fin de torneo, con equipos maltratados por su inconsistencia, como un Puebla que se desvaneció hasta el quinto sitio, o un Cruz Azul que perdió la Semifinal de Concachampions, y en la Liga, el otrora Shinkansen apenas pujó como trenecito de kermés.

Monterrey termina séptimo, con más fortuna que sabiduría del Ex Rey Midas, pero al menos Víctor Manuel Vucetich rescató el Ferrari que siempre corría en reversa con Javier Aguirre. La lista la complementa un San Luis amorfo, capaz de cercenar las rodillas de los gigantes, y después irse de bruces ante Don Nadies, como Juárez, Toluca y Querétaro.

El último vagón del trenecito de la mediocridad en el andén del Repechaje, lo ocupa Mazatlán, con 21 puntos de 51 posibles, para un 41 por ciento de efectividad. Pero, al final no está tan lejos de la desvergüenza de Pumas (43%) o Necaxa (45%). Sin embargo, la gestión de Gabriel Caballero, con el apoyo del Chaco Giménez y Gerardo Mascareño, redituó cuatro victorias consecutivas y el boleto de panzazo.

En medio de esa amenaza de un América que sumó seis victorias al hilo y tiene ocho juegos sin perder, y de un Guadalajara que recuperó la coherencia a tiempo, tras las extravagancias demenciales de Marcelo Michel Leaño, en los pent-house de la Liguilla, no todo es tranquilidad.

Pachuca cierra con un revés ante Pumas (2-0), pero donde se tirita de preocupación debe ser en Zuazua, en Tigres, con dos derrotas en los últimos tres partidos (América y Necaxa), y un empate in extremis ante el Atlas. Los otros dos tropezones de los felinos en el torneo se dieron ante Pachuca y Puebla, es decir, posibles rivales ya en fase de Semifinales.

Mientras tanto, el Puebla de Nicolás Larcamón, puntero algunas fechas, atiborrado de elogios, perdió cuatro de sus últimos nueve partidos, con dos empates, y apenas una victoria ante el infeliz (en todos sentidos) León, y fue desplazado por el América.

Por lo pronto el Repechaje entrega partidos entre el morbo y expectativas. La irregularidad que los ha marcador a estos equipos, no garantiza una certeza ni aún para la fauna truculenta de los apostadores.

1.- Puebla-Mazatlán. En la cumbre de los elogios y los mismos, el equipo de Larcamón se desplomó, hasta salir de la zona de Liguilla directa. Mientras tanto, la llegada de Gabriel Caballero al Kraken sacudió al equipo. Cuatro victorias y un empate le permitieron a los sinaloenses irrumpir en la repesca.

2.- Chivas-Pumas. Dos hijos de lo inesperado. La llegada de Ricardo Cadena, y el orden y sentido común impuestos, hizo funcionar al Guadalajara como no se le había visto en los últimos años. Cinco victorias al hilo. Pumas, en tanto, con ese vigor espiritual tan propio de sus cromosomas, sigue vivo a través de la limosna del Repechaje, y a media semana, disputará la Final de la Concachampions. Sin duda el mejor platillo del mediocre menú de postemporada.

3.- Monterrey-San Luis. Ambos son un homenaje a la inconsistencia. Los potosinos con Soares Jardine, fueron goleados este domingo por Santos, cuando tenían la oportunidad de ser locales en la repesca, con una victoria. Rayados, tras el engañoso despertar a la llegada de Vucetich, apenas ganó uno de sus últimos cuatro juegos… y ante Tijuana.

4.- Cruz Azul-Necaxa. La Máquina sólo ha ganado un juego de los últimos siete, y fue al nómada Querétaro. Los conflictos internos de la Cooperativa, y la sombra de Jaime Ordiales, podrían pesarles. El “Lamborjimmy” tropezó ante Chivas y tiene una nómina muy inferior a Cruz Azul. Aún así, no está muerto.

Visto así, parecería que, inevitablemente, el Repechaje es el Infierno de los soberbios y el Paraíso de los arrepentidos.

