MÉXICO -- Los Minnesota Vikings visitan a los Denver Broncos con la encomienda de propinarles su primera derrota de la temporada y reducir el número de invictos que están en la NFL.

Aquí hay tres tramas a seguir en el encuentro:

Adrian Peterson
AP PhotoPeterson es el líder corredor de la NFL actualmente

Juego de números. Denver es la ofensiva N° 12 de la NFL con 24.7 puntos anotados por partido (empatados con los Seattle Seahawks), mientras que Minnesota está colocado en el sitio N° 19 con 20 puntos anotados por juego (empatados con los New Orleans Saints).

La diferencia es todavía menor al otro lado del balón.

Los Broncos son la defensiva N° 3 de la liga, admitiendo 16.3 puntos por juego (empatados con los Arizona Cardinals), mientras los Vikings están inmediatamente abajo en el N° 5, permitiendo 16.7 puntos por encuentro.

Me parece que lo prudente será esperar un marcador bajo en Mile High.

¿El más valioso? Después del primer mes de la campaña, nadie me ha impresionado más semana tras semana del lado defensivo del balón que DeMarcus Ware. Sus 3.5 capturas en lo que va de la campaña lo tienen empatado en 2o. Lugar de la NFL con otros tres jugadores detrás del líder momentáneo, Jacquies Smith de los Tampa Bay Buccaneers con 4.0, pero más allá de los derribos de mariscal de campo consumados, Ware ha estado encima de los pasadores rivales constantemente, incomodando en todas las situaciones de pase. Ware es segundo entre jugadores activos en capturas de por vida, pero su nivel se nota mucho más alto que el jugador al que persigue, el más reciente miembro de los Carolina Panthers, Jared Allen.

De vuelta en la élite. Después de una temporada perdida por situaciones legales fuera del campo, y de un inicio aletargado en el "Monday Night Football" de la Semana 1, podemos decir sin temor a equivocarnos que Adrian Peterson está de regreso.

Peterson acumula 260 yardas terrestres en sus últimos dos compromisos, con dos touchdowns, y está claro que Minny recuperó la confianza en su mejor elemento ofensivo después de una jornada inaugural en que lo olvidaron en la segunda mitad. Peterson es líder en la NFL con 291 yardas por partido, y por si fuera poco, también tiene el mejor promedio de yardas por acarreo, con una ganancia de 4.9 cada vez que le entregan el ovoide.

Mientras Minnesota alimente a Peterson con acarreos, los Vikings tendrán oportunidad de ganarle a quien sea.

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MÉXICO -- Los Minnesota Vikings y Pittsburgh Steelers dan la patada inicial a la pretemporada de la NFL con el Clásico del Salón de la Fama. Aquí hay tres puntos a seguir en el encuentro:

DeAngelo Williams
AP PhotoWilliams será el protagonista del backfield al inicio de la campaña

Juego terrestre de los Steelers
Pittsburgh arrancará la temporada sin Le'Veon Bell, su corredor titular, luego de que se fuera suspendido para los dos primeros partidos por la NFL. DeAngelo Williams deberá ser quien tome el papel protagónico en el backfield de los Steelers para los primeros dos encuentros, pero será interesante ver cómo puede ser la rotación de corredores en la pretemporada, pensando en la preparación del arranque de la campaña regular sin Bell, a quien muchos consideran como un sólido candidato para terminar como líder corredor en el 2015. Dri Archer, Josh Harris, Cameron Stingily y Jawon Chisholm tendrán la oportunidad en Canton de impresionar para ganar minutos de juego cuando arranque la temporada regular y, quizás, ganarse un papel regular en el ataque.

Juego terrestre de los Vikings
Adrian Peterson se perdió la campaña pasada en medio de un escándalo extradeportivo, y la temporada baja de Minnesota estuvo caracterizada por el pleito entre Peterson y la directiva, el cual finalmente parece haberse solucionado de forma definitiva con una reestructuración contractual. El mariscal de campo Teddy Bridgewater mostró cosas interesantes el año pasado sin un backfield dominante. El modo en que los Vikings usen a Peterson será crítico para el desarrollo de Bridgewater, y podríamos ver las primeras pistas de cómo pueden acoplarse corredor y pasador en la ofensiva de Minny.