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LOS ÁNGELES -- Necaxa 0-1 Chivas. Ricardo Cadena no es un genio, pero, lo más importante es que no se siente un genio. Por eso, con cuatro victorias al hilo ha ridiculizado a sus antecesores.

1.- A Michel Leaño, el genio de la verborrea.

2.- Al Ex Rey Midas, el genio de las excentricidades tácticas.

3.- A Luis Fernando Tena, el genio de las trincheras.

Getty ImagesNadie puede cargarse el mérito de lo que hace el técnico Cadena con Chivas.

Prácticamente con los mismos jugadores que los tres mencionados predecesores, Ricardo Cadena simplificó el futbol del Guadalajara: presión, anticipación, orden, intensidad, solidaridad… y sentido común, ese que diría Jardiel Poncella, es el menos común de los sentidos.

Un principio básico: el futbolista –especialmente el mexicano--, debe jugar donde quiere, donde sabe, donde puede y donde debe. El futbol no es de algoritmos y de logaritmos, o de palabras huecas, dulces e inútiles. La esencia del futbol pertenece exclusivamente a la médula pasional del jugador.

El gol de la victoria de Chivas, refleja otro aspecto fundamental del cambio. Hoy, no se conforma, no recula, no renuncia, no claudica, no se descuida, no se desconcentra en los minutos finales del partido. Miguel Ponce, de relevo por el Chicote Calderón, sentencia al ’89 el veredicto con un cabezazo.

Recuérdese que con Víctor Manuel Vucetich y con Leaño, había susurros desde dentro del equipo, respecto a que los jugadores no entendían las indicaciones, algunas simplonas y otras extravagantes, por parte de sus técnicos. Ellos querían un balón y les lanzaban un Cubo de Rubik.

Ahí quedará la duda: ¿o son futbolistas cortos de entendederas o de plano los vicios avejentados del Ex Rey Midas y los jeroglíficos verbales de Leaño terminaban por confundir al jugador? Ciertamente, sólo estando dentro puede darse un diagnóstico correcto.

Por lo pronto, el Guadalajara no sólo le pone freno a la euforia necaxista y le desviela el 'Lamborjimmy' a Lozano, quien llegaba a este partido con tres victorias al hilo (San Luis, Tigres y Puebla), sino que ahora espera que no ocurran carambolas improbables en el resto de la Jornada 17 y asegurar así la localía en el Repechaje. Hasta puede anhelar que Tigres golee al Atlas y esperar otros absurdos en esta fecha.

El trámite fue parejo, aunque, ciertamente, la figura de Chivas fue el arquero. Miguel Jiménez tuvo un par de lances descomunales desviando disparos que buscaban alojarse en las comisuras de su portería.

Ricardo Cadena mantiene la línea de cinco, con jugadores de fuelle, devoción y rabia en la recuperación de la pelota. Ya no se trata de calidad, sino de cantidad, pero con compromiso. Insisto, el interino y su sentido de la simplicidad, que no la ordinariez, rebasa con mucho a los galones de Tena y Vucetich, y terminó inmune a la doctrina de la retórica de kermés de Leaño.

Necesario reiterar el impacto de un factor externo en este nuevo Chivas. Ya se dijo que así como fue detestable y reprobable la forma en que los fanáticos rojiblancos fueron a irrumpir en el hotel en la Ciudad de México, el percance, sin duda, ayudó a que los jugadores entendieran la dimensión de sus pecados y de sus responsabilidades.

Sin duda, esa turba, iracunda, desesperada, crispada y herida de burlas de otras aficiones terminó siendo el mejor respaldo de Cadena y su gestión. Asustados, contritos, nerviosos, los jugadores entendieron que las alas del interino eran el único refugio.

Ya se ha dicho que nadie puede hacer caravana con sombrero ajeno. Nadie puede cargarse el mérito de lo que hace Cadena. Nadie, ni Ricardo Peláez, ni mucho menos Amaury Vergara.

Demostrado está que mientras se le ungía como interino, la directiva buscaba desesperadamente a un entrenador 'de a de veras', que pudiera anunciar como el técnico definitivo. Buscaba un tipo con marquesinas, con página en Wikipedia y que embetunara el puesto con un tonito sudamericano. Afortunadamente para Chivas, la incompetencia de sus antropopitecos administradores no encontró a nadie.

Ciertamente, la victoria no fue fácil, aunque, sin duda, más accidentada que accidental, en un partido en el que el VAR obligaba a rectificaciones, desde anulando goles a desistimientos en tarjetas rojas. El triunfo pudo ser para cualquiera. La persistencia, el remate de Ponce y las acrobacias de Jiménez marcaron la diferencia.

Necaxa sufre por un descuido en la marca. Un instante de desconcentración y Ponce trepa la cuarta victoria al marcador. Pero, los Rayos, con un cuadro armado con desechos tóxicos de otros equipos, esperanzado a que Rodrigo Aguirre marque la diferencia, confirman que serán una migraña en el Repechaje.

Aunque sería una crueldad evocar aquello de “cría cuervos y te sacarán los ojos”, pero mientras Marcelo Michel Leaño le cerró las puertas de Chivas a ex figuras del Guadalajara, ha resultado que aquel a quien decidió adoptar como su hijo putativo, el mismísimo Cadena, ha terminado por ser quien llegó a limpiar el estercolero que aquél dejó en El Rebaño.

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LOS ÁNGELES -- Había dos desahuciados que emergieron del milagro, la noche fría y lluviosa del miércoles en el Estadio Olímpico Universitario. Uno: Juan Ignacio Dinenno, por una lesión. Otro: Seattle Sounders FC. 2-2, el suspenso tiene una gala el próximo miércoles.

En diez minutos (‘38 y ‘48), Dinenno había finiquitado y embalsamado a Seattle: 2-0. La noche primaveral de Pumas, sin embargo, terminaría en un aciago invierno en el otoño del juego: Nicolás Lodeiro, al minuto 100, hizo su segundo de la noche.

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Imago 7

La Concachampions se había engalanado de azul y oro. Seattle parecía condenado. Pumas certificaba con el 2-0 aquello de “Por mi Raza hablará el espíritu”. Pero, si de lemas se trata, el de Seattle, el del estado de Washington, tiene lo suyo: “Alki”, palabra de la nación Chinook, que significa “te veré de nuevo” o “esperanza futura”.

Entre el 5 de abril y el 4 de mayo, Pumas estará disputando nueve juegos. Prácticamente un partido cada tres días. De esos, sólo ha ganado dos: a Cruz Azul en la Semifinal de la Champions y al nuevo patiño del Ex Rey Midas: Monterrey.

Como sea, semejante ajetreo, para una plantilla reducida, estreñida y constreñida, por más que la raza puma quiera arengar al espíritu, o que el espíritu puma quiera arengar a la raza, el traqueteo es excesivo. La voluntad a veces rebasa al músculo y a los pulmones. Pero hay un límite. Pumas se estampó con el suyo, la noche de este miércoles.

Los universitarios de Andrés Lillini tienen dos juegos determinantes. O enaltecen una proeza, o, coloquialmente, se quedan como el perro de las dos tortas.

Este fin de semana, los Pumas enfrentan a Pachuca, amo y señor del torneo, para buscar un sitio en el ignominioso purgatorio del Repechaje. El próximo miércoles con lluvia y frío, nuevamente, visitan a Seattle, y su estruendosa trinchera, con esa vorágine de 72 mil gargantas y cancha artificial. ¿”Por mi Raza...”?

Y mientras la Liga MX ha abandonado, abandona y abandonará a los equipos mexicanos a su suerte, la MLS mima a Seattle. Este fin de semana descansa, se recupera, se concentra púnicamente y únicamente en darle a la liga, a la historia, y a la rivalidad entre los balompiés de México y Estados Unidos, una coquetona medalla de la Concacaf, que, ciertamente, no sirve para más allá de ir como chambelán, como pajecito, al Mundial de Clubes.