Promesas pendientes
Sharrif Floyd, Xavier Rhodes y Cordarrelle Patterson han tenido destellos en Minnesota, pero ninguno de ellos se ha consolidado luego de ser reclutados en la primera ronda del draft del 2013. Lo mismo va para Jarvis Jones de los Steelers, quien apenas lleva tres capturas de mariscal de campo en dos temporadas. La temporada del 2015 será de confirmación para los cuatro reclutas de primera ronda, ya sea de modo positivo o negativo, y en la pretemporada esperamos ver si existe progreso en sus respectivos juegos.

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Marcus MariotaGetty ImagesMarcus Mariota podría irse tan alto como el puesto N° 2 global, aunque no sabemos a donde.

MÉXICO -- Nada mejor para acabar con los mock drafts de los analistas de la NFL que el primer canje en el orden de selecciones.

A poco más de dos semanas de que arranque la primera vuelta del Draft 2015, aquí hay siete intercambios potenciales que podrían ayudar a configurar el próximo sorteo:

Selección N° 2 global. Actualmente, la segunda selección del sorteo pertenece a los Tennessee Titans, pero este es un buen sitio para pronosticar el primer intercambio del sorteo. En semanas recientes, los Titans han puesto especial atención a los mariscales de campo Jameis Winston y Marcus Mariota, pese a que se espera ampliamente que los Tampa Bay Buccaneers se lleven a Winston primero global, y que los Titans arrancaron la temporada baja expresando en reiteradas ocasiones su confianza en Zach Mettenberger. El objetivo podría tratar de inflar los bonos de draft de Mariota, invitando a cualquier equipo interesado en el pasador de Oregon a sentarse a negociar con Tennessee. ¿Cuánto vale la segunda selección global? De acuerdo a la tradicional tabla de valores de canje ideada por Jimmy Johnson --que se sigue usando en mayor o menor medida como referencia--, la selección de los Titans vale 2,600 puntos. Para que nos demos una idea de lo que costaría en términos de activos de draft subir hasta esa posición, tomemos en cuenta que se requeriría más a o menos el mismo número de selecciones para subir del sitio N° 31 global del draft al N° 6 (un salto de unos 1,000 puntos), que de la selección N° 6 a la N° 2.

Jay Cutler. No son pocas las versiones que aseguran el interés serio por el mariscal de campo Mariota en Chicago, y los Bears podrían ofrecer a su actual mariscal de campo como moneda de canje, aunado a un paquete de selecciones que incluiría la N° 6 global. Cutler acarrea un costo elevado. Está por cobrar un salario base de 15.5 millones de dólares para el 2015, y de 16 millones de dólares para el 2016. Sin embargo, los podrían estar interesados en un mariscal de campo veterano sólo para un par de campañas, en lo que termina de pulirse Mettenberger o hasta que vean en la primera ronda a un mariscal de campo que los convenza más, pensando en la posibilidad de Connor Cook o Christian Hackenberg para el año que viene. Bajar del segundo escalón hasta el séptimo no es tan grave para los Titans, quienes todavía podrían encontrarse a un prospecto del Top-10 para su línea defensiva. La selección N° 7 global, en poder de Chicago, tiene un valor aproximado de 1,500 puntos según la tabla de valor de selecciones.