Entiéndase, y trataré de describírselo. Para la MLS vencer a un equipo mexicano en una Final de Concachampions, es, absolutamente, la mayor victoria de su historia. Hablo de ligas, de torneos. Nada tiene que ver con el territorio de selecciones nacionales. Ahí, baste recordarlo, en 2021, Estados Unidos puso de rodillas tres veces al Tri-tanic de Gerardo Martino.

Pero, así como Sounders no estaba muerto en el desenlace ante Pumas, tampoco los universitarios viajarán a Seattle con el acta de defunción en la bolsa, sino con la solvencia histórica de las grandes remontadas, aunque, cierto, esas se escriben principalmente ante su domesticado Cruz Azul.

Así, mientras la Liga MX hace sus calendarios bajo la tutela farisea de las televisoras, y la MLS respeta los proyectos deportivos, Pumas, deberá decidir si se envalentona para buscar el Repechaje ante el intratable Pachuca, o sólo se concentra en recuperar a sus agobiados guerreros, para la vuelta ante Seattle.

Claro, si se sirve un banquete con ambas sopas, Andrés Lillini recibirá el Honoris Causa de la UNAM, pero si fracasa en ambas cruzadas, le quedará el estigma histórico de ser el primer equipo mexicano que permite que la MLS se le trepe a las barbas a la Liga MX. Sería un ‘Horroris Causa’.

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LOS ÁNGELES — Marcelo Flores hila fantasías de día. Gerardo Martino las deshila de noche. El atacante del Ársenal espera el llamado a Qatar. El Tata, le advierte, sin hablar con él, que no puede poner condiciones.

Queda claro, en la estática, en la interferencia sonora, en el ruido que genera esta torcida comunicación a tres bandas, que es el modelo perfecto de la imperfección para comunicarse. Una distorsión absoluta del mensaje. Una confusión de chismorreo. Parloteo de vecindad.

Marcelo Flores quiere estar en Catar 2022. Lo deja claro, si no es con México podría ser con Canadá. Es obvio que ha elegido al Tri. Está convocado para enfrentar este miércoles por la noche a Guatemala, uno de esos juegos moleros, apéndices indeseables de la forma en que SUM tiene esclavizado, con muy buena marmaja, al Tri.

“Canadá también quiere (convocarlo), pero si México me llama al Mundial, sí, ahí es donde quiero estar", ha explicado el jugador nacido en Ontario, Canadá.

La interpretación que da Martino a la aseveración de Flores, es totalmente sesgada. El jugador no ha dado un ultimátum, ha respondido una pregunta.

De verdad, ¿el Tata se ofusca con el escenario? ¿Será posible que un tipo en la ruta a los 60 años, se irrite, se incomode, se exaspere por una respuesta específica a una pregunta ambigua, hecha a un muchacho de 18 años?

Ojo, el mismo Marcelo Flores revela que el tema de su presencia en el Tri, NO lo ha platicado con Gerardo Martino. Es decir, el técnico argentino ni siquiera ha tratado de conocer al futbolista y sus inquietudes, sus sueños, sus pretensiones. No tiene que prometerle nada, pero

tiene la obligación, sin duda, de conocer al ser humano detrás del atleta profesional. Después de todo, insisto, tiene 18 años.

Por el contrario, Martino ha sido implacable como si hablara de un deportista maduro y con recorrido. “Nosotros no tenemos que ofrecerle nada a los futbolistas. Son los futbolistas los que le tienen que ofrecer a la selección y dentro de lo que le tienen que ofrecer es el aspecto futbolístico y las ganas de pertenecer. Si no tienen ganas de pertenecer (…) no tiene sentido. Nosotros no estamos acá para ofrecerle cosas a los futbolistas. Son los futbolistas los que le tienen que ofrecer cosas a un país poniéndose la camiseta y representándolo, sobre todo con la camiseta”.

Obviamente, es un magnífico ejemplo del teléfono descompuesto. Marcelo explica su postura a pregunta específica. Martino responde a una pregunta que ya es una interpretación de la respuesta original de Marcelo, pero no es la respuesta original. Marshall McLuhan lo explica bajo una teoría profunda en “El Medio es el Mensaje”

Entiéndase que el delantero del Arsenal, no es Pelé ni es Maradona, para cambiar el destino de la selección mexicana. Es un futbolista con virtudes, actitudes y aptitudes que lo hacen apetecible dentro de un grupo competitivo.

Es decir, en un país donde las grandes referencias son Hugo Sánchez y Rafa Márquez, por su recorrido internacional, cualquier futbolista por encima de la media, no puede ser menospreciado.

En la conferencia de prensa de este martes, cuando Gerardo Martino pudo simplemente comprometerse a hablar con el impetuoso canadiense hijo de mexicanos, para evitar esa barrera ruidosa, esa distorsión del mensaje, pareció más propenso a darle un portazo en la nariz, que a la diplomacia y simpleza de un telefonazo.

Insisto: Marcelo Flores no va a hacer campeón del mundo a México, pero cuando escasean los buenos jugadores, se debe tratar de reclutarlos.

Con lo que ha mostrado entre los 17 y 18 años, en selecciones nacionales, enfrentando a jugadores Sub 20, es evidente que tiene más futuro, que el presente lastimero de otros seleccionados, como Uriel Antuna, Héctor Herrera (próximo a jubilarse en la MLS), Henry Martín, Rogelio Funes Mori, José Juan Macías, y agregue una decena más.

Es evidente que si el Ársenal de la Liga Premier lo ha convocado, sin debutarlo en la Premier League, algo atesorará el jugador para quererle poner a prueba en la mejor Liga del mundo.

Ahí, es cuando los supuestos directivos de selecciones nacionales, y el mismo Yon de Luisa, deberían sentarse a cuestionar a Martino. Vaya, si ya le han manoseado las alineaciones, las convocatorias y las logísticas, ¿por qué no hacerlo por una buena causa? ¿Por qué ante Guatemala, Martino no llamó a la base americanista que sí tenía disponible? Claro, se lo sugirieron. ¿Ahora resulta que sí quiere observar a jugadores de Pachuca que tanto tiempo desdeñó y menosprecio, y han mostrado un excelente nivel en la Liga Mx? Entonces, si quiere observar nuevos talentos, ¿qué hacen en la convocatoria Sebastián Córdova, Roberto Alvarado y Jesús Angulo, a los que ya ha citado?

Ojo: no se trata de que a partir de ahora, la selección mexicana la conformen Marcelo Flores y diez más. Ni remotamente. Se trata, sin embargo, de llevar a un jugador joven y talentoso a encarar los asombros, las maravillas, los momentos bravos y felices, de una Copa del Mundo. Madurez, le dicen.

Recuérdese, además, que en México siempre hay una o dos plazas de desperdicio, para llevar jugadores a la Copa del Mundo.

1.- ¿O ya se olvidó cómo Alberto García Aspe y Luis Hernández fueron a la Copa del Mundo 2002, y quedaron fuera Tato Noriega y Claudio Suárez?

2.- O a Ricardo LaVolpe llevando a su yerno a cuidar los nietos, cuando esa experiencia la merecían Carlos Vela o Giovani dos Santos, en una vivencia que tal vez habría dado mayores beneficios a su carrera. Ya lo de Cuauhtémoc Blanco, fue un capricho hormonal del argentino.

3.- Javier Aguirre, como ocho años antes, se entercó con el Bofo Bautista, y bajó de la caravana a un entonces prometedor Jonathan dos Santos.

4.- Juan Carlos Osorio aceptó que le agregaran a la lista a Marco Fabián de la Mora, Giovani dos Santos y Oribe Peralta, a sabiendas de que ninguno de ellos, salvo emergencia, sería utilizable.

Entonces, si al final la selección mexicana sólo sirve para satisfacer caprichos de patrocinadores, promotores, directivos, clubes y familiares, de cara a la Copa del Mundo, porqué al menos, por una vez, no aprovechar, a futuro, esos cupos. Recuérdese que para el Mundial de Qatar se dispondrá de 26 espacios para jugadores, por delegación.