La selección N° 8 global. De la segunda selección global a la novena selección global, hay ocho equipos a los que les urge, en mayor o menor grado, ayuda en el departamento de la presión sobre los mariscales de campo. Los Falcons, sentados en el N° 8, son uno de esos equipos. Descontando a Leonard Williams, quien proyecta como tackle defensivo en sistema 4-3, o ala defensiva en sistema 3-4, hay cuatro prospectos que podrían proyectar como cazadores de mariscales de campo del Top-10 del draft, ya sea como apoyadores externos en sistema 3-4, o ala defensiva en esquema 4-3: Dante Fowler Jr. de Florida, Vic Beasley de Clemson, Shane Ray de Missouri y Randy Gregory de Nebraska. Fowler se ve a sí mismo en Jacksonville como tercer recluta global. Williams es proyectado ampliamente para irse a Tennessee segundo global, o a Oakland como cuarto global. Los Redskins podrían tomar a otro de esos prospectos en el lugar N° 5. Si los Falcons ven que llega el turno de elegir de los Jets y sólo queda uno de los defensivos a quien podrían codiciar, podrían sentir desesperación por saltar dos escalones a esa selección de los Jets, o quizás incluso tres hasta el escalón de los Redskins. Lo mejor que le puede pasar a Atlanta si están determinados a salir con uno de esos prospectos defensivos es que al menos uno de los dos receptores abiertos que se asoman como potenciales selecciones del Top-10, Kevin White o Amari Cooper, se vaya antes de que elijan los Jets.

DeVante Parker
Getty ImagesParker pinta para irse antes del punto de medio de primera ronda

Las selecciones N° 12 y N° 19 globales. Los Browns son uno de dos equipos que llega a la primera ronda con dos turnos, gracias al canje del año pasado con los Buffalo Bills. Además, están desesperados por un mariscal de campo. Múltiples reportes mediáticos indican que buscaron adquirir en canje a Kirk Cousins y a Sam Bradford en las últimas semanas. De hecho, hay versiones que aseguran que Cleveland ofreció su selección N° 19 por Bradford a los St. Louis Rams --quienes lo prefirieron negociar a los Philadelphia Eagles mediante un paquete de selecciones y el mariscal de campo Nick Foles-- y que más tarde habría ofrecido esa misma selección a los Eagles por Bradford. Otros reportes indican que Johnny Manziel habría sido ofrecido, también, como parte del trato, aunque esta última versión fue desmentida por Jeremy Fowler de ESPN.com. En cualquier caso, los Browns se han delatado como un club desesperado por un mariscal de campo, y trepar la escalera hasta un sitio sonde puedan acceder a Mariota podría costar ese par de selecciones de primera ronda, cuyo valor conjunto es de unos 2,075 puntos según la clásica tabla de valores de selecciones. Por otro lado, los Browns podrían estar interesados en otro canje que no incluya a un prospecto de mariscal de campo. Hay tres receptores abiertos que están por encima del resto en la camada de este año: Cooper, White y DeVante Parker. Si Cooper y White se van entre las primeras seis o siete selecciones, un equipo desesperado por incrementar su arsenal aéreo como Cleveland --que estará sin Josh Gordon por suspensión de todo el año, ni Jordan Cameron, quien emigró a Miami Dolphins-- podría escalar algunas posiciones para asegurarse de no perder a Parker.

Philip Rivers. Incluso por encima de Cutler, Rivers es el más mencionado en rumores previos al draft como posible moneda de cambio para poder ascender en el orden para ir por Mariota. El mariscal de campo de los San Diego Chargers está por iniciar su último año de contrato, a cambio de un salario de 15.75 millones de dólares. Versiones mediáticas han informado que no se sentará a charlar sobre un nuevo acuerdo hasta que culmine la campaña y que no le emociona demasiado la posibilidad de que el equipo se mude a Los Ángeles. Eso abre la puerta a suponer que podría ser el último año de Rivers con el equipo. San Diego, en busca de un sustituto podría intentar canjear a Rivers para obtener algo de regreso en lugar de dejarlo caminar en la agencia libre, sin recompensa, el año que viene. La selección N° 17 de la primera ronda de los Chargers tiene un valor de 950 puntos. Sin embargo, Rivers compensa el resto de la distancia, especialmente si logra acordar un contrato a largo plazo con su potencial nuevo equipo, mientras que san diego podría quedarse con Mariota. Regresando al escenario de un posible canje con los Titans, hay que recordar que el entrenador en jefe de Tennessee, Ken Whisenhunt, fue coordinador ofensivo de Rivers en el 2013.