Pero, parece que Martino prefiere jugar al teléfono descompuesto, esperar una visceral opinión de su caballerango Jorge Theiler, antes que, al menos, por rescatar a un jugador ilusionado, dialogar con Marcelo Flores y conocer qué hay detrás del futbolista, en las entrañas estrictamente, del ser humano.

Si es por el costo de la llamada, que tema le mengüe su salario multimillonario, bien puede conseguir tarjetas prepagadas de cortesía con el patrocinador de la selección mexicana. O total, que llame por cobrar.

Y por otro lado, recuérdese la larga lista de vetados de Gerardo Martino en este proceso mundialista. Tiene más inquilinos en esa lista negra, que decentes actuaciones del Tri en el Octagonal. Una respuesta que él considere inadecuada, basta para tachar el nombre en rojo.

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LOS ÁNGELES — Los Interinos. Así, con mayúsculas. Para asombro general, han pasado de ser una pieza hechiza de refacción, un parche mal puesto, un curita para una hemorragia de histeria, un barco de papel en medio de un tsunami, han pasado de ser eso, a inesperados mesías. Los Interinos, así, con mayúsculas.

Bomberos. Rescatistas. Héroes accidentales. Salvavidas en los naufragios de los Titanics de Coapa y Verde Valle. Fernando Ortiz y Ricardo Cadena, emergieron de las sombras. El primero suma seis victorias al hilo, y el segundo tres.

Recibieron, en un acto de desesperación, más que de fe, a dos equipos embalsamados de fracaso, burlas y resignación. Hoy, ambos, América y Chivas, si esas carambolas extrañas del futbol los bendicen, aspiran incluso a la zona VIP de la Liguilla de manera directa. “Los muertos que vos matasteis, gozan de cabal salud”, podrían citar ambos a Zorrilla y su Don Juan.

Recibieron despojos. Ambos, Ortiz y Cadena. Se trataba de sobrevivir, de salir de la zona lúgubre y bochornosa del fondo de la tabla. Nadie les pidió milagros, acaso, solamente, ayudar a los equipos a bien morir, con dignidad. Que nadie escupiera sobre sus tumbas.

Sin embargo, los dos clubes más populares de México, dejaron el rosario, los cirios y los responsos, por armas afiladas para la batalla. Tragaban aire como pez con asma, y hoy inflan los pulmones para la arenga de una proeza.

Nadie, absolutamente nadie, puede adjudicarse la paternidad de lo inesperado. Ni Santiago Baños ni Ricardo Peláez pueden salir a una tribuna y decir que todo estaba fríamente calculado. O que “no contaban con mi astucia”.

Ellos, ambos, Peláez y Baños, menos que nadie, porque mientras ungían y urgían a Los Interinos (así, con mayúsculas) con resignación, marcaban números de teléfonos con más histeria y desesperación que una operadora de telemarketing, en busca de un sustituto, pero uno de a de veras, uno con cartel, agujerado o no, pero con cartel.

Nadie puede sentirse padrino de Los Interinos. Porque les entregaron la cruz, la cachucha y el silbato, con fecha de caducidad inmediata. Nadie, pues, que se presente como padre de estas ‘creaturas’ y de estas criaturas. Nadie, nunca nadie.

Ciertamente, fueron desafíos diferentes. Sin embargo, igual de colosales. Eran equipos más cerca de los Santos Óleos que de las hazañas. Los himnos festivos de ambos equipos habían sido silenciados por la marcha fúnebre de Chopin.

1.- América había tenido dos torneos dominantes en 2021. Se erguía aún en Coapa, la sombra del Indiecito. Santiago Solari era el gran reto para el Tano Ortiz. Había mucho que revertir: un estilo ratonero, una afición que había sido ahuyentada, y que el mítico #ÓdiameMás, había pasado de ser lisonjero, a limosnero.