Sam Bradford. Aunque Chip Kelly ha negado la posibilidad de ejecutar un canje que les permita subir para reclutar a su ex mariscal de campo de Oregon, Mariota, hay quienes creen que los Eagles todavía podrían ser protagonistas. Por una parte, los Browns mostraron todavía tener interés en Bradford, y con al menos dos selecciones de primera ronda, el costo ya no parecería ser tan pesado para subir desde el sitio N° 20 hasta un lugar donde Mariota esté al alcance, sobre todo si Mariota no se va en el N° 2 global y empieza a resbalar. Por el otro lado, sería extraño que Bradford hubiera tenido voz dentro de la organización para adquirir a DeMarco Murray, su ex compañero colegial en Oklahoma, para ser traspasado a otro equipo sin vestirse de verde. Por último, Kelly no mostró muchas tablas a la hora de enviar en canje a LeSean Mccoy a los Buffalo Bills por Kiko Alonso. McCoy es un jugador infinitamente superior a Alonso, y sobre todo, un corredor que ha demostrado ser parte de la élite de la liga. Kelly debió haber pedido al menos una selección de ronda media adicional como parte de ese pacto.

Adrian Peterson
Getty ImagesPeterson simplemente no quiere jugar más para los Vikings

Adrian Peterson. El corredor ha dejado en claro, a través de su agente, que no desea continuar su relación laboral con los Minnesota Vikings. Hace un año, antes de que se diera a conocer el incidente por el cual se le acuso por abuso infantil tras golpear a su hijo de cuatro años con una vara, advertí que podría tratarse de la última temporada de Peterson en Minnesota, señalando su salario base de 12.75 millones de dólares para el 2015, y el hecho de que cortarlo representaría solamente un cargo de dinero muerto contra el tope salarial de 2.4 millones de dólares. Para el 2016, su salario saltaría 14.75 millones de dólares y cortarlo ya no representaría ningún cargo por dinero muerto. A eso hay que sumarle el hecho de que tiene 30 años, la edad en la que tradicionalmente los corredores pierden gasolina, incluso los de élite. Desde la perspectiva de Peterson, el argumento es que el equipo no mostró un respaldo hacia el jugador durante una época difícil, pero también podría haber otros factores. Minny está en medio de un proceso de reconstrucción, y Peterson sabe que no le quedan muchos años de vida útil en la NFL. Quizás empieza a escuchar el tic-tac de ese reloj en su cabeza. Peterson manifestó en la pasada temporada baja --nuevamente, antes de sus problemas legales-- un deseo por jugar para los Dallas Cowboys, estando bajo contrato con los Vikes. Por si fuera poco, mientras Peterson estuvo alejado de la NFL, tuvo la oportunidad de ver a la línea ofensiva de Dallas convertir a un corredor con un historial de poca durabilidad en el líder corredor de la liga con Murray, quien emigró a Philly. Los Cowboys estuvieron cerca de acceder al Juego de Campeonato de la NFC, y un buen ataque terrestre podría asegurar que vuelvan a ser protagonistas de postemporada. Los Cowboys cuentan con la selección N° 27 de la primera ronda, pero si se diera este traspaso, Dallas sabría que estaría adquiriendo a Peterson solamente como solución a corto plazo. Los Cowboys todavía tienen que moverle a los números de su nómina para que sea posible, pero de todos los posibles canjes que hemos enlistado, este podría tener más sentido para los tres involucrados: Vikings, Cowboys, y Peterson. Los Arizona Cardinals, con la selección N° 24 global, también podrían estar interesados en el corredor.

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MÉXICO -- La primera impresión podría ser que a los Minnesota Vikings les tembló la mano.

Después de desactivar a Adrian Peterson un encuentro, el de la Semana 2 ante los New England Patriots, los propietarios de la franquicia han anunciado que el corredor estelar se reintegra al trabajo con el club y que jugará el encuentro de la Semana 3.

"La decisión de hoy se tomó después de mucho pensamiento, discusión y consideración. Como quedó en evidencia por nuestra decisión de desactivar a Adrian del encuentro de ayer, claramente se trata de un tema muy importante", expusieron Zygi Wilf y Mark Wilf, en un comunicado donde manifestaron que Peterson regresaba al club.

Adrian Peterson
Getty ImagesTras ser desactivado por un juego, Peterson vuelve a los Vikes

El argumento de que a Peterson se le debe un proceso judicial justo antes de decidir sobre una posible medida disciplinaria por parte de la franquicia que lo emplea es trillado, pero admisible. Lo que preocupa es la falta de congruencia con que se actúa. Y lo peor de todo es que no es un mal que afecta solamente a los Vikings.

Si Minny iba a esperar a que Peterson tuviera "su día en la corte", entonces para qué desactivarlo ante New England. ¿Qué ha cambiado del viernes a hoy en el asunto por el cual el corredor enfrenta cargos por lesionar a un menor, su hijo de cuatro años de edad?

En el proceso no ha cambiado nada, pero los hermanos Wilf saben que en la corte de la opinión pública, el tiempo puede significar todo. Después de la generalizada reacción negativa que recibieron los Baltimore Ravens y la propia NFL por su manejo dudoso del incidente de Ray Rice, y las presión pública que se vertió sobre los Carolina Panthers y San Francsico 49ers para actuar en los casos de Greg Hardy y Ray McDonald, respectivamente, los propietarios de los Vikes tomaron una salida fácil. Prescindir de Peterson por un juego, solamente un juego, es señal de que esperan que el público pierda interés en el asunto y que la reacción negativa en su contra se minimice cuando el corredor regrese.

Reitero --porque no hay que perder esto de vista-- que nada ha cambiado en cuanto al proceso legal que enfrenta Peterson desde el viernes pasado cuando se tomó la decisión de desactivarlo, hasta hoy lunes cuando se optó por su reincorporación al equipo. Es importante señalarlo porque el argumento de que el club desea esperar a que se desahogue el proceso legal en contra de su corredor estelar también carece de mucho sustento histórico.

En octubre del 2011, el esquinero Chris Cook --quien ahora juega para los 49ers-- era un jugador de segundo año para los Vikings, reclutado el año previo en la segunda ronda del draft. En ese momento, su entonces novia lo acusó de intento de estrangulación, y a Cook se le levantaron cargos que, de haber sido encontrado culpable, hubieran acarreado una pena máxima de hasta tres años de prisión. Inmediatamente, los Vikings emitieron un comunicado anunciado la suspensión indefinida, sin paga, para Cook. Eventualmente, el club reviró y reintegró a Cook a la plantilla, acuñando nuevamente la frase de que "esperarían hasta que se resolviera el proceso legal", pero la franquicia pidió al jugador mantenerse alejado de las instalaciones y las actividades del equipo durante ese tiempo.

Cinco meses más tarde, Cook fue absuelto de todos los cargos, después de perderse 10 encuentros de la campaña del 2011. La NFL resolvió no castigar a Cook bajo la política de conducta personal.

¿Por qué --esgrimiendo el mismo argumento de la falta de un debido proceso-- a Cook no se le permitió participar en las actividades del equipo, mientras que a Peterson sí? Es sencillo. La incongruencia deriva del hecho de que Cook no es un jugador de élite en su posición, no es un futuro miembro del Salón de la Fama que domingo a domingo puede cambiar la dirección de los encuentros a favor de los Vikings.

La Familia Rooney es una de las más veneradas en los círculos de la NFL, al grado de que el comisionado Roger Goodell pidió a Art Rooney II, y a John Mara de los New York Giants, vigilar la investigación independiente que hará el ex director del FBI, Robert Mueller, acerca del manejo de la liga del asunto Rice. Pero los propietarios de los Pittsburgh Steelers no están libres del mismo pecado cometido por los hermanos Wilf.