2.- Con Ricardo Cadena, era diferente. Heredaba el caos. El Flautista de Hamelín había engatusado a la Nación Chiva, y a las dos supuestas cabezas pensantes: Peláez y Amaury Vergara. Un discurso plagiado de los anales de la verborrea futbolera, eran el catecismo de un sacristán apócrifo como Marcelo Michel Leaño. ¿El gran reto de Cadena? Acabar con la confusión, e imponer mesura.

Los Interinos, Ortiz y Cadena, sólo tienen un pasado en común: fueron jugadores de medio pelo, defensores burdos, futbolistas de pie e ideas limitadas. Por supuesto que no se puede considerar un agravante o descalificarlos por ello. No serán ni los primeros ni los últimos que maltrataron la pelota, pero dignificaron el pizarrón. Hay más picapiedras levantando trofeos como entrenadores, que divos de la pelota.

¿Cuál es el secreto de Los Interinos, de estos interinos? Parecería, desde fuera, una labor titánica. Un acto de magia con doctorado en el Colegio Hogwarts, y Harry Potter de tutor. O tal vez, algo tan simple, como poner orden, en medio del caos. Porque el jugador, nunca deja de ser jugador, aun cuando ascienda al patíbulo de los directores técnicos. Mientras más jugador se es, mejor entrenador se puede ser.

Fernando Ortiz tuvo la fortuna de recuperar a jugadores que con Solari rengueaban, moral y futbolísticamente. Rompió la segmentación y segregación impuesta por El Indiecito. La barcaza de Coapa no necesitaba de almirantes, sino de todos los marineros. Solari agobiaba cabecitas atormentadas, y El Tano les ha impuesto responsabilidades.

Lo primero fue ajustar el embudo. Con Ortiz, el equipo recuperó la marca, el orden, la presión todo terreno, y sus defensas dejaron de aparecer como payasos de comedia ajena y tragedia propia. Fraccionó de manera eficiente las zonas de recorrido. El futbolista se agota menos y genera más. Y los convenció de que juegan para el equipo más ganador de México.

Ricardo Cadena debió meterse a la ratonera. Encontró a roedores desconfiados, temerosos, desesperados. Necesitaban un guía, y no palabras huecas, tan huecas como las galletitas chinas, de donde Leaño sacaba sus mensajes. El Interino escapó con sus futbolistas del mundo alucinógeno de Marcelo Michel en el País de las Maravillas. La Oruga Azul y su narguile, quedaban atrás.

Cadena recibió ayuda externa, oportuna, indeseable e indeseada, pero detonante. La aparición de la porra de Chivas, irrumpiendo deleznablemente en el hotel de concentración en la Ciudad de México, terminó llevando el mensaje urgente que necesitaba. Retomó la línea de cinco, bajo el lema tan mexicano de “no somos machos, pero somos muchos”, al que debes apelar cuando no tienes grandes defensas, eliges, muchos defensas.

Y regresó a los jugadores a donde debían, querían y podían jugar. Christian Calderón volvió a ser el Chicote. Jesús Angulo volvió a ser el Canelo. Roberto Alvarado dejó de ser un piojoso refuerzo. Fernando Beltrán ratificó su calidad, provocándole cólicos al Ex Rey Midas, quien lo segregó. Y Alexis Vega, bien vale, por fin, un brindis de vodka adulterado con tamarindo.

Ciertamente, la tarea de Los Interinos, no ha concluido. América y Ortiz aún pueden ornamentar su resurrección ante Cruz Azul, venido a menos, gracias a que desde la llegada de Jaime Ordiales, el equipo duerme con el enemigo.

Por su parte, Cadena, tiene enfrente a un contemporáneo: Jaime Lozano, quien con tres victorias al hilo (San Luis, Tigres y Puebla), podría, en el caso de demenciales combinaciones de resultados, atreverse también hasta a ese cuarto puesto, aún en manos de un testaferro.

Por lo pronto, Los Interinos (así, con mayúsculas), se convierten en una nueva especie en el futbol mexicano. Pero, como todos los entrenadores, su vida será tan prolongada o efímera, como los resultados mismos, y como los miedos de sus directivos, a perder su propia chamba.

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