El 20 de marzo del 2008, los Steelers cortaron al receptor abierto Cedrick Wilson, después de que fuera acusado por asalto a su entonces ex novia en un bar. Fue una medida que se adoptó de inmediato por el equipo. El gran problema es que 11 días antes, James Harrison recibió impunidad por la misma falta. A Harrison se le levantaron cargos por asalto a su novia en su casa. De acuerdo al reporte policial, Harrison habría derribado una puerta, roto el teléfono celular de la chica cuando ella intentaba marcar al 911, y después la habría abofeteado.

James Harrison
Getty ImagesHarrison esquivó una sanción grave en el 2008, en Pittsburgh

Dan Rooney, el patriarca de la familia, intentó justificar el proceder ambiguo de su organización, diciendo a reporteros en su momento, de acuerdo a un reporte del Pittsburgh Post-Gazzette, "Sé que existen muchas dudas sobre el por qué cortamos a Wilson y retuvimos a Harrison. Las circunstancias que conozco de los incidentes, son completamente diferentes. De hecho, cuando digo que no condonamos estas cosas, no lo hacemos, pero debemos observar las circunstancias que están involucradas con otros jugadores y cosas así, por lo que no son todas iguales. Lo que Jimmy Harrison estaba haciendo y como ocurrió el incidente, lo que intentaba hacer realmente lo valía. Estaba intentando hacer algo que es bueno, deseaba llevar a su hijo a ser bautizado donde vivía y cosas así. Ella dijo que no lo quería hacer".

¿Así que golpear a una mujer por motivos religiosos se perdona, Sr. Rooney?

Lo que sigue de la historia lo conocemos todos. En esa misma campaña del 2008, Harrison logró 16 capturas, una intercepción, tres pases desviados, siete balones sueltos forzados y un safety, para ganarse la designación como Jugador Defensivo del Año, antes de devolver una intercepción 100 yardas justo antes del entretiempo del Super Bowl XLIII para coronar una campaña de ensueño y la obtención del sexto Trofeo Lombardi para Pittsburgh.

Y pensar, si tan sólo Wilson hubiera sido mejor jugador, hubiera podido disfrutar de todo eso junto a Harrison...

Eventualmente, los cargos en contra de Harrison fueron desechados, después de que la víctima se negara a cooperar con las autoridades en el caso y el ex apoyador se sometiera voluntariamente a un programa de asesoramiento sobre violencia doméstica, un camino similar al que tomó Rice para evitar el juicio, pero sin video.

Sin embargo, el problema real radica en la incongruencia con que actúa la NFL y sus franquicias de un caso a otro, dependiendo en buena medida del nivel de talento del jugador.

Regresando a la línea con la que abrimos esta entrada de blog, diré que no, a los Vikings no les tembló la mano. Simplemente hay una serie de normas para unos jugadores y otra serie de normas para otros jugadores.

Para una liga que procura medir hasta la última pulgada cuando se trata de conseguir un primer intento, está claro que en la National Football League no se mide con la misma vara a todos los jugadores.

De acuerdo a un estudio de hace dos años, citado hace una semana por el San Diego Union-Tribune, 21 de 32 equipos de la NFL tenían entre sus filas a jugadores que habían enfrentado cargos por violencia doméstica o abuso sexual. Según un segundo estudio citado en la misma nota del diario, pero de este mismo año, se señala que desde el año 2000 a la fecha, 83 jugadores de entre 25 y 29 años habían sido acusados de violencia doméstica.

Son números alarmantes, no quepa la menor duda, pero el problema de violencia doméstica no es exclusivo de la NFL. Se trata de un mal que permea todos los estratos de la sociedad, y que debe combatirse desde varios frentes.

Lo que sí es un problema exclusivo de la NFL, es el modo en la liga --y sus 32 franquicias-- deciden lidiar con estos incidentes. Los casos de Peterson y Harrison, en contraste con los casos de sus compañeros Cook y Wilson, son la muestra perfecta de ello.

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MÉXICO -- Este lunes, los Cincinnati Bengals aprovecharon la reciente ola de extensiones contractuales para brindarle a su mariscal de campo Andy Dalton un alargue que lo vincula con el club hasta el 2020 a cambio de unos 96 millones de dólares, suma que puede ascender hasta los 116 millones mediante escaladores.

Este acuerdo suma seis temporadas a su contrato original de novato, el cual estaba por entrar a su última temporada en el 2014.

Mi primera reacción fue de sorpresa. Hace apenas cuatro días, los Dallas Cowboys otorgaron una extensión contractual a su tackle izquierdo Tyron Smith por ocho campañas y 110 millones de dólares. En el desierto, el esquinero Patrick Peterson recibió una extensión de 70 millones de dólares y cinco años cortesía de los Arizona Cardinals, hace cinco días. A mediados del mes pasado, los New Orleans Saints convirtieron a Jimmy Graham en el ala cerrada mejor pagado en la historia del deporte, a cambio de "apenas" 40 millones de dólares por cuatro campañas.

Tanto Smith como Peterson y Graham son jugadores que han sido elegidos All-Pro, y existen pocas dudas de que, pese a jugar posiciones distintas a la de Dalton --y distintas entre sí-- son mejores jugadores en el presente que el pasador de los Bengals. Por si fuera poco, se antoja que los tres todavía tienen mayor espacio para seguir creciendo, aunque definitivamente esta última aseveración se hace pisando el terreno de la especulación.

Lo que queda claro es el modo en que la NFL ha sobrevalorado financieramente la posición de mariscal de campo. Dalton ni siquiera es el mejor jugador en la ofensiva de Cincinnati --ese honor pertenece al receptor abierto A.J. Green--, pero ya es el décimo pasador mejor pagado de la NFL en cuanto a valor total de contrato, empatado con Peyton Manning de los Denver Broncos.

Andy Dalton
Getty ImagesLas expectativas se acaban de elevar al cielo para Dalton

En cuanto a salarios promedio anuales, Dalton se coloca ahora decimotercero en la NFL, empatado con el ala defensiva Mario Williams de los Buffalo Bills, y por arriba de figuras como el mariscal de campo Tom Brady de los New England Patriots y el corredor Adrian Peterson de los Minnesota Vikings. De los 12 jugadores con un salario anual mayor al de Dalton en este instante, únicamente los receptores abiertos Calvin Johnson de los Detroit Lions y Larry Fitzgerald de los Cardinals no son pasadores.

Sin embargo, lo que más llama la atención de ese listado es que de los diez mariscales de campo que lo encabezan, únicamente Matthew Stafford de los Lions gana más que Dalton sin conocer, lo mismo que el pasador de los Bengals, una victoria de postemporada. Eso constituye un riesgo mayúsculo para las franquicias de Detroit y Cincinnati.

Parte de ello se explica por la urgencia que sienten Lions y Bengals de acabar con la notoria falta de éxito de playoffs recientes. Detroit no ha ganado un partido en la postemporada desde 1991, cuando Barry Sanders era aún el rey de la manada, y Cincinnati no lo ha hecho desde 1990, cuando Anthony Muñoz todavía protegía el lado ciego de Boomer Esiason. Desde aquella última victoria de playoffs, los Lions acumulan siete derrotas consecutivas en playoffs, y los Bengals seis.

Yo no soy proponente de medir la calidad de un mariscal de campo de acuerdo al récord del equipo. Sin embargo, es indiscutible que para que una franquicia logre tener éxito en la postemporada, requiere de un buen líder en la posición de pasador, y Lions y Bengals están haciendo apuestas cuantiosas a que sus actuales mariscales de campo pueden desempeñar ese rol.

Está claro que en la NFL, se paga por la producción que está por venir, o que se cree está por venir, y no por la que fue. Prácticamente todos los contratos son una tirada de dados, y más si se trata de acuerdos de esta magnitud. Sin embargo, también creo que uno de los mejores indicadores de la potencial producción futura es la producción pasada, y ahí es donde me sorprende el tamaño del riesgo que han asumido Lions y Bengals para construir alrededor de Stafford y Dalton, respectivamente.

A eso debemos sumarle que Dalton jamás tuvo que pelear realmente su puesto titular en Cincinnati, ni ha tenido competencia seria por la titularidad desde entonces. A su llegada, Carson Palmer pidió salir y emigró a los Oakland Raiders. Las llaves de la nave ofensiva le fueron entregadas sin mayores obstáculos a Dalton en su año de novato, en el 2011. Los Bengals han optado por la certeza y estabilidad en la posición desde aquel momento, y el equipo nunca se ha atrevido a sumar a la plantilla a alguien que le amenace el puesto.

No estoy diciendo que Dalton jamás va a ganar un partido de playoffs, pero me parece que lo prudente por parte de los Bengals hubiera sido esperar hasta el término del 2014, su último año de contrato vigente, para evaluar la situación y determinar entonces si se extendería o no el acuerdo. Después de todo, no le veo nada de malo a que un jugador y su equipo cumplan totalmente con el pacto que él mismo aceptó años atrás. La apuesta en ese caso es que Dalton gozara de una temporada de destape, ganara el Super Bowl, y sus bonos se dispararan en un año, como sucedió con el caso Joe Flacco y los Baltimore Ravens.

Francamente, me parece que se trataba de un riesgo menor, y uno que felizmente debe asumir cualquier organización: pagar más después de la consecución de un título de Super Bowl. En otras palabras, esperar un año hubiera sido como lanzar una moneda al aire sabiendo que cayendo de cualquier lado, se gana. Si Dalton lidera a la franquicia a su primer título Trofeo Lombardi en el 2014, los Bengals no tendrán empacho en otorgar un contrato superior al que entregaron hoy, a un jugador probado en el escenario más grande. De no ser así, los Bengals hubieran tenido mayor palanca para negociar números favorables con Dalton, a sabiendas que en el draft se pueden conseguir pasadores a un precio ostensiblemente menor para los primeros tres años de carrera del jugador. En cambio para Dalton, otro año de fracaso en playoffs no le hubiera dado impulso suficiente de cara a la agencia libre como para exigir un cheque tan grande en Cincinnati.

Desde el punto de vista del jugador, también hay repercusiones serias. Dalton se ha comprado tiempo en Cincinnati, y ahora no salta al campo con la mente desviada hacia el siguiente contrato. No obstante, el precio es casi tan alto como la cifra en el documento que acaba de firmar. La presión sobre Dalton ahora se centra en el hecho de que el mariscal de campo debe justificar sobre el campo la decisión que tomó el equipo en las oficinas al entregarle un cheque tan grande. El dinero de su extensión contractual eleva exponencialmente las expectativas que hay respecto a su desempeño. Cualquier excusa que se pudiera esgrimir respecto a la relación entre su sueldo de 1.7 millones de dólares para el 2014 y su desempeño ha salido por la ventana. No es aceptable, de ninguna manera, que Dalton siga registrando un Total QBR de 18.1 en postemporada, como ha acumulado hasta ahora en sus tres apariciones. Desde las tribunas, los abucheos serán más sonoros con cada intercepción.

La estrategia de los Bengals en los años recientes ha sido clara: recompensar a los jugadores de núcleo antes que adquirir agentes libres del exterior. El acuerdo con Dalton sigue ese lineamiento, pero el dinero involucrado claramente se desvía de la tradicional noción de que los Bengals eran un club que no gastaba lo necesario para ser competitivo. Pero con el cambio crecen las expectativas. Si Dalton no se gana la recompensa que le ha sido entregada a priori, Cincy podría estar amarrado al menos unas tres temporadas más a un pesado lastre financiero en la posición más importante del juego.

